"No sé si entraremos a RTVE con motosierra o con lanzallamas". Tras escuchar al portavoz de Vox este jueves en la Comisión de control a RTVE en el Congreso de los Diputados proferir esta amenaza durante la comparecencia del presidente de la Corporación, el que los vote ya sabe lo que vota, lanzallamas y motosierra. Violencia, la violencia que la ultraderecha está dispuesta a emplear de manera contundente apenas pueda, todo menos democracia, todo menos un país en paz, todo menos una convivencia tranquila y estimulante.
Al menos no engañan a nadie, no ocultan sus intenciones. Buscan destrucción, enconamiento, instalar el miedo en la ciudadanía, que no solo pensemos dos veces antes de expresarnos en libertad. No es que Mariscal, así se apellida semejante individuo, quiera que sus opiniones se escuchen en la televisión publica, es que no quiere que se escuche ninguna otra.
No se ha cortado un pelo a la hora de señalar con nombre y apellidos a los presentadores cuyo trabajo les molesta, periodistas cuyo desempeño nos parece envidiable a quienes llevábamos tanto tiempo echando de menos algo así en la televisión pública, profesionales que respetan al espectador, que intentan aportarle datos, solventarle dudas, ofrecerle opiniones diversas sobre los acontecimientos de actualidad para que quienes los sintonizan puedan reflexionar y obtener sus propias conclusiones.
Mariscal y su gran jefe, el que ya dijo hace unas semanas que le iba a borrar la sonrisa de la cara a Javier Ruiz, no quieren un país moderno y feliz. Mienten sin parar, encanallan, crispan, difunden mensajes de odio y los peperos ahí andan, intentando competir a ver quien es más racista, más hómofobo o más anti cambio climático. O más proisraelí, que ahí anda la presidenta madrileña buscando a cualquier representante del país genocida que ande cerca para hacerse una foto con él.
"El último que ríe, ríe mejor, dijo textualmente Mariscal. Y el último que va a reír va a ser el pueblo español. Lo hará cuando Vox llegue a RTVE y le despida a usted (José Pablo López), a Intxaurrondo, Ruiz, Cintora y Buenafuente. Vox sí lo hará, no hará como el PP, que se desentendió de RTVE cuando gobernó".
“Lo que no hará RTVE, le contestó el presidente López, será exaltar un nacionalismo español excluyente que enfrenta los territorios y a los ciudadanos, ni promover el señalamiento del que piensa diferente, ni usar estadísticas manipuladas que señalan al inmigrante como origen de los problemas de la sociedad, ni tampoco hundir barcos que van a rescatar a gente que se está ahogando en el mar o atacar a las lenguas cooficiales de España distintas al castellano".
"RTVE no está para difundir bulos racistas como lo que ustedes hicieron en Torre-Pacheco y en Jumilla, -continuó el presidente de la Corporación RTVE- al contrario, estamos para desmontarlos; no estamos para blanquear y exaltar el franquismo, al contrario de lo que usted opina no creemos en RTVE que la dictadura fuese una etapa de progreso y reconciliación, sino de todo lo contrario; no estamos para atacar al cine español; y tampoco estamos para proyectar una imagen monolítica de la cultura española".
Chapeau! Urge dejar de ser tolerante con los intolerantes. Urge denunciar a diario sus amenazas. Toca defenderse. Toca no callarse. Toca que se mantengan en su triste de intolerancia y mala leche y nos dejen a los demás tranquilos. Urge defender la apuesta por la televisión pública porque, como también dijo José Pablo López durante su comparecencia, “reforzar lo público es reforzar la democracia y quebrar lo público es quebrar la democracia”.
J.T.
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