lunes, 26 de febrero de 2024

De La Desbandá a La Retirada

Manuel García Morales (Manolo Teniente) a la cabeza de la VIII Marcha (2024) en homenaje a La Desbandá Málaga-Almería durante febrero de 1937 

El pasado 14 de febrero, cuando el  Boletín Oficial de Estado certificó que el Gobierno ha decidido por fin iniciar el expediente que declara Lugar de Memoria Democrática la carretera Málaga-Almería, yo me encontraba entre La Rábita y Adra como uno más de los doscientos integrantes de una marcha de once días a pie con la que, desde hace ocho años por estas fechas, se quiere homenajear a las víctimas de “La Desbandá”. Fueron más de doscientas mil las personas que en 1937 se vieron obligadas a salir corriendo de Málaga huyendo de las tropas del golpista Queipo de Llano. Mujeres, ancianos y niños en su mayoría, como ya hemos contado en alguna ocasión, se lanzaron a la carretera intentando llegar a la zona republicana y las tropas rebeldes se cebaron con ellas antes de que lo consiguieran. 


Cuando, transcurridos ya 87 años de aquello, se camina por los tramos que aún se conservan, con montañas a tu izquierda y acantilados junto al mar a tu derecha, percibes hasta qué punto aquellos 220 kilómetros dejaban pocas salidas para poder escapar en caso de ataque. Y el ataque se produjo, como por fin consta en el BOE al reflejar textualmente que se trata de la primera vez que un conflicto bélico fija como objetivo militar a la propia población civil.” Los disparos realizados desde barcos golpistas, aviones alemanes y tropas italianas y marroquíes acabaron con la vida de más de cinco mil personas en menos de una semana. Quienes no eran alcanzados se veían obligados a correr sorteando cadáveres, o a tumbarse junto a ellos hasta que terminara el ataque y luego reiniciar la marcha ensangrentados y hambrientos. Mujeres pariendo, niños pequeños llorando desconsolados porque habían perdido a sus madres, heridos muertos de frío y agonizando sin nadie que los socorriera…


Al pasar por el Peñón del Cuervo, el faro de Torre del Mar, la desembocadura del río Guadalfeo, el fuerte de Carchuna o la localidad almeriense de Adra no puedes evitar pensar en cómo debió ser aquello y sabes que por mucha imaginación que tengas, no alcanzarás nunca a hacerte idea de la dimensión del espanto. No existe ya quien te lo pueda contar, porque los pocos protagonistas que sobreviven son nonagenarios que por aquellos entonces eran niños de corta edad. Los testigos de lo espantoso son siempre molestos para sus verdugos. Por eso quienes perpetran las masacres hacen todo lo posible por liquidarlos también, además de silenciar y asustar a sus descendientes para que no se les ocurra abrir la boca. Los vencedores necesitan escribir con comodidad su propia versión de la Historia.

 

Como ha escrito Manuel García Morales, cronista de La Desbandá, conocido familiarmente como Manolo Teniente, “aquello fue un genocidio (silenciado durante décadas), porque se trataba de eliminar de manera despiadada a un sector de la población”. El genocidio que Palestina sufre desde hace cuatro meses a manos de los israelíes está presente en nuestro ánimo cada minuto que caminamos. Por eso a la cabeza de la marcha Manuel, que además de cronista es quien abre camino cada año enarbolando la bandera republicana, esta vez ha incorporado además la palestina. A nuestro paso son muchos los que gritan “¡Viva Palestina, viva la República!”. Creo que García Morales tiene razón cuando escribe también que “la gente ha identificado perfectamente la lucha por sacar a la luz el genocidio que sufrió el pueblo andaluz a manos del fascismo con el genocidio que está sufriendo el pueblo de Palestina.” 


La declaración de Lugar de Memoria Democrática, como anuncia el BOE en el caso de la carretera Málaga-Almería, también llamada “la carretera de la muerte”, conlleva la obligación de garantizar su perdurabilidad, identificación, explicación y una señalización adecuada. Mala noticia para los ayuntamientos del PP que regentan algunos de los municipios por los que transcurre nuestra caminata y que hasta ahora han puesto siempre todo tipo de trabas a su desarrollo. Mala noticia para quienes se dedican a destrozar algunas de las placas conmemorativas instaladas ya en el trayecto, que cada año la organización se ve obligada a reponer. Al silencio y al miedo de décadas no puede acabar sumándose a estas alturas ni la inquina ni el desprecio. Ya está bien.


A ver ahora qué ocurre con lo fue el segundo capítulo de aquella tragedia: La Retirada. Porque las decenas de miles de personas que, destrozadas y exhaustas, consiguieron llegar hasta Almería, pronto comprobaron que allí no había comida ni trabajo para ellas. Fueron distribuyéndose a lo largo del levante español, zona aún republicana, y unas quince mil aproximadamente acabaron recalando en Catalunya. Cuando el ejército golpista tomó Barcelona, casi medio millón de personas se vio obligado a cruzar los Pirineos y huir a Francia entre finales de enero y principios de febrero de 1939. Entre ellas estaban quienes habían llegado dos años antes procedentes de La Desbandá. Un segundo éxodo para ellos.


Como recordaba Guillem Martínez en el diario Público el año pasado, "la huida fue (también) dramática por las condiciones en las que se llevó a cabo, con bombardeos desde Figueras y en la carretera de Francia". Muchos fueron a parar al campo de concentración de Argelès-sur-Mer y algunos acabaron en Mauthausen." ¿Se puede tener peor suerte en la vida?


En recuerdo de todas estas personas, en 2023 se llevó a cabo una primera caminata, a modo de prueba, para homenajearlas siguiendo las pautas de la marcha Málaga-Almería, cuyos promotores cuentan ya con ocho años de experiencia. El “ensayo” parece que fue bien y así este año, del 3 al 7 de abril, está prevista una nueva edición con escalas en Sant Adrià, Mataró, La Jonquera y Argelès-sur-Mer. Cualquier iniciativa para acabar con el silencio de décadas y activar las conciencias será siempre poca. A ver qué tal se portan esta vez los ayuntamientos. Y el BOE.


J.T.





domingo, 18 de febrero de 2024

Desbandá 2024. Crónica de la undécima y última etapa

17/02/2024


220 KM


En esta última etapa, salimos a las 8:00h en punto en dirección a Almería, todo el mundo desayunado y equipajes hechos para volver a casa al finalizar. Y eso que, por ser la última noche, hubo música y baile hasta las 2 de la mañana en una terraza del polideportivo, y algún que otro chupito de ron cubano. 


Desde el polideportivo de Vícar, bajamos hasta Roquetas, luego atravesamos Aguadulce y después del puerto deportivo, enfilamos la carretera que nos llevará a Almería. La brisa nos trae el penetrante perfume a mar, que contemplamos debajo nuestra, desde la carretera colgada entre la montaña. Caminamos 242 personas, 113 mujeres y 129 hombres. 


Como ya es también tradicional, a la entrada de Almería, junto al puerto de pescadería, nos esperan más gente de Almería, pero también desplazadas de Málaga, que nos reciben con banderas, aplausos y la orquestina de Manolo Pérez Salas, activista y profesor jubilado, que dirige una pequeña orquesta, que toca las músicas de las canciones “Carretera de Almería, el Himno de la República, A las barricadas, Si me quieres escribir…” Hay bastante emoción y veo a varias mujeres y hombres llorando. Se junta la emoción de la llegada con el recuerdo del porqué has ido, el calor del recibimiento y el sentimiento de sentirte arropada por tanta gente. 


Hay un acto final junto al Memorial de Mauthausen, monumento que recuerda a las personas de Almería, asesinadas en ese campo de concentración nazi. Hablan, entre otras personas, José María Martín, subdelegado del Gobierno; Fernando Martín, Secretario de Estado de Memoria Democrática, y Valentina por el Partido de la Izquierda Europea. El acto también está amenizado por la cantante Sensi Falán.


Ha terminado la marcha de La Desbandá y, junto a ella, también ha terminado la marcha (más invisible) del equipo de supervivientes de la guerra y jóvenes, que han estado visitando Institutos de las zonas por donde pasábamos. Se han visitado 10 Institutos, 3 en Málaga, 5 en Granada y 2 en Almería, y han participado en las charlas-encuentros casi mil alumnos de 4º de ESO, y 1º y 2º Bachillerato, muy interesados en las charlas. Ángel Coello, compañero de La Desbandá, coordinador de la actividad, dice que se ha insistido en todas ellas en tres conceptos: 


1º La Desbandá de 1937 desde Málaga a Almería es un genocidio silenciado. 

2º La guerra en España no fue una guerra civil, sino una guerra antifascista. 

3º La necesidad de hacer algo para parar el genocidio que se está cometiendo todos los días en Palestina.


La importancia de la enseñanza es clave para el futuro de las personas y los países. Así lo repite constantemente nuestra superviviente de la guerra, Amparo Sánchez Monroy. Ella nació el 11 de abril de 1.938 en Barcelona, por lo que le falta menos de 2 meses para cumplir 86 años. Una abuela suya era de Almería, su padre de Toledo y su madre del Ferrol. Su madre, su abuela y su abuelo vivían en Valencia, mientras su padre estaba luchando en el frente del Ebro, y se trasladaron a Barcelona, al Prat de Llobregat, para el parto donde ella nació. Cuando comienza la retirada de la República de Barcelona y el norte de Cataluña, pasan más de 500.000 personas a Francia, un éxodo nunca contemplado en la historia. Toda la familia de Amparo va en esa huida y acaban en el campo de Argelès-sur.Mer. El campo está dividido entre civiles por un lado, donde mandan a Amparo, que aún no tiene un año, su madre y su abuela, y militares por otro, donde están su padre y su abuelo. A partir de ahí se produce la separación de la familia. El abuelo murió y acabó en una fosa común en Normandía y la abuela volvió a Barcelona. Fue interrogada y obligada a presentarse semanalmente en Comisaría. Recuperó su casa del Prat de Llobregat, encontrándola totalmente desvalijada. 


A Amparo y a su madre la trasladan, primero al campo de Clocher de Gueret en Creuse y después a la cárcel de Aubusson. Su padre, que había sido enrolado en una columna de trabajadores forzados, podía pedir la reunificación familiar y localizó a su mujer e hija a través de columnas en prensa que informaban de la ubicación de familiares extraviados. Una vez juntos, su padre colaboró con el maquis y en 1944 participó en la ocupación republicana del Valle de Arán, organizado por la Unión Nacional Española, promovida por el dirigente del PCE Jesús Monzón. La operación fracasó y al volver a Francia fue apresado por los alemanes que se retiraban de Francia desde el sur. Consiguió escapar saltando del camión donde iba con otros presos españoles y en una zona que conocía bien. Sobrevivió, aunque otros fugados murieron. Llegó andando hasta su casa donde Amparo con 6 años ya, y su madre, creían que lo habían matado. 


Días antes las dos vieron cómo los soldados alemanes fusilaban a dos hombres y una mujer, cerca de su casa. Siguieron en Francia, después de acabada la guerra, con trabajos miserablemente pagados y soportando el racismo francés para con los españoles. Pero la enseñanza pública y laica la salvó, porque la preparó y le dio conocimientos que no podría haber conseguido en la enseñanza privada al no tener dinero. Como para ser profesora tenía que pedir la nacionalidad francesa, decidió volver a España a estudiar, cosa que no consiguió durante dos años, al estar su padre fichado. Volvió a Francia, hizo derecho en vez de enseñanza y trabajó para la Administración local francesa. No ejerció de abogada, pero sí usó su título para defender a sus compañeros y compañeras funcionarios en los conflictos laborales contra la administración. Una vez jubilada, fundó la Asociación de exiliados y de hijos de exiliados. En 1999, realizaron una manifestación en Argelés con el lema 100.000 luces para 100.000 refugiados. Luego se afilió a la Asociación española “Archivo, Guerra y Exilio” (AGE) de Madrid y sigue colaborando con ellos, además de haberse hecho socia y colaborar también con La Desbandá.


Un compañero, con mucha culpa de que exista la Asociación de La Desbandá, es Rafael Morales, su presidente. En 2017, cuando se hace la primera marcha, él era directivo de la FAM, (Federación Andaluza de Montañismo). Defendió la idea en la Federación de hacer una actividad deportiva, una marcha desde Málaga a Almería, aprovechando que era el 80 aniversario de La Desbandá. El proyecto de marcha también había sido hablando por sectores de la órbita del PCE, IU y CCOO. Al final hubo una confluencia en la idea, y la FAM abanderó el proyecto, pero desde el conocimiento de que iban a participar en la marcha personas de izquierda, del ámbito sindical, social y político. La marcha se hizo, salió bien, pero con fuertes fricciones entre los sectores más politizados y los menos. Sin embargo personas provenientes de la FAM, como Rafael, y otras del ámbito político republicano y de izquierdas decidieron organizar la marcha, independientemente de la FAM, constituyendo una Asociación deportiva-memorialista.


El interés de Rafael, como el de muchas personas de La Desbandá, está en que su familia salió huyendo del fascismo y sufrieron las consecuencias de la ocupación. Su familia era de Prados, una pedanía de Ronda. Su padre, que tenía 22 años, era miliciano. Hacía misión de vigilancia en el Puerto del Monte para dar la alarma en caso de movimientos de las tropas fascistas. Finalmente Ronda fue tomada el 16 de septiembre y el padre de Rafael, decidió permanecer en su casa. Pero en diciembre, un amigo le avisa de que se han enterado de que van a ir por él. Huyó con tres amigos más por la Sierra de las Nieves, por la ruta de Alozaina y Coín. Llegan a Málaga y se unen a La Desbandá el 7 de febrero. Consigue llegar muy pronto a Almería, porque se aferraba a los guardabarros de los camiones que pasaban. En Almería se enrola en el ejército republicano, y participa en la batalla del Jarama.


Después interviene en la batalla de Guadalajara, donde es herido en un ojo, y posteriormente en la de Teruel, donde es herido grave. Antes de ser herido, por la noche, tenían que cavar en las trincheras, para sacar la nieve que había y poder dormir en el suelo. Recuperado en Valencia, se alista a la Guardia de Asalto. Finalizada la guerra decide volver a Ronda. Su tía y su abuela le convencen de que tiene que legalizar su situación y presentarse en el cuartelillo de la Guardia Civil. Así lo hizo y lo mandaron al campo de concentración de Alhaurín el Grande. Tenía un familiar falangista en Arriate y éste consigue sacarlo de allí. Se casó y tuvo 11 hijos, 5 hijas y 6 hijos, uno de ellos, Rafael.


Con los testimonios recogidos por las personas que han participado en La Desbandá sigue aumentando el archivo de historias personales y concretas, que vivieron la tragedia y el genocidio de la Desbandá de Málaga y de todas las Desbandás de España de manera muy diferente, pero quieren que sus historias se conozcan. Hay personas a las que no he podido atender bien, o quizás que no haya recogido exactamente su relato, pero la idea es la de seguir aumentando el archivo de todos los casos, aunque no puedan ser publicados en los días de las marchas por la falta de espacio en las crónicas y de tiempo, pero se podrán seguir añadiendo más tarde.


Como me ha comentado la compañera vasca Mayte, hemos acabado la marcha, y el resumen es que La Desbandá consiste en dos cosas: por la mañana andar y por la tarde llorar. Andar, recorriendo los escenarios de nuestros mayores, de nuestros muertos, imaginando sus penalidades y comprometiéndonos en conseguir verdad, justicia y reparación para ellos. Llorando, porque la socialización de los encuentros, el teatro, el documental, el libro, la música, nos hacen emocionarnos y pensarnos como una comunidad fraternal, unida en una lucha común."


Autor del texto:

Manuel García Morales

Cronista de la VIII marcha de La Desbandá"

Por la transcripción y edición J. T.

Desbandá 2024. Crónica de la 10ª etapa


16/02/2024


LA NIÑA DEL POLLO


"Iniciamos la marcha, en la parte del municipio del Ejido, de la Reserva Natural de Puntas Entina-Sabinar. La reserva está a caballo entre El Ejido y Roquetas. Atravesándola hemos visto flamencos, garzas reales, patos y otras especies de aves que no conocemos. Hoy estamos participando 81 mujeres y 94 hombres, o sea 175 personas. 


Entre los marchistas tenemos una novedad. Se incorpora para hacer los dos últimos días un grupo de personas de Concentaina, un pueblo de Alicante, cercano a Alcoy. No es la primera vez que vienen, y entre ellos está Miguel, que el domingo cumple 86 años y su esposa con 83. Miguel, a pesar de su edad, es un gran caminante, que suele estar, con su bandera andaluza, ya que es originario de Jaén, en el grupo de cabeza de la marcha. Pero además, también se han incorporado 4 personas procedentes de Vallecas, entre ellos un matrimonio joven que viene con un bebé de 4 meses llamado Teo. Así que hemos juntado en la marcha de hoy a Miguel como representante de la heroica lucha del pasado con Teo, la esperanza

prometedora del futuro. Adjuntamos la foto de Teo, con sus padres y con Miguel.


Enseguida que acaba el paraje natural, comenzamos a andar por el Paseo Marítimo de Roquetas. Si buscas datos en internet, verás que dicen que el paseo marítimo más largo, no de España sino de Europa es el de la Coruña, con algo más de 13 km. Sin embargo, el de Roquetas mide 13,94 km, que recorremos enterito, y a continuación el de Aguadulce. Durante todo ese trayecto nos hemos encontrado con numerosas personas que hacen vacaciones con el programa del IMSERSO. Muchas nos han aplaudido y se han interesado por nuestra marcha. Incluso un hombre mayor, que nos ha dicho que tenía 94 años, ha contado que es original de Córdoba y que cuando se inició la guerra en el 36, lo sacaron, siendo muy niño, de entre un montón de muertos, salvándole la vida. 


Una de las primeras historias que recogimos cuando empezó esta marcha, fue la de Isabel María Gadoy, una compañera de mediana edad. Su bisabuela, María Muñoz Herrero, salió huyendo de Estepona, cuando el pueblo fue ocupado por las tropas fascistas el 14 de enero de 1937. Iba con sus 5 hijos, Diego, Pascual y Tomás (que a su vez iba con su mujer y un bebé) y Ana e Isabel. Esta hija, Isabel, a su vez también, iba con su marido, militar republicano y sus tres hijos, Juan, Maruja (la madre de quien nos narra la historia) y Gloria, la única persona del conglomerado familiar, que aun sobrevive con 92 años. Porque el militar, que se llamaba Juan Usero Sánchez, y que era natural de Almería, tenía a su vez una hermana y un cuñado que también se sumaron a la huida con sus 4 hijos. Primero huyeron a Málaga, y casi enseguida, comenzaron la huida hacia Almería. Los recuerdos que le trasmite su madre es que el abuelo militar, cuando veía maniobrar a los barcos que disparaban desde el mar, adivinaba por donde iban a venir las bombas y decía “quien se quiera salvar que me siga”. Otro recuerdo más terrible, el de una niña muy pequeña, jugando con las tripas de su madre muerta, que fue recogida por un hombre que se la llevó.


Llegaron sin bajas a Almería y, con la ayuda de la familia de su abuelo, el militar, pudieron sobrevivir durante toda la guerra, abriendo dos tabernas. Al finalizar la contienda su abuela, y el abuelo militar, volvieron con su madre y sus hermanos a Estepona, donde se encontraron con que a su calle, que se llamaba Pozo de los Palos, le habían cambiado el nombre por el de “14 de enero”, que fue cuando tomaron el pueblo. Al abuelo lo detuvieron y lo condenaron a 4 penas de muerte. Pero su abuela, que formaba parte de un grupo de mujeres que pasaba contrabando (productos duros dice ella, como medicinas que eran escasas o armas de fuego) desde Gibraltar, consiguió salvarlo contratando a un abogado malagueño llamado Pérez de Vargas, que usó los productos del contrabando para pagar favores. Le conmutaron las penas de muerte y lo desterraron a Guadix a un campo de trabajos forzados. Su tío abuelo Diego, que fue de los que no se quedó en Almería y se alistó al ejército de la república, murió en la batalla del Ebro. La mayor alegría de la familia es que a petición popular, cuando se constituyó el primer ayuntamiento democrático de Estepona, volvieron a cambiarle el nombre a su calle, eliminando lo del 14 de enero, y volviendo a llamarse Pozo de los Palos.


La siguiente historia es de María Gadea Carmona, una mujer de 40 años que viene a la marcha, con su hermano Juan. Quieren defender la memoria de su abuelo, Juan José Carmona Doblado, que salió huyendo de su pueblo, Cuevas Bajas, con 8 años. El abuelo, Francisco Carmona Lara, era el alcalde y se movilizó para ir al frente a defender la República, dejando a su hijo a cargo de sus tíos. Estos, con el niño, y al igual que en todos los pueblos, huyeron primero a Málaga y luego hacia Almería con La Desbandá. En el viaje, el tío, que era cojo, perdió la pista de la mujer y del niño. Este estuvo a punto de ser enviado a Francia desde Almuñécar en un convoy de niños huérfanos, pero apareció el tío y se quedaron con el niño. Una vez en Almería lo enviaron a vivir a un pueblo de Castellón. Allí movilizaron al tío, para participar en la batalla del Ebro, a pesar de su cojera, con el fin de que realizara trabajos auxiliares. Fue cogido prisionero, y estuvo varios años en la cárcel. El padre de María volvió con su tía abuela a Cuevas Bajas, pero el abuelo, el que fue alcalde del pueblo, fue detenido en Alicante, trasladado a Málaga y fusilado.


La última historia es de Ruth y Luz. La primera, con 34 años, vive en Punta Umbría, en Huelva. Viene por primera vez, pero lleva 4 años queriendo venir y leyendo las crónicas de La Desbandá. Antes no sabía nada, a pesar de que su bisabuela salió huyendo hacia Almería. Ella se enteró del hecho porque un día vio a su tía bisabuela en el documental de la Desbandá “Pantalones a la Luna”. Ambas, y también su abuelo, eran de la zona de la Axarquía malagueña. A partir de ahí empezó a investigar y montó una obra de teatro sobre La Desbandá que se representó en Almería. 


La de Luz es una historia paralela, que termina confluyendo en el tiempo con la de Ruth. La abuela de Luz, que era de Huelva, con 13 años, también fue fugitiva en La Desbandá, y durante el viaje le pusieron "la niña del pollo", porque llevaba siempre consigo uno de trapo.  Hacía el viaje con su tía, y ambas estaban de vacaciones en Málaga cuando empezó la guerra, por lo que no pudieron volver. En Salobreña, la niña se perdió de su tía y siguió adelante sola, hasta Almería. La encontraron viva 1,5 años después viviendo en Almería. Luz está trabajando en un proyecto de guion, que sirva para una película o una serie. Quería, para su trabajo, ver el documental “Pantalones a la Luna” que sabía que existía, pero no recordaba su nombre, así que buscando en internet, dio con la obra de teatro de Ruth, que le interesó mucho. Buscó su contacto, se conocieron y decidieron trabajar juntas en el proyecto de guion. Su participación en esta marcha de La Desbandá obedece a recabar información y testimonios que les ayude a su trabajo. Pero Luz, que viene de Madrid, también quería recordar a su abuela, de manera que en su homenaje, lleva un pollo amarillo de trapo, colgado en la mochila. Se siente orgullosa de su abuela, la niña del pollo.


En esta marcha hemos recorrido 19,5km. Por la tarde, en el Polideportivo, hemos escuchado un concierto del cantante Álvaro Ruiz, al que no conocíamos, pero que nos ha gustado por su voz y su ritmo, que ha llevado a bailar a la gente más marchosa. Después hemos tenido Asamblea General con el objetivo de que las personas participantes en la marcha expresaran sus opiniones, sus quejas, o sus propuestas para mejorar el funcionamiento.


La verdad es que la reunión ha sido muy positiva, se han hecho críticas constructivas y ha habido un ambiente general de satisfacción por el resultado de la marcha, por la necesidad del proyecto en la lucha memorialista, por la belleza que tiene y la fraternidad que genera.


A pesar del cansancio, de las magulladuras en los pies, los dolores de rodilla, o los pequeños accidentes que hemos ido sufriendo, ya estamos lamentando que la marcha se acabe mañana en Almería."


Escribe Manuel García Morales, cronista oficial de La Desbandá.

Transcripción y edición J.T.






Desbandá 2024. Crónica de la 9ª etapa


15/02/2024


OíDO COCINA


"Salimos de Adra a las 8 de la mañana, en dirección a El Ejido. Me parece importante señalar que el PP tiene mayoría absoluta en el Ayuntamiento, sin embargo, todos los años nos facilita la estancia y el paso por Adra, a diferencia de otros ayuntamientos del PP, que nos son bastante hostiles y no les hace nada de gracia que pasemos por sus municipios, incluso en algunos casos, por ejemplo el de Roquetas, que en alguna ocasión nos ha recibido con contra propaganda del estilo, los rojos asesinaron a mucha gente. 


Hacemos la marcha 151 personas, 81 hombres y 70 mujeres, y hoy hemos caminado 21 km, más otros 3 km que hay que sumar a todas las personas de la marcha que han ido, desde el Polideportivo donde dormimos, hasta el auditorio municipal de Vícar, para disfrutar del concierto que Sensi Falán nos ha regalado hoy.


La primera anécdota que conocemos, al poco de iniciar la marcha, es que llevamos en la con nosotros una auténtica bandera republicana de 1931. La porta Lola, una profesora jubilada de Vallecas, que dio clases en el CEIP Nuestra Señora de la Paloma, cerca del Teatro La Latina. Una vez que hicieron limpieza en una especie de ático del colegio, encontraron un montón de sumarios judiciales del tiempo de la República, escarapelas e insignias y también la bandera. Cuando Lola se jubiló se marchó a vivir a Lugo, llevándose con ella la bandera, la misma que nos acompaña hoy en la marcha. 

   

Más adelante, en Balanegra, caminando por una pasarela de la playa, vimos a una niña de unos 5 años, marroquí, que estaba jugando junto a su madre y nos miró con mucha atención. Una compañera de la marcha, Araceli, que chapurrea algo el árabe marroquí, la llamó, ven, ven. La niña se volvió como loca, vino corriendo, riéndose y celebrando la acogida que se le hacía. Caminó unos metros con Araceli, radiante y feliz, pero cuando nos alejamos un poquito ya le dijo que se fuera con su madre, que además se había acercado. Ella se agarró a Araceli y no había manera de soltarla, hasta que entre Araceli y su madre la convencieron. Casi ganamos una alevín para la marcha.

 

Durante varios días nos ha acompañado José María Velasco, primo de nuestra gran Pepe, el guía de la marcha. Él ha escrito mucho sobre La Desbandá y otros temas de Memoria en su blog, https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/; después de su marcha nos ha contado su vinculación familiar con La Desbandá de la siguiente forma: 


“Mi abuelo José Castro entró en Málaga, pocos días antes de su caída, con una partida de ganado (cabras, bueyes, caballos) que había ido requisando los días previos, por la sierra. Hay un par de autores (Koestler y Chambres Mitchell) que describen ese hecho, como la entrada del ganado en una ciudad hambrienta. En Málaga, se entera del avance de las tropas fascistas, desde diversos puntos, incluyendo Granada, y se dirige inmediatamente hacia Jayena, un pueblo de Granada, al norte de Nerja, atravesando la Sierra de la Almijara. Allí vivía mi abuela y mi madre, que apenas tenía año y medio. Intenta el paso por el Boquete de Zafarraya y se encuentra con las tropas enemigas italianas y se ve obligado a volver sobre sus pasos. Me llegó a contar que se tuvo que manchar de sangre de un grupo de personas ya fusiladas y hacerse el muerto sobre un grupo de cadáveres, para pasar desapercibido.


Mi abuela -continúa relatando Velasco- huyó desde Jayena con mi madre. Unos días antes de que salieran algunas unidades desde Granada, un hermano y una hermana de mi abuela, que vivían en Churriana de la Vega. Salieron de madrugada del pueblo en un carro bajón un montón de estiércol. Cruzaron por los pueblos de Las Gabias, la Malahá, hasta encontrarse con la vanguardia republicana. Les dieron de desayunar. La comida era rusa y mi tía abuela, Ángela, nunca olvidó el color de la mantequilla: azul, tan diferente a la que conocía. Alcanzaron Jayena con las tropas en los talones y al no encontrar a mi abuela continuaron avanzando. Ya en la costa, les ametrallaron los aviones y se tuvieron que esconder entre cañaverales. Cuando los aviones pasaron, algunos no volvieron a levantarse. 


Todos se encontrarían días más tarde y vivieron en los alrededores de La Rábita. Un mes más tarde, tras la caída de Largo Caballero y la llegada de Negrín a la presidencia del gobierno se produjeron importantes cambios en el ejército republicano y mi abuelo fue llamado a filas. Llegó a alcanzar el grado de teniente en una unidad de intendencia que operó en la Sierra de Lújar. Había sido tratante de ganado y su trabajo fue requisar ganado para el ejército. Contaba que, casi al final de la guerra, estuvo varios días sin dormir gracias a unas pastillas rusas, tratando de conseguir el mayor número de caballos posible. El acopio de ganado era para el Plan P que diseño el General Rojo, para atacar en Andalucía, a las tropas franquistas y dar un respiro al frente del Ebro. El frente de Almería fue el último en rendirse y mi abuelo regresó a Jayena tratando de esconderse, pero acabó siendo detenido. Su ficha de detención certifica todos estos datos, que se habían transmitido de forma oral  a lo largo de generaciones en la familia. 


Estuvo en la cárcel de Granada y en el campo de trabajo de La Espartera cerca de Baza, añade José María Velasco. Al ser liberado, se unió a la famosa partida de guerrilleros de los hermanos Quero de Granada. Se refugiaban en la cueva de mi abuela María Álvarez, en el Barranco del Abogado. En febrero del 42 detuvieron a mi abuela y a otros familiares de los Quero. Les instruyeron un Consejo de Guerra, la causa 595. Mi abuela estaba embarazada de su tercera hija. La torturaron, la pusieron frente a un pelotón de fusilamiento, pero nunca confesó dónde se escondía su marido. Fue condenada a 10 años y acabó pasando casi 8 en las cárceles de Granada y Málaga. Su marido desapareció de su vida. Probablemente fue el único miembro del grupo de los Quero que no murió, ya que acabó emigrando a Holanda.


Quiero contar la historia en una novela y en el blog, nos cuenta nuestro amigo. Aunque llevo más de 400 páginas escritas, aún estoy lejos de acabar algo que me guste. La protagonista es mi abuela María Álvarez López, que murió poco tiempo después de Franco. El día que murió Franco lloraba. Yo era un niño y pensaba que de pena por la muerte de ese señor con bigote. Lloraba por todo el dolor y los recuerdos que arrastraba. Por todo eso, para mí ha sido un honor y orgullo compartir ruta con vosotros."  


Quien ha participado en la marcha de La Desbandá, además de maravillarse por muchas cosas, lo hace de una especial que es la comida. Con nosotros viene un equipo de cocina habitual de tres personas. Ellas nos dan el desayuno, el almuerzo y la cena. Se levantan aproximadamente a las 6 de la mañana, y se acuestan pasadas las 12 de la noche. Hacen la comida, desmontan, compran, vuelven a montar en otro sitio, vuelven a desmontar… su trabajo, principalmente militante, no está pagado, por el esfuerzo que hacen y además por las maravillas que cocinan, a partir de productos básicos y baratos. Uno de los cocineros es Julián Caballero; él hizo la segunda marcha, en 2018, como otro caminante más, y se dio cuenta que el equipo de cocina que llevábamos no funcionaba muy bien. Entonces, como integrante del equipo de cocina del Partido Comunista de Córdoba, que recorre distintas fiestas de Partidos al año, la fiesta del PCE en Madrid, la fiesta del Partido Comunista Portugués en Lisboa, la Fiesta del Partido Comunista Francés en París, y otras, decidió proponer su participación en La Desbandá en 2019, y desde entonces están en la marcha. 


El abuelo de Julián, también Julián Caballero, fue alcalde Villanueva de Córdoba, pueblo al norte de la capital que resistió toda la guerra las ofensivas franquistas. Como dice Julián nuestro cocinero, en Villanueva se recibieron muchas desbandadas de obreros y campesinos de los pueblos que cayeron en esas ofensivas. Cuando cayó Madrid, su abuelo y otros milicianos huyeron a la sierra donde organizaron la resistencia y fue nombrado Jefe Político de la 3ª Agrupación Guerrillera. Estuvo peleando hasta 1947, donde a través de un chivatazo que reveló su posición, fue muerto en la finca de La Huesa, en Villaviciosa de Córdoba. Su cadáver y la de otra guerrillera, apodada “la Mojea”, que era maestra de escuela, fueron expuestos en público, durante bastantes días, en Villanueva, el pueblo donde había sido alcalde. En el bienio negro, el periodo donde la derecha gobernó la República, fue encarcelado. Estando en la cárcel recibió la visita de su mujer, que estaba a punto de parir el hijo que luego fue Ernesto Caballero, el padre de Julián. Le preguntó al marido que cómo le ponía al niño, y Julián le dio a elegir tres nombres; Vorochilov, Molotov o Ernesto (por Ernst Thälmann dirigente del Partido Comunista Alemán).


Lógicamente, la abuela de Julián eligió el nombre de Ernesto para su padre. Ernesto Caballero, también jugó un papel muy importante en la lucha antifascista contra la dictadura. Trabajó mucho por la organización en Córdoba del Partido Comunista y las Comisiones Obreras. Estuvo preso 5 años, coincidiendo en un periodo en la misma celda con Marcelino Camacho, en Carabanchel. Siendo Secretario del Partido Comunista en Córdoba, ya en democracia, propuso a Julio Anguita como cabeza de lista, consiguiendo éste, la alcaldía de la ciudad. Ayer nos enteramos que el Ayuntamiento de Córdoba, a propuesta de la izquierda, pero con gobierno del PP aprobó por mayoría, con solo el voto en contra de los ediles de VOX, que la estación de AVE de Cördoba pase a llamarse Alcalde Julio Anguita. El milagro de nuestra cocina es que las personas que la llevan, son personas de principios y de militancia, por la República, por la Democracia y por la Igualdad.


Terminamos la marcha de hoy en el Castillo de Guardias Viejas de El Ejido, donde hay un búnker republicano y habitualmente nos hacemos la foto. El día acaba con el concierto de Sensi Falán, extraordinaria cantante, artista y poeta nacida en la Chanca, el barrio de los pescadores de Almería y el barrio con cuevas donde se refugiaron muchas personas de La Desbandá. Si no habéis oído hablar de ella, no es porque no sea muy buena artista, sino porque es muy roja. Ella se ha emocionado mucho en el concierto y nos ha emocionado a todas las personas que estábamos allí.


Mañana hacemos la marcha desde el Ejido hasta Roquetas. En ambos pueblos no dormimos, sino que subimos al Polideportivo de Vícar, un pueblo más al norte, con alcalde socialista, que nos brinda hospitalidad, al contrario de los otros dos del PP."


Escribe Manuel García Morales, cronista oficial de La Desbandá.

Transcripción y edición J.T.

jueves, 15 de febrero de 2024

Desbandá 2024. Crónica de la 8ª etapa


14/02/2024

BALBINO


"Esta mañana, antes de salir, y como hemos tradición, hemos desayunado buñuelos con chocolate. La tradición la inauguró Mercedes, una mujer en breve cumplirá 82 años. Ella, colaboradora del Ateneo Republicano de la Alpujarra, en 2018, la primera vez que hicimos noche en La Rábita, en la segunda marcha de La Desbandá, se presentó en el local del Ateneo, donde pernoctábamos, y nos preparó buñuelos con chocolate para que desayunáramos. La masa de los buñuelos tiene que empezar a prepararla a las 4 de la mañana, para que podamos desayunar a partir de las 8. Hasta 2023, nos preparó el desayuno, como nos había prometido en 2018: “Mientras paséis por aquí no os faltará este desayuno”. Este año ya no ha podido hacerlo, la edad y un problema en los hombros se lo ha impedido, pero se ha ocupado de que otra mujer lo hiciera según sus instrucciones, buñuelos y chocolate para 150 personas. Dos compañeros de La Desbandá también se han levantado antes de las 4 de la mañana para ayudar en la tarea. 


Aprovechando la cola del desayuno, una mujer que participa por primera vez en La Desbandá, me cuenta porqué. Se llama María Moreno Tineo, original de Istán tiene 75 años. Ella no participó en la huida, porque nació después, en 1948. Pero sí sus padres y su hermano mayor, así como el hermano de su madre con su esposa. Ella ignoraba la epopeya de La Desbandá porque sus padres no contaron nada, y su madre murió hace 18 años. Solo tiene algún comentario de su madre, ya de muy mayor, como que en la huida se refugiaron una vez en una iglesia y las estatuas de los santos le daban mucho susto. También contó que un  día que iban a comer algo de pan, que habían conseguido, tuvieron que dejarlo porque empezaron a cañonearlos. Luego a la vuelta, que no sabe cuándo fue, encarcelaron a su padre y a su tío. La he felicitado por venir a hacer la marcha con su edad.


En el desayuno también saludamos a la compañera, Mayte, que fue la que ayer se cayó y se partió la nariz, y que tiene todo el ánimo para seguir hasta Almería. Os adjunto una foto de ella. Con respecto al hombre mayor, que se cayó cuando ya habíamos acabado la intervención de la Alcaldesa de Albuñol en la Rábita, nos informan, que en principio no tiene nada grave, pero que lo van a mantener en observación en el hospital. Resulta que este hombre no es de los que está haciendo la marcha y que además es el tío de la alcaldesa. Sin embargo sí que está comprometido con la marcha, ya que había invitado a pernoctar en su casa a una pareja conocida de él, que sí participan. 


Salimos en marcha hoy, desde La Rábita hasta Adra, 160 personas y recorremos algo más de 16 km. Sin embargo, un grupo de ellas retroceden y vuelven al Fuerte de Carchuna, que se inaugura hoy como lugar de Exposición Permanente de víctimas de la Desbandá. En el acto del Fuerte, además del ministro de Memoria Histórica, Ángel Víctor Torres, intervienen el alcalde de Carchuna, Juan Alberto Ferrer; Rafael Morales, presidente de La Desbandá, Fernando Alcalde, Presidente de la Asociación 14 de Abril de Motril, que fue pionera en la recuperación de la memoria de La Desbandá y que han hecho y hacen una extraordinaria investigación histórica sobre lo ocurrido. También interviene la sobreviviente de la guerra que nos acompaña en esta marcha, Amparo Sánchez Monroy, quien con un año de edad estuvo en el campo de concentración de Argelês-sur-Mer y que nos regala con una bella prosa intervenciones emotivas de una gran fuerza. Ya podrán, los descendientes de los asturianos fugados del Fuerte, venir a visitarlos, que tendrán un sitio digno de recuerdo y un cariñoso recibimiento. En el día de hoy también, se ha publicado en el BOE, el inicio del expediente para que todo el recorrido de la Desbandá, sea declarado como lugar de Memoria Histórica. También os acompaño foto del salón de actos, del interior del Fuerte, donde se ha celebrado el acto.


Como en días anteriores, las personas supervivientes que nos acompañan, Manolo y María, además de Amparo, junto con un grupo de jóvenes que actúan como dinamizadores del debate, han visitado el Instituto Francisco Montoya, del distrito de las Norias en el Ejido. Los estudiantes son, en un 80% de origen marroquí. Cuando nuestros compañeros han explicado lo que fue la masacre de La Desbandá y lo han comparado con el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino de Gaza, han reaccionado con un aplauso enorme y continuado, mostrando su sensibilidad ante lo que está ocurriendo.


La marcha acaba en Adra, donde se estableció el primer campo de refugiados para las  personas que huía en La Desbandá. Parecía que el peligro había pasado y que ya podían descansar y continuar con las fuerzas repuestas, sin embargo, el 13 de febrero de 1937, la aviación franquista bombardeó el campamento, creando tal pánico, que el pueblo pensó que el bombardeo era el comienzo de una nueva ofensiva fascista por tierra, por lo que, volvieron a huir los que ya venían en La Desbandá y además casi todo el pueblo de Adra en la dirección de Almería. Cuando se comprobó que los bombardeos solo obedecían a la saña asesina de los fascistas y no a ninguna ofensiva, la gente volvió hacia Adra.


María Hidalgo Guerrero es una de las supervivientes de La Desbandá que nos acompaña. En abril cumple 93 años, su familia es de Málaga, y vivían en Carretera de Cádiz en 1937. Salieron huyendo sus abuelos, sus padres, ella y sus dos hermanos. Ella era la mayor con 5 años y sus hermanas tenías tres y dos años. Ella sí tiene recuerdos, aunque imprecisos. La noche de la huida ya estaba dormida y la despertaron. Salieron con lo puesto y las tres niñas iban llorando porque no entendían nada y percibían algo malo. Un tío suyo, vecino de ellos también salió huyendo con 7 hijos. Ella fue siempre de la mano de su padre, la hermana más pequeña, también iba con el padre pero colgada y la hija mediana iba con la madre. Al día siguiente en los primeros bombardeos que sufrieron, se perdieron unos de otros. El abuelo por un lado y la abuela por otro, la madre con una hija por un lado, y ella con su padre y la hermana pequeña por otro. Recuerda que vio un burro muerto con las tripas fuera y decía, “Papá mira, mira” y el padre le decía, niña no mires nada. Recuerda también la alimentación con los trozos de cañas dulces del camino y cómo consiguieron refugio en la cuadra de un cortijo donde pidieron auxilio. Durmieron tanto tiempo allí, con el cansancio acumulado, que no escucharon los bombardeos. 


Cuando reanudaron la marcha vieron muchos muertos por el camino. Al llegar a Almería, se refugiaron en las cuevas de la Chanca, el primer barrio que hay a la entrada a Almería desde Málaga, y que tuvo cuevas como viviendas hasta los años 50. Al poco tiempo, una mujer que vivía sola en Almería les ofreció alojamiento sobre todo por las niñas. Su madre no llegó a Almería, la volvieron para atrás las tropas italianas, y en el regreso se reencontró con el abuelo. Su abuela sin embargo sí llegó a Almería, donde un día la encontró su padre. Este comentaba, que cuando encontró a su madre, la abuela de ella, no la reconocía de lo que había envejecido en tan poco tiempo. Al acabar la guerra volvieron a Málaga y se reencontraron con la familia. La casa donde vivían, antes de marcharse, se la habían requisado y se fueron a vivir al barrio del Perchel. A su padre no lo represaliaron porque de alguna manera, tenía contactos con unos religiosos que lo protegieron, pero debió ser a cambio de algún trabajo, ya que solo iba a visitarlos a casa cada 3 semanas aproximadamente. El recuerdo más fuerte que tiene es el de los bombardeos de la primera noche.


Un compañero de La Desbandá que se ha hecho muy popular es Balbino Martínez, de Bilbao, y cumple 70 años en marzo. Apareció el año pasado, haciendo toda la marcha, con una especie de estandarte casero, donde colgaban 4 banderas. Él me ha explicado el origen de las 4 banderas de la forma siguiente. Participa en un grupo de jubilados que lucha en defensa de las pensiones y tenían contacto con un grupo de jubilados de Cádiz. Ambos grupos tenían acordado encontrarse en la concentración de jubilados que se celebró en Madrid en 2019. En ese encuentro los vascos iban a regalarle una ikurriña a los andaluces, y estos a los vascos una bandera andaluza. Balbino fue el encargado de entregar la ikurriña y se quedó con la andaluza, y desde entonces consideró que las dos banderas estaban hermanadas y ya tenía que ir con ellas dos a todos los sitios que hubiera que manifestarse. 


Cuando conoció la historia de La Desbandá y las marchas que hacíamos a través de gente vasca que ya había participado, le atrajo mucho la idea y vino por primera vez en 2023. Claro, tenía que traer la bandera de Euskadi y la de Andalucía, pero siendo republicano, también tenía que traer la de la república y además ponerla en lo más alto. Todavía más, no podía olvidarse de que, aunque ha hecho su vida en Bilbao, en realidad es un inmigrante que nació en León, de manera que debajo de la bandera republicana, y junto a Euskadi y Andalucía, lleva también la bandera del reino de León. Con el armatoste que lleva a cuestas, y la simpatía que derrama, es uno de los personajes más populares de la marcha.


Mañana salimos hacia Guardias Viejas, localidad de El Ejido, con un recorrido de 20 km aproximadamente."


Escribe Manuel García Morales (Manolo Teniente), cronista oppficial de La Desbandá.

Transcripción y edición: J.T.