Destaco esta frase para titular la reseña del contundente discurso que el Gran Wyoming pronunció la noche de este miércoles en Barcelona, durante la gala de los Ondas, cuando recogió el premio de mejor comunicador tras veinte años al frente de “El Intermedio”. Corto y pego a continuación las frases a mi juicio más destacables de su intervención:
“Yo tengo el pelo blanco pero no miento, que quede claro esta noche aquí.
Quiero agradecer al equipo del programa no haber emitido ninguna mentira, jamás se lo hemos consentido tampoco a ningún invitado en los veinte años que llevamos en antena.
Llevo más de cuarenta años en la televisión y nunca, como ahora, he visto el sistema democrático tan amenazado. Gran responsabilidad de esto la tienen personas responsables de medios que bajo el disfraz hipócrita de la pluralidad y la libertad de expresión ceden espacio con todo el cinismo del mundo a intoxicadores que ocupan el terreno de la información para soltar falsedades, insidias, mentiras.
“A mí nadie me da clases de periodismo” dicen cuando se les cuestiona. Es que no son clases de periodismo, son clases de decencia elemental. Quiero acordarme de los profesionales de la información que están siendo señalados, desde la impunidad de los cargos públicos, por el delito de desenmascarar mentiras. Quiero acordarme de ellos también hoy aquí, y para remate también de lo que hemos escuchado recientemente en la sala Segunda del Tribunal Supremo, donde se ha ratificado y legalizado la mentira como un arma estratégica.
Hemos escuchado decir “yo no soy yo notario, yo soy periodista” con lo cual… tienes bula para mentir. No, un periodista deja de serlo cuando miente, ese no es su cometido; es más, quiero ir más allá: sí, un periodista es un notario, y quiero que sea también garante de la verdad porque como ciudadano, exijo una vez más el derecho constitucional a la información veraz.
Concluyo con un ruego simplemente: exigiros, por favor, luchar contra los enemigos de la libertad. Estuvieron, están y estarán ahí, y solo les cabe una duda que nos la exponen con la chulería de los señoritos de los Santos Inocentes: si entrarán con lanzallamas o con motosierras.
Aprovecho que estoy en el Liceo para citar a un cantante de la zona, bueno es de Alcoy pero da igual: “No, jo dic no, diguem no, nosaltres no som de eixe mon”.
Está todo grabado, pero pienso que es bueno también que según qué cosas queden reflejadas por escrito.
J.T.

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