sábado, 6 de diciembre de 2025

Gasto militar: “La Vanguardia” levanta la alfombra

España se encamina hacia un nuevo récord de gasto militar, más de 60.000 millones comprometidos hasta 2042, sin debate público, sin control parlamentario real y, lo que es peor, sin que a demasiada gente parezca importarle. Todo se está aprobando sin ruido, consejo tras consejo de ministros, de puntillas para que nadie se entere de lo que se está firmando. En una democracia madura, esto debería ser motivo suficiente para que sonaran todas las alarmas. Aquí, en cambio, silencio.


No es el caso del diario “La Vanguardia”, que el pasado 30 de noviembre publicó un impecable y documentadísimo informe de dos páginas completas cuyo título sorprendía por lo poco habitual en una publicación conservadora: “Más de 60.000 millones de gasto en defensa apenas sin debate político”, podía leerse. En este exhaustivo y pormenorizado trabajo, Laura Aragó y Joaquín Vera explican cómo desde que estalló la guerra de Ucrania y la OTAN fijó como dogma el famoso 2% del PIB en Defensa -que ahora algunos aliados ya consideran insuficiente y empujan incluso hasta el 5%-, España ha entrado en una espiral de rearme que nadie ha votado.


El Gobierno, en minoría y consciente de que sus socios no le acompañarían en esta carrera armamentística, ha decidido optar por el atajo: si no hay Presupuestos, se aumentan los créditos; si no hay acuerdo parlamentario, se aprueban inversiones desde el Consejo de Ministros. El resultado es un gasto militar duplicado en apenas una década. De dedicar el 0,92% del PIB en 2014, pasaremos al 2,1% cuando acabe 2025. Todo decidido por lo militar, nunca mejor dicho. 


Las excusas son que hay guerra en Europa, compromisos con la OTAN y necesidad de modernizar las Fuerzas Armadas para no quedar rezagados. Es cierto que la industria militar española recibirá una lluvia de contratos que generarán empleo y moverán miles de millones en sectores estratégicos. Pero el problema no es solo qué se gasta, sino cómo se decide gastarlo. Ni siquiera los programas más colosales Eurofighter, fragatas F-110, misiles Nasams, el dron europeo Euromale, los satélites PAZ II o el incierto FCAS— han pasado por un debate transparente que permita saber qué ganamos exactamente y qué sacrificamos por el camino. Los datos de La Vanguardia, que recogen todos los acuerdos del Consejo de Ministros desde que Sánchez llegó por primera vez a la Presidencia, en junio del 2018, hasta el 25 de noviembre de 2025, revelan un excedente de gasto que supera esos 60.000 millones de euros. 


La oposición de derechas pone el grito en el cielo por la “opacidad”, pero con la boca chica porque cuando gobiernan ellos es mucho peor aún: más gasto, más contratos y más ostracismo. Ahora andan encantados con que este “Gobierno de coalición progresista” les esté haciendo el trabajo sucio. Estamos comprometiendo, sin debate de ningún tipo, miles de millones hasta dentro de dos décadas cuando ni siquiera sabemos cómo será el mapa geopolítico dentro de dos años.


¿Cómo es posible que se debata menos sobre 60.000 millones en armas que sobre una subida del SMI o una ley educativa? ¿En qué momento dejamos de exigir transparencia en lo que más condiciona nuestro futuro? Entre los que temen parecer ingenuos, los que callan para no perder contratos y los que se envuelven en la bandera para justificar cualquier cosa, nos hemos quedado sin espacio para el sentido común.


Mi agradecimiento como periodista y como ciudadano a los compañeros de La Vanguardia y a los responsables del periódico por difundir y airear un tema tan trascendental y tan silenciado.


J.T.


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