miércoles, 10 de diciembre de 2025

Robe Iniesta y Jorge Fernández. In memoriam


Jorge -Ilegal- Martínez


El rock español ha perdido a dos personajes irrepetibles en poco más de 24 horas. Jorge Martínez, líder de Ilegales, falleció el día 9 a los 70 años y este miércoles día 10 lo ha hecho Robe Iniesta, alma mater de Extremoduro, a los 63. Eran dos geniales outsiders, políticamente incorrectos, que llenaron sus canciones de verdades sin discusión. Irrumpieron en los años ochenta del siglo pasado con rabiosas letras que conectaban con las inquietudes de buena parte de los jóvenes de la época, a quienes muchas de las parafernalias políticas de aquellos momentos nos sonaban a timo imperdonable. 


Robe Iniesta

Roberto Iniesta Ojea y Jorge Martínez García, al frente de sus respectivos grupos, fueron claves en unos tiempos donde el rock servía en muchas ocasiones como catarsis colectiva. Consiguieron su prestigio a pulso en garitos humeantes y festivales intensos, pensaban y hablaban mucho mejor que la mayoría de los cantautores de moda de aquel entonces y nos regalaron, tanto en sus canciones como en sus discursos en los escenarios, frases rotundas con reflexiones imbatibles. 


Robe Iniesta (Plasencia, Cáceres, 1962), fundó Extremoduro en 1987 como un manifiesto de marginalidad poética, él se autoreclamaba poeta antes que rockero. “Poeta, siempre poeta. Lo que pasa es que si fuera solo poeta, nadie vendría a buscarme", solía comentar. Alumbró un “rock transgresivo” a base de guitarras duras, atmósferas crudas, emociones a flor de piel y letras que mezclaban sexo, miseria, lucha, amor, drogas, esperanza y derrota, todo ello con una sinceridad brutal y una brillante poesía callejera. Tras la ruptura del grupo siguió en solitario, siempre fiel a su espíritu libre y reflexivo. "Del tiempo perdido en causas perdidas nunca, nunca me he arrepentido ni estando vencido, cansado, prohibido", cantaba.


En una entrevista concedida a la revista Rolling Stone, Robe dejó una de sus frases más recordadas, refiriéndose a los jóvenes: “Que aprendan a hacer lo que les salga de los cojones, que sepan que se puede salir adelante haciendo eso, que se puede ser libre y se puede vivir haciendo y diciendo lo que uno quiere, que no hay por qué someterse y resignarse a lo que te toca”.  


Jorge Martínez, (Avilés, 1955) armó Ilegales en 1977 y trabajó un sonido mezcla de punk, nueva ola y rock urbano. Desde el principio fue una bofetada en la cara de las modas, un aldabonazo a la comodidad cultural. En Tiempos nuevos, tiempos salvajes, canción aparecida de 1982, clamaba: "Levántate y lucha, esta es tu pelea". El líder de Ilegales veía el rock como insurrección: "Los artistas no son como los tipos que trabajan en la banca, los artistas son unos hijos de puta". “Soy un macarra, soy un hortera, voy a toda hostia por la carretera” cantaba parodiando según dijo él mismo el “soy palomo torcaz, dejadme en paz” de Serrat en su canción Vagabundear. 


“Es mejor morir que dejar que se pierda la vida", repetía Jorge Ilegal en estos últimos años de su vida, ya bastante antes de que le diagnosticaran cáncer de páncreas este pasado verano. Despotricó siempre de lo que llamaba la “Transición traicionada”. Sostenía que “toda aquella esperanza de 1982 se había diluido, derechos laborales por los suelos, ley mordaza, sanidad privatizada…". Sus ideas y cómo las expresaba entre conciertos y resacas nunca buscaron palmaditas en la espalda, se trataba de molestar al poder cuanto más mejor y hacer ruido, mucho ruido. Lo consiguió.


Carismáticos renegados, Robe y Jorge cargaron las letras de sus canciones de contenido visceral. Nos enseñaron que la incorrección puede ser también honestidad y desde la periferia forjaron legados respetados por generaciones que veían en sus conciertos terapias colectivas. Para terminar, me quedo con esta frase de Jorge: “La vida no se pierde muriendo, sino rindiéndose”.


J.T.

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