Si los miembros de la todavía existente Casa Real están haciendo todo lo posible por liquidarla ellos solitos, los políticos que calientan sillones en Consejos de Gobierno y Parlamentos varios de este país no parecen quedarse atrás a la hora de desacreditar también su propia imagen y su cada vez más escaso prestigio. Las encuestas ya le otorgan menos del cincuenta por ciento de los apoyos electorales a los dos partidos mayoritarios... ¡juntos!
Hay hambre de proyectos nuevos, de siglas distintas, de caras inéditas, de mensajes frescos; hay ganas de nuevas experiencias, de escuchar propuestas diferentes, de cerrar capítulo, de pasar página. Mientras los partidos "tradicionales" chapotean desesperados para mantenerse a flote el hueco que van dejando, enorme socavón ya, pide a gritos que venga alguien y lo rellene cuanto antes. ¿Quién será?
Para que esta patética e incierta travesía del desierto no la acabe capitalizando un populista, es imprescindible que exista quien tire del carro cuanto antes. Al rebufo de la mágica irrupción del 15M, cercano ya su segundo aniversario, plataformas como "Afectados por la hipoteca" o "Jóvenes sin futuro" entre otras muchas han conseguido que sus mensajes y actuaciones adquieran un notable eco, seduzcan a unos y provoquen las reticencias de otros. Eso entre la izquierda. Porque en la derecha, adelantándose a la jugada por si acaso algo cuaja, se ha abierto la veda y ya van a degüello.
Pero no acaban de cuajar. El carácter asambleario que aspiran a mantener estos movimientos les impide crecer, les hace poco operativos y permite al adversario prever las jugadas. Es imprescindible que los movimientos ciudadanos que, desde sensibilidades de izquierdas, han surgido durante los dos últimos años se doten de los mejores reflejos para el combate.
Lo están poniendo en bandeja a inoperatividad de la clase política y las constantes agresiones a los más débiles por parte del gobierno Rajoy y de Europa. Hay que recoger ese testigo. No puede ser que movimientos ciudadanos cargados de razón no acaben cuajando por cogérsela con papel de fumar cada vez que hay que tomar una decisión. No pueden acabar cayendo en lo mismos errores que los partidos políticos y demás instituciones tradicionales.
Por eso
- Han de tener líderes, caras nuevas cuanto antes
- Han de aplicar todas las técnicas de comunicación que se sabe son efectivas
- Y lanzar cada día mensajes machacones, cortos, contundentes, que conecten con aquellos problemas del día a día que preocupan a la mayor parte de la población
- Y hay que exprimir internet hasta la extenuación
Todo ello procurando huir de dogmatismos y demás prácticas añejas que ralentizan la acción: Hay que actuar de manera urgente, rápida, eficaz y contundente.
Se puede. Y como no quieren, se debe
J.T.
Foto de Alfonso Tejada
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