A comienzos del mes de abril, rotativos de todo el mundo como Le Monde, The Guardian o The Washington Post empezaron a tirar de una manta espectacular. Y de qué manera: 130.000 políticos y empresarios de 170 países tienen entre 16 y 24 billones de euros en territorios de fiscalidad reducida. Una bomba. Con el paso de los días, pensé yo, esta noticia se convertirá en una jugosa bola de nieve que abrirá informativos y copará primeras páginas. Pues no, transcurren los días, las semanas y… no pasa nada.
Los datos proceden de un exhaustivo trabajo realizado por una agencia de periodismo de datos con sede en Washington, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). En este organismo trabajan alrededor de 160 “locos” de las pesquisas informáticas, de los archivos y de la documentación de toda la vida convencidos de que se mueven en uno de los caminos con más recorrido en el periodismo del futuro. Lo hacen desde unos 50 países diferentes.
De momento parece que le han hincado el diente a un asunto de verdadera enjundia: el opaco mundo de los paraísos fiscales. Para ello cuentan con dos millones y medio de fichas robadas por dos empleados arrepentidos que trabajaban en dos empresas de servicios financieros en paraísos fiscales, (Portcullis Trustnet y Commonwealth Trust Limited-CTL). Un sistema de evasión fiscal tan escandaloso como gigantesco del que se benefician ricos y famosos de todo el mundo. Entre ellos, y solo para abrir boca, la baronesa Thyssen, la mujer de Juan Abelló, la hija mayor del exdictador filipino Ferdinand Marcos, familiares de mandatarios y ex mandatarios de un sinfín de países…
Los bancos tampoco podían faltar: Deutsche Bank, según lo publicado por el diario alemán Süddeutsche Zeitung, ayudó a sus clientes a través de su oficina de Singapur a establecer más de 300 sociedades opacas. BNP Paribas y Credit Agricole, según Le Monde, habilitaron sociedades para clientes en paraísos como las Islas Vírgenes Británicas, Samoa y Singapur desde finales de los años 90.
Y políticos. En Francia, Jean-Jacques Augier, viejo amigo de Hollande y tesorero de su campaña electoral, ha resultado salpicado, igual que su exministro de Finanzas, Jérôme Cahuzac, que reconoció haber tenido una cuenta en Suiza con cerca de 600.000 euros durante años…
Podíamos imaginar dónde estaba ese dinero mágicamente evaporado y que nos hace falta para salir del hoyo. Los datos de estas investigaciones ratifican nuestras sospechas. Los BILLONES de euros que se mueven en los paraísos fiscales (entre 16 y 24, recordemos) en aproximadamente unas 120.000 sociedades opacas, suponen la tercera parte de la riqueza mundial, el Producto Interior Bruto de Japón y Estados Unidos juntos.
Y ahí seguimos, mareando la perdiz mientras contamos el dinero suelto que nos queda para ir a la compra.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación aseguran que están todavía desmenuzando, destripando, mirando con lupa todos los datos de los que disponen. Y que más pronto que tarde empezarán a soltar nombres. Afirman estar “a la espera de resolver aspectos legales, técnicos y periodísticos”, algo que empieza a sonar a chamusquina. Confío en que no se arredren y se animen a llegar hasta el final.
En Francia, Hollande ha prometido que obligará a los bancos del país a comunicar la lista de todas sus filiales como medida para intentar erradicar los paraísos fiscales. En otros países, entre ellos España, ya existen interpelaciones parlamentarias que solicitan medidas similares… Pecata minuta.
El caso es que, como decía al principio, pasan los días, las semanas y… no pasa nada.
Las veces que he escrito sobre esto siempre he acabado haciéndome la misma pregunta: ¿Cómo es posible que un asunto de tales dimensiones esté teniendo, al menos hasta ahora, tan escasa repercusión en los medios de comunicación de todo el mundo?
J.T.
Este post se publicó en la sección de Opinión de publico.es
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