Yo lo que creo es que los de siempre no acaban de creerse lo que está pasando. Si Arriola no los hubiera llamado “frikies” el día después de las elecciones europeas, si Pedro y su padrino Felipe no los hubieran vituperado hasta el infinito durante los primeros meses de vida de Podemos, si hubieran tardado menos en darse cuenta de que no se trataba simplemente de cuatro indocumentados perroflautas, sino que eran un grupo de jóvenes estudiosos con experiencia política y los pies en el suelo…
Si Cayo Lara no los hubiera literalmente despreciado, si la “casta” no hubiera sacado todos sus cañones mediáticos y fiscales para intentar acabar con ellos por tierra, mar y aire, si todo eso no hubiera pasado… hoy no estarían frotándose los ojos incrédulos cuando ven cómo aquellos a los que llamaban bolivarianos, defraudadores, tuiteros sueltos de lengua y profanadores de capillas, además de gestionar ya buena parte de las ciudades más importantes del país y de haber sido determinantes en media docena de comunidades autónomas, rematan la faena ahora irrumpiendo en el Congreso con sesenta y nueve diputados.
"Prometo acatar esta Constitución y trabajar para cambiarla. Por la soberanía del pueblo, la justicia social y una España nueva, por la fraternidad entre los pueblos. Porque fueron somos, porque somos serán. Nunca más un país sin su gente”. Con ligeras variantes, estas fueron las palabras con las que prometieron su cargo los diputados de Podemos. La reacción de los atildados peperos, maleducados donde los haya a pesar de lo bien que huelen, fue abuchearlos mientras desgranaban sus promesas. Y por cierto, no funcionaban los micrófonos.
Avanzan y avanzan, pero no acaban de tomárselos en serio. Los únicos que sí lo hacen quizás sean los bancos, atónitos al ver pasar los meses y no recibir la visita de nadie de Podemos para pedirles pasta y poderlos así tener, al menos, pelín enganchados por la entrepierna. Pero en los cuarteles generales del pp y del psoe todavía siguen pensando que será flor de un día. Incluso en los de Izquierda Unida. En el caso de Susana Díaz, como de tonta no tiene un pelo, se ha dado cuenta ya que el esquema mental con el que afrontaba hasta ahora los cálculos, los pactos y las intrigas no le van a valer si no cambia el "chip".
Los diez diputados andaluces de Podemos en el Congreso vienen a sumarse a los quince del parlamento andaluz. Y a la alcaldía de Cádiz. Poquito a poco. Son diez personas competentes y comprometidas. El abogado David Bravo, diputado por Almería, tan solvente en su oficio como en el arte del monólogo. Mi amiga Noelia Vera, número uno por Cádiz, curranta como he visto pocas y tela de competente, como Isabel Franco, la representante por Huelva. A los demás no los conozco personalmente, pero sus trayectorias son las de gente responsable y comprometida. La misma tarde de este miércoles Auxiliadora Honorato, diputada por Sevilla, ha dejado ya registrada la primera proposición de ley de Podemos, en la que se insta a los bancos a ceder temporalmente viviendas vacías o desahuciadas.
Y todavía los siguen ninguneando. En eso precisamente, en no calcular bien el potencial de los nuevos protagonistas que han subido al escenario, reside uno de los principales fallos de los periodistas y políticos de toda la vida, acostumbrados a que las cosas continúen siendo como ellos decidieron hace cuarenta años que fueran. Han hecho lo posible por tumbarlos y no han podido. A partir de ahora les resultará un poquito más difícil.
J.T.
Si Cayo Lara no los hubiera literalmente despreciado, si la “casta” no hubiera sacado todos sus cañones mediáticos y fiscales para intentar acabar con ellos por tierra, mar y aire, si todo eso no hubiera pasado… hoy no estarían frotándose los ojos incrédulos cuando ven cómo aquellos a los que llamaban bolivarianos, defraudadores, tuiteros sueltos de lengua y profanadores de capillas, además de gestionar ya buena parte de las ciudades más importantes del país y de haber sido determinantes en media docena de comunidades autónomas, rematan la faena ahora irrumpiendo en el Congreso con sesenta y nueve diputados.
"Prometo acatar esta Constitución y trabajar para cambiarla. Por la soberanía del pueblo, la justicia social y una España nueva, por la fraternidad entre los pueblos. Porque fueron somos, porque somos serán. Nunca más un país sin su gente”. Con ligeras variantes, estas fueron las palabras con las que prometieron su cargo los diputados de Podemos. La reacción de los atildados peperos, maleducados donde los haya a pesar de lo bien que huelen, fue abuchearlos mientras desgranaban sus promesas. Y por cierto, no funcionaban los micrófonos.
Avanzan y avanzan, pero no acaban de tomárselos en serio. Los únicos que sí lo hacen quizás sean los bancos, atónitos al ver pasar los meses y no recibir la visita de nadie de Podemos para pedirles pasta y poderlos así tener, al menos, pelín enganchados por la entrepierna. Pero en los cuarteles generales del pp y del psoe todavía siguen pensando que será flor de un día. Incluso en los de Izquierda Unida. En el caso de Susana Díaz, como de tonta no tiene un pelo, se ha dado cuenta ya que el esquema mental con el que afrontaba hasta ahora los cálculos, los pactos y las intrigas no le van a valer si no cambia el "chip".
Los diez diputados andaluces de Podemos en el Congreso vienen a sumarse a los quince del parlamento andaluz. Y a la alcaldía de Cádiz. Poquito a poco. Son diez personas competentes y comprometidas. El abogado David Bravo, diputado por Almería, tan solvente en su oficio como en el arte del monólogo. Mi amiga Noelia Vera, número uno por Cádiz, curranta como he visto pocas y tela de competente, como Isabel Franco, la representante por Huelva. A los demás no los conozco personalmente, pero sus trayectorias son las de gente responsable y comprometida. La misma tarde de este miércoles Auxiliadora Honorato, diputada por Sevilla, ha dejado ya registrada la primera proposición de ley de Podemos, en la que se insta a los bancos a ceder temporalmente viviendas vacías o desahuciadas.
Y todavía los siguen ninguneando. En eso precisamente, en no calcular bien el potencial de los nuevos protagonistas que han subido al escenario, reside uno de los principales fallos de los periodistas y políticos de toda la vida, acostumbrados a que las cosas continúen siendo como ellos decidieron hace cuarenta años que fueran. Han hecho lo posible por tumbarlos y no han podido. A partir de ahora les resultará un poquito más difícil.
J.T.
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