Pocos días ha debido tener en su vida Pedro Sánchez más movidos que este viernes 22 de enero. El destino y sus sonrisas. Eran las doce y veinte del mediodía cuando Pablo Iglesias soltó la bomba en la sala de prensa del Congreso de los Diputados. Sin anestesia:
- Le he comunicado al jefe del Estado nuestra voluntad de formar parte de un gobierno del cambio con PSOE e Izquierda Unida, un gobierno plural y proporcional a los resultados del pasado 20-D. Tanto IU como Podemos -añadió- deberían contar con carteras ministeriales. Acto seguido, remataría postulándose como vicepresidente de un gobierno presidido por Pedro Sánchez.
Yo no sé si habrá gobierno del cambio, si iremos a nuevas elecciones o si al final se impondrá la gran coalición que patrocinan Cebrián y Felipe González. Pero, pase lo que pase, lo que no podemos negar es que Iglesias y sus adláteres le han puesto a esto de la política un punto de sal y pimienta que hasta ahora le faltaba a la ensalada.
Ya no le pueden echar la culpa a las tertulias de las teles de la proyección mediática de Podemos y de la expectación que despiertan allá donde van. La sala de prensa del Congreso había puesto el cartel de no hay billetes mucho antes de la hora prevista para la comparecencia de Pablo Iglesias tras su mañanero paseo por el monte de El Pardo disfrutando de los ciervos camino de la Zarzuela..
-¿Sabe algo de esto Pedro Sánchez?
- Solo lo sabe el jefe del Estado y ahora ustedes. Lo llamaré apenas pueda.
Poco antes, en la Zarzuela, mientras Pablo salía por una puerta, Pedro había entrado por la otra.
- Oye, Pedro, que me ha dicho Pablo que quiere gobernar contigo, le contó Felipe al líder del Psoe tras los saludos protocolarios de rigor.
Si a Sánchez, en ese momento, se le atragantó el desayuno, nunca lo sabremos
- ¿Descolocado yo? ¿Estupor? Ni mucho menos, nos contó el secretario general del Psoe en la rueda de prensa posterior a su encuentro con el monarca, pasadas ya las dos de la tarde. Aunque he de reconocer -continuó- que sí es verdad que ha sido el rey quien me ha informado de la propuesta de Pablo Iglesias. Entré sin gobierno y ya tengo hasta los ministros nombrados, remató buscando desesperadamente un punto de humor que no parecía acabar de encontrar con facilidad.
- Entonces, ¿contempla usted estudiar la oferta de Podemos?
- Respetemos los plazos, contestó Sánchez. No hay atajos. Hoy es el turno de Mariano Rajoy. Si no logra los apoyos necesarios el Psoe responderá a su obligación de lograr un gobierno estable, de progreso y que lidere el cambio.
"¿Que me queme yo en un debate de investidura? ¡Ni loco!", debió pensar Rajoy apenas tomó conciencia del terremoto que había originado la oferta de Podemos. Así que cuando se plantó por la tarde en Zarzuela, no tardó en declinar amablemente la oferta real de intentar formar gobierno. Caramelos envenenados, ninguno.
- Majestad, me parece que no me voy a presentar... de momento
- Hoy por hoy - explicaría poco más tarde en su comparecencia ante la prensa- no tengo la mayoría, luego no tiene sentido que me presente a la investidura. Es evidente, continuó, que lo que hemos conocido esta mañana afecta a mi decisión.
Sin ningún rubor admitió que lo que quiere es que no corran los plazos para unas nuevas elecciones. Y según el reglamento, hasta que no se celebre el pleno de investidura, no comenzará a correr el reloj que establezca un plazo de dos meses para que se disuelvan las Cortes si nadie consigue formar gobierno.
- Yo no renuncio a nada. Debemos dar tiempo al tiempo y margen al diálogo. Muy en su línea: dispuesto a acabar con la paciencia de todos y a ganar por agotamiento. Experiencia en el asunto, desde luego, no le falta.
- El psoe ha tenido el peor resultado electoral de su historia, pero aún así Pedro Sánchez puede ser presidente si quiere, había dicho Pablo Iglesias. Y añadió: "Que sea presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer"
Fue el único instante en que los miembros de Podemos que lo arropaban en su comparecencia esbozaron una amplia sonrisa. Hasta entonces Bescansa había permanecido todo el tiempo hierática, con el ceño fruncido y la mirada perdida; Errejón, cara de póker y gestos de asentimiento a lo que Pablo iba explicando; la jueza Rosell, sí, la más sonriente; Montero, la que más familiarizada parecía con los focos; Domènech, encantado de haberse conocido y el general Rodríguez, con la experiencia que le da la mili que tiene a sus espaldas, impasible y hermético. Estaba claro que eran conscientes de su "travesura", pero aguantaron el tipo.
La han liado bien y lo saben. A Sánchez le llueven las presiones por todos los flancos. Por la izquierda, por la derecha y por su Comité Federal, donde muchos de sus correligionarios lo esperan con el cuchillo entre los dientes en la reunión que tienen prevista para el próximo día 30 en Ferraz. Por la mañana, según Pedro Sánchez, era el turno de Mariano Rajoy, hasta que éste fracasara y sin atajos. Pero parece que algún atajo era posible, porque por la tarde la pelota volvía a estar en su tejado.
El miércoles 27 comenzará una nueva ronda de consultas. El tiempo pasa, los problemas no se resuelven y Rajoy, de momento, se fuma un puro. Como si tuviera todo el tiempo del mundo. O al menos esa impresión transmite,si nos atenemos a las últimas palabras que pronunció antes de dar por finalizada su comparecencia de este viernes por la tarde.
- No voy a entrar en las ofertas de Pablo Iglesias... ni en las sonrisas del destino.
- Le he comunicado al jefe del Estado nuestra voluntad de formar parte de un gobierno del cambio con PSOE e Izquierda Unida, un gobierno plural y proporcional a los resultados del pasado 20-D. Tanto IU como Podemos -añadió- deberían contar con carteras ministeriales. Acto seguido, remataría postulándose como vicepresidente de un gobierno presidido por Pedro Sánchez.
Yo no sé si habrá gobierno del cambio, si iremos a nuevas elecciones o si al final se impondrá la gran coalición que patrocinan Cebrián y Felipe González. Pero, pase lo que pase, lo que no podemos negar es que Iglesias y sus adláteres le han puesto a esto de la política un punto de sal y pimienta que hasta ahora le faltaba a la ensalada.
Ya no le pueden echar la culpa a las tertulias de las teles de la proyección mediática de Podemos y de la expectación que despiertan allá donde van. La sala de prensa del Congreso había puesto el cartel de no hay billetes mucho antes de la hora prevista para la comparecencia de Pablo Iglesias tras su mañanero paseo por el monte de El Pardo disfrutando de los ciervos camino de la Zarzuela..
-¿Sabe algo de esto Pedro Sánchez?
- Solo lo sabe el jefe del Estado y ahora ustedes. Lo llamaré apenas pueda.
Poco antes, en la Zarzuela, mientras Pablo salía por una puerta, Pedro había entrado por la otra.
- Oye, Pedro, que me ha dicho Pablo que quiere gobernar contigo, le contó Felipe al líder del Psoe tras los saludos protocolarios de rigor.
Si a Sánchez, en ese momento, se le atragantó el desayuno, nunca lo sabremos
- ¿Descolocado yo? ¿Estupor? Ni mucho menos, nos contó el secretario general del Psoe en la rueda de prensa posterior a su encuentro con el monarca, pasadas ya las dos de la tarde. Aunque he de reconocer -continuó- que sí es verdad que ha sido el rey quien me ha informado de la propuesta de Pablo Iglesias. Entré sin gobierno y ya tengo hasta los ministros nombrados, remató buscando desesperadamente un punto de humor que no parecía acabar de encontrar con facilidad.
- Entonces, ¿contempla usted estudiar la oferta de Podemos?
- Respetemos los plazos, contestó Sánchez. No hay atajos. Hoy es el turno de Mariano Rajoy. Si no logra los apoyos necesarios el Psoe responderá a su obligación de lograr un gobierno estable, de progreso y que lidere el cambio.
"¿Que me queme yo en un debate de investidura? ¡Ni loco!", debió pensar Rajoy apenas tomó conciencia del terremoto que había originado la oferta de Podemos. Así que cuando se plantó por la tarde en Zarzuela, no tardó en declinar amablemente la oferta real de intentar formar gobierno. Caramelos envenenados, ninguno.
- Majestad, me parece que no me voy a presentar... de momento
- Hoy por hoy - explicaría poco más tarde en su comparecencia ante la prensa- no tengo la mayoría, luego no tiene sentido que me presente a la investidura. Es evidente, continuó, que lo que hemos conocido esta mañana afecta a mi decisión.
Sin ningún rubor admitió que lo que quiere es que no corran los plazos para unas nuevas elecciones. Y según el reglamento, hasta que no se celebre el pleno de investidura, no comenzará a correr el reloj que establezca un plazo de dos meses para que se disuelvan las Cortes si nadie consigue formar gobierno.
- Yo no renuncio a nada. Debemos dar tiempo al tiempo y margen al diálogo. Muy en su línea: dispuesto a acabar con la paciencia de todos y a ganar por agotamiento. Experiencia en el asunto, desde luego, no le falta.
- El psoe ha tenido el peor resultado electoral de su historia, pero aún así Pedro Sánchez puede ser presidente si quiere, había dicho Pablo Iglesias. Y añadió: "Que sea presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer"
Fue el único instante en que los miembros de Podemos que lo arropaban en su comparecencia esbozaron una amplia sonrisa. Hasta entonces Bescansa había permanecido todo el tiempo hierática, con el ceño fruncido y la mirada perdida; Errejón, cara de póker y gestos de asentimiento a lo que Pablo iba explicando; la jueza Rosell, sí, la más sonriente; Montero, la que más familiarizada parecía con los focos; Domènech, encantado de haberse conocido y el general Rodríguez, con la experiencia que le da la mili que tiene a sus espaldas, impasible y hermético. Estaba claro que eran conscientes de su "travesura", pero aguantaron el tipo.
La han liado bien y lo saben. A Sánchez le llueven las presiones por todos los flancos. Por la izquierda, por la derecha y por su Comité Federal, donde muchos de sus correligionarios lo esperan con el cuchillo entre los dientes en la reunión que tienen prevista para el próximo día 30 en Ferraz. Por la mañana, según Pedro Sánchez, era el turno de Mariano Rajoy, hasta que éste fracasara y sin atajos. Pero parece que algún atajo era posible, porque por la tarde la pelota volvía a estar en su tejado.
El miércoles 27 comenzará una nueva ronda de consultas. El tiempo pasa, los problemas no se resuelven y Rajoy, de momento, se fuma un puro. Como si tuviera todo el tiempo del mundo. O al menos esa impresión transmite,si nos atenemos a las últimas palabras que pronunció antes de dar por finalizada su comparecencia de este viernes por la tarde.
- No voy a entrar en las ofertas de Pablo Iglesias... ni en las sonrisas del destino.
Lo que quieres decir es que Podemos quiere ir a unas nuevas elecciones y que lo de ayer fue su primer acto de campaña? Me parecería gracioso, si no fuera por los grandes problemas -paro, desahucios, precariedad laboral- que tiene la ciudadanía. Parece que la vieja y la nueva política se dan la mano en cuanto tener como objetivo sus intereses y no los de las personas más desfavorecidas
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