Mientras don Tancredo Rajoy continúa mareando la perdiz y poniéndonos a todos cada vez más de los nervios, en el parlamento catalán van haciendo, a medida que transcurren los días, exactamente lo que llevan mucho tiempo anunciando que harían. Ni más ni menos. Hasta aquí, nada extraordinario. Lo inexplicable es que las semanas hayan ido pasando y los cabezas visibles de las instituciones -Mas por un lado y Rajoy por otro- continúen dándose la espalda y tensando la cuerda cada vez más.
Saben que ponerse de acuerdo para dialogar, por mucho que hasta ahora no hayan tenido demasiado interés en ello, es inevitable. Pero no hay manera. Los unos dicen que la ley está de su parte; los otros, también. Los unos invocan el carácter democrático de todo lo que hacen; los otros, también. Pero continúan sin hablar y sin hablarse. Ahora, cuando está a punto de pillarle el toro, Rajoy decide recurrir a los líderes de los partidos políticos y de los movimientos sociales y sindicales, y los invita a charlar un rato en Moncloa. O sea, lo que tenía que haber hecho hace meses... o años. Me temo que vamos algo tarde.
Que la solución en Catalunya es un referéndum está absolutamente cantado. El "derecho a decidir" acabará imponiéndose sí o sí. Que no deben dinamitar ningún puente que les lleve a sumar y a buscar soluciones parece de absoluto sentido común. Pero a estas alturas de la película no es hora ya de preguntar quién empezó antes esta triste historia de desencuentros ni quién escuchó menos. La deriva de los últimos días empieza a adquirir tintes complicados y preocupantes:
- Sabemos lo que tenemos que hacer llegado el caso, entonan a coro Mariano y Soraya y el resto de sus adláteres, sin aclarar hasta ahora cuál es el "caso" que tiene que acabar llegando
- Se ha acabado la broma, suelta el xenófobo Albiol
- Visca la república catalana, proclama Forcadell, la flamante presidenta del Parlament en su discurso de toma de posesión
- Es una provocación, suelta Mariano de emisora en emisora
- Proponemos la "desconexión", plantean Junts pel Sí y la CUP en un borrador de resolución que registran en el Parlament. Y además, esta desconexión no se supeditará a las decisiones de las instituciones del Estado, en particular del Tribunal Constitucional.
- Con prudencia y proporcionalidad responderemos a cada desafío, repite Mariano.
- Forcadell se ha puesto al servicio de dos grupos parlamentarios, denuncia Catalunya Sí que es Pot
- ¿Qué queréis, pregunta Mas ante la discrepancia de algunos de sus consejeros, que repitamos elecciones?
Ciudadanos, PSC y PP se apresuran a interponer recursos, mientras Junts pel Sí y la CUP aprietan el acelerador
- Convocamos la junta de portavoces para votar cuanto antes el borrador de resolución ¿Cómo, que no está constituido aún el grupo popular? Da igual, yo sigo, que el reglamento me lo permite, plantea Forcadell
- Pa chula ella, chulos nosotros, fanfarronea Albiol
- El Estado no va a financiar veleidades independentistas, remata Montoro, perejil de todas las salsas
Y continúan a la greña, sin hablarse, elevando el tono y la tensión y empezando incluso a perder las maneras. ¿Nos hemos vuelto todos locos? ¿Acaso es normal que esto funcione como una película de suspense, donde se nos mantiene como meros espectadores a quienes estamos plenamente concernidos por las consecuencias de tamaño desencuentro?
Quiero escuchar algo tranquilizador ya. No pueden pasar más días sin que sepamos cómo puñetas va a acabar todo esto. Lo saben todas las partes. Saben que la única solución es el diálogo y dejarse de postureos, órdagos, pulsos, ultimátums... Lo saben porque la otra opción sería que el enfrentamiento pasara a mayores, y los catalanes que votaron el 27 de septiembre quieren convivir en paz entre ellos y tener la mejor relación con el resto del Estado. Esa es, a mi juicio, la única interpretación posible del resultado de las votaciones. Votaron para que sus representantes se entendieran y no para que las crispación se acentuara a medida que fueran transcurriendo los días. Votaron para que los votados entendieran el mensaje, y no para que montaran el pollo que están montando, ni para que se insultaran, ni para se pusieran de los nervios ellos y de paso a nosotros...
A los políticos les pagamos el sueldo para que busquen soluciones a los problemas y no para que nos creen más complicaciones de las que ya tenemos. "Búsquennos soluciones", fue lo que los catalanes ordenaron a sus políticos el 27-S. Pues bien, ni puñetero caso les están haciendo. Es verdad que lo de Rajoy es muy fuerte, que este presidente saliente no ha sido solo un problema, sino una verdadera pesadilla. Pero su intolerancia, que tan a la ruina nos ha llevado en tantas cosas, se acaba en pocas semanas. Las opciones políticas más votadas en Catalunya no deberían estar jugando a ponerse a su altura. El proyecto que defienden se merece más respeto del que le están teniendo quienes lo encabezan. Se merece que agoten todas las vías de diálogo posibles, porque ese fue el verdadero mandato de las urnas. El gobierno del PP con Rajoy al frente tiene la mayor parte de responsabilidad, de acuerdo, pero cuando dos partes no hablan es porque ninguna de las dos quiere poner nada de su parte.
Esto no puede continuar así. No nos merecemos ni un minuto más de intranquilidad. No puede ser que nos estemos moviendo entre fanfarronadas, amenazas y discursos del miedo. Tenemos derecho a exigir comportamientos responsables, a estar gobernados por políticos que nunca olviden que su obligación es propiciar que cada noche nos vayamos a la cama tranquilos y podamos conciliar el sueño. En paz.
J.T.
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