La provocación que supuso proponer a José Manuel Soria para director ejecutivo del Banco Mundial no fue una equivocación más de Mariano y sus muchachos, porque el asunto lleva ya camino de acabar convirtiéndose en La Gran Equivocación. Cinco años mintiendo como bellacos, tratándonos como tontos y administrando el poder como si el país fuera un cortijo privado a su entera disposición, y mira tú por dónde lo que puede acabar con Rajoy va a ser esta “tontería” con trazas de bola de nieve.
Porque tontería fue el momento escogido para el anuncio, justo al final del fallido debate de investidura, tontería las burdas explicaciones posteriores de Rajoy y de Guindos, – “decisión técnica y no política”, “si un funcionario no puede ser funcionario,entonces… ¿esto qué es?”- y tontería también fue, sin duda, no abandonar la soberbia ni la chulería cuando por fin entendieron que no tenían más remedio que dar marcha atrás.
Una tontería que en el Partido Popular ha puesto de los nervios a mucha gente y ha roto el tradicional cierre de filas en torno al hierático líder. Demasiado cachondeo ya, incluso para la ilustres tragaderas de sus señorías peperas. Tras los cabreos públicos expresados en días anteriores por Feijóo, Cifuentes, Monago, Herrera, Moreno y compañía, y una vez tomada la decisión de obligar a Soria a quitarse de enmedio, hacía gracia escuchar la mañana de este miércoles a Jesús Posada afirmar que la rectificación “es la mejor solución posible y lo mejor para todos”, a Andrea Levy asegurar que “lo importante es que al final las cosas se han hecho acertadamente”, o a Javier Maroto recurrir al “rectificar es de sabios” añadiendo además, sin asomo de rubor, que “cuando uno toma una decisión, la recapacita y rectifica y, además, lo hace en la buena dirección, hay que aplaudirlo”. ¡Ahí queda eso!
El “affaire” Soria tiene pinta de bola de nieve porque, si en el horizonte hubiera podido existir la remota posibilidad de contar con once abstenciones en octubre para hacer presidente a Rajoy, ¿quién va a ser ahora en el PSOE, después de la última gamberrada rajoyniana el guapo, o la guapa, que va a atreverse a proponer echarle una mano al PP? Los de Ciudadanos, por su parte, están que se suben por las paredes porque se les ha quedado cara de tontos y lo saben. “Hay algunos que no tienen remedio”, comentó Rivera cuando se enteró de lo de Soria el viernes por la tarde tras la sesión de no-investidura, apenas una hora después de haber sido víctima de la mala educación de Rafael Hernando y sin haber tenido la oportunidad de contestarle.
En resumen, que la tontería Soria ha destrozado cualquier expectativa de posibles apoyos para octubre y que, llegados a este punto, parece difícil que todo continúe como hasta ahora. La capacidad de aguante de Rajoy empieza a agotar la paciencia de sus todavía leales compañeros de partido, y la hipótesis de que no sea el actual presidente en funciones quien encabece las listas si hay terceras elecciones parece que empieza a ser plausible.
A pesar de lo acostumbrados que están a mentir y hacer siempre lo que les ha dado la gana sin que nunca pase nada, esta vez parece que no ha colado. Un retiro dorado más, como los de Wert, Ana Mato o Cañete, pues va a ser que no. Al vaso de las provocaciones ya no le caben más desvergüenzas y se ha desbordado. Para Rajoy y para el PP, el “affaire” Soria puede que no haya sido simplemente una equivocación más. Puede que acabe convirtiéndose en “La Gran Equivocación”.
J.T.
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