jueves, 1 de agosto de 2013

Rajoy se escapa vivo una vez más



Se les ha escapado vivo. Tanto entrenamiento en el arte de resistir tiene que servirle forzosamente de algo. Tras sobrevivir durante años -quinquenios ya- a noches de larguísimos cuchillos en el propio seno de su cainita organización, a Rajoy le ha bastado este jueves con tirar de rutina para merendarse a una oposición en inferioridad numérica, física y hasta química, a juzgar por la falta de punch.

No entiendo qué le ocurre a Rubalcaba. Este no es nuestro Alfredo, que nos lo han cambiado. ¿Qué ha sido de sus retorcidos colmillos, de aquella lengua viperina de tan acreditada eficacia en pretéritas batallas? ¿Es posible que no contara con la posibilidad de que Rajoy abordara las cosas como lo ha hecho? No creo. ¿Entonces?

Porque Rajoy se la ha jugado a cara o cruz: "No me voy a declarar culpable porque no lo soy" -ha dejado dicho para la historia en el diario de sesiones. Si miente, lo pagará caro, pero mientras tanto sale vivo comparecencia tras comparecencia. La autoflagelación a lo Juan Carlos -"me equivoqué con Bárcenas"- ha sido el primer golpe de efecto. Pero al punto victimista no ha tardado en sucederle  la actitud chulesca y pendenciera trufada de trucos de avezado trilero.

"¿Se han pagado remuneraciones complementarias por razón del cargo? Sí, como en todas partes", suelta tan ancho

Y en lugar de tirársele a la yugular al oír cosas como ésta la oposición, atocinada y apoltronada, lanzaba mandobles al aire como los boxeadores noqueados. "En cualquier país de Europa, solo por los eseemeeses a Bárcenas tendría usted que dimitir" -decía un casi indulgente Rubalcaba. "Les voy a contar la historia de una familia", declamaba un solemne Cayo Lara; "Respetamos la presunción de inocencia" -proclamaba un circunspecto Duran Lleida que aprovechó para reprochar el maltrato a sus amigos Mas y Pujol"... Por no hablar de la impetuosa Rosa Díez y su rechinante "veinteava", inadecuado término utilizado cuando anunciaba que iba a exponer su "vigésima" pregunta.

Rajoy se ha permitido afirmar que ya había hablado del caso Bárcenas cuando la única vez que rozó el larguero con el asunto lo hizo mediante comparecencia por plasma, no le importa decir digo donde dijo Diego, como cuando proclamó a los cuatro vientos que "no se iba a poder probar que el extesorero no era inocente". Ahora va, se desdice y punto pelota. Tampoco le ha importado contradecirse durante el mismo debate: anunciar que no iba a recurrir al "y tú más" y adornar su discurso desde el minuto uno con frases pronunciadas por Rubalcaba en el pasado: pasajes atinadamente seleccionados para darle en todo el bebe al jefe de la oposición y de paso a pedrojota.

La sensación que me ha quedado, tras tragarme la comparecencia íntegra, ha sido que ningún partido había hecho los deberes más allá de poner en orden todo lo que ya se conocía del caso tras las revelaciones periodísticas y las comparecencias judiciales. Rajoy, en cambio, se había preparado -o le habían preparado- los deberes a conciencia, con sus paréntesis y todo tras las citas textuales (memorable el histórico "fin de la cita", convertido en trending topic y que será finalmente el chascarrillo del debate que pasará a la historia)

Poca improvisación en las filas de la oposición, poca devolución de balones, demasiado guión... De vez en cuando me sorprendía a mi mismo increpando al televisor, como si de un trascendental partido de fútbol se tratara, cuando entendía yo que los replicantes se quedaban cortos, no pegaban nada duro ni muchos menos remataban ninguna faena.  Hasta han caído en la tentación del insulto (Coscubiela) cuando hubiera bastado con poner en valor el nerviosismo que el presidente evidenciaba en varios momentos (alusiones al caso Faisán y a Luis Roldán) en que ha estado a punto de perder los papeles. Con las contradicciones, las chulerías y las mentiras flagrantes de Rajoy lo han tenido a huevo para meterle mano pero han dejado que se les escape vivo ¿Por qué?

A todo esto, ¿qué hemos salido ganando los ciudadanos tras esta comparecencia? ¿Qué ha cambiado? Probablemente que Rajoy se ha mojado y de eso ha quedado constancia en el diario de sesiones. Muy claro lo tienen que tener para arriesgarse a que mañana Bárcenas aparezca con algún nuevo misil. Y hasta ha osado tocarle las narices a pedrojota, con el peligro que tiene, y que seguro se habrá cabreado como una mona con la cita de Rubalcaba desempolvada hábilmente por Rajoy en la que el jefe de la oposición decía hace años que "hay un círculo de la calumnia que funciona así: "El Mundo" manipula y tergiversa adecuadamente para generar una audiencia que al mediodía será ampliada por los informativos de televisión".

Se ha permitido Rajoy hasta citar a Bertrand Rusell: "La calumnia siempre es sencilla y verosímil". Y Rosa Díez va y le replica con una frase de Nietzsche "Lo que me entristece no es que me hayas mentido, sino que jamás podré confiar en ti"

Conclusión: agua de borrajas. Yo lo siento, pero no he podido quitarme la sensación de que ahí todos, gobierno y oposición, estaban limitándose a solventar un trámite. Una vez liquidado el marrón, cada uno a su respectiva playita, y ya veremos qué pasa en septiembre. Las muchas maletas que algunos han tenido el descaro de llevarse al Senado, para no tener ni que pasar por el hotel después, así lo evidencian.

Parece que tras el intenso paripé los mercados, al menos hoy, se han quedado tranquilitos. Yo, desde luego, no.

J.T.

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