Recalasteis a primeros de julio por la redacción y lo primero que comprobasteis fue que nada de lo que pasaba allí tenía mucho que ver con lo que os habían contado en la facultad.
Conocisteis a una serie de locos estresados, ensimismados en su cometido y que parecían pasar de vosotros. Iban a su bola, pero cuando tenían un momento os dedicaban una sonrisa cómplice porque alguna vez ellos también pasaron por esa experiencia y experimentaron la misma sensación que vosotros ahora.
Solo os puedo decir una cosa: aprovechad bien la oportunidad. No sé si os están pagando o no. Lo más probable es que, en muchos casos, os estén exprimiendo sin soltaros un solo duro. Pero yo os digo: no dejéis que el tren pase de largo. El redactor, el jefe de sección o el redactor jefe que tenéis al lado tienen la obligación de enseñaros, de contestar a vuestras preguntas, a vuestras curiosidades, a vuestras dudas... Es lo mínimo que os deben después de utilizaros para cubrir un puesto de trabajo a coste casi cero durante los meses de verano.
Es un sinsentido, pero yo os propongo que le veáis la parte positiva a la situación y la aprovechéis al máximo. Os diré una cosa: todos los veranos son interesantes desde el punto de vista informativo, pero este año la cosa está especialmente atractiva. Es una oportunidad, no la desaprovechéis. A los medios en los que estáis haciendo las prácticas les faltan manos, dedos, ojos, brazos... y vosotros estáis ahí. Es vuestro momento. Todo lo que haya que hacer sobre Gibraltar, sobre el pp , sobre el caso Bárcenas, sobre las secuelas del accidente de Santiago... es una oportunidad que cuando pasen unos años la recordaréis como un momento clave en vuestra vida.
La facultad quedó atrás. En la medida en que antes os liberéis de su corsé mejor os irá. Os han hecho estudiar, y os han examinado, de mucha teoría que no os va a servir para nada de ahora en adelante. Esto sucede, entre otras razones, porque la mayor parte de los profesores que habéis tenido durante la carrera enseñan periodismo sin haber hecho jamás periodismo.
No me cansaré nunca de decirlo. El periodismo es un oficio y no una carrera. Ahora es cuando tenéis ocasión de poneros al día. Si os gusta esto, recordad las cuatro reglas básicas (pirámide invertida, cinco doble uves...) y lo demás es curiosidad, ganas y práctica. El periodismo es contar historias, buscar la mejor y contarla el primero. El periodismo es ser testigo, estar en el sitio donde pasan las cosas y contarlas con rapidez sabiendo qué es lo más importante y dejándose de perífrasis, retruécanos y frases hechas.
El periodismo no es floritura, es lenguaje directo. No es pontificar sino ayudar al lector, al radioyente, al telespectador... a formarse su propia opinión. El periodismo es verificar, contrastar, nada de cortar y pegar.
Si aprendéis todo eso, queridos becarios a los que tanto admiro, tendréis la principal parte del camino andado. En ocasiones tendréis oportunidad de codearos con gente importante. Nunca penséis, por mucho que os sonrían o que os doren la píldora, que son vuestros amigos. Tampoco os mimeticéis. El mayor patrimonio del profesional del periodismo es su independencia y eso sólo se consigue manteniendo siempre una prudente distancia, evitando los mamoneos, los compadreos, y sabiendo que el político, el famoso, el artista de quien hablamos, tiene su sitio y nosotros en el nuestro.
Sobre todo aprovechad. Aprovechad que falta la mitad de la redacción y demostrad que sois capaces de cubrir los huecos. Llenad vuestra agenda de números de teléfono, de direcciones de correo electrónico… Los contactos serán vuestro mejor patrimonio. Cuando llegue septiembre tendréis menos posibilidades. El momento es ahora. Insisto: aprovechad. Y disfrutad, que el verano, no me lo negareis, se ha presentado bien calentito.
¡Ah!, y los que hacéis locución: practicad más, coño, que no se note tanto que sois becarios :-)
J.T.
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