Fue en Valencia, en un acto en torno al Día Internacional de la
Mujer que se celebró la semana pasada. Participaba en él Manuela Carmena y
proyectaban "La piedra de la paciencia", una sobrecogedora película
sobre la situación de la mujer en Afganistán. Una de esas historias que te
pellizcan, o mejor, que te golpean y hasta te hablan al oído para que no te
quedes quieto, de las que te ponen difícil marcharte a tu casa tras la
proyección como si no hubiera pasado nada.
- Llevaba dos meses y medio diciendo que no a la propuesta de
Podemos para encabezar la lista a la alcaldía de Madrid, pero "La piedra
de la paciencia" me hizo cambiar de opinión.
Así explicaba este domingo en Segovia la magistrada Carmena la decisión
que dota de un importante valor añadido el trabajo que Podemos viene haciendo
durante el último año en la política española. Porque la irrupción de Carmena
en la escena política cambia el paso a quienes seguían a rajatabla un
argumentario de sota-caballo-y-rey para atacar a Podemos y les rompe el
discurso a quienes se empeñan en reducir el proyecto a un asunto de cuatro
jóvenes universitarios amigos de Venezuela y defensores de los etarras.
- El mensaje que me transmitió "La piedra de la
paciencia" -continuó explicando Carmena- es que hay momentos en la vida en
que la mujer tiene que ejercer su protagonismo, y éste es uno de ellos. No se
le pueden dejar espacios a personas como Esperanza Aguirre por falta de
compromiso de otras mujeres. Así que me sentí obligada. No me puedo permitir
decir que no, pensé.
Contaba esto Manuela Carmena en un encuentro previsto mucho antes
de tomar la decisión que la ha colocado en los titulares de los periódicos. Se
trataba de una conversación, programada con meses de antelación entre ella y
Alicia Gómez Montano, que formaba parte de unas jornadas anuales organizadas
por el ayuntamiento de Segovia para poner en valor las "Mujeres que
transforman el mundo".
Carmena, jubilada como jueza desde 2010, siempre ha defendido que
hay que promover inventos sociales con el mismo interés con el que se trabaja
en inventos tecnológicos... Quiere reinventar la Justicia, odia esas salas de
juicio que parecen pequeñas catedrales y aboga por una cercanía que no existe
entre la justicia y los ciudadanos. Ni entre los políticos y los ciudadanos.
Ahí es donde ella ha decidido pedir carta y aceptar el envite de luchar por la
alcaldía de Madrid. Pasar del análisis y la crítica a la acción, a la gestión.
- Yo creo que se puede hacer política de otra manera. Sin
crispación, sin gritos, sin caer en las provocaciones, sin entrar a rebatir
según qué argumentos. No voy a participar en mítines, porque hay mil maneras de
llegar al ciudadano y hacerle sentirse cerca tuyo. Hay que normalizar la política, escuchar a todo el mundo, promover reuniones,
encuentros, foros donde hacer y recibir propuestas… ¿Debates en televisión? Si
no los puedo evitar, los aceptaré. Pero eso sí, intentaré dedicarle a la
campaña sobre todo las mañanas. Las tardes quiero que sean para las cosas que
vengo haciendo desde hace tiempo, mi familia, mis proyectos solidarios, vida
personal... tenemos que conseguir que eso sea compatible.
En el mismo foro segoviano en el que participaba Manuela Carmena
han intervenido estos días mujeres como Victoria Nyanjura, una ugandesa de 33 años
que fue secuestrada por los rebeldes cuando tenía 14 y fue madre dos veces como
consecuencia de las violaciones de sus captores. Tras ocho años de cautiverio,
escapó con sus hijos. Hoy, arropada por su familia y tras licenciarse en
Sociología de Desarrollo, coordina la Red de Defensa de la Mujer en su país. Mujeres
también como Halla Tómasdótir, islandesa, una de las 150 empresarias más
importantes de Europa entre 2009 y 2011, defensora del equilibrio entre géneros
como condición irrenunciable para construir un mundo sostenible…
Hay momentos en la vida donde no nos podemos permitir decir que
no. Momentos donde mujeres como Halla Tomásdótir en Islandia, Victoria Nyanjura
en Uganda o Manuela Carmena en nuestro país entienden que toca no eludir el protagonismo,
apostar por una política diferente y promoverla desde abajo. Y van y lo hacen, dispuestas
a pagar el precio.
Si podéis, no perdáis la ocasión de ver “La piedra de la paciencia”.
O de leer la novela en que está basada la película, con la que Atiq Rahimi ganó el
premio Goncourt del año 2008. Os ayudará a entender por qué Manuela Carmena decidió
subirse las mangas y optar por el compromiso. ¡Que tiemble Esperanza Aguirre!
J.T.
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