lunes, 5 de abril de 2021

Con la vivienda no se juega


Seguro que hay ministros socialistas cuyos hijos les cuentan en qué condiciones viven la mayoría de sus amigos, seguro que saben que apenas hay menores de treinta años, y hasta de cuarenta, que se puedan plantear independizarse definitivamente, o dejar de vivir en pisos compartidos, o irse a vivir con su pareja, tener hijos… Seguro que les cuentan el desfase entre lo que cobran y lo que les cuesta un piso… ¿la vivienda no es un derecho, papá? No, hijo, también es un bien de mercado, ¿se atreverán a decírselo?

Gobiernan, pero no mandan, y les molesta que los socios de coalición insistan en que se cumpla un acuerdo de legislatura que quizás se arrepientan de haber firmado. Los pactos están para no cumplirlos, llegó a decir un socialista, tan reconocido como cínico, que fue alcalde de Madrid. Como las promesas electorales, se hacen y luego se olvidan, pero en este caso tienen un socio de gobierno que no está dispuesto a que se salten los compromisos a la torera. Eso se acabó. Y ahí andan ellos, embozándose tras patéticos tecnicismos para continuar mareando la perdiz.

“Un control de alquileres radical disminuirá la oferta”
, afirmaba este martes en diario El País Pedro Saura, secretario de Estado de José Luis Ábalos y responsable directo de las políticas de vivienda. Luego continuaba explayándose en laberínticas disquisiciones de las que podían extraerse dos conclusiones: Una, va para largo mejorar la política de vivienda; dos, en el mejor de los casos lo que se pueda arañar tampoco será para tirar cohetes. Se han metido en un berenjenal y no saben cómo salvar la cara. Si gobernaran solos dirían a otra cosa mariposa y zanjarían el asunto, pero en coalición están obligados a pelear. Y no saben, o no pueden, o no quieren, vaya usted a saber.

El mismo día en que se publicaban estas declaraciones de Saura, 30 de marzo, el gobernador del Banco de España remataba la faena en el mismo periódico: “Limitar los precios es contraproducente”, proclamaba Pablo Hernández de Cos sin que se le cayera la cara de vergüenza, al tiempo que apuntaba la construcción de pisos para arrendar como única salida. Es decir, a esperar años y años mientras la población envejece y los grandes propietarios mantienen cientos, miles de viviendas vacías.

Acorralados como están, se les ocurre poner sobre la mesa otro timo de la estampita: incrementar los incentivos fiscales, algo que apenas repercute en el pequeño propietario y sin embargo beneficia descaradamente a los grandes “tenedores”, que manda narices también con el término. Pero vamos a ver, ¿tan complicado es regular los precios y propiciar el acceso a una generación, o dos, que se están quedando en tierra de nadie y facilitarle la vida a tantas personas que, en el mejor de los casos, necesitan más de la mitad de lo que ganan al mes para pagar un techo?

Ángel Gabilondo, candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, habla de empezar a construir viviendas públicas de alquiler asequible. “Empezar a construir”, ojo al parche, lo precisa porque sabe que en realidad de lo que se trata es de “empezar a estudiarlo”. Es decir, que ha de transcurrir una eternidad antes de que eso suceda. Y mientras tanto, los fondos buitre, con las viviendas cerradas para que los precios no bajen.

Es que es mejor la zanahoria que el palo, insiste el ministro Ábalos a pesar de que el Sindicato de Técnicos de Hacienda (GESTHA) ha hecho público que, en el caso de aquellos pequeños propietarios que tienen un piso o dos en alquiler, lo que ahorrarían pagando menos impuestos no compensaría lo que pierden si bajan el precio. Claro que no, porque esa propuesta no es para el jubilado que complementa la pensión con el alquiler de un piso en el que metió los ahorros de toda su vida, sino para los fondos buitre y los grandes bancos que ya se andan frotando las manos a la espera del nueve de mayo, cuando finalice el estado de alerta y se pongan de nuevo a desahuciar como locos.

En algún sitio tengo escrito que los socialistas le siguen profesando un miedo atroz a los fondos buitre, a los profesionales de la especulación, a los mayores tenedores de inmuebles, que son los bancos… Cuando llegan al poder, suelen exhibir una especial habilidad para formular sentencias con las que rebajar expectativas en todo lo que tiene que ver con el progreso social. Pero esta vez no gobiernan solos, sino merced a un pacto de coalición cuyo capítulo 2, punto 9, contiene 11 apartados dedicados a la vivienda en los que se pormenoriza el compromiso firmado para evitar cortapisas y facilitar el acceso sin ahogar a las familias con alquileres imposibles o hipotecas de por vida.

El acuerdo de gobierno existe y está firmado. Así es, por mucho que Carmen Calvo apele al “derecho a tener distintos puntos de vista”. Pues claro, señora vicepresidenta, si los puntos de vista fueran los mismos no habría hecho falta firmar nada. Los contratos se inventaron, entre otras cosas, porque no nos fiamos los unos de los otros. Y, como recordaba el viernes en el digital La Última Hora Javier Gil, portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, “si el PSOE y Ábalos no sancionan a los grandes especuladores que acumulan vivienda vacía es porque están protegiendo sus intereses”.

J.T.

P.D. 
Artículo 47 de la Constitución Española
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.

Publicado en "La Última Hora"

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