Esto se mueve. Algo está cambiando. La encuesta de Sondea Investigación Social, que prevé un ascenso mucho mayor para las formaciones minoritarias que el resto de consultas de este tipo hecho público hasta ahora, pone de manifiesto que la ciudadanía, además de perder el miedo a elegir lo que le dé la gana, está resuelta a defender en las urnas la utilidad de su papeleta. Vote a quien vote. Que se ha acabado ya esa broma con la que te presionaban los partidos mayoritarios argumentando que, si no los votabas a ellos, estabas tirando tu voto a la basura.
Cuando, con los datos de Sondea Investigación Social en la mano, compruebas que la suma de pp y psoe puede llegar a perder el veinte por ciento de su actual fuerza electoral y que veinte de los cincuenta y cuatro escaños que corresponden a nuestro país en el Parlamento Europeo pueden estar repartidos en más de media docena de formaciones diferentes a las dos hegemónicas, lo primero que se te viene a la cabeza es que eso sí empieza a reflejar lo que oyes a diario en las calles de nuestro país. Quieres creer que por fin puede llegar a traducirse en votos lo que buena parte de los ciudadanos parece que siente y piensa.
Los datos de la encuesta de “Sondea…” evidencian no sólo que conocemos el poder que tiene nuestra papeleta, sino que el día 25 queremos ejercerlo con más elocuencia que nunca. Los partidos mayoritarios, como decía el otro día, han empezado a intuirlo. Están descubriendo que ni las amenazas ni los gritos anunciando que viene el lobo parecen producir ya el efecto de otras veces.
Usaron siempre el dinero y la legislación vigente para multiplicar su presencia pública e invisibilizar al resto de formaciones. Pero parece que esta vez la jugada no les está saliendo todo lo bien que quisieran porque los “invisibles”, gracias a los datos de las encuestas, empiezan a serlo un poquito menos.
Las emisoras de radio, las agencias y los periódicos no tienen más remedio que nombrar las siglas a las que corresponden los datos de intención de voto que aparecen en los gráficos. En los debates de la tele, las formaciones minoritarias seguirán teniendo crudo chupar cámara pero en los informativos será difícil ningunearlos, aunque algunos lo intenten. La irrupción en las encuestas de las opciones minoritarias permite deducir que el patio está más movido de lo que parece, que el ambiente está caldeado pero bien y que lo queremos manifestar apoyando el día 25 esas opciones que, quienes mantienen el discurso de siempre, llama “inútiles”.
La aparición de los últimos datos de intención de voto está llevando, tanto al pp como al psoe, a pasar del ninguneo a la descalificación y al insulto, lo que significa que empiezan a tomarse en serio el temido ascenso que siempre vieron tan lejos y que nunca, en los últimos treinta y cinco años, consideraron que podía poner en peligro su asentada hegemonía.
Los cambios llegan cuando te convences de que son factibles. Y los últimos sondeos electorales parece que refuerzan esa convicción. Entonces es cuando los amenazados se enervan y los emergentes se animan… cuando empieza a evidenciarse la decadencia de los de siempre y la irrupción de savia nueva. Si las encuestas están en lo cierto, no es mala cosa que empiece el meneo.
J.T.
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