La digestión les está resultando bastante pesada al pp mientras Rajoy continúa, una vez más, desaparecido en combate. En los cuarteles generales del partido llevan toda la semana de los nervios y haciendo cálculos. Y claro, más cálculos hacen, más de los nervios se ponen. Le den las vueltas que le den, lo miren por el ángulo que lo miren, lo analicen como lo analicen, el 25M les pilló el toro pero bien. Una amarga victoria más al saco.
Más sesudos informes elaboran y más inspiración buscan para sus agresivos argumentarios, más claro ven que tenían que haber contado mínimo hasta cien antes de ponerse a cantar ridículas victorias o lanzarse a criminalizar a las primeras de cambio a la formación que los votantes eligieron para pegarle a ellos, y a sus fallidos socios bipartidistas, una sonora y dolorosa patada en los huevos.
La iglesia, siempre tan sabia, todavía no ha dicho ni mú. Ni sus beligerantes emisoras, ni sus conventos y abadías acudiendo a votar en tromba sirvieron esta vez para mitigar la hecatombe de los suyos, pero ellos calladitos. Dos mil años largos de historia dan de sobra para aprender a administrar los silencios. Los administran tan bien que en la Comunidad andaluza, donde prospera esa competente catequista que fue Susana Díaz, ni ella ni la confesión religiosa a la que pertenece han aireado demasiado que el sesenta por ciento de los jóvenes andaluces están en paro. Tuvo que encargarse de recordarlo el mismísimo papa de Roma durante una "celestial" rueda de prensa celebrada en el avión de regreso al Vaticano tras su viaje a "Holy Land". Fernández Díaz, tan religioso él, ha preferido viajar más cerca, al Valle de los Caídos, para encontrar un poquito de luz entre tanto desaguisado.
El caso es que el pasado fin de semana la ciudadanía habló en toda Europa,dejó claro su desacuerdo con la manera en que se está gestionando la crisis en la Unión y rechazó esas políticas que nos abocan a la desigualdad sin remedio. Cinco días después, y aunque el FMI haya tenido la poca vergüenza de visitarnos en plena resaca para instarnos a que los sueldos disminuyan aún más y a que paguemos más impuestos, la troika, Merkel y toda su cohorte de paniaguados están aún digiriendo el batacazo. Los fascismos crecen hasta el punto de convertirse en la fuerza más votada en sitios como Francia, y en países como España la suma de todos los votos de izquierda reduce la representación de la derecha al treinta por ciento. Un lío todo.
Cañete, de momento y por lo que pueda pasar, ya se ha bajado del tractor con el bocadillo en la mano; Fátima Báñez, ahora que llega el Rocío, está dándole los últimos retoques al traje con el que irá a pedir ayuda a la ermita de las marismas; Gallardón continúa mudo (miedo me da) y a Montoro no se le escuchan ni sus sonoras risitas. ¿Calladitos quizás a instancias del asesor Arriola? Igual les dijo callaos que voy a hablar yo, y acto seguido, asesorándose a sí mismo, regó el país con un millón doscientos cincuenta mil frikis, los votantes de Podemos, mientras Floriano les atribuía ser los responsables de que haya facinerosos que se dedican a rodear su casa.
Los pocos peperos que hasta ahora han hablado desde el domingo no han hecho más que meter la pata uno detrás de otro y lo saben. Los que permanecen callados, con Rajoy al frente, igual están vitaminándose para en breve ponerse a ladrar su rencor por las esquinas y que temblemos todos, pero de momento chitón. Y por supuesto de reconocer las cosas... nada de nada. Han ido tan a saco, tan desenvueltos, tan arrogantes, tan sobraos... que empiezan a entender -otra cosa es que lo admitan en público- que se han pasado de frenada dieciocho pueblos.Y no saben ahora por dónde tirar.
J.T.
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