sábado, 3 de julio de 2021

No se cansan de hacer el gamberro


Celebro la llegada de los sábados con alivio, porque las digestiones de la actualidad política son cada vez más pesadas. Esta semana el trasiego se adelantó y empezó ya el domingo por la noche con una cena que soliviantó a la caverna, siempre maquinando hostilidades con las que tapar la buena marcha de la vacunación, o la recuperación económica, o la llegada de los fondos europeos.

Que por fin volviera a celebrarse el Mobile World Congress en Barcelona suponía cerrar un forzoso paréntesis de año y medio y significaba también una excelente noticia para la proyección internacional de España en el mundo de los avances tecnológicos ¿En algún sitio vieron u oyeron a alguien del PP, o de Ciudadanos, alegrarse por ello?

Que en la cena inaugural se sentaran juntos el presidente de la Generalitat, el del Gobierno español, el monarca y la alcadesa de Barcelona era sin duda un buen síntoma, un alivio para la convivencia se mire como se mire, y un buen comienzo para esa etapa de diálogo tanto tiempo postergado ¿Qué hicieron los gamberros de guardia? ¿Ponderar esto, valorar el innegable aspecto positivo de esa foto? Ni por asomos. Se centraron en que Pere Aragonés había desairado, según ellos, a Felipe de Borbón en materia de protocolo: “Plantón de Aragonés al Rey a pesar de los indultos de Sánchez”, titulaba el ABC en portada; “Aragonés vuelve a desairar al rey tras los indultos de Sánchez”, gritaba El Mundo a 4 columnas en primera página. El PP en tromba, también Ciudadanos, se movieron por esta línea; de la ultraderecha ni hablamos.

Los perdedores desesperados son muy peligrosos y suelen medir poco las consecuencias que puede llegar a tener elevar el listón de la crispación tanto como lo están haciendo. No contento con haber negado a los empresarios -¡y hasta a la iglesia!- el derecho a opinar porque no le gustaba su posición a propósito de los indultos, el mismo domingo 27 Pablo Casado rompió por primera vez la unidad del Congreso frente al terrorismo y ni él ni nadie del PP asistió al homenaje a las víctimas.

El lunes 28, mientras Gobierno, sindicatos y patronal alcanzaban un primer acuerdo para reformar la ley de pensiones y la selección española de fútbol ganaba a Croacia en un partido trepidante, Casado volvió a defender en Córdoba el bloqueo a la renovación de instituciones clave como el Tribunal de Cuentas o el Consejo General del Poder Judicial.

El martes 29, mientras el Consejo de Ministros aprobaba el anteproyecto de “Ley trans y LGTBI” o Aragonés visitaba a Sánchez por primera vez en La Moncloa, en el PP Cospedal declaraba ante la Audiencia Nacional como imputada en el caso Kitchen y el ventrílocuo José Luis Moreno, generoso contribuyente a la caja B del partido, era detenido por presuntos delitos de integración en organización criminal, estafa, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales. El eco de estos dos últimos asuntos en las primeras páginas de los periódicos de papel al día siguiente fue mínima en pocos casos e inexistente en los demás.

El miércoles 30, nueva exhibición de mal rollo en el parlamento a cargo de los socios de Colón. “Me duele España”, comenzó diciendo Casado antes de llamar a Pedro Sánchezcaballo de Troya, hombre de paja del independentismo o matrioska" y rematar con una falsa y peligrosa reflexión sobre la guerra civil. “Suspensión de la autonomía catalana, cierre de TV3, ilegalización de los partidos independentistas”, bramaba Abascal mientras los teletipos daban a conocer el premio de Díaz Ayuso a la "lealtad" de Toni Cantó, un invento llamado “Oficina del Español”, ahí queda eso.

Que el jueves el presidente del Gobierno firmara con patronal y sindicatos el acuerdo para reformar las pensiones que garantizará el poder adquisitivo de los jubilados y, en palabras del presidente de la CEOE, “por encima de todo genera confianza” o que el viernes se supiera que la caída del desempleo en mayo ha sido la mayor desde que existen registros (166.911 parados menos) solo sirve para aumentar el cabreo de las derechas y sacarlos aún más de sus casillas.

Continuarán erre que erre, sin la menor intención de proporcionarnos un mínimo respiro porque no saben cómo evitar que Kitchen y demás casos de corrupción sigan sacando basura a la luz. No sé ustedes, pero servidor anda agotado. Menos mal que solo queda un pleno en el Congreso antes de las vacaciones. Nos va a venir bien que nos dejen en paz por unos días y a ver si después, vacunados y morenos, vuelven algo más relajados y habiendo asumido ya que, por mucho que se empeñen en continuar haciendo el gamberro, aún les quedan dos años largos de Gobierno de coalición antes de que vuelvan a celebrarse elecciones generales. 

J.T.

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