domingo, 11 de julio de 2021

Delenda est Telemadrid


Son liberticidas, ultras, frentistas, pero ¿es necesario que sean también horteras? Si el PP es burdo ya de por sí, el ayusismo ha venido a añadirle el componente zafio, por mucha vergonzosa pleitesía que algún periódico otrora progresista le dedique en portada de suplemento dominical a su cabeza visible, cráneo privilegiado donde los haya.

El primer pleno de la nueva legislatura en la Asamblea de Madrid, celebrado el pasado jueves, fue una auténtica vergüenza. Primera decisión: cargarse Telemadrid, la única televisión pública hasta ahora en España con directivos poco dispuestos a dejarse mangonear. Fuera todos, que hay que convertirla cuanto antes en 13Tv, en Intereconomía, en la Telemadrid de tiempos de Esperanza Aguirre pero elevada a la enésima potencia.

Lo peor de todo es que pocos protestan y quienes se atreven lo hacen con la boca pequeña. Pues no, hay que denunciarlo una y mil veces, sin parar, a riesgo de parecer cansinos porque lo que no se puede tolerar, y menos en silencio, es que Ayuso y sus huestes liquiden un servicio público más y lo conviertan sin contestación alguna en un descarado y pornográfico instrumento de propaganda.

Espero que tanto el equipo directivo defenestrado como los trabajadores decidan no resignarse ni quedarse con los brazos cruzados y acudan a los tribunales. Porque lo que el ayusismo ha perpetrado no ha sido solo un flagrante atentado contra sus derechos, sino una falta de respeto a los ciudadanos de la Comunidad que habían decidido devolverle la confianza al canal autonómico multiplicando su audiencia en los últimos tres años.

El ayusismo tiene a su disposición la prensa escrita madrileña, las radios, Televisión Española –sí, también Televisión Española-, y buena parte de los digitales… pero quieren más, quieren lo que consideran “su tesoooooro” para convertirlo en un okdiario audiovisual. En este medio, y en otros similares, se encuentra la insigne cantera que en pocos días asaltará las instalaciones de Telemadrid para reinstaurar, y superar, el infecto antiperiodismo que otrora caracterizó a la cadena. Con un “Administrador Único” al frente para el que no existe mecanismo de destitución y que podrá perpetuarse sine die aunque en siguientes elecciones cambiara la correlación de fuerzas en la Asamblea.

En el pleno donde se tomó la decisión este jueves no se molestaron demasiado en justificarla porque, aunque todo resultaba evidente y son unos desvergonzados, debieron considerar que tampoco era necesario insultar la inteligencia de los diputados autonómicos que, en minoría, no han podido evitar tamaña tropelía.

Si TV3 y ETB son la voz de su amo, si Canal Sur y el resto de televisiones autonómicas producen vergüenza ajena, en pocas semanas Telemadrid dejará a todas a la altura del betún. Por mucha capacidad de asombro que hayamos perdido dada la desfachatez de tanto político a quienes les importa un bledo lo que pensemos de su amoralidad, estoy absolutamente convencido que los nuevos “killers” de la televisión madrileña van a conseguir sorprendernos y escandalizarnos sin remedio. ¡Qué pena, tener que volver a “desintonizar” el canal!

J.T.

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