No saben qué cara poner. No saben qué decir. No saben dónde meterse. No saben qué hacer.
Ni el manual de mentiras habituales, ni el argumentario que los peperos tienen para sacar pecho por evidente que sea la adversidad les ha valido esta vez para librarse del ridículo. Sheldon Adelson les ha tomado el pelo, ha dicho "hasta luego Lucas" y se han quedado colgados, con la brocha en la mano y sin escalera.
Y claro, siempre que alguien se pega un ostión no podemos evitar descojonarnos. Así ocurre en las películas de humor, sobre todo en las mudas, que es a lo que más se parece el fallido episodio de Eurovegas: a una película muda. Eurovegas, ese maná mafioso que Esperanza e Ignacio prometieron llovería sobre Alcorcón y durante tanto tiempo han ponderado alborozados. Porque daba igual la catadura de los pretendientes, los puestos de trabajo -que siempre fueron una quimera- lo justificaban todo, incluido aguantar las impresentables humillaciones de unos horteras facinerosos.
Esperanza e Ignacio, como Ana con el fiasco de los Juegos, no se molestaron en prever el fracaso y ahora no tienen horizonte que ofrecer. Jamás se les ocurrió diversificar y apostar por la búsqueda de otro tipo de posibilidades, de seducir a firmas competentes, a empresas solventes que apostaran por actividades comerciales, industriales y de investigación con proyección de futuro. Era mejor volcarse en fastos suntuosos, vistosos, de resultado rápido. Quizás por contagio decidieron ponerse a jugar. Apostaron a cara o cruz y salió cruz. Con Eurovegas y con los Juegos Olímpicos.
Y ahora qué? ¿Ahora qué les vais a contar a la parroquia, chicos? ¿Qué conejo os vais a sacar de la chistera? Dónde está vuestro plan "B"? Veo en la tele la cara de gilis que se os ha quedado y no puedo evitar acordarme del entrañable Pepe Isbert cuando la comitiva yanqui pasó por Villar del Rïo sin pararse siquiera a saludar. Habíais apostado por unos mafiosos ante los que habéis estado meses y meses bajándoos los pantalones y dispuestos a ceder a sus extorsiones hasta que, cansado ya de divertirse vacilándoos, el tal Adelson ha decidido poner pies en polvorosa rematando la jugada con una oferta que él sabía que no íbais a tener más remedio que rechazar.
La visión cortoplacista de la política es lo que tiene. Ni una puñetera apuesta de futuro consolidada. Ese es el pp, todo humo. Están tan ávidos de votos-express que ni por asomos se molestan en pensar en el Madrid, en la España de dentro de 20 años. Lo quieren todo ya, para que los votos no se les escapen. Aunque se les escapen los puestos de trabajo y la vergüenza.
Dónde están vuestras propuestas? ¿Dónde vuestros amigos empresarios promoviendo inciativas que, aunque tarden algún tiempo en fructificar acaben sacándonos de la miseria? Ya no tenéis Juegos Olímpicos, ya no tenéis Eurovegas. Así que venga, a espabilar y a poner en marcha proyectos de futuro, que es para lo que se os paga y se os vota. Proyectos que frenen la sangría de jóvenes que se largan a buscarse la vida al extranjero, proyectos cuya siembra nos permita atisbar un horizonte muy distinto a la ruina en la que nos tenéis sumidos y en la que no habríais tenido ningún reparo en meternos de cabeza si los indeseables mafiosos que acaban de pegar la estampida hubieran decidido instalarse aquí y chuparnos la sangre. La poca que nos queda.
J.T.
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