Me ha parecido genial
El golpe de efecto de las tres activistas de Femen este miércoles en el Congreso de los Diputados tiene un recorrido “icónico”, que dirían los cursis, espectacular.
Las tetas al aire desaletargan. Espabilan. Generan tensión, como bien argumentan las activistas de Femen.
Y si en el pecho desnudo se puede leer con claridad que “El aborto es sagrado”, el mazazo acaba teniendo un efecto indiscutible.
Con acciones así es como hay que tratar a sus apoltronadas señorías. Hagan lo que hagan, digan lo que digan, lo que quedará para siempre en nuestras retinas es la imagen de esas tres admirables jóvenes encaramada una a la columna, aferrada otra a la barandilla y una tercera cabalgando sobre el pasamanos gritando con todas sus fuerzas y desembarazándose de unos ujieres cuyo exceso de celo para acabar con la protesta hizo temer al presidente de la Cámara por un accidentado desenlace.
Han dado en la tecla con este tipo de protesta las activistas de Femen. No pasará desapercibida. Ni sus protesta ni las anécdotas durante el desalojo: ese zapato que casi le cae en la cabeza a alguien del pp, esa cara de alelao jugando a impenetrable jugador de póker de Gallardón o la expresión de abuelete preocupado de Posada, “no fuera que le pasara algo a las niñas”.
O esa ujier que para desalojar a la más irreductible de las tres le estuvo metiendo mano en las tetas hasta la saciedad…
¡Chapeau por ellas! Estos son los mensajes que calan. Estas son las acciones que tienen repercusión. Hasta el lema de la protesta, “El aborto es sagrado”, es un verdadero hallazgo. No sé cómo no se le había ocurrido a alguien antes. Es un pedazo de frase que espero perdure en el tiempo. Como espero que perdure también la estupefacción de Gallardón, que a punto estuvo de rasgarse las vestiduras allí mismo en el escaño por lo que le parecia un sacrilegio y por los aplausos de Izquierda Plural.
Pero ni esa oportunidad saben aprovechar los Cayo Lara y compañía. Están tan instalados en lo políticamente correcto que no han sido capaces de decir que la protesta de Femen les parecía poco para lo que en realidad se merecen sus señorías. Se han limitado a los aplausos y a una escasamente agresiva réplica a Gallardón, a quien por cierto cada vez se le ve más cara de acabado: si antes de ser ministro le gustaba a poca gente, ahora ya no le gusta a nadie y él lo sabe. Y menos que a nadie a sus propios correligionarios.
Sí, Gallardón, sí: el aborto es tan sagrado como el derecho de los ciudadanos a exigiros que gestionéis para servir y no para putear. “Falta de respeto a la soberanía popular”, dices que ha sido la protesta en el Congreso de las tres jóvenes de Femen. Pero… ¿tendrás cara? Sabes de sobra que la primera falta de respeto es la vuestra, que tras conseguir esos votos soberanos, no habéis hecho más que faltar sistemáticamente a todas vuestras promesas, no parar de asustar, de mentir, de amenazar…
Bravo por Femen y por su contundente protesta llevada a cabo donde hay que hacerla: en el seno del Congreso de los Diputados.
No ha sido una protesta más. Ni una mera anécdota. Ha sido un verdadero acierto, una iniciativa genial en su concepción y en su desarrollo.
J.T.
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