sábado, 21 de agosto de 2021

Cuando el fútbol se convierte en pornografía


A mí me gustaba el fútbol de los domingos a las cinco de la tarde, del olor a puro habano, marcador simultáneo “Dardo”, quinielas cantadas al son de los anuncios de Anís de la Asturiana… El fútbol del Levante-Las Palmas, equis, el fútbol donde podían ser aspirantes al título el Hércules de Alicante o la Real Sociedad de San Sebastián, el fútbol donde, como mucho, se permitía incluir dos jugadores extranjeros por equipo.

A mí me gustaba el fútbol con entrenadores cuyos nombres, salvo Miguel Muñoz o Helenio Herrera, apenas conocíamos; el fútbol donde muchos jugadores estudiaban una carrera para asegurarse el porvenir; el fútbol de médicos como Pirri o lectores como Valdano o Zubizarreta. Cuando el Real Madrid ganó la sexta Copa de Europa al Partizán de Belgrado en 1966, el Madrid yeyé lo llamaban, apenas hubo celebración. Volvieron de Bruselas y cada uno a su casa salvo unos cuantos, que se fueron a cenar juntos en un restaurante cercano al estadio Bernabéu.

Los presidentes de entonces, no digo que no, ya eran unos listos de la vida, controvertidas personalidades metidas en más de un asunto discutible, pero comparado por dónde anda la cosa en estos tiempos, ahora parecen unos pobres y tristes aprendices.

Admito que todo esto me desborda. Estoy perdido, queridos amigos y amigas. No solo tengo la convicción de entender cada vez menos de lo que está ocurriendo en el mundo del fútbol, sino que cuando me pongo a documentarme no lo consigo. Leo el As, el Marca, el Sport, el Mundo Deportivo… y no me entero de nada. Leo a sus sesudos columnistas y no responden a ninguna de las preguntas que me hago. Acudo a las secciones deportivas de los periódicos generalistas y tres cuartas partes de lo mismo. Por no hablar de abominables espacios televisivos como “El chiringuito”, donde todo es intoxicación, hooliganismo y ausencia de imparcialidad.

No entiendo nada, me siento huérfano, no sé cómo informarme ¿Alguien me puede explicar qué demonios, qué gato encerrado hubo y hay detrás del abandono del Barça por parte de Messi. La rueda de prensa de despedida, con preguntas genuflexas, no me aclaró nada ¿Alguien puede explicar, para que lo entienda un profano como yo, qué demonios pasa con ese Fondo de inversión luxemburgués llamado CVC que a cambio de dos mil y pico millones se va a hacer con un porcentaje con derechos de  buena parte de los clubs españoles por cincuenta años?

¿Alguien me puede aclarar el presunto mal rollo entre el insigne Florentino Pérez y ese señor llamado Tebas que preside la Liga de Fútbol Profesional? ¿O las peleas de este último con quien manda en la Federación Española de Fútbol, un tal Rubiales que siempre anda con cara de cabreado por la vida?

Más leo, menos me aclaro. Y cuando algo no se entiende es porque alguien o “álguienes” están muy interesados en que ese algo no se entienda. No soy especialista deportivo, no soy sabueso del mundo de la investigación, pero me gusta documentarme para lo que escribo y cuando me meto en este tipo de asuntos… no lo consigo, no hay manera.

El fútbol siempre me pareció una parábola de la vida, quizás de ahí su éxito (tú puedes ser el mejor y el más virtuoso, que siempre tendrás enfrente a alguien dispuesto a romperte las piernas, a lesionarte para que desaparezcas de escena  cuanto más tiempo mejor). Pero ahora se ha convertido ya en una hipérbole, en un escandaloso pleonasmo: oscurantismo, presiones, mentiras, enormes cantidades de dinero circulando, corrupciones varias ligadas a la construcción en unos casos y en otros al mundo de las empresas más controvertidas… dejando así de ser fútbol para, en bastantes ocasiones, convertirse directamente en pornografía.

La presentación del Leo Messi y Sergio Ramos en el Paris Saint-Germain me pareció inquietante, falsa y hasta turbia. Un desastre para el futuro del fútbol, espero equivocarme. Hay que seguir mamando de la teta mientras dé leche. Esa parece ser la única prioridad. El problema es que esa teta y esa leche es dinero de jeques del petróleo, en el caso del equipos como el de Messi y Ramos, y de oscuros hombres de negocios rusos o chinos en otros clubs importantes en las divisiones de honor de distintos países occidentales.

Me gusta el fútbol, pero este fútbol me huele a todo lo que no me gusta.

J.T.

Publicado en LUH 

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