Te metes en el coche del director de la Vuelta tras saludar al equipo de Israel, sabes que estás jugando con fuego, incendias y provocas conociendo de antemano las dificultades con las que la carrera se va a encontrar para finalizar la etapa pero te da igual porque la foto es la foto. Feijóo será una mala copia de Abascal, como ha dicho Sánchez, pero quien se va quedando con los votos de la ultraderecha es Ayuso, campeona del desprejuicio y la desfachatez ¿Genocidio? ¿Eso qué es? Tanto ella como su compadre Almeida niegan que haya un genocidio en Gaza. Lo niegan y lo proclaman mientras los ciudadanos de Madrid salen por fin de nuevo a las calles, envueltos en la bandera palestina, intentado recuperar la imagen de dignidad que han ido perdiendo desde que los gobiernan este par de desaprensivos.
En cuanto a los fascistas titulares, con el acto que celebraron ayer, también en Madrid, tampoco tuvieron su día. Sin los apoyos internacionales de otras veces, se mantuvieron al margen de lo que ocurría en Callao, Atocha, Cibeles… tampoco se vio, que yo sepa, a sus esbirros mediáticos metiendo micro entre valla y valla. Los domingos, ya se sabe, es día de precepto para estos católicos de pacotilla amantes de aquella España triste y maloliente que nos quieren volver a instaurar. “Reconquista”, dicen, ¡qué poca vergüenza!
La protesta de ayer en Madrid contra la presencia del equipo ciclista de Israel en la Vuelta Ciclista a España me recordó algunos de los momentos vividos antes y durante el 15M de 2011, era el remate de lo que durante las dos semanas anteriores había venido sucediendo en los lugares por donde pasaba la competición. La ciudadanía de nuestro país ha conseguido que la prensa de todo el mundo ponga el foco en la provocación sionista, en el insolente desafío que supone pasear impunemente por las carreteras españolas un equipo cuyo dueño apoya incondicionalmente los crímenes del gobierno de Netanyahu contra el pueblo palestino. Recuperar la dignidad teniendo como representantes en el ayuntamiento y la Comunidad a dos impresentables como Almeida y Ayuso se presenta complicado, pero todo se andará. Cuesta, como costó tras el 15M, pero la insidia tiene siempre fecha de caducidad.
Hay solución, hay deportistas como Borja Iglesias, y periodistas deportivos como Dani Garrido o Manu Carreño, que permiten pensar que no todo está perdido por muchos Pericos Delgados y Juanmas Castaños que se empeñen en repetir una y otra vez que no hay que mezclar política y deporte. No se lo creen ni ellos. Como no se lo creen tampoco quienes todavía gobiernan en las instituciones madrileñas, esperemos que ya por poco tiempo.
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