lunes, 18 de marzo de 2024

El despelleje sin fin




No sé ustedes, pero la semana pasada servidor quedó exhausto ¡Qué pereza todo! La dividida y crispada conmemoración del vigésimo aniversario del 11M, los amargos recuerdos del cuarto año del confinamiento por la pandemia, la votación para aprobar una amnistía que parece no llegar nunca, el extraño adelanto de las elecciones en Catalunya, Ayuso y sus amoralidades hasta en el sopa… Y para rematar, algo que ya no hay cuerpo que lo aguante: esos plenos en el Congreso de los Diputados bautizados con acierto por alguien como “campeonato de España de lanzamiento de estiércol”. El despelleje sin fin.


Que veinte años después del 11M queden aún tantas heridas abiertas, y Aznar y sus adláteres se dediquen a echar más leña al fuego en ellas, es algo que me cuesta mucho trabajo entender. Como tampoco comprendo la falta de escrúpulos para enriquecerse con algo tan de primera necesidad como las mascarillas, en momentos tan espantosos como los que vivimos durante la pandemia… O que, a estas alturas, hasta Pedro Sánchez acabe cayendo en la tentación del “y tú más” y responda a las provocaciones del actual líder del PP sacando a pasear las célebres fotos del gallego con el narco. 


No entiendo que el presidente del Gobierno baje así al barro. Cuando el pasado miércoles lo vi y escuché expresarse en la línea que suelen hacerlo Feijóo, Ayuso, Tellado o Gamarra, contestar a los exabruptos del jefe de la oposición en el mismo tono que usa él en lugar de rebatirle con argumentos no sé a ustedes, pero a mí se me encendieron las alarmas ¿Acaso la corrupción del PP puede tapar o limpiar la del PSOE? ¿Simple contagio o estarán haciendo mella en el presidente las miserias y el juego sucio diario de los populares y sus palmeros? 


¿Qué cuota de poder gestiona en realidad el Gobierno de coalición? Si se le sigue el juego a la derecha, si a sus aires de suficiencia, a la soltura con la que se desenvuelven en Vox y en el PP, si a ese descaro y esa amoralidad no se les responde cortándoles en seco sino que por el contrario se les sigue el juego, el gobierno tiene las de perder. A las derechas les da igual no estar gobernando. Se saben respaldadas y cuentan con el apoyo de jueces, periodistas y otros poderes que, a pesar de no haber sido elegidos  por nadie, intentan hacernos bailar a todos al son que ellos deciden ¿De verdad, para que a ellos les vaya bien algún día, hace falta que al país le vaya mal ahora?


Desde que empezaron a descubrirse las corruptelas más recientes de su entorno, la ópera bufa montada estos últimos días por esa persona que todavía preside la Comunidad de Madrid y por toda su cohorte deja bien a la vista el momento tan grosero que estamos viviendo. Es verdad que mantener los modales fue, como nos ha recordado estos días Nieves Concostrina, lo que permitió a Hitler crecer en la maldad; hay que poner pie en pared, es cierto, pero sin dejar de tener en cuenta que la solución no puede ser entrar en su juego, como tampoco apostar por el sectarismo o las adhesiones incondicionales. Cada día que pasa parece estar más claro que haber hecho la transición cogiéndosela con papel de fumar para que el fascismo no se enfadara entonces no fue un buen negocio a largo plazo.  


No quiero ni imaginarme la que le habrían liado a Pablo Iglesias si al primo de un vecino de un cuñado suyo lo hubieran pillado en un renuncio parecido al de Koldo o al del consorte ayusero. O cómo habrían acabado Vicky Rosell, Echenique o Monedero si les hubieran encontrado affaires similares. No habría habido suficiente tinta para la dimensión de los titulares en las primeras páginas de los periódicos. Ni sitio en las escaletas de los informativos para ninguna otra información más. Me imagino el machaque, el bombardeo mañana y tarde durante semanas, meses... ¡Cuánto les molestaba y les molesta Podemos!, por eso continúan siendo tan necesarios.  


Como de momento no les dejan tener demasiada visibilidad, o al menos eso piensan según qué formaciones políticas, ahora parece que han decidido dedicar el tiempo a despellejarse entre ellas: ERC con Junts, Els Comuns con el PSC, el PNV con EH Bildu, Vox con el PP y, por supuesto el PP con el PSOE ¿Sumar? Pues hay quien está empezando a pensar que ni está ni se le espera. No me gusta nada esta jungla. Con tres convocatorias electorales por delante y el plan en el que andamos, la verdad es que dan ganas de bajarse del autobús y echarse a dormir un rato. Pero habrá que resistir. Al bipartidismo, y a sus apoyos tradicionales, no se les puede dar el gustazo de tirar en estos momentos ni una sola toalla.


J.T.

lunes, 11 de marzo de 2024

Necesitamos una derecha más presentable



Ahora han estado por Europa pidiendo amparo a sus primos de Zumosol. Como pollo sin cabeza, Feijóo no sabe ya a quién recurrir para cumplir el encargo que le hicieron quienes le colocaron donde de momento todavía está: acabar cuanto antes con el Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez. Y nada, que no encuentra la manera, el pobre. Acusa al Ejecutivo de humillarse y quien se humilla es él reconociendo su impotencia ante sus correligionarios europeos en Bucarest. Consiguió algo de respaldo, sí, pero mucho menos del que hubiera deseado, aunque igual le reconfortaron los exabruptos de Manfred Weber contra los socialistas españoles.


No consigue tampoco sacudirse el aliento en el cogote de la presidenta madrileña, tan desahogada como siempre ella, pidiéndole a Von der Leyen que deje de coquetear con Sánchez. Que no compadree, llegó a decir textualmente en la reunión con sus colegas europeos de partido. Me gustaría saber el término que emplearon en la traducción simultánea para transmitir el punto cheli del verbo compadrear con todo su significado. En realidad fue una falta de respeto pero claro, que la presidenta de la Comunidad de Madrid se comporte así hace tiempo que dejó de ser noticia.


Se estrellan una y otra vez porque no saben o no quieren apostar por desempeñar una oposición responsable, como sería de esperar por parte de un partido de Estado. Más de tres meses ya liderando la oposición y aún andamos esperando que nos sorprendan con una mínima propuesta constructiva pero no, prefieren ladrar. O llorar por no estar gobernando, aunque ya parecen haberse olvidado de repetir una y otra vez que han ganado las elecciones. O que no gobiernan porque no quieren. 


Los gritos y los insultos en el Congreso y el Senado van a acabar impidiendo que las sesiones parlamentarias puedan ser retransmitidas en horario infantil. Algunas de las cosas que el Partido Popular firma en su cuenta de X, antes twitter, son más propias de un influencer friki que de un partido con vocación de gobernar. “Mensaje para los corruptos de PSOE: -escribían el otro día en la red- es la una de la madrugada. Dice Yolanda Díaz que es hora de salir de las marisquerías. Ya pueden dirigirse ordenadamente a sus prostíbulos de confianza. Quién sabe: igual llegan a consejeros de Renfe” ¡Ea!


Se tiran en plancha al caso Koldo al tiempo que continúan aferrándose a cualquier clavo ardiendo con tal de no renovar el órgano de gobierno de los jueces. Y se resisten a renovarlo porque son decenas los expedientes por corrupción aún abiertos que les afectan de lleno. Gobiernan en Ceuta, Melilla y once comunidades autónomas, en más de tres mil municipios, pero no saben cómo rematar la faena para llegar a la Moncloa. Hipotecados como andan con la ultraderecha y sus desmanes, parecen haber renunciado a tener personalidad propia. Y no solo no avanzan, sino que hacen el ridículo una y otra vez. 


Por eso no les vale pedir auxilio en las instituciones europeas, donde hay muchos de sus propios correligionarios que los ven desleales con su país cuando actúan así. Y  los ven desleales porque lo son. Porque el país va por un lado y ellos se empeñan en querer llevarlo por otro. No acaban de asumir la diversidad ni el carácter plural de los territorios, y por eso las derechas nacionalistas que otrora pactaron encantadas con ellos llevan años dándoles la espalda.


El PP tiene que sacudirse a Vox si quiere volver a ser respetado. Los ultras están cada vez más desactivados, por mucho que llenen un teatro en el madrileño barrio de Salamanca y se dediquen a cantar himnos saludando brazo en alto. La personalidad de un partido de derechas con vocación de gobierno no puede ser escorarse hacia un espacio cuya bandera es la intolerancia, el machismo, el racismo o la prohibición de libros y obras de teatro. Por ahí desde luego no es, señor Feijóo.


Pero ellos siguen a lo suyo: alentando cansinas performances de agricultores fachas que contaminan y desdibujan las legítimas reivindicaciones de los auténticos trabajadores del campo; llevando el derecho al aborto al Constitucional mientras países como Francia lo llevan a la Constitución; torpedeando la educación pública; llenando de ideología retrógrada los centros de enseñanza concertados; subvencionando perros fieles en diarios, radios y teles que intoxican y mienten sin parar, tal como vienen haciendo desde los atentados del 11M, hace hoy veinte años. Al tiempo que promueven campañas de descrédito contra periodistas decentes como Silvia Intxaurrondo o Manuel Rico.


Cada vez andan más desesperados. Va a ser verdad que no saben ya cómo demonios hacer. Solo les falta rematar tanto ridículo sumándose a la moda de esos curas fachas que andan por ahí rezando para que el Papa se muera. Pues que hagan como ellos y se dediquen a rezar por lo que les parezca. Pero que nos dejen en paz.


J.T.









lunes, 4 de marzo de 2024

El bipartidismo vuelve por sus (peores) fueros



Nada nuevo bajo el sol. Todo suena a viejo, a visto y oído desde tiempo atrás. Hay quien afirma que los rifirrafes de estos días entre y PP y PSOE acusándose mutuamente de corrupción nos retrotraen hasta 2011. Yo creo que no solo hasta 2011: podría resonar también a 2001, o a 1991, Filesa, Roldán, “ni de Flick ni de Flock”, “dos por el precio de uno”, ¿recuerdan? El divorcio Ábalos-Sánchez mantiene similitudes con el de Felipe-Guerra y, como ocurrió en aquel caso, también tendrá consecuencias. Para las expectativas de su partido y para el futuro político de sus protagonistas, pero no para el renacido bipartidismo. 


Que el PP sea un partido corrupto es algo que no sorprende a nadie, todo el mundo parece aceptar que se trata de algo que forma parte de su ADN, a sus electores ni les preocupa. Cuando eso sucede en el entorno socialista siempre resulta más traumático, pero a pesar de todo sucede igual. Viene ocurriendo así desde que el bipartidismo se instaló en nuestras vidas. Tras el 15-M parecía que esto se acababa, y cuando en el parlamento aparecieron fuerzas políticas nuevas daba la impresión de que el “y tú más” que PP y PSOE usaban para echarse en cara sus corruptelas, esa puesta en escena iba a desaparecer de la vida parlamentaria.


Quisimos creer que ser corruptos iba a resultarles mucho más complicado, pero no. Tras haber conseguido, gracias al lawfare y a la persecución sistemática, reducir a la mínima expresión (de momento) al único partido que se negó a depender de los bancos, que rechazaba las puertas giratorias y nunca tuvo ningún caso de corrupción similar a los de socialistas y populares estos dos partidos, que andan por la vida convencidos de ser los únicos dueños del chiringuito, han vuelto a las andadas. El turnismo regresa y así, el partido que perdió el gobierno en 2018 tras ser condenado por corrupción y perder una moción de censura anda salivando estos días con ese regalo del destino llamado caso Koldo, caso Ábalos, caso “Soluciones de Gestión” o como se le quiera llamar.


Un entramado de órdago a propósito de comisiones por compraventa de mascarillas en tiempos de pandemia que huele más que a podrido y en el que hace falta ser un verdadero especialista para no perderse en el organigrama con tanto nombre y tanto apellido con familiares de por medio además: que si el hermano y la mujer del tal Koldo García Izaguirre, que si Juan Carlos Cueto, que si Víctor Aldama, José Ángel Escorial o José Luis Rodríguez guardia civiles por aquí, presidentes de fútbol por allá, hasta un Ferrari embargado. Que nunca falte el tufo hortera en estos sucios tejemanejes.


El bipartidismo ha vuelto por sus fueros con sus inercias y vicios de siempre. Sin duda los escándalos de estos días repercutirán en un gobierno que, cumplidos ya sus primeros cien días, apenas ha conseguido echar a andar. Como jefe de la oposición, a Núñez Feijóo no se le ha escuchado aún ni una sola propuesta constructiva. Si tiene ideas o iniciativas que exponer las desconocemos, pero él y los suyos sí que cuentan con un amenazante proyecto: un plan de actuación que gira en torno a la monarquía y a la centralización del Estado, un diseño que aspira a alinearse con los vientos derechistas y ultraderechistas que soplan en Europa y en Estados Unidos, ya que Vox parece más desactivado cada día que pasa por mucho que Trump bese y abrace a Santiago Abascal. 


Al margen de quien presida el gobierno (no hay que olvidar que aunque lo de la amnistía no salga adelante Sánchez puede continuar gobernando en minoría y sin presupuestos generales) PP y PSOE trabajan para regresar a la casilla de salida y alternarse de nuevo en el poder sin moscas cojoneras a las que aguantar. Como mucho volver a noviar con ciertos partidos nacionalistas, que alguno ya demostró también en su día (recordemos el célebre 3 por ciento) sobrada pericia para la corrupción.


Ese es el dibujo, caiga pronto Pedro Sánchez o no. Nada de borrar de las instituciones del Estado cualquier vestigio reaccionario o golpista, que tampoco les ha ido tan mal manteniéndolos en sus puestos desde el 78; nada de cuestionar la institución monárquica, aunque quien la haya encabezado durante décadas hiciera siempre lo que le salía de sus reales antojos con toda la inmunidad y la mayor impunidad.


En resumen, que da igual que lo que está ocurriendo estos días con Koldo, Ábalos y compañía sea el final de este descafeinado Gobierno de coalición o el prólogo de una larga legislatura: tanto en un caso como en otro, el bipartidismo ha vuelto por sus fueros. Por sus peores fueros.


J.T.



lunes, 26 de febrero de 2024

De La Desbandá a La Retirada

Manuel García Morales (Manolo Teniente) a la cabeza de la VIII Marcha (2024) en homenaje a La Desbandá Málaga-Almería durante febrero de 1937 

El pasado 14 de febrero, cuando el  Boletín Oficial de Estado certificó que el Gobierno ha decidido por fin iniciar el expediente que declara Lugar de Memoria Democrática la carretera Málaga-Almería, yo me encontraba entre La Rábita y Adra como uno más de los doscientos integrantes de una marcha de once días a pie con la que, desde hace ocho años por estas fechas, se quiere homenajear a las víctimas de “La Desbandá”. Fueron más de doscientas mil las personas que en 1937 se vieron obligadas a salir corriendo de Málaga huyendo de las tropas del golpista Queipo de Llano. Mujeres, ancianos y niños en su mayoría, como ya hemos contado en alguna ocasión, se lanzaron a la carretera intentando llegar a la zona republicana y las tropas rebeldes se cebaron con ellas antes de que lo consiguieran. 


Cuando, transcurridos ya 87 años de aquello, se camina por los tramos que aún se conservan, con montañas a tu izquierda y acantilados junto al mar a tu derecha, percibes hasta qué punto aquellos 220 kilómetros dejaban pocas salidas para poder escapar en caso de ataque. Y el ataque se produjo, como por fin consta en el BOE al reflejar textualmente que se trata de la primera vez que un conflicto bélico fija como objetivo militar a la propia población civil.” Los disparos realizados desde barcos golpistas, aviones alemanes y tropas italianas y marroquíes acabaron con la vida de más de cinco mil personas en menos de una semana. Quienes no eran alcanzados se veían obligados a correr sorteando cadáveres, o a tumbarse junto a ellos hasta que terminara el ataque y luego reiniciar la marcha ensangrentados y hambrientos. Mujeres pariendo, niños pequeños llorando desconsolados porque habían perdido a sus madres, heridos muertos de frío y agonizando sin nadie que los socorriera…


Al pasar por el Peñón del Cuervo, el faro de Torre del Mar, la desembocadura del río Guadalfeo, el fuerte de Carchuna o la localidad almeriense de Adra no puedes evitar pensar en cómo debió ser aquello y sabes que por mucha imaginación que tengas, no alcanzarás nunca a hacerte idea de la dimensión del espanto. No existe ya quien te lo pueda contar, porque los pocos protagonistas que sobreviven son nonagenarios que por aquellos entonces eran niños de corta edad. Los testigos de lo espantoso son siempre molestos para sus verdugos. Por eso quienes perpetran las masacres hacen todo lo posible por liquidarlos también, además de silenciar y asustar a sus descendientes para que no se les ocurra abrir la boca. Los vencedores necesitan escribir con comodidad su propia versión de la Historia.

 

Como ha escrito Manuel García Morales, cronista de La Desbandá, conocido familiarmente como Manolo Teniente, “aquello fue un genocidio (silenciado durante décadas), porque se trataba de eliminar de manera despiadada a un sector de la población”. El genocidio que Palestina sufre desde hace cuatro meses a manos de los israelíes está presente en nuestro ánimo cada minuto que caminamos. Por eso a la cabeza de la marcha Manuel, que además de cronista es quien abre camino cada año enarbolando la bandera republicana, esta vez ha incorporado además la palestina. A nuestro paso son muchos los que gritan “¡Viva Palestina, viva la República!”. Creo que García Morales tiene razón cuando escribe también que “la gente ha identificado perfectamente la lucha por sacar a la luz el genocidio que sufrió el pueblo andaluz a manos del fascismo con el genocidio que está sufriendo el pueblo de Palestina.” 


La declaración de Lugar de Memoria Democrática, como anuncia el BOE en el caso de la carretera Málaga-Almería, también llamada “la carretera de la muerte”, conlleva la obligación de garantizar su perdurabilidad, identificación, explicación y una señalización adecuada. Mala noticia para los ayuntamientos del PP que regentan algunos de los municipios por los que transcurre nuestra caminata y que hasta ahora han puesto siempre todo tipo de trabas a su desarrollo. Mala noticia para quienes se dedican a destrozar algunas de las placas conmemorativas instaladas ya en el trayecto, que cada año la organización se ve obligada a reponer. Al silencio y al miedo de décadas no puede acabar sumándose a estas alturas ni la inquina ni el desprecio. Ya está bien.


A ver ahora qué ocurre con lo fue el segundo capítulo de aquella tragedia: La Retirada. Porque las decenas de miles de personas que, destrozadas y exhaustas, consiguieron llegar hasta Almería, pronto comprobaron que allí no había comida ni trabajo para ellas. Fueron distribuyéndose a lo largo del levante español, zona aún republicana, y unas quince mil aproximadamente acabaron recalando en Catalunya. Cuando el ejército golpista tomó Barcelona, casi medio millón de personas se vio obligado a cruzar los Pirineos y huir a Francia entre finales de enero y principios de febrero de 1939. Entre ellas estaban quienes habían llegado dos años antes procedentes de La Desbandá. Un segundo éxodo para ellos.


Como recordaba Guillem Martínez en el diario Público el año pasado, "la huida fue (también) dramática por las condiciones en las que se llevó a cabo, con bombardeos desde Figueras y en la carretera de Francia". Muchos fueron a parar al campo de concentración de Argelès-sur-Mer y algunos acabaron en Mauthausen." ¿Se puede tener peor suerte en la vida?


En recuerdo de todas estas personas, en 2023 se llevó a cabo una primera caminata, a modo de prueba, para homenajearlas siguiendo las pautas de la marcha Málaga-Almería, cuyos promotores cuentan ya con ocho años de experiencia. El “ensayo” parece que fue bien y así este año, del 3 al 7 de abril, está prevista una nueva edición con escalas en Sant Adrià, Mataró, La Jonquera y Argelès-sur-Mer. Cualquier iniciativa para acabar con el silencio de décadas y activar las conciencias será siempre poca. A ver qué tal se portan esta vez los ayuntamientos. Y el BOE.


J.T.





domingo, 18 de febrero de 2024

Desbandá 2024. Crónica de la undécima y última etapa

17/02/2024


220 KM


En esta última etapa, salimos a las 8:00h en punto en dirección a Almería, todo el mundo desayunado y equipajes hechos para volver a casa al finalizar. Y eso que, por ser la última noche, hubo música y baile hasta las 2 de la mañana en una terraza del polideportivo, y algún que otro chupito de ron cubano. 


Desde el polideportivo de Vícar, bajamos hasta Roquetas, luego atravesamos Aguadulce y después del puerto deportivo, enfilamos la carretera que nos llevará a Almería. La brisa nos trae el penetrante perfume a mar, que contemplamos debajo nuestra, desde la carretera colgada entre la montaña. Caminamos 242 personas, 113 mujeres y 129 hombres. 


Como ya es también tradicional, a la entrada de Almería, junto al puerto de pescadería, nos esperan más gente de Almería, pero también desplazadas de Málaga, que nos reciben con banderas, aplausos y la orquestina de Manolo Pérez Salas, activista y profesor jubilado, que dirige una pequeña orquesta, que toca las músicas de las canciones “Carretera de Almería, el Himno de la República, A las barricadas, Si me quieres escribir…” Hay bastante emoción y veo a varias mujeres y hombres llorando. Se junta la emoción de la llegada con el recuerdo del porqué has ido, el calor del recibimiento y el sentimiento de sentirte arropada por tanta gente. 


Hay un acto final junto al Memorial de Mauthausen, monumento que recuerda a las personas de Almería, asesinadas en ese campo de concentración nazi. Hablan, entre otras personas, José María Martín, subdelegado del Gobierno; Fernando Martín, Secretario de Estado de Memoria Democrática, y Valentina por el Partido de la Izquierda Europea. El acto también está amenizado por la cantante Sensi Falán.


Ha terminado la marcha de La Desbandá y, junto a ella, también ha terminado la marcha (más invisible) del equipo de supervivientes de la guerra y jóvenes, que han estado visitando Institutos de las zonas por donde pasábamos. Se han visitado 10 Institutos, 3 en Málaga, 5 en Granada y 2 en Almería, y han participado en las charlas-encuentros casi mil alumnos de 4º de ESO, y 1º y 2º Bachillerato, muy interesados en las charlas. Ángel Coello, compañero de La Desbandá, coordinador de la actividad, dice que se ha insistido en todas ellas en tres conceptos: 


1º La Desbandá de 1937 desde Málaga a Almería es un genocidio silenciado. 

2º La guerra en España no fue una guerra civil, sino una guerra antifascista. 

3º La necesidad de hacer algo para parar el genocidio que se está cometiendo todos los días en Palestina.


La importancia de la enseñanza es clave para el futuro de las personas y los países. Así lo repite constantemente nuestra superviviente de la guerra, Amparo Sánchez Monroy. Ella nació el 11 de abril de 1.938 en Barcelona, por lo que le falta menos de 2 meses para cumplir 86 años. Una abuela suya era de Almería, su padre de Toledo y su madre del Ferrol. Su madre, su abuela y su abuelo vivían en Valencia, mientras su padre estaba luchando en el frente del Ebro, y se trasladaron a Barcelona, al Prat de Llobregat, para el parto donde ella nació. Cuando comienza la retirada de la República de Barcelona y el norte de Cataluña, pasan más de 500.000 personas a Francia, un éxodo nunca contemplado en la historia. Toda la familia de Amparo va en esa huida y acaban en el campo de Argelès-sur.Mer. El campo está dividido entre civiles por un lado, donde mandan a Amparo, que aún no tiene un año, su madre y su abuela, y militares por otro, donde están su padre y su abuelo. A partir de ahí se produce la separación de la familia. El abuelo murió y acabó en una fosa común en Normandía y la abuela volvió a Barcelona. Fue interrogada y obligada a presentarse semanalmente en Comisaría. Recuperó su casa del Prat de Llobregat, encontrándola totalmente desvalijada. 


A Amparo y a su madre la trasladan, primero al campo de Clocher de Gueret en Creuse y después a la cárcel de Aubusson. Su padre, que había sido enrolado en una columna de trabajadores forzados, podía pedir la reunificación familiar y localizó a su mujer e hija a través de columnas en prensa que informaban de la ubicación de familiares extraviados. Una vez juntos, su padre colaboró con el maquis y en 1944 participó en la ocupación republicana del Valle de Arán, organizado por la Unión Nacional Española, promovida por el dirigente del PCE Jesús Monzón. La operación fracasó y al volver a Francia fue apresado por los alemanes que se retiraban de Francia desde el sur. Consiguió escapar saltando del camión donde iba con otros presos españoles y en una zona que conocía bien. Sobrevivió, aunque otros fugados murieron. Llegó andando hasta su casa donde Amparo con 6 años ya, y su madre, creían que lo habían matado. 


Días antes las dos vieron cómo los soldados alemanes fusilaban a dos hombres y una mujer, cerca de su casa. Siguieron en Francia, después de acabada la guerra, con trabajos miserablemente pagados y soportando el racismo francés para con los españoles. Pero la enseñanza pública y laica la salvó, porque la preparó y le dio conocimientos que no podría haber conseguido en la enseñanza privada al no tener dinero. Como para ser profesora tenía que pedir la nacionalidad francesa, decidió volver a España a estudiar, cosa que no consiguió durante dos años, al estar su padre fichado. Volvió a Francia, hizo derecho en vez de enseñanza y trabajó para la Administración local francesa. No ejerció de abogada, pero sí usó su título para defender a sus compañeros y compañeras funcionarios en los conflictos laborales contra la administración. Una vez jubilada, fundó la Asociación de exiliados y de hijos de exiliados. En 1999, realizaron una manifestación en Argelés con el lema 100.000 luces para 100.000 refugiados. Luego se afilió a la Asociación española “Archivo, Guerra y Exilio” (AGE) de Madrid y sigue colaborando con ellos, además de haberse hecho socia y colaborar también con La Desbandá.


Un compañero, con mucha culpa de que exista la Asociación de La Desbandá, es Rafael Morales, su presidente. En 2017, cuando se hace la primera marcha, él era directivo de la FAM, (Federación Andaluza de Montañismo). Defendió la idea en la Federación de hacer una actividad deportiva, una marcha desde Málaga a Almería, aprovechando que era el 80 aniversario de La Desbandá. El proyecto de marcha también había sido hablando por sectores de la órbita del PCE, IU y CCOO. Al final hubo una confluencia en la idea, y la FAM abanderó el proyecto, pero desde el conocimiento de que iban a participar en la marcha personas de izquierda, del ámbito sindical, social y político. La marcha se hizo, salió bien, pero con fuertes fricciones entre los sectores más politizados y los menos. Sin embargo personas provenientes de la FAM, como Rafael, y otras del ámbito político republicano y de izquierdas decidieron organizar la marcha, independientemente de la FAM, constituyendo una Asociación deportiva-memorialista.


El interés de Rafael, como el de muchas personas de La Desbandá, está en que su familia salió huyendo del fascismo y sufrieron las consecuencias de la ocupación. Su familia era de Prados, una pedanía de Ronda. Su padre, que tenía 22 años, era miliciano. Hacía misión de vigilancia en el Puerto del Monte para dar la alarma en caso de movimientos de las tropas fascistas. Finalmente Ronda fue tomada el 16 de septiembre y el padre de Rafael, decidió permanecer en su casa. Pero en diciembre, un amigo le avisa de que se han enterado de que van a ir por él. Huyó con tres amigos más por la Sierra de las Nieves, por la ruta de Alozaina y Coín. Llegan a Málaga y se unen a La Desbandá el 7 de febrero. Consigue llegar muy pronto a Almería, porque se aferraba a los guardabarros de los camiones que pasaban. En Almería se enrola en el ejército republicano, y participa en la batalla del Jarama.


Después interviene en la batalla de Guadalajara, donde es herido en un ojo, y posteriormente en la de Teruel, donde es herido grave. Antes de ser herido, por la noche, tenían que cavar en las trincheras, para sacar la nieve que había y poder dormir en el suelo. Recuperado en Valencia, se alista a la Guardia de Asalto. Finalizada la guerra decide volver a Ronda. Su tía y su abuela le convencen de que tiene que legalizar su situación y presentarse en el cuartelillo de la Guardia Civil. Así lo hizo y lo mandaron al campo de concentración de Alhaurín el Grande. Tenía un familiar falangista en Arriate y éste consigue sacarlo de allí. Se casó y tuvo 11 hijos, 5 hijas y 6 hijos, uno de ellos, Rafael.


Con los testimonios recogidos por las personas que han participado en La Desbandá sigue aumentando el archivo de historias personales y concretas, que vivieron la tragedia y el genocidio de la Desbandá de Málaga y de todas las Desbandás de España de manera muy diferente, pero quieren que sus historias se conozcan. Hay personas a las que no he podido atender bien, o quizás que no haya recogido exactamente su relato, pero la idea es la de seguir aumentando el archivo de todos los casos, aunque no puedan ser publicados en los días de las marchas por la falta de espacio en las crónicas y de tiempo, pero se podrán seguir añadiendo más tarde.


Como me ha comentado la compañera vasca Mayte, hemos acabado la marcha, y el resumen es que La Desbandá consiste en dos cosas: por la mañana andar y por la tarde llorar. Andar, recorriendo los escenarios de nuestros mayores, de nuestros muertos, imaginando sus penalidades y comprometiéndonos en conseguir verdad, justicia y reparación para ellos. Llorando, porque la socialización de los encuentros, el teatro, el documental, el libro, la música, nos hacen emocionarnos y pensarnos como una comunidad fraternal, unida en una lucha común."


Autor del texto:

Manuel García Morales

Cronista de la VIII marcha de La Desbandá"

Por la transcripción y edición J. T.

Desbandá 2024. Crónica de la 10ª etapa


16/02/2024


LA NIÑA DEL POLLO


"Iniciamos la marcha, en la parte del municipio del Ejido, de la Reserva Natural de Puntas Entina-Sabinar. La reserva está a caballo entre El Ejido y Roquetas. Atravesándola hemos visto flamencos, garzas reales, patos y otras especies de aves que no conocemos. Hoy estamos participando 81 mujeres y 94 hombres, o sea 175 personas. 


Entre los marchistas tenemos una novedad. Se incorpora para hacer los dos últimos días un grupo de personas de Concentaina, un pueblo de Alicante, cercano a Alcoy. No es la primera vez que vienen, y entre ellos está Miguel, que el domingo cumple 86 años y su esposa con 83. Miguel, a pesar de su edad, es un gran caminante, que suele estar, con su bandera andaluza, ya que es originario de Jaén, en el grupo de cabeza de la marcha. Pero además, también se han incorporado 4 personas procedentes de Vallecas, entre ellos un matrimonio joven que viene con un bebé de 4 meses llamado Teo. Así que hemos juntado en la marcha de hoy a Miguel como representante de la heroica lucha del pasado con Teo, la esperanza

prometedora del futuro. Adjuntamos la foto de Teo, con sus padres y con Miguel.


Enseguida que acaba el paraje natural, comenzamos a andar por el Paseo Marítimo de Roquetas. Si buscas datos en internet, verás que dicen que el paseo marítimo más largo, no de España sino de Europa es el de la Coruña, con algo más de 13 km. Sin embargo, el de Roquetas mide 13,94 km, que recorremos enterito, y a continuación el de Aguadulce. Durante todo ese trayecto nos hemos encontrado con numerosas personas que hacen vacaciones con el programa del IMSERSO. Muchas nos han aplaudido y se han interesado por nuestra marcha. Incluso un hombre mayor, que nos ha dicho que tenía 94 años, ha contado que es original de Córdoba y que cuando se inició la guerra en el 36, lo sacaron, siendo muy niño, de entre un montón de muertos, salvándole la vida. 


Una de las primeras historias que recogimos cuando empezó esta marcha, fue la de Isabel María Gadoy, una compañera de mediana edad. Su bisabuela, María Muñoz Herrero, salió huyendo de Estepona, cuando el pueblo fue ocupado por las tropas fascistas el 14 de enero de 1937. Iba con sus 5 hijos, Diego, Pascual y Tomás (que a su vez iba con su mujer y un bebé) y Ana e Isabel. Esta hija, Isabel, a su vez también, iba con su marido, militar republicano y sus tres hijos, Juan, Maruja (la madre de quien nos narra la historia) y Gloria, la única persona del conglomerado familiar, que aun sobrevive con 92 años. Porque el militar, que se llamaba Juan Usero Sánchez, y que era natural de Almería, tenía a su vez una hermana y un cuñado que también se sumaron a la huida con sus 4 hijos. Primero huyeron a Málaga, y casi enseguida, comenzaron la huida hacia Almería. Los recuerdos que le trasmite su madre es que el abuelo militar, cuando veía maniobrar a los barcos que disparaban desde el mar, adivinaba por donde iban a venir las bombas y decía “quien se quiera salvar que me siga”. Otro recuerdo más terrible, el de una niña muy pequeña, jugando con las tripas de su madre muerta, que fue recogida por un hombre que se la llevó.


Llegaron sin bajas a Almería y, con la ayuda de la familia de su abuelo, el militar, pudieron sobrevivir durante toda la guerra, abriendo dos tabernas. Al finalizar la contienda su abuela, y el abuelo militar, volvieron con su madre y sus hermanos a Estepona, donde se encontraron con que a su calle, que se llamaba Pozo de los Palos, le habían cambiado el nombre por el de “14 de enero”, que fue cuando tomaron el pueblo. Al abuelo lo detuvieron y lo condenaron a 4 penas de muerte. Pero su abuela, que formaba parte de un grupo de mujeres que pasaba contrabando (productos duros dice ella, como medicinas que eran escasas o armas de fuego) desde Gibraltar, consiguió salvarlo contratando a un abogado malagueño llamado Pérez de Vargas, que usó los productos del contrabando para pagar favores. Le conmutaron las penas de muerte y lo desterraron a Guadix a un campo de trabajos forzados. Su tío abuelo Diego, que fue de los que no se quedó en Almería y se alistó al ejército de la república, murió en la batalla del Ebro. La mayor alegría de la familia es que a petición popular, cuando se constituyó el primer ayuntamiento democrático de Estepona, volvieron a cambiarle el nombre a su calle, eliminando lo del 14 de enero, y volviendo a llamarse Pozo de los Palos.


La siguiente historia es de María Gadea Carmona, una mujer de 40 años que viene a la marcha, con su hermano Juan. Quieren defender la memoria de su abuelo, Juan José Carmona Doblado, que salió huyendo de su pueblo, Cuevas Bajas, con 8 años. El abuelo, Francisco Carmona Lara, era el alcalde y se movilizó para ir al frente a defender la República, dejando a su hijo a cargo de sus tíos. Estos, con el niño, y al igual que en todos los pueblos, huyeron primero a Málaga y luego hacia Almería con La Desbandá. En el viaje, el tío, que era cojo, perdió la pista de la mujer y del niño. Este estuvo a punto de ser enviado a Francia desde Almuñécar en un convoy de niños huérfanos, pero apareció el tío y se quedaron con el niño. Una vez en Almería lo enviaron a vivir a un pueblo de Castellón. Allí movilizaron al tío, para participar en la batalla del Ebro, a pesar de su cojera, con el fin de que realizara trabajos auxiliares. Fue cogido prisionero, y estuvo varios años en la cárcel. El padre de María volvió con su tía abuela a Cuevas Bajas, pero el abuelo, el que fue alcalde del pueblo, fue detenido en Alicante, trasladado a Málaga y fusilado.


La última historia es de Ruth y Luz. La primera, con 34 años, vive en Punta Umbría, en Huelva. Viene por primera vez, pero lleva 4 años queriendo venir y leyendo las crónicas de La Desbandá. Antes no sabía nada, a pesar de que su bisabuela salió huyendo hacia Almería. Ella se enteró del hecho porque un día vio a su tía bisabuela en el documental de la Desbandá “Pantalones a la Luna”. Ambas, y también su abuelo, eran de la zona de la Axarquía malagueña. A partir de ahí empezó a investigar y montó una obra de teatro sobre La Desbandá que se representó en Almería. 


La de Luz es una historia paralela, que termina confluyendo en el tiempo con la de Ruth. La abuela de Luz, que era de Huelva, con 13 años, también fue fugitiva en La Desbandá, y durante el viaje le pusieron "la niña del pollo", porque llevaba siempre consigo uno de trapo.  Hacía el viaje con su tía, y ambas estaban de vacaciones en Málaga cuando empezó la guerra, por lo que no pudieron volver. En Salobreña, la niña se perdió de su tía y siguió adelante sola, hasta Almería. La encontraron viva 1,5 años después viviendo en Almería. Luz está trabajando en un proyecto de guion, que sirva para una película o una serie. Quería, para su trabajo, ver el documental “Pantalones a la Luna” que sabía que existía, pero no recordaba su nombre, así que buscando en internet, dio con la obra de teatro de Ruth, que le interesó mucho. Buscó su contacto, se conocieron y decidieron trabajar juntas en el proyecto de guion. Su participación en esta marcha de La Desbandá obedece a recabar información y testimonios que les ayude a su trabajo. Pero Luz, que viene de Madrid, también quería recordar a su abuela, de manera que en su homenaje, lleva un pollo amarillo de trapo, colgado en la mochila. Se siente orgullosa de su abuela, la niña del pollo.


En esta marcha hemos recorrido 19,5km. Por la tarde, en el Polideportivo, hemos escuchado un concierto del cantante Álvaro Ruiz, al que no conocíamos, pero que nos ha gustado por su voz y su ritmo, que ha llevado a bailar a la gente más marchosa. Después hemos tenido Asamblea General con el objetivo de que las personas participantes en la marcha expresaran sus opiniones, sus quejas, o sus propuestas para mejorar el funcionamiento.


La verdad es que la reunión ha sido muy positiva, se han hecho críticas constructivas y ha habido un ambiente general de satisfacción por el resultado de la marcha, por la necesidad del proyecto en la lucha memorialista, por la belleza que tiene y la fraternidad que genera.


A pesar del cansancio, de las magulladuras en los pies, los dolores de rodilla, o los pequeños accidentes que hemos ido sufriendo, ya estamos lamentando que la marcha se acabe mañana en Almería."


Escribe Manuel García Morales, cronista oficial de La Desbandá.

Transcripción y edición J.T.