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miércoles, 15 de abril de 2015

¿Por qué tenemos tanto miedo?



"La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje miedo de decir... Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida... Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo; los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo...."

Comienzo hoy con estas palabras de Eduardo Galdeano, quien se marchó dejándonos huérfanos el pasado lunes, porque me sirven para ilustrar una cuestión a la que vengo dándole vueltas desde hace bastante tiempo: ¿Por qué tenemos tanto miedo?

¿Qué es lo que nos lleva a aguantar un trabajo infecto y mal pagado en lugar de mandar al patrono al carajo? ¿Tan poca confianza tenemos en nosotros mismos para salir adelante? ¿Qué es lo que nos lleva a callarnos cuando escuchamos sandeces o, sencillamente, algo con lo que no estamos de acuerdo? ¿Por qué no acostumbramos a decir lo que pensamos? ¿Qué tenemos que perder?  ¿Por qué no ponemos en marcha nuestras ideas, nuestros sueños, nuestros proyectos, nuestras ambiciones en lugar de vivir  atenazados, sometidos y engañándonos esperando a que las cosas cambien por arte de magia ¿A qué esperamos? ¿Qué más nos puede pasar?

¿Qué más le puede pasar a quien, para comer, ha de acudir cada jueves a las colas de Cáritas en su parroquia?  ¿Qué más le puede pasar a quien le quitan la casa y además ha de seguir pagando la hipoteca pendiente?  ¿Qué más le puede pasar a quien, cuando cae enfermo, no tiene dinero para pagarse las medicinas que le recetan? Cuando inicias la cuesta abajo siempre piensas que la cosa remontará. Y por miedo a perder lo que aún no te han quitado, continúas tragando.

Conozco gente que hace tiempo que no sale de vacaciones, que antes cambiaba de coche cada equis tiempo y un buen día decidió prescindir de él. Siguió tragando para aguantar el tirón, aunque cada año entraba en casa menos dinero y cada trabajo que conseguían era más cutre que el anterior. Un septiembre, al comienzo del curso escolar decidieron no comprar los libros que necesitaban sus hijos para estudiar; cuando llegó el frío no encendieron la calefacción, dejaron de comprar ropa, luego cortaron internet y empezaron a aplazar recibos de luz y agua y aguantar hasta la amenaza de corte. La consumación de la tragedia apareció cuando el dinero no llegaba para pagar el alquiler o la hipoteca. Ya solo quedaba lugar para la desesperación el día que recibió la notificación de desahucio.

Y cuando te quitan la casa y te dejan tirado como una colilla descubres que tenías que haber pegado un puñetazo en el primer minuto de partido. No haber tragado ni un puto contratiempo y haber salido a la calle a partirte el pecho para evitar el desastre. Igual te habrían dado de hostias hasta en el carnet de identidad, pero no habrías tenido miedo. Porque el miedo lo tienen que tener ellos, los que desahucian, los que roban, los que mienten, los que se llevan tu dinero a los paraísos fiscales, los que te están haciendo pagar un desastre financiero del que tú no tienes ninguna culpa...

Siempre hay peligro para los que lo temen, decía Bernard Shaw, y es cierto. Los ricos, y los políticos que defienden a los ricos, huelen el miedo. No les podemos dar esa ventaja, hay que actuar antes que nos muerdan. Más.

Acabemos con esos miedos que tan crudamente denunciaba Galeano. No dejemos hueco al "miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, a la noche sin pastillas para dormir ni... al día sin pastillas para despertar".

J.T.

domingo, 13 de abril de 2014

Paripé semanasantero en el gobierno andaluz


Una vez finalizado el patético sainete con el que el gobierno andaluz ha dado paso a la Semana Santa actuando como avezado telonero de las fiestas, ¿qué imagen se ha trasladado fuera de Andalucía? ¿qué es lo que va a quedar para la posteridad de todo este ridículo asunto?

Veamos: Comenzó el culebrón con el desalojo que, el domingo seis de abril por la mañana y a instancias de Ibercaja, el gobierno pepero del ayuntamiento sevillano llevó a cabo en una utópica corrala “okupada” desde hace dos años por una veintena de familias.

Acto seguido, los desalojados decidieron protestar acampando a las puertas del ayuntamiento, en Plaza Nueva, pleno centro de Sevilla. A quien no conozca la ciudad quizás le suene a coña, pero lo más grave de la acampada no era la protesta en sí sino que estaba teniendo lugar, a menos de una semana del domingo de Ramos, en uno de los puntos más concurridos durante el paso de las cofradías, en un trozo de trayecto intocable para las hermandades que a partir de tan señalado día “okupan” esa zona de la ciudad y a cuyo panal de sagrada miel acuden a granel decenas de miles de sevillanos y turistas de toda procedencia y condición que la atestan y la rebosan.

Era intuible, pues, que el problema iba a estar resuelto antes que llegara el domingo de Ramos por lo civil o por lo militar. Pero lo que ni siquiera el pp creo que podía imaginarse era que, con el desalojo, iba a propiciar la primera crisis con luz y taquígrafos en dos años entre los socios del gobierno andaluz.

La Consejería de Fomento, gestionada por Izquierda Unida, decide tres días después del desalojo de la corrala "Utopía" empezar a repartir llaves de casas entre los acampados en Plaza Nueva. Llaves que los "afortunados" muestran felices ante las cámaras de televisión.

- Ah, no. Eso no puede ser, hasta ahí podríamos llegar, clama la presidenta socialista andaluza que se declara puenteada por sus socios de coalición. Que a mi Botín y a mi Fainé, con los que me hago fotos tan estupendas y que me van a soltar una pasta tan gansa no los puedo desairar yo así como así. Y menos con la delicadeza con la que me besan la mano. Además, tenemos una lista de espera de más de doce mil familias, personas que necesitan vivienda y que aguardan pacientemente sin "okupar" ninguna hasta que les toque su turno.

- ¿Qué os creéis, que esto es Venezuela? -le llega a decir un socialista a uno de sus socios izquierdosos unidos.

En resumen: gran pollo a las puertas de la semana de "pasión". Hasta hora habían sabido lavar los trapos sucios en casa, pero esta vez el asunto va a trascender. Mucho.

Tarda poco Susana Díaz, la presidenta andaluza, en pegar un sonoro puñetazo encima de la mesa

- O le volvéis a quitar las llaves a los utópicos esos u os meto un puro que os vais a enterar. Le retiro a Fomento las competencias de Vivienda por decreto, y punto.

- Vale, vale, no te pongas así, mujer. Vamos a hablar, venga, le contestan sus atónitos socios - Hablamos lo que queráis, pero yo redacto el decreto y lo firmo. Ya veremos si lo publico o no

Horas y horas de conversación durante el jueves parecieron no servir para nada porque a las seis de la mañana del viernes once de abril, viernes de dolores, el decreto transfiriendo a Hacienda, consejería en manos del Psoe, las competencias de Vivienda que hasta ese momento tenía Izquierda Unida aparecía publicado en el BOJA (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía).

- Ostras, Pedrín, que ha tenido huevos la tía de cumplir su amenaza

Los pesos pesados de Izquierda Unida en Andalucía se encierran a deliberar en sus oficinas del parlamento regional a primera hora del viernes. Está también Cayo Lara, el baranda nacional, que ante la dimensión de la presunta tragedia se planta en Sevilla tras viajar desde Madrid en el primer Ave de la mañana. Pasan horas, muchas.

- Hasta que la presidenta no retire el decreto hemos decidido suspender "momentáneamente" el pacto de gobierno, declara a mediodía Maíllo, responsable de IU en Andalucía, cuando hacen un receso para comer. 

En el Psoe empiezan a matizar

- Lo que queremos es que nos justifiquen jurídicamente las razones que les han llevado a tomar esa decisión 

Y se vuelven a reunir tres representantes del Psoe y tres de Izquierda Unida para intentar desatascar el asunto. Durante esa jornada, la cifra de beneficiados por la decisión de la consejería que dirige Elena Cortés va bailando. ¿Se han entregado diez, doce, quince llaves de viviendas? No hay quien lo aclare y menos aún los desalojados quienes, asustados, han desaparecido de escena en pleno combate. Al final se quedan en ocho las familias cuya necesidad de amparo parece que no admite duda... legal. Porque a todo esto, de lo que se habla es de legalidad.

Lo que se negocia no tiene nada que ver con el origen del conflicto sino con "a ver qué salida le buscamos al charco en el que nos hemos metido. Sabido es que los problemas de los seres humanos como tales, cuando los políticos se enfrascan en luchas de poder y de competencias, no son precisamente lo prioritario. Eso es "asín". Y en el caso que nos ocupa eso empezó a seres más "asín" cuando unos y otros, lanzados ya sus respectivos órdagos, empezaron a asumir la dimensión del lío político en el que se habían metido y a calibrar lo mucho que podían perder y lo poco que iban a ganar. ¿Los desahuciados? ¡Ah!, si, es verdad. Bueno, bien, sin problema, ya nos ocuparemos de ellos...

Que hay que dar marcha atrás empieza a parecer evidente. Claro que ahora hay que encontrar la manera de vestir al muñeco. Son las once y media de la noche y las cabezas echan humo. Se acaba la reunión ¿fumata blanca? Parece que no. 

- A partir de ahora continuaremos hablando por teléfono hasta encontrar una solución, declaran los negociadores a la salida. 

Los periódicos de papel imprimen pues sus ediciones contando que las espadas continúan en alto. Pero de madrugada Susana Díaz los deja viejos: ha decidido retirar lo retirado y devolver las competencias de Vivienda a Elena Cortés con un decreto que inmediatamente se publica en el BOJA y que empieza así: "Decreto de la Presidenta 2/2014, del 11 de abril, por el que se deroga el Decreto de la Presidenta 1/2014, del 10 de abril..." 

En virtud del acuerdo, "las ocho familias realojadas ya de forma transitoria en viviendas públicas de la Junta podrán permanecer provisionalmente en los pisos hasta que los servicios sociales comunitarios ratifiquen su situación y acrediten de manera fehaciente el riesgo de exclusión social. En el caso de las otras nueve familias que iban a ser realojadas en viviendas de alquiler privado, el realojamiento se suspende hasta que las circunstancias necesarias para su realojamiento queden debidamente acreditadas". Quedan cinco de las que nadie habla, como muy bien me hace notar mi querida Alicia Gutiérrez, sobre las que nadie pregunta. Misterio misterioso. 

Quieren acabar con la pesadilla cuanto antes, así que hasta el siguiente desencuentro, cero al cociente y bajo la cifra siguiente. Las cofradías sevillanas van a dormir tranquilas. La Borriquita, la Paz, La Estrella y demás hermandades pueden ya invadir tranquilamente la ciudad este domingo. No se encontrarán en su recorrido con ningún desalojado coñazo acampado exigiendo techo. 

Me preguntaba al principio qué quedará para la historia de todo esto. Parece que un vergonzoso bochorno y... elecciones anticipadas. Y mientras tanto, cada uno a seguir disfrutando de sus respectivos sillones, que se está muy a gustito en ellos tocando pelo, qué coño.

J.T.

miércoles, 15 de enero de 2014

Planes de pensiones en oferta para cincuentones incautos ¡Llame ya!


“Estimado ciudadano mayor de cincuenta años: 

Ponemos en su conocimiento que con lo que lleva usted cotizado en su vida, a menos que espabile y suscriba un fondo de pensiones cuanto antes -privado, por supuesto-, el día en que se jubile cobrará una mierda de pensión. Así que usted verá, o se pone las pilas, se pasa por su banco amigo y se deja engañar una vez más o, si luego acaba muriéndose de asco antes de morirse de verdad, no diga que no le hemos avisado. 

Conclusión: haga el favor de no dormirse en los laureles y ¡llame ya! Llame a Bankia, por ejemplo, o a Novagalicia, o a cualquiera de esas honestas entidades financieras graciosamente rescatadas con préstamos europeos que devolveremos… con sus impuestos y sus ahorros. 

¡Llame ya! Las pobres entidades bancarias continúan necesitando dinero fresco para acabar de tapar el descomunal socavón financiero en el que nos sumieron durante años con prácticas especulativas que nos han llevado a la ruina. 

¡Llame ya! Entre irse de vacaciones y ahorrar para un fondo de pensiones, no lo dude: fondo de pensiones ¿Invertir? Ya lo harán los bancos por usted con ese dinero que, no sea desconfiado, se alegrará de recuperar en su vejez. ¿Cómo? ¿que no le llega para eso? ¿que está usted en paro? ¿que tiene un trabajo basura? No sé, no sé, ¿no será que se conforma con poco, que no piensa lo suficiente en el futuro? 

¿Cómo? ¿que sí que tienen trabajo, usted y su pareja, pero que entre los dos sueldos que entran en casa se las ven y se las desean para llegar a fin de mes porque han de pagar la hipoteca de un piso que ahora vale la tercera parte que cuando lo compraron? No sea usted alarmista, hombre. No vaya de víctima. Alquílelo y trasládese a otro más pequeño, más barato y más lejos de donde tiene su vida y su trabajo. También puede venderlo, así se libera de la hipoteca y vive de alquiler. ¿Qué dice, que menuda faena? ¿Y por qué no lo pensó usted antes? ¿Ve cómo teníamos razón cuando le decíamos que estaba usted viviendo por encima de sus posibilidades? 

¿Por qué se cree que hemos decidido mandarle ese estudio con una proyección de la mísera jubilación que le puede quedar al paso que va? Pues porque nos preocupamos por usted y queremos que tenga una vejez tranquila… si suscribe un plan de pensiones privado, claro está. ¿Sus hijos? ¡Ah!, pero ¿no están ya en el extranjero buscándose la vida? ¿a qué esperan? 

Lo hacemos por su bien, de verdad. Esto empieza a ir un poco mejor, créanos, pero para que vaya todo lo bien que queremos que vaya es preciso que la gente como usted deje de quejarse, trabaje más horas por menos dinero, ahorre y se abra un fondo de pensiones cuanto antes. Así que ya sabe. No sea tonto y… ¡Llame ya!”

(Traducción al castellano de la carta que la ministra de Empleo y Seguridad Social proyecta enviar durante 2014 a los mayores de 50 años anunciándoles el importe de la pensión que cobrarán cuando se jubilen. Eso siempre que mantengan sus bases de cotización actuales y bajo la atrevida hipótesis de que consigan tener trabajo hasta los 67 años…. si no cambian la ley y retrasan, aún más, la edad de jubilación)

Por la traducción
J.T.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Pues a mí, el “Salvados” del domingo me decepcionó


Vaya por delante mi reconocimiento a la arquitectura periodística de un programa como “Salvados” y a la pedagogía social que supone su emisión en una cadena de televisión generalista. 

Quede constancia también de mi innegociable afecto hacia Arturo Pérez Reverte, en su día compañero casi de pupitre y objeto de maledicencias e improperios que jamás tolero en mi presencia a envidiosos, difamadores ni papagayos varios. 

Una vez dicho esto: A mí el programa-debut de temporada de “Salvados” el pasado domingo me dejó cierta sensación de “coitus interruptus”. Esperaba más de él. Esta primera entrega, en la que se desmenuzaba la situación del barrio con más desahucios del país, y que servía como paradigma de lo que vivimos en todas partes, creo que contuvo una enjundia inferior al volumen de las expectativas que había generado. 

¿Lo mejor del programa? Que todavía, habida cuenta del casposo panorama mediático que sufrimos, sea posible emitir una hora de televisión como esa, donde el espectador puede reconocer su vida misma, su propia cotidianeidad. “Salvados” transmite verdad y eso es ya tan excepcional que hay que celebrar su existencia y brindar para desearle larga vida. 

Pero a mí la entrega del domingo me decepcionó. Era todo demasiado previsible. “Salvados” siempre transmitió un punto de tensión que eché en falta en el programa del día 27. El simpático gamberro que era Jordi Évole, cuyas inocentes insolencias nos hicieron pensar tantas veces que en cualquier momento le iban a romper las gafas de un tortazo, es ya un personaje cuyo tirón convierte a veces a sus entrevistados en admiradores arrobados, encantados del privilegio de compartir plano con tan elogiado héroe televisivo.

Habían promocionado el programa anunciando aumento de presupuesto, lo que ya es un notición en los tiempos que corren. Espero que se note en posteriores entregas, porque las localizaciones en Ciudad Meridiana no creo que pusieran de los nervios al jefe de producción del programa. Yo pensé que igual se habían ido por el mundo con Pérez Reverte para rememorar sus tiempos de reportero pero no, me lo encontré sentadito, con chaqueta y bebiendo agua mineral. 

Las intervenciones del experto que habló en el centro comercial, del responsable de la asociación de vecinos, del amigo Pérez Reverte, la directora del colegio o la simpática “monja-borroka” no fueron, a mi modesto entender, para tirar cohetes ni para tanta lisonja como he podido leer y escuchar estos días. Insisto, el principal mérito creo que reside en que cosas así, bien empaquetadas y seleccionadas, se puedan emitir todavía. A lo sumo hubo media docena de titulares: 

-“Vengo a las reuniones de la asociación y cuento mis problemas. ¿O qué voy a hacer, tirarme por el balcón como hacen tantos o ponerme para que me pille un coche?” –decía uno de los vecinos. 
-“Soy partidaria de la ocupación de pisos que los bancos tienen vacíos si no se tiene donde vivir”, reinvindicaba la “monja-borroka”. 
-“Me preocupa que los niños a los que alimentamos aquí no coman los fines de semana”, contaba la directora del colegio público. - también de “chapeau” las referencias de Reverte a Trento y a la guillotina, avanzadas ya en las promos del espacio, además del crudo broche final instando a Évole a no empeñarse en buscar soluciones a todo. 

Pero yo no pensaba, igual estoy equivocado, que “Salvados” era un programa para pontificar. Empachados de tertulias como estamos, la media ponderada del espacio del pasado domingo destilaba un cierto efluvio tertuliano aunque eso sí, progresista y de denuncia, algo a lo que ya tampoco estamos acostumbrados ni siquiera en la Sexta, en cuyos debates cada vez hay más fachas, se dicen menos cosas interesantes y se grita más. 

Luego, estaba la ausencia de tensión: la única ocasión en la que pareció existir algo de tirantez fue cuando irrumpió en plano, durante una entrevista al responsable de la asociación del barrio, una señora que cuestionaba lo que contaba el entrevistado de Évole. A partir de ahí se fue creando un corro de vecinos y la escena empezó a cobrar vida. Pero la imposibilidad, imagino que técnica, de mantener todo el plano-secuencia y recurrir a la edición acabó derivando en la devaluación del conflicto latente: el anciano xenófobo que despotricaba contra los inmigrantes aparecía unas veces con carrito y otras sin él, la irrupción del vecino que se quejaba de tener que pagar la luz y el agua de los okupas pareció como si hubiera ocurrido tras recibir órdenes de un regidor… 

Buen trabajo, sí. Pero de ahí a elevar a las alturas el programa y llamar “maestro de la televisión” a su conductor… Lamento discrepar. Yo esperaba y espero más de “Salvados”. Quizás sea injusto, pero el listón lo tenían ya mucho más alto de lo que yo vi el domingo y eso dota al espectador de argumentos para aumentar sus expectativas. Y si además este año cuentan con más pasta, eso se tiene que notar más. Elegir bien un tema y enhebrar una buena historia a partir de las personas que hablan sobre él es un aceptable comienzo. Pero no la bomba, como nos han querido vender.

J.T.

P.D. Mi reconocimiento al trabajo de edición, imagen y sonido. Magnífico.

martes, 30 de abril de 2013

Por qué no faltaré a la manifestación este Primero de Mayo

Estoy en la gasolinera pagando en caja. ¿Me abre para cinco euros? escucho. Será una moto, pienso. No, es un opel corsa, compruebo. Cada vez son más los que vienen con el dinero contado para la gasolina que calculan gastar en el recado que tienen que hacer, me cuenta la persona que cobra.

Me paro en el quiosco a por el periódico. ¿Me da dos cigarros? escucho a mi lado. ¿Te compran tabaco suelto? le pregunto al quiosquero. Vendo más suelto que en paquetes, me dice.

Me paso por el puesto de la carne, en el mercado. En la cola, las cuatro personas que estaban antes que yo compran pollo, cerdo, croquetas... Voy a dejar de traer filetes, chuletones y entrecots, me comenta el carnicero.

Quedo con unos amigos el viernes por la noche. Antes decíamos quedamos para cenar. Ahora decimos nos vemos y tomamos una tapitas. 7-8 euros por cabeza, diez como máximo. Y punto.

Copas nocturnas en el pub habitual. Antes cada fin de semana, ahora... de vez en cuando: cervezas, tintos de verano y riojas. O directamente coca cola light. Cubatas, gintonics o güisquis? Menos, pero que muchos menos, nos confirma la chica de la barra.

Llamamos a una pareja de amigos, estamos aquí debajo de vuestra casa. Os esperamos en el bar de otras veces y tomamos un café. No, mejor subid vosotros. Llevan tiempo sin salir porque lo están pasando mal económicamente, me dice la persona que me acompaña.

Voy al cine, película de estreno, sábado tarde. Los cuento: 23 espectadores.

Salgo a mi hora de caminata diaria, llego hasta la playa, veo un restaurante: menú del día, cinco euros. ¿La mitad que el año pasado?, les pregunto. Es que ni así entra mucha gente, me contestan. Y no queremos cerrar.

Paso por una oenegé que se dedica a vender ropa de segunda mano. Llena.

Rastro benéfico de mi barrio. Tenéis menos muebles que antes, comento. La gente se desprende cada vez de menos cosas, me dice el encargado.

Hablo con unos amigos cuyo hijo empieza la universidad el año que viene, ¿vacaciones? este año ese dinero va a ser para la matrícula en la facultad.

Me tomo una caña en el bar de la esquina. Yo antes tenía un bar, me dice el camarero, con dos personas más en una zona de oficinas. Cuando empezaron a cerrar los negocios me quedé solo en el bar. Luego tuve que cerrar, menos mal que he encontrado esto después de casi un año sin trabajo.

Llamo a unos amigos jubilados para visitarlos en su casa de la ciudad. No vengas, nos hemos ido a la casa de la playa. Ni la vendemos ni podemos con la hipoteca, ahora vale la tercera parte, así que hemos puesto en venta la casa de la ciudad, también por la mitad de lo que nos costó a ver si por lo menos podemos pagar lo que debemos aquí. Tampoco está mal vivir todo el año en la playa.

Pregunto por sus hijos a una pareja que llevaba algún tiempo sin ver. El mayor está en Copenhague, sobreviviendo, y la pequeña acabó arquitectura, sigue en casa y se está pagando un máster con lo que saca trabajando en el mcdonalds.

Me encuentro con un amigo, padre de dos niños pequeños, que llevaba unos tres años separado. He vuelto, a casa, tío. Mi mujer y yo hemos aplicado mentalidad práctica. Tampoco nos llevábamos tan mal...

Hablo con una antigua compañera de trabajo. ¿Tu madre qué tal? La hemos sacado de la residencia y la tenemos de nuevo en casa. Desde que mi  marido se quedó también en paro, los novecientos euros que tiene ella de paga nos vienen fenomenal para aguantar.

Decididamente, este primero de mayo no puedo faltar a la manifestación. ¿Y tú?

J.T.
Publicado también en la sección de "Opinión" de publico.es

jueves, 18 de abril de 2013

Hipotecas. La banca "Mari Carmen y sus muñecos" del pp


No están dispuestos a dejar de seguir llevándoselo crudo. No pueden evitarlo. Los barandas de los bancos no saben hacer otra cosa que no sea pisarnos el cuello al resto de los mortales.

Como en el chiste del escorpión, "es su carácter" y no pueden evitar clavar con saña el aguijón aunque eso pueda acabar algún día matándoles también a ellos. Se sienten inmunes, intocables, fuertes, que por algo son los amos del chiringuito. Que para eso tienen colocados a sus chicos donde pueden legislar con irrefutable mayoría absoluta.

Han vigilado muy de cerca la tramitación parlamentaria de la Ley de Medidas para la Protección a los Deudores Hipotecarios en riesgo de Exclusión Social y no le han quitado ojo hasta que ha salido adelante tal y como a ellos les interesaba.

-Esto sí, esto no, esto ni tocarlo...

Y sus chicos, en primer tiempo de saludo, han tumbado todas las enmiendas (bueno, menos una de UPN, qué casualidad) y se han limpiado... los mocos con una Iniciativa Legislativa Popular(ILP) que llevaba la firma de 1.402.854 ciudadanos.

- ¿Dación en pago retroactiva?
- Amos, anda

- ¿Paralización de los desahucios?
- No os lo creéis ni hartos de vino

- ¿Posibilidad de que las personas afectadas puedan permanecer en sus viviendas en régimen de alquiler social?
- Bueno, "nuestra intención es que el ciudadano conserve su vivienda y a partir de ahí (atención a la verborrea, que es textual) poner en marcha las otras medidas de reestructuración de la deuda, con quitas, aplazamientos para pagar la deuda, alquileres sociales y, en último extremo la dación en pago

Traducción al castellano que hace de esto la Plataforma de Afectados por la Hipoteca: lo que el PP ha aprobado de puntillas y en solitario no resuelve el problema social de la deuda hipotecaria, ni de los que ya han sido desahuciados ni de los que lo serán en el futuro. Es decir, que a aquellas familias que no estén en paro o cuyas rentas sumen más de 19.000 euros al año les seguirán quitando la casa si no pueden pagar. 

La ILP que el gobierno del PP ha ninguneado proponía liberar a las familias de la condena financiera, posibilitaba el acceso en régimen de alquiler social a las viviendas vacías que son propiedad de las entidades financieras. Eso sí que hubiera mitigado de manera decisiva los efectos sociales más trágicos de la crisis. Los que han llevado a muchos amenazados de desahicuio inxcluso a quitarse la vida.

Pero los bancos no están para bromas. No pueden ni quieren permitirlo. Como en la fábula del escorpión, no es su carácter. Así que el gobierno, disciplinada marioneta, ha movido la boca y los brazos al ritmo que le ha impuesto su particular "Mari Carmen" y, como si del pato Nicol o de doña Rogelia se tratara, han dicho y hecho exactamente lo que los banqueros han dispuesto. 

J.T.



miércoles, 17 de abril de 2013

La impresentable "regañina" de Martínez Pujalte a propósito de las hipotecas


Te vendían el piso por 300.000 euros aunque en realidad podían haberlo hecho perfectamente por la mitad. La tasación de la entonces solícita entidad bancaria te permitía meterte en un hipotecón de 280.000. Pero como podías ponerla a 40 años, al mes solo tenías que pagar la ridícula suma de 1.250 euros. Total, una nadería.

Ganabas 1.700 euros tú y tu pareja otro tanto. Vivir de alquiler, te insistía todo el mundo, era tirar el dinero. Además, mejor darse prisa porque los precios subían de un día para otro y el piso estaba muy bien, qué caramba. Y otra cosa: cuando quisieras venderlo seguro que te sacabas una pasta a la vista de a qué velocidad subían los precios.

El cuento de la lechera, el timo de la estampita y el del toco mocho juntos y todos caísteis como idiotas. Así que cuando estabais bien pillaos empezó a faltar el dinero para los créditos, y las empresas cerraban una detrás de otra, y despedían trabajadores a miles, a decenas de miles... y los pisos empezaron también a bajar. Debacle. Hecatombe. Ruina total. Y te quedaste sin trabajo. Tú. O tu pareja. Y al que tuvo la potra de conservar el curro le bajaron el sueldo. O eso o a la calle, te dijeron. Como las lentejas, ya sabes.

Y empezasteis a hacer cuentas: Ocho años pagando hipoteca y aún 245.000 euros pendientes. Los 1.250 euros de cuota mensual se convirtieron en una verdadera pesadilla. No quedaba "ni pa pipas". Os planteasteis llevarle las llaves al banco, y a tomar por saco el dichoso piso y la madre que lo parió. 

Y fue entonces cuando descubristeis, pedazo de ingenuos, que estabais pillados por los güebos pero bien. Sí, os dijeron, vale, pero es que el piso vale ahora 100.000 euros. Eso siendo optimistas. Así que quedarían pendientes 145.000 que tendríais que seguir pagando los próximos 32 años a unos 550 euros de cuota mensual euro arriba euro abajo. Y eso si no acaban subiendo los intereses, que más vale que contéis con ello.

Sí. No estabais oyendo mal. Si queríais devolver el piso de vuestros desvelos, además de quedaros sin tener donde caeros muertos, debíais continuar pagando 550 euros al mes durante 32 años y plantearos dónde meter los muebles, el ordenador, el desconcierto y la indignación.

Y entonces pensasteis, pero vamos a ver, si el piso de al lado mío vale ahora 100.000 euros y yo debo 145.000 después de haber estado pagando ya 1.250 euros mensuales durante ocho años, yo lo que soy es un gilipollas.

Pues no, amigo, lo que eres, te lo dice Martínez Pujalte, es un listo que te quieres ir del piso para comprarte otro y aprovecharte de la coyuntura. Eres un pillín, porque cuando firmaste sabías lo que firmabas y ahora te quieres hacer el tonto. Además eres un listo rojillo, porque si votaras al PP serías de los que te quedarías sin comer antes de incumplir tu compromiso de pagar la hipoteca, como sabiamente ha dictaminado nuestra querida secretaria general, la nunca suficientemente bien ponderada Maria Dolores de Cospedal y García

Así que a apechugar, querido. Haberlo pensado antes. El banco fue generoso contigo y si las cosas han cambiado, la culpa es del cha, cha, chá... o tuya, por querer vivir y soñar por encima de tus posibilidades, incauto, que eres un incauto.

¡Ah!, y no se te ocurra quejarte, ni mucho menos presionar, o acosar con esa argentinada llamada escrache, porque nos vamos a encargar pero bien de que se os caiga el pelo como os dé por continuar incordiando.

Habéis hecho dos cosas mal, pedazo de capullos: 
1. Meteros en la trampa hipotecaria en la que os habéis metido 
2. Habernos votado. 

Así que ahora no os quejéis. Porque de hasta qué punto podíamos acabar jodiéndoos la vida teníais suficientes indicios.

Por la transcripción
J.T.

viernes, 12 de abril de 2013

Expulsados del templo... por los mercaderes


La expulsión este jueves de la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados, de los afectados por "el gran timo" de las preferentes viene a sumarse al episodio de hace unos días cuando echaron del mismo modo a representantes de la plataforma "afectados por la hipoteca". En ambos  casos me ha llamado la atención la contundencia y la irascibilidad del presidente de la Cámara a la hora de ordenar el desalojo de la tribuna

- Expúlsenlos

Y ujieres y esbirros varios se apresuraron a ejecutar la orden.

Con Jesús Posada me ocurre como con Gallardón: parecían otra cosa hasta que se han soltado el pelo y han decidido salir del armario. Admito que Posada me tenía bien engañado. En los tiempos en que fue  ministro de Agricultura con Aznar yo le recuerdo un talante mucho más mesurado. Pero como baranda del Parlamento de la nación, al paso que va, acabará superando con creces las gestas de sus predecesores, que al menos algunos de ellos, de vez en cuando, nos hacían reír.

Este jueves Posada se ha puesto las botas echando gente. Se ve que le ha cogido el gusto y por el mismo precio ha añadido a su currículum la expulsión de tres diputados de ERC: Tardá, Bosch y Jordà, por expresarse en su lengua materna desde la tribuna de oradores.

- Le llamo al orden, no tiene usted la palabra, dijo por tres veces antes que cantara el gallo

Al Congreso de los Diputados le hace falta un buen meneo pero ya. Sentarse allí en un escaño y tirarse cuatro años votando lo que te mandan, vituperando al contrario cuando toca e invocando el reglamento para justificar desesperantes lentitudes y palmarias ineficacias no creo que pueda ser el plan por mucho tiempo más.

¿Nos representan o nos representan? Esa es la cuestión. Legalmente nos representan, de eso no hay duda. Pero me temo que somos muchos los que estamos ya bastante hartos de que, amparados en la legalidad, se perpetren tantas tropelías, tantas injusticias en el "templo de la democracia".

Cuentan que allá por Galilea hubo hace dos mil años un tal Jesús que un buen día en Jerusalén se cabreó con los mercaderes que, según él, estaban profanando el templo con sus trapicheos y la emprendió a latigazos con ellos.

Dos siglos después en España un tocayo suyo, de apellido Posada, emparentado con provectas y espabiladas familias de mercaderes españolas que se lo han llevado crudo durante años, invierte la tendencia  y  se dedica a expulsar del templo a quienes son capaces de ponerles un espejo delante y les enseñan sus miserias, sus miserias de representantes de los intereses de los mercaderes antes que de los del pueblo llano a quienes estos roban y estafan con la mayor de las impunidades.

Armados de legislación y policía sus señorías, con su señorito Posada al frente, cada vez están menos cargados de razón. Les molesta que los importunen, les contraría que les digan las verdades a la cara, adoran las declaraciones enlatadas, que les ponderen lo guapos que son y, cuando eso no sucede, evitan las ruedas de prensa, hablan de que hay que poner límites a la información y establecen perímetros de seguridad a gritos públicos de socorro, que es lo que son los escraches y no acoso como la derecha se empeña machaconamente en llamarlos.

Los mercaderes en Jerusalén funcionaban como okupas y ahí estuvo su fallo. Así que sus descendientes aprendieron bien la lección  y ahora se han convertido en los amos de todos los chiringuitos donde se gestiona poder. Son los amos de las iglesias, los bancos, las grandes industrias, las empresas influentes, lobbies varios... y mangonean a sus anchas en los parlamentos, desde donde protegen a los desalmados que esquilman bancos y desahucian desheredados. En esta legislatura en España esgrimen como coartada que cuentan con una mayoría que les permite, por ejemplo, ordenar sin pudor alguno que les quiten de la vista a los indignados que les vituperan desde la tribuna de invitados

- Expúlsenlos

Mira que Trillo y Bono eran estomagantes. Pero de vez en cuando, por lo menos, nos hacían reír.

J.T.

miércoles, 10 de abril de 2013

El escrache escuece pero bien, luego es un acierto


Sin ninguna duda, los promotores del escrache han acertado.

Resulta patético ver a los políticos, y a la portadas y editoriales de los periódicos de toda condición y color, buscando la manera de ponerle puertas al campo.

Trescientos, cien, quinientos metros... los que sean, pero muchos metros de lo que llaman "perímetro de seguridad" quieren fijar para aquellos que intenten acercarse al domicilio de un político. Más argumentos buscan para justificar la represión del escrache, más en ridículo quedan, más desnudos aparecen ante una evidencia incontestable: los bancos se han pasado mil pueblos y el gobierno les ha inyectado pasta a mansalva mientras miles de familias sin recursos van perdiendo sus viviendas sin que a nadie parezca importarle mucho su drama y el de sus hijos.

Tengo para mí que el valor del escrache no es la acción en sí misma, que me gusta y mucho, sino la capacidad que este tipo de iniciativas poseen de no pasar desapercibidas, de  remover conciencias, de "provocar" a propios y extraños para que no tengan más remedio que posicionarse a favor o en contra. Amigos míos nada sospechosos de ser progubernamentales me han reconvenido estos días en la misma línea de pensamiento que este miércoles 10 de abril defiende el  diario "El País" en su editorial. 

Me han sacado cariñosa tarjeta amarilla por el post que escribí hace una semana valorando positivamente estas actuaciones ciudadanas a las puertas de los domicilios de los políticos para pedirles que, ellos que pueden, voten a favor de la llamada "dación de pago" cuando no se puede afrontar una hipoteca y no dejen a los pies de los caballos a tantas familias que después de perder el piso aún tienen que pagarle al banco una deuda que les está rompiendo la vida, el alma, los sueños que alguna vez tuvieron y las pocas ganas de luchar que les quedan.

- Pero hombre, Juan, ten en cuenta que el escrache tiene un componente intimidatorio que no es de recibo, me dicen algunos de mis amigos, amigos de los "rojos de toda la vida".

Son muchos los presuntos progres que no encuentran oportuno el escrache y lo consideran escasamente defendible, entre ellos el mismísimo Felipe González. Pues yo lo siento mucho, pero como decía el otro día, me parece que el escrache es un verdadero hallazgo. Toca los huevos, luego funciona.


Yo les diría a mis amigos los que me reprenden que sus reticencias son munición gratis para los desaprensivos que aprietan las tuercas a los más indefensos Una munición que no dudarán en utilizar descaradamente a favor de sus objetivos. Y sus objetivos no son otros que frenar una respuesta popular que les hace pupa y para cuya represión, por mucho que busquen, no disponen de argumentos lógicos. Para la represión nunca hay hay argumentos lógicos, pero en este caso yo creo que para la crítica tampoco.

¿Que es una minoría violentando la voluntad de la  mayoría? Pero hombre, por dios, ¿no encuentra usted ninguna justificación mejor? Da mucha pereza entrar a ese ridículo trapo por burdo. Como si ellos no llevaran violentando la voluntad de la mayoría desde el mismo instante en que se cerraron las urnas va ya para año y medio.

Algunos de los argumentos que voy a exponer a continuación ya los he escrito con anterioridad, pero con vuestro permiso los voy a repetir. Os invito a repetir conmigo:

1. El escrache es higiénico
2. El escrache es como poner sobre la mesa la materialización visual de nuestras fantasías 
3. El escrache es decirle al malo que en esta película va a ganar el bueno
4. El escrache tiene un punto justiciero que enamora. Ese punto que hace que el humilde, el impotente, el puteado, se sienta vengado en cierta manera. 
5. El escrache es la punta del iceberg del sentimiento popular. Se están incubando diferentes maneras de hacer patente  lo hasta los huevos que estamos todos y esta es una de las primeras puestas en escena de ese hartazgo: una manera elocuente, directa y, si se me apura, demasiado light para lo que a muchos se nos pasa cada día por la cabeza cuando leemos, vemos o escuchamos cómo se lo llevan crudo en todos los escalones, instituciones y estamentos públicos, privados y "mediopensionistas". 
6. El escrache es totalmente legítimo y necesario
7. El escrache es pagarle a los facinerosos con la misma moneda, pero de manera muy suave y educada, algo que ellos no son, ni lo han sido, ni lo serán nunca
8. El escrache es motivador
9. El escrache ha dado en la tecla
10. Y en caso de duda, una iniciativa que pone de acuerdo para criticarla a "El País" y "ABC", a Felipe González y a Alberto Ruiz Gallardón, a izquierdistas de toda la vida y a opusdeístas como ministro del Interior, tiene forzosamente que estar bien planteada

Lo dicho: si el escrache no existiera, habría que inventarlo

¡VIVA EL ESCRACHE!
¡ABAJO LOS DESAHUCIOS!

J.T,


miércoles, 3 de abril de 2013

¡Viva el "escrache"!


El término "escrache", cuyo uso está últimamente tan de moda, se emplea para referirse a manifestaciones pacíficas en las que un grupo de personas se dirige al domicilio o lugar de trabajo de alguien a quien se quiere denunciar por algo y expresa allí su protesta. 

En las últimas semanas en nuestro país este tipo de acciones las han llevado a cabo los afectados por las hipotecas a las puertas de las casas particulares de algunos políticos. Buscan el apoyo a una Iniciativa Legislativa Popular  (ILP) presentada el pasado mes de enero en el Congreso de los Diputados para que las deudas hipotecarias se salden con la dación en pago, se paralicen los desahucios y se promueva el alquiler social. Se trata de una ILP que cuenta con el apoyo de 1.402.854 firmas.

El escrache será todo lo políticamente incorrecto que se quiera, pero a mi me parece un verdadero hallazgo.

He visto por ahí tuits y entradas en facebook de avezados activistas denostando el escrache y, lo reconozco, me han hecho pensar. Si alguien como por ejemplo mi admirado Jaume d'Urgell, que en su día fue juzgado y condenado por izar la bandera republicana en el edificio de los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo de la Gran Vía madrileña, y que hace ya siete años llegó presentar una petición parlamentaria instando la supresión de la monarquía... si alguien así tiene sus dudas sobre el escrache... uno, la verdad, lamenta llevarle la contraria, pero se la llevo. 

Le llevo la contraria a Jaume porque basta con recordar las muchas muertes de personas desesperadas, (mujeres y hombres que en los últimos meses se han quitado la vida tras recibir la amenaza de desahucio por no poder pagar los plazos de hipoteca) para entender que hay que hacer algo. Basta con sentir de cerca tanta tragedia injusta, sobre todo porque son evitables y nadie las evita, para entender que los brazos cruzados no pueden ser la respuesta. Ni la tan manida resignación cristiana. Ni tampoco, parece claro, la confianza en la justicia o en la ley. La dación en pago (devolver el piso perdiendo lo pagado pero sin nada más que pagar) sería un camino. Se puede, pero no quieren.

Según datos del poder judicial, entre 2007 y el tercer trimestre de 2011 se iniciaron 349.438 ejecuciones hipotecarias en España. Desde 2011, cada día se iniciaron 212 procesos de media; es decir, 6.360 al mes. En 2012 se iniciaron en los órganos judiciales españoles 91.622 ejecuciones hipotecarias, un 17,7% más que en 2011. Es fácil pues hacer cuentas y deducir que a día de hoy hemos sobrepasado ya con creces las 450.000 "ejecuciones" (nunca un término fue tan gráfico) hipotecarias.

Por eso insisto: creo que el escrache es higiénico. Es como poner sobre la mesa la materialización visual de nuestras fantasías. Todos queremos, cuando vemos una película, que el malo pague sus culpas y que el bueno gane la partida aunque tenga que hacer algunas trampas, como Clint Eastwood en "El bueno, el feo y el malo". Y digo yo que ya era hora de que los malos, por los menos, se llevaran algún que otro sustito.

El escrache tiene ese punto justiciero que enamora. Ese punto que hace que el humilde, el impotente, el puteado, se sienta vengado en cierta manera.

El escrache es la punta del iceberg del sentimiento popular. Se están incubando diferentes maneras de hacer patente lo hasta los huevos que estamos todos y esta es una de las primeras puestas en escena de ese hartazgo: una manera elocuente, directa y, si se me apura, demasiado light para lo que a muchos se nos pasa cada día por la cabeza cuando leemos, vemos o escuchamos cómo se lo llevan crudo en todos los escalones, instituciones y estamentos públicos, privados y "mediopensionistas".

Como dice el economista Arcadi Oliveres, el escrache es "totalmente legítimo y necesario".

En la escaleta de tanto noticiario atestado de pornografía corrupta, el escrache es una modesta teta al aire reclamando el derecho de su propietaria a exhibirla con orgullo. El escrache es una teta bien puesta en medio del porno cutre que va de Botswana a Ginebra, de los eres a los urdangarines, de los bárcenas  a los bancos rescatados que han dejado en la puta calle a centenares de miles de familias mientras sus gestores engordaban su patrimonio con salarios e indemnizaciones indecentes, sucias, malolientes... directamente inasumibles.

Lo siento, querido Jaume d'Urgell. Pero mientras las cosas continúen así... ¡viva el escrache!

J.T.

jueves, 3 de marzo de 2011

Historias de treintañeros a los que la crisis tiene pillados por los "güevos"


M. Sandra, 36 años. Ganaba dos mil euros y hace tres años se metió en un piso de 165.000. Le dieron 195.000 de hipoteca a 40 años. Paga 750 euros al mes. Hace poco más de un año que se quedó en el paro: 900 euros. Para poder comer hace chapuzas en negro, entre ellas organiza reuniones tipo tuperware y vende material de sex-shop. Está sin pareja, sin hijos y sin perspectiva de tenerlos.

María S., 34 años. El mismo día que su pareja y ella firmaban ante notario el hipotecón que los mantendría "unidos" durante los próximos 35 años empezaron los movimientos en su empresa que derivarían en absoluta inestabilidad y flagrante amenaza para sus dos mil cien euros de sueldo. Un mes antes se había planteado la posibilidad de quedarse embarazada. Le espera el paro o trabajar lo mismo por la mitad de lo que cobra ahora. 

M.L. Fernández, 37 años. Hipoteca a 30 años de 900 euros largos al mes. Ganaba 2.200. Su pareja, autónomo, no vende una escoba desde hace un año. Ella se acaba de quedar en el paro justo cuando deshojaba la margarita de si quedarse embarazada o no.

A.N. Gómez, 35 años. Lo han puesto de patitas en la calle con su mujer embarazada de su segundo hijo y obras en una casa de la familia donde ella piensa abrir un pequeño negocio: préstamo para la obra, por supuesto, mas hipoteca a veintimuchos años de la casa donde viven.

Estas cuatro historias no he tenido que salir a buscarlas a la calle. Las tengo muy cerquita mío. Se trata de la situación por la que pasan cuatro personas a las que quiero mucho. No son adolescentes, tampoco "ni-nis", tampoco veinteañeros en edad de masters y zascandileos varios. Son gente en edad de consolidar su situación, de disfrutar de una estabilidad que se merecen y a la que tienen derecho.

Pues bien, ahí están, pillados por los güevos, atropellados de lleno por el tsunami que vivimos en nuestro oficio y en otros muchos, y haciendo números todos los días para ver cómo tiran p'alante. 

Los que están por debajo de esa edad y los que ya la hemos rebasado también acarreamos nuestros particulares agobios de los que otro día hablaré, pero esta generación de treinta años, que son la columna vertebral de la producción de un país, con experiencia ya, con toda la energía aún y con muchos años de nervio por delante... Gente que suman diez, y hasta quince o más años currando a la espera de que llegue su momento, ese momento que empiezan a maliciarse que nunca llegará... ¿cómo es posible que no revienten?

Si lo que vivo a mi alrededor está generalizado, ¿cómo puñetas está todo el mundo aguantando? Si extrapolo los datos a tenor de lo que ocurre cerca de mí, deben ser muchos los que se encuentran en esta situación. Demasiados, creo, para que continúe durando mucho más tiempo esta calma chicha. 

J.T.