jueves, 30 de junio de 2011

Lo de Vasile empieza a ser directamente pornográfico


Yo no puedo entender, por más vueltas que le doy, que un chulo italiano nos esté vacilando como le sale de las narices a los profesionales de la comunicación de este país desde hace tanto tiempo.

No contento con inundar de bazofia la parrilla de su cadena, este desinhibido y desahogado italiano pontifica, cada vez más suelto y con más descaro, hasta superarse a sí mismo con el  redondeo estos días de la más insólita de sus faenas: "Belén Esteban -ha dicho el ínclito prócer berlusconiano- es la precursora del movimiento 15M".  Y se ha quedado tan pancho. ¿Se puede ser más friki?

Me niego a entrar en ningún tipo de argumentación que tenga la indignación como let motiv. Me niego a seguir el juego. Pero manda cojones. Hace meses, años ya, que observo de lejos la deriva de Tele 5 hacia el abismo sin salir de mi asombro. 

Sí, sí, queridos he dicho hacia el abismo: por mucho dinero que ganen. Cuando pienso que ya se han pasado todos los pueblos posibles, vuelven a rebosar mi capacidad de asombro con un "más difícil todavía".

Lo de buscar paralelismos entre la impresentable indignación vital de la tal Esteban y lo que significa que cientos de miles de personas salgan a la calle para protestar porque no tienen trabajo y los bancos los están asfixiando me parece literalmente de juzgado de guardia.

Tanta impunidad me indiga hasta tal extremo que me da miedo que este desprejuiciado de Vasile acabe comparándome con su protegida favorita.

J.T.

miércoles, 29 de junio de 2011

10 motivos para no abandonar el periodismo



1. Es lo que quieren, luego no

2. Lo complicado es más interesante

3. Es el mejor oficio del mundo sí o sí

4. En ningún otro trabajo pagan de manera más miserable ¡pero pagan por lo que te gusta hacer!

5. Ser testigo de lo que ocurre es un privilegio

6. Actúa como freno a la impunidad de los poderosos, a pesar de todo

7. Porque, dado que peor ya no nos puede ir, esto tendrá que mejorar algún día

8. Para no darle el gusto a quienes esperan que nos rindamos más pronto que tarde

9. Porque sólo permaneciendo se puede pelear para que las cosas cambien alguna vez

10. Porque huir es de cobardes

J.T.

domingo, 26 de junio de 2011

Laura Palmés (1954-2011)

Todavía me dura el escalofrío que ha recorrido toda mi columna vertebral cuando me he enterado de la muerte de Laura Palmés: tres minutos largos ya desde que lo he leído hasta que he abierto el ordenador y me he puesto a escribir.

La carne de gallina se resiste a desaparecer porque, aunque hacía muchos años que Laura estaba malita, que acabe ocurriendo lo inevitable es algo siempre muy difícil de asimilar.

Conocí a Laura, allá por 1971 en el monasterio de Sant Cugat del Vallès, en las aulas que la entonces recién nacida facultad de Periodismo había habilitado para nuestros estudios mientras acababan de construir en Bellaterra su emplazamiento definitivo, en las dependencias de la Universitat Autónoma de Barcelona.

Periodismo se acababa de convertir en carrera universitaria y pertenecíamos a la primera promoción: con Silvia Atienza, Asumpta Sòria, Maria Eulàlia Massana, Ramón Colom, Jordi Palarea, José Luis Erviti, José Luis Gómez Mompart o José Manuel Pérez Tornero entre tantos otros...

Éramos apenas cincuenta adolescentes que escuchaban boquiabiertos, hace ya cuarenta años, las magistrales lecciones de Román Gubern, Manuel Vázquez Montalbán, Josep Maria Cadena, Josep Pernau, José Luis Martínez Albertos, Mar Fontcuberta, Miquel de Moragas, Josep Maria Badia...

Recuerdo a Laura y su contagiosa vitalidad en aquellos irrepetibles años. Cuando finalizamos la carrera continuamos viéndonos porque los dos estuvimos trabajando durante bastante tiempo en Televisión Española. Conversar con Laura siempre era interesante y enriquecedor, y nunca faltaban esos guiños cómplices que te hacían sentir cómodo en su compañía.

Antes de cumplir los cuarenta le diagnosticaron la terrible enfermedad: esclerosis múltiple. La seguí desde entonces en silencio y a distancia: su novela "Darrera les palmeres" que Edicions 62 publicó a mitad de los noventa, sus premiadísimos reportajes, sus escasas apariciones públicas y entrevistas en medios, su personaje en "Mar Adentro" interpretado por Belén Rueda...

Hoy me entero de su muerte y me dispongo a hacer un largo receso en señal de luto por alguien a quien tuve la fortuna de conocer en unos años deslumbrantes y con quien compartí momentos políticos, académicos, intelectuales y periodísticos que nos marcaron para siempre a todos los que pasamos cinco años de posfranquismo sentados en los pupitres de las mismas aulas universitarias. 

Un tiempo repleto de vigor, de vida plena en una época que yo creo nos definió a todos los que componíamos aquel grupo y que nos marcó y nos unió ya para siempre. Unos años repletos de esa vida que este jueves se le escapó a Laura y por quien, antes de dedicarle en la soledad de mi hogar sevillano un largo rato de recuerdo en silencio, quiero brindar con mis mejores deseos mientras me voy enjugando unas lágrimas que ni puedo ni quiero evitar.

Un beso enorme, querida Laura

J.T.

viernes, 24 de junio de 2011

Cospedal y Zoido, de tiros largos

Toledo, 23 de junio. Cospedal sale del armario
Sevilla, 23 de junio. Zoido, vitoreado por sus fans en la procesión del corpus

Lo primero que han hecho ha sido ponerse el chaqué, la  mantilla y ¡hasta la peineta!

Zoido y Cospedal, Cospedal y Zoido 

Las dos picas más notables que el pp ha colocado en el Flandes del 22 de mayo, los dos bastiones más importantes de las elecciones municipales y autonómicas.

Toledo y Sevilla, Sevilla y Toledo

Cospedal y Zoido, Zoido y Cospedal 

Un mes después de su triunfo y con el sillón y el bastón de mando recién estrenados, el calendario les ha brindado una oportuna, una providencial -nunca mejor dicho- procesión de corpus en las que lucir sus mejores galas.

Cospedal en Toledo y Zoido en Sevilla son los símbolos más elocuentes del cambio en Castilla la Mancha y en Andalucía. Los incautos socialistas llegaron a decir en la precampaña que ni la autonomía manchega ni el ayuntamiento sevillano acabarían en manos del pp, que sin estas dos plazas, una autonómica y otra municipal, los peperos se quedarían sin poder escenificar la victoria con la que soñaban. 

Pues toma del frasco. La han escenificado, y ¡cómo la han escenificado! En la procesión del corpus, con mantilla, peineta y chaqué. Todo ello aderezado con los aplausos del personal, una tropa que llevaba decenios esperando este momento.

Porque los que van a la procesión del corpus sí que llevaban tiempo indignados: año tras año, cuatrienio tras cuatrienio votando pp para luego tener que tragarse a un sociata presidiendo el cortejo. 

Pero ya todo está en orden. Tranquilos, queridos losantistas, davilistas y pedrojotistas todos: ya habéis alcanzado vuestros objetivos. Y los adversarios, cautivos y desarmados, más incluso de lo que os podíais imaginar, se lamen las heridas por las esquinas.

Que el señor nos pille confesados

J.T. 

lunes, 20 de junio de 2011

Indignarse, verbo reflexivo: conjugación completa del presente de indicativo



Yo me indigno

Tú te indignas

Él se indigna

Nosotros nos indignamos

Vosotros os indignais

Ellos... se descojonan de nuestra indignación.

Literalmente se la trae al pairo: chupan que chupan mientras los demás nos desgañitamos.
Se sienten seguros, protegidos, blindados...
Años, lustros, décadas, viviendo al margen de los problemas de quienes dicen defender.
Sólo se acojonan cuando los llama un banco poniéndolos firmes o cuando el administrador de su chiringuito les discute las dietas.

Trincan el escaño y hacen cuentas: en cuatro años me voy a llevar crudo... ¡tropecientos mil euros!...
así que ya podéis seguir gritando, queridos indignados:
Mi chollo durará más que vuestro rollo.

¿Acabarán teniendo razón estos políticos desvergonzados?
¿Tendremos huevos de tirar la toalla antes de ver cómo se les cae el tinglado y las cosas empiezan a cambiar de una vez?

J.T.

domingo, 19 de junio de 2011

Indignación indigesta


Acostumbrados como están a tenerlo todo bajo control, los políticos no acaban de asimilar esto de la indignación. Se les ha indigestado y resulta patético verlos y oírlos propinar palos de ciego.

Les viene como anillo al dedo que hayan intentado infiltrarse "reventadores" entre los indignados, hasta el punto que tal hecho alienta todo tipo de cábalas sobre la paternidad de los sabotajes.

Algunos políticos llegaron a tener la tentación de pensar que estas protestas les beneficiaban, así que acudieron a hacerse alguna que otra foto y se vieron obligados a salir de allí con el rabo entre las piernas.

Los fachas, encantados los primeros días porque el movidón, creían, les venía de perlas, han empezado a cargar contra ellos y a llamarlos indignasunos entre otras lindezas desde la misma noche de las elecciones municipales y autonómicas, apenas finalizó el recuento de votos.

Ponen cara de asombro estos políticos, cuando no de susto, porque la gente ha comenzado a decirles a la cara lo que ellos ya sabían que todo el mundo piensa del histórico morro que le echan a la vida.

Este domingo nos han tenido otra vez en la calle, no ya en la madrileña Sol, ni en las sevillanas Setas o en la barcelonesa plaza de Catalunya. Este domingo hemos vuelto a salir a la calle quienes ya lo hicimos el 15M cuando nadie imaginaba en lo que derivaría aquel primer paso: éramos y hemos vuelto a ser familias completas este domingo, ancianos, niños, hombres y mujeres de toda edad y condición preocupados por nuestras hipotecas, los estudios de nuestros hijos o la dificultad para contar con un trabajo digno, no digo ya estable.

Queridos políticos nuestros: el tiempo que empleáis intentando ponerle etiquetas a nuestra protesta es tiempo que perdéis en buscarnos soluciones, que es para lo que os pagamos. Así que venga: al lío, que ya está bien de paranoias.

Tengo para mí que el efecto bola de nieve de estas cinco últimas semanas mágicas acabará haciendo su efecto. Por mucho manipulador que desde fuera intente descalificar el movimiento o pretenda infiltrarse en sus filas.

Lo hermoso de todo lo que está pasando es que está cargado de autoridad moral, de argumentos incontestables y de una paciencia infinita que ha decidido comenzar a hacerse visible.

Esa es su fuerza.

Y su futuro.

J.T.

sábado, 18 de junio de 2011

¿Por qué no hacéis algo?

Lo estáis viendo a diario.
Que se ha quedado solo,
que ha perdido la perspectiva,
que no admite consejos,
que desde el 22M está groggy,
que el equipo de su antecesor lo abandonó por completo,
que os vais a hundir en la miseria,
que se lo está poniendo en bandeja a los adversarios,
que los adversarios están que no se lo creen,
que no sale de un pollo cuando ya tiene otro montado,
que todo se le viene abajo pieza a pieza,
como si fuera un castillo de naipes,
que no va a quedar ni el apuntador,
que muchos están ya
cambiando descaradamente de bando...
Los que estáis viviendo todo esto desde dentro
¿a qué puñetas estáis esperando?
¿cuándo vais a hacer algo?
¿o todavía estáis con el pasmo?
¿todavía no habéis asumido que o espabiláis ya
o todo se va a la mierda?
Las batallas se pueden perder, claro que sí.
¡Pero peleando, hatajo de cobardes!

J.T.

domingo, 12 de junio de 2011

Sobre "Los cornetas del apocalipsis"


Mi querido jefe José María Izquierdo ha escrito un libro que, como el buen vino, mejora a medida que transcurren los días desde que llegó a las librerías.

Me encanta "Los cornetas del apocalipsis" por lo que tiene de símbolo, por lo que tiene de voz que clama en el desierto ahora que estos profetas de la hecatombre campan cada vez más a sus anchas por ondas y rotativas varias.

El libro de Izquierdo es premonitorio (falta poco para que estos cornetas nos tengan bajo sus botas sin ninguna misericordia) y a medida que pasan los días, no me cabe ninguna duda, será un libro más imprescindible.

No debemos olvidar quiénes son ni de dónde vienen los que en breve coparán un panorama mediático en el que ya se pavonean sin vergüenza a falta sólo de un pequeño detalle: que llegue pronto el momento en que acaparen todo el poder, algo que nunca tuvieron tan a huevo y no precisamente por sus méritos.

Losantos, Dávila, Moa, Burgos y compañía nos han machacado durante estos tristes y torpes últimos años sin tener aún a sus amigos mandando y mangoneando todo lo que les hubiera gustado. Así que cuando lleguen, entonces sí, comenzará el verdadero apocalipsis. Será el "llanto y rechinar de dientes".

José María Izquierdo

Tengo el libro de mi admirado Izquierdo junto a la cama, en la mesita. Y cada noche, para no caer en la tentación de bajar la guardia, le echo una litúrgica ojeadita.

Luego, por la mañana, escucho y leo las últimas felonías perpetradas por los cornetas, todas ellas diligentemente recensionadas por mi trasnochador jefe, y así puedo encarar el día con la suficiente mala leche como para saber que ni por un solo minuto, y mucho menos ahora, me puedo permitir un mínimo despiste.

J.T.

miércoles, 8 de junio de 2011

7 argumentos que ponen en valor a un periodista


Hoy toca una de autoestima, que tampoco es cuestión de "flagelarse" todos los días.

Una americana llamada Matylda Czarnecka de Poynter ha desarrollado en su blog su manera de entender por qué las empresas necesitan contratar a un periodista para que se relacione con los medios y, de esta manera, difundan sus productos.

Estas son sus siete razones:

1. Los periodistas se vuelven expertos en los temas que cubren.

La comprensión del mercado y el conocimiento de las personas claves son importantes para el éxito de cualquier negocio. La mayoría de los periodistas tienen la ventaja de tener los conocimientos sobre determinados temas que los convierten en especialistas.

2. Los periodistas son buenos investigadores.

La mayoría de los periodistas son ingeniosos, y decubren información que por lo general es difícil de conseguir. También tienen una habilidad especial para encontrar a las personas que puedan responder a las preguntas específicas.

3. Los periodistas tienen contactos.

Muchos empresarios tienen poca experiencia con los medios de comunicación y no saben cómo lograr que un diario cubra sus eventos y lanzamientos de productos. Si bien existen diferencias significativas entre el periodismo y las relaciones públicas, conocer a los periodistas es un gran activo empresarial.

4. Los periodistas son buenos redactores y editores.
Gran parte del trabajo en una empresa implica escribir. Los empresarios necesitan contratar a personas que redacten bien para producir y editar blogs, comunicados de prensa, piezas de marketing, tweets e incluso emails.

5. Los periodistas hacen buenas preguntas. Las buenas preguntas son importantes para encontrar respuestas concretas o que ofrezcan una visión mucho más amplia sobre las motivaciones, opiniones o el razonamiento detrás de una respuesta. Estos factores juegan un papel importante en cualquier tipo de decisión, incluso si se utiliza o no el producto.

6. Los periodistas brindan recursos.

O si no los tienen, los encuentran. Los empresarios necesitan personas para puestos de trabajo específicos. La experiencia de los periodistas en la búsqueda de fuentes es muy útil para estos casos. Los periodistas quizá no conozcan a la persona adecuada directamente, pero saben cómo llegar a ella.

7. Los periodistas están acostumbrados a las críticas.

Los fundadores de nuevas empresas escuchan “no” con frecuencia, sobre todo de los clientes que no están interesados ​​en el producto y de los inversores que no están convencidos del potencial de la empresa. Los periodistas están acostumbrados a las respuestas negativas de los editores o comentarios insultantes de los lectores, y saben cómo manejarlos.

Por la transcripción

J.T.

lunes, 6 de junio de 2011

No hay dinero para el periodismo de calle


En esencia, el oficio de periodista tiene muy poca complicación: Estás en un sitio, eres testigo de una determinada "historia" y, tras tomar nota de lo que ves y oyes, vas y lo cuentas.

¿Qué pasa a la hora de la verdad?

Que por cada periodista que hace eso hay treinta que no levantan el culo del asiento de la redacción, todo el día con la vista pegada al ordenador.

Es decir, ni están en el sitio, ni son testigos de nada, y ni ven ni oyen nunca nada que puedan contar.

Claro que la culpa no es suya: si un periodista se mueve hay que pagar desplazamientos, comidas, envíos.... En cambio, si se limita a rellenar páginas con los remitidos de agencia o, como mucho, a base de llamadas telefónicas, todo resulta mucho más barato.

Luego están los malditos turnos, que siempre tiene que haber alguien en festivos y fines de semana, que esos días hay que recuperarlos, que las horas extras son muy caras. Total: quietecitos en la mesa de trabajo, que salir por ahí con un block, un bolígrafo y un micrófono acaba costando un ojo de la cara.

Y así ocurre que, cuando usted o yo compramos el periódico por la mañana, se nos cae literalmente de las manos. Se nos acaba mucho antes que el desayuno por la falta de chicha. Las fotos que nos encontramos son previsibles, los temas, imaginables: en las coberturas de rigor se acaba la munición porque las cada vez más comprimidas plantillas no dan para más.

A quien propone un tema con enjundia le acaban encargando que cierre la sección de corresponsales y corrija el estilo, a quien se le ocurre una idea para investigar le pasan tres maquetas de local -y sin publicidad- para que las tenga llenas en un par de horitas. Y a quien propone un viaje... ya ni te cuento: en administración lo miran como si se hubiera vuelto loco de atar.

Y claro, acabas haciendo información, que no periodismo, de "cortar y pegar". Lo que cortas y pegas lo acaban copiando en las radios por las mañanas y de las radios acaban tirando los programas matinales de las teles...

Y así sucesivamente

¿Contar lo que ves? ¿ser testigo de lo que cuentas? Quita, quita, con lo caro que es eso...

J.T.