sábado, 24 de septiembre de 2022

Juanma Moreno el Suave


Su mentora fue Soraya Sáenz de Santamaría, según dicen, pero cada día parece más una criatura de Esperanza Aguirre. Como Ayuso, pero en fotocopia mala; como Santiago Abascal, con cuyas huestes ya pactó y volverá a pactar apenas le haga falta… Puede que Juanma Moreno no sea de esa familia, pero se diría que no le hace demasiados asquitos a la posibilidad, a juzgar por lo mal que parece llevar haber destacado menos que ellos hasta ahora, algo que se le nota dispuesto a solucionar cuanto antes.

Llevaba tiempo apuntado maneras:
- ¿Cervecita y libertad? En Andalucía más que en Madrid, dónde va a parar.
- ¿Luto por la reina de Inglaterra? Aquí también, faltaría más!

Desde que Feijoó le quitó a Elías Bendodo y Juan Bravo, dos de sus principales activos, daba la impresión de que Moreno Bonilla algunos pensamos que iba a limitarse a copiar la osadía de otros:
- ¿En Madrid no hay impuesto del patrimonio? Pues en Andalucía tampoco, ¡ea!

Nos equivocamos, porque no solo no se ha quedado ahí, sino que ha subido la apuesta mezclando además churras con merinas:
- Que se vengan pabajo los empresarios catalanes. “En Cataluña hay impuesto de sucesiones, aquí no; en Cataluña hay impuesto al patrimonio, aquí no, y además nosotros no nos vamos a independizar nunca porque somos orgullosa parte de España".
En resumen, un totum revolutum tras cuyo parto se habrá quedado descansando.

¿Que Ayuso dice que será "la peor pesadilla para quien intente subir los impuestos en Madrid"? Pues él  pide carta también y anuncia una contundente respuesta judicial si intentan restar la autonomía andaluza”

Dejad que los ricos se acerquen a mí. A este paso acabarán quitándose los millonarios unas autonomías a otras como si fueran futbolistas, ya verán. Como con los 20.000 adinerados que de momento cuenta en Andalucía Juanma parece que no tiene bastante, y los 93 millones de euros que les acaba de perdonar le deben parecer una miseria, quiere el hombre perdonar más, y para eso necesita más ricos, que con los terratenientes andaluces de toda la vida no le llega.

- ¿Cuántas veces Andalucía ha liderado un debate económico y ha podido mirar de tú a tú a Cataluña y a Madrid?- proclamó el martes tras salir definitivamente del armario de la discreción.

El presidente andaluz quiere más glamour marbellí, más pompas y boatos, más desaprensivos con el dinero en sus bolsillos en lugar de dedicarlo a mejorar la vida de quienes menos tienen. Le molan los fachas de los invernaderos almerienses, descendientes de emigrantes explotados que ahora hacen lo propio con los marroquíes y senegaleses que les trabajan las cosechas. Le gustan a Juanma esos olivareros de Jaén que ya olvidaron aquello de “aceituneros altivos” y  de un tiempo a esta parte son permeables a los discursos del odio; le gustan también los arroceros del Guadalquivir, los doñaneros que amenazan el coto… Utiliza como coartada la humildad de la familia de la que procede para justificar que no se olvida de los pobres pero la verdad es que bebe los vientos por esos malagueños de calle Larios o del Limonar que han perpetuado el fascismo en su ciudad desde los tiempos de Camilo Alonso Vega.

Le gustan los toreros, los feriantes, los copleros, copleras y folclóricas varias y, por supuesto la Semana Santa, que parece que la hubiera inventado él cuando quienes en realidad la potenciaron, como también el Rocío, fueron los ingenuos de los socialistas que a corto plazo vieron en el capillismo y la beatería un semillero de votos que hace ya tiempo empezó a cambiar de bando como por otra parte era presumible. Demasiado tardaron.

Dejad que los ricos se acerquen a mí, proclama Juanma una y otra vez procurando evitar que tal concepto se relacione con la mafia ingobernable del Campo de Gibraltar, con las urbanizaciones ilegales, con industriales y emprendedores que no conciben las relaciones comerciales sin fraude de por medio…

Que vengan ricos de otros sitios y monten cosas, que a mí no se me ocurre nada. Mejor que poner en marcha una política industrial, un desarrollo a largo plazo de la región, que vengan de otros sitios y lo hagan. Y si para eso tengo que sembrar la discordia con los catalanes, pues la siembro. Y de paso me alineo con ese anticatalanismo que tanto necesita potenciar el PP –y Vox- para ganar las elecciones generales. Privatizará el agua, favorecerá negocios como Uber y Cabify, los campos de golf…

Como el resto de barones –y baronesa- autonómicos peperos, Moreno Bonilla aspira, con la política fiscal que ha puesto en marcha en Andalucía, mimar a los capitalinos rancios y acomodados de las ocho provincias, además de a esas decenas de miles de funcionarios que piensan que si ganan los rojos perderán su tranquilidad.

Nada de jornaleros, ni de inmigrantes sin papeles, ni pringaos de tres al cuarto, ni desahuciables o desahuciados. Con cuatro años por delante antes de volverlos a engañar, Juanma puede hacer lo que le plazca merced a su mayoría absoluta. Con corbata verde, eso sí, citando a Carlos Cano y a María Zambrano en el discurso de toma de posesión y profanando el himno de Andalucía cada vez que lo canta. No quiero ni imaginarme lo que para él debe significar “Andaluces, levantaos o pedir “tierra y libertad.”

Juanma el Suavón, lo llamaban. De las aguas mansas, líbreme dios. O quien sea. Sobre todo si, como ya empieza a sonar por los predios madrileños, sus aspiraciones van más allá de Andalucía.

J.T.

sábado, 17 de septiembre de 2022

Meter el miedo en el cuerpo

Inspirado en los estomagantes y ultraderechistas anuncios de Securitas Direct, que no se cortan un pelo a la hora de jugar con nuestro miedos -y parece que no pararán hasta conseguir llenar el país de alarmas caseras-, se me ocurrió hace unos días lanzar un tuit donde afirmaba que las derechas siempre han jugado con el miedo de la gente para conseguir sus objetivos, sean estos comerciales o políticos.

Ya pueden cansarse los jueces especializados en el asunto de desenmascarar estas artimañas que da igual. El discurso que las derechas pretenden hacer calar, tan malintencionado como falso, es que si bajas a comprar el pan y dejas la casa sola, al volver te puedes encontrar, pobre de ti, que la han okupado unos intrusos y más te vale darte por jodido. Eso por negarte a poner una alarma, rácano, que eres un rácano. No digamos ya en la segunda vivienda, a la que “abandonas” largas temporadas, ¡ay de ti como se te ocurra no protegerla “con una alarma que permite a un propio acudir en seguida si esta salta y dar parte rápidamente a la policía”!

Todas las veces que se denuncie esta desvergüenza serán pocas. Decidí pues escribir aquel tuit en el que decía textualmente: Meter miedo es una opción a la que las derechas suelen recurrir de manera habitual, bien sea para vender alarmas, bien para ganar votos… Es burdo, pero van con ello”.

A juzgar por los ataques en tromba que no tardé en recibir, vi con claridad que debí haber ver tocado alguna fibra bastante sensible. Sin duda había pisado un callo serio y alguien o álguienes decidieron que tamaña osadía no se podía tolerar, así que empezaron a bombardearme sin molestarse en disimular que lo hacían de manera coordinada.

Más de un centenar de bots, o trolls, o como quiera que se les llame, intentaron contra argumentar recurriendo a un spot electoral de hace más de treinta años en el que los socialistas comparaban al PP con un doberman. "Eso sí que era meter miedo", afirmaban, como si yo estuviera defendiendo al PSOE con mi reflexión en redes. Por otra parte, decenas de cuentas anónimas me hicieron el honor de hurgar en mi time line hasta que “descubrieron” algún tuit en el que yo avisaba del peligro del fascismo cuando este se instala en el poder. Uno de ellos, en el que tras la formación de gobierno en Castilla y León se advertía del riesgo del efecto dominó, fue inmediatamente elevado a la categoría de zasca por centenares de hooligans que celebraban que alguien me diera “mi merecido”. Es decir, reconocían que el fascismo mete miedo para acusarme a mí de meter miedo. 

Otros muchos recurrieron directamente a los insultos más irreproducibles obligándome a emplear un largo tiempo en bloquearlos. Cuando escribo estas líneas aún no tengo claro si lo que desató tamaña furia fue mi alusión al miedo que intentan meter los anuncios de alarmas caseras o la denuncia de ese empeño en asustarnos que caracteriza a la derecha cuando busca caladeros en los que pescar votos. Claro que igual es que ambas cosas están más relacionadas de lo que parece.

La derecha española, tan heredera ella de sombríos usos y costumbres que permanecen en su adn es una derecha inquietante que, además de quitar libertades, entre sus prioridades no figura precisamente luchar contra las injusticias o la desigualdad. La derecha mete miedo, claro que sí, porque intenta acojonarnos para mantener así la preponderancia de unas ideas que sabe, o al menos sospecha, tienen fecha de caducidad. Quizás sea esa la razón por la que salen en tromba a neutralizar en redes cualquier osadía que los desnude. A ellos y a sus conexiones con infames intereses comerciales. 

Me preocupa mucho la política de terror subyacente -a veces explícito- que existe en los anuncios de alarmas domésticas. Tengo amigos que son cámaras de televisión que están hasta las narices de cubrir presuntas informaciones relacionadas con el fenómeno okupa, del que hay que sacar petróleo como sea para así alimentar y reforzar las tesis de las empresas de alarmas que se gastan un pastizal en publicidad. Hay reporteros que empiezan a rebelarse cuando les piden que se metan en determinados berenjenales donde se juegan literalmente el tipo.

En los platós la cosa parece más complicada y ahí tenemos el papelón de algunos conductores de programas intentando enmendarle la plana hasta a los jueces especializados, como decíamos al comienzo. “Llevo diez años dedicándome a esto y le puedo asegurar que el número de casas habitadas que son víctimas de ocupación es prácticamente nulo", afirma el juez. ¿Está usted seguro de lo que dice?”, osa replicarle sin pudor el paniaguado de turno. Como decía Groucho Marx, “¿acaso se atreve usted a creer más en lo que ven sus propios ojos que en lo que yo le estoy diciendo?”.

Bien sea por intereses comerciales, bien  por razones políticas, lo que parece claro es que a las derechas les hace bastante pupa que denunciemos su infame táctica de meterle el miedo en el cuerpo al personal para conseguir sus oscuros objetivos. Habrá pues que continuar en la pelea.

J.T.

Ese marrón llamado emérito

Si, según afirmó en su día uno de ellos, los expresidentes de Gobierno son jarrones chinos que nadie sabe muy bien dónde colocar, ¿qué podríamos decir del ínclito emérito que nos tocó en suerte como monarca en 1975? ¡Menudo marrón, que diga jarrón! 

Desde que, seis años después de su obligada abdicación, salió huyendo con el rabo entre las piernas el verano de 2020, nos estamos enterando por fin del verdadero carácter de este campechano profesional famoso por su habilidad para encantar serpientes y serpientas. Su falta de educación y sus cabreos las perpetraba fuera de foco, no como el pobre novato Carlos de Inglaterra, a quien hemos visto perder la compostura a las primeras de cambio por culpa de los tinteros y las plumas, ¡qué barbaridad, qué carácter!  

Acostumbrado a hacer lo que le salía de sus reales narices sin que nadie osara nunca rechistarle, el ahora llamado rey emérito sigue montado en el machito disfrutando de su privilegiada vida, de su real realidad, que nada tiene que ver con la realidad real. Convirtió su visita a Sanxenxo el pasado mes de mayo en todo un desafío. Saltaron chispas y según parece su hijo se cabreó mucho. A Juan Carlos le dio igual porque lo cierto es que le da todo igual desde muy chiquito dada su habilidad para seducir mintiendo sin parar, disimulando y traicionando todo lo que le pareció necesario traicionar con tal de seguir viviendo como sus ricachones amigos del Golfo, a quienes sableaba y sablea sin pudor llegando incluso a instalar allí su domicilio fiscal para escapar de la Agencia Tributaria de su país, el muy patriota.  

El documental sobre su vida que desde el 9 de septiembre incluye en su oferta la plataforma HBO deja al descubierto el descaro y el desahogo del verdadero Juan Carlos de Borbón, aunque rechine con estrépito que muchos de quienes ahora lo ponen a parir en esa emisión sean los mismos que durante decenios le hicieron la pelota sin parar con el mayor de los descaros y fueron cómplices, con su silencio, de las fechorías que ahora le afean. Lo peor es que muchos de ellos son periodistas y reconocen sin vergüenza alguna haber ocultado a conciencia la desahogada conducta de quien de nuevo parece que le va a buscar un problema más tanto al Gobierno de España como a la casa Real con su asistencia al funeral por la reina de Inglaterra. Otro marrón. 

Como nadie había tenido hasta ahora la deferencia de montarle unas regatas en el Támesis para así contar con una excusa y plantarse en Londres a provocar, la muerte de su anciana prima Isabel y la invitación a su funeral le han venido de perlas para hacer gala una vez más de su indómita chulería y de paso sembrar la discordia un poquito más. 

El balón estaba en su tejado y podía haber declinado la oferta recurriendo por ejemplo a sus, parece que evidentes, problemas de movilidad pero como le va la marcha tela, ha decidido aprovechar la ocasión para confirmar una vez más que se la suda todo convirtiendo su presencia en un desafío en toda regla a su hijo, a la institución que él mismo representó durante casi cuarenta años, al gobierno de su todavía país y hasta a la justicia británica, donde tiene causa abierta por la denuncia de acoso promovida por una de sus aristocráticas amantes que tiene residencia en Londres. 

Mientras él se lo pasa pipa montando pollos, algunos y algunas deben estar sudando tinta para ver cómo salen de esta sin que se rompa nada. Me he comprado varias bolsas de palomitas porque no pienso perderme ni un detalle de la retransmisión. 

J.T.

sábado, 10 de septiembre de 2022

Feijoó es un "bluf"


El pasado martes me chupé enterito el debate entre Sánchez y Feijoó por lo que, tras haber leído decenas de columnas de opinión sobre el asunto y escuchar tertulias varias durante toda la semana, la única conclusión posible es que me debí equivocar y, en lugar del debate, igual estuve viendo la Vuelta ciclista o un partido de tenis. A veces lees tanta desmesura que acabas dudando de ti mismo.

Menos mal que, aunque transcurran los días, las más de veinte páginas que conservo en mi cuaderno de notas con las intervenciones minutadas de ambos contendientes certifican que oí lo que oí, aunque mercenarios y pelotas de toda condición se estén empeñando en desfigurar lo que realmente ocurrió. No teman, que no se lo voy a transcribir, pero sí les trasladaré mi valoración: Feijoó hizo el ridículo, demostró sus carencias y en ocasiones produjo vergüenza ajena constatar el escaso nivel de preparación que exhibió en un debate propuesto por él mismo. El presidente, es cierto, no desaprovechó la ocasión e inundó la tarde de datos y admoniciones como cualquier otro en su lugar hubiera hecho ¿O no?

Vamos a ver si dejamos algo claro de una vez: ni el presidente del Senado tenía por qué alterar el reglamento para concederle más tiempo a Feijoó, como algunos clamaban y reclamaban al día siguiente desde distintos púlpitos, ni Pedro Sánchez abusó de nada ni de nadie. Los altaneros, como los ladrones, siempre piensan que los demás son de su misma condición: que si el uno dispuso de mucho más tiempo que el otro, que si aprovechó para hacer campaña…

Fue Feijoó quien retó a Sánchez, señores, ¿qué pasa, que desconocía el reglamento? Fue el líder del PP quien le sirvió en bandeja al presidente del Gobierno de coalición la posibilidad de hacer lo que hizo por mucho que les haya dado a todos por andar llorando por las esquinas porque Sánchez “se pasó de frenada”, ¿qué querían, que desaprovechara la oportunidad ? Para una vez que tiene ocasión de hablar claro y poner en valor el trabajo del Gobierno de coalición, ¿también quieren que renuncie a ella?

Sin ser santo de mi devoción, como saben de sobra quienes me hacen el honor de leerme de vez en cuando, yo diría que Sánchez fue hasta misericordioso, porque podía haber metido el dedo en la llaga mucho más de lo que lo hizo. Daba igual, hiciera lo que hiciera, dijera lo que dijera, los argumentarios analizando las comparecencias, así como las portadas de los periódicos, estaban confeccionadas ya antes de que comenzara el debate: Sánchez, perdedor e incompetente; Gobierno de coalición, caca; Feijoó, amado líder, la gran esperanza blanca que tiende la mano y ofrece un proyecto ¿Tender la mano? ¿Cómo y a quién? Proyecto ¿Cuál? ¿Dónde?

Nos toman descaradamente el pelo porque saben que tiren como tiren los dados siempre les saldrá la mejor jugada. Para ellos las izquierdas, cuando están en el poder, lo están de prestado, son como los “okupas” que tanto demonizan los anuncios de Securitas Direct, sponsor favorito de buena parte de esos medios cuyos esbirros disparan sin tregua mañana, tarde y noche. Según ellos, empezando por las tertulias mañaneras de tve, el presidente tenía que haber puesto la otra mejilla, menuda osadía reivindicar los éxitos de su gestión, menuda caradura ponerse a hacer campaña, pero ¿cómo se atreve? A propósito de rtve Roberto Lakidain, uno de los consejeros de la Corporación, recordaba el otro día en “Pandemia Digital”, programa que Julián Macías emite a través de twich, que los responsables de “La hora de la 1” trabajaron en su día para Ana Botella, Eduardo Zaplana e Isabel Díaz Ayuso. No hay más preguntas, señoría.

Lo quieren abarcar todo no por glotonería sino porque van por la vida convencidos de que el cortijo es suyo y los resortes de la gobernabilidad no pueden estar nunca en otras manos ¿Democracia? Sí, pero la suya, encorbatados aunque pasen calor, como niños traviesos que se van a la cama sin cenar y no se tapan porque están enfadados, boicoteando la sesión como hizo Rafael Hernando, a pesar de saberse el reglamento del Senado de memoria…

El problema es que la izquierda no acaba de zafarse del complejo de inferioridad cuando gobierna, y ejerce el poder en muchas instituciones como pidiendo permiso por sentarse en el sillón que se sientan. Al final la sensación de que se está de prestado no es solo culpa de quienes crecieron mirando toda su vida por encima del hombro. Las izquierdas tienen también su cuota de responsabilidad porque practican la dejación de funciones permitiendo que se les coma el terreno.

Aunque la percha de esta columna sea el debate del pasado martes, el texto pretende ser una reivindicación de la labor del Gobierno de coalición en su conjunto y del papel de los miembros de Unidas Podemos en el ejecutivo, sin cuya presencia ninguna conquista social habría sido posible ni Pedro Sánchez hubiera podido presumir el martes de todo lo que presumió. Sin UP en el Gobierno, no lo olvidemos, ni los ultramontanos ni sus acólitos estarían a día de hoy lo nerviosos que están. Ni Feijoó, el pobre, se habría visto obligado a hacer el ridículo como lo hizo.

Si alguien tiene dudas de hasta qué punto el todavía líder de la oposición fue un bluf en toda regla, le paso encantado un escaneado de mis apuntes. Claro que más práctico les puede resultar tomarse la molestia de pinchar en youtube para ver y escuchar el debate completo. Y luego me dicen.

J.T.

domingo, 4 de septiembre de 2022

Qatar, ¿qué se nos ha perdido allí?

A mitad de noviembre se parará todo porque en Qatar se celebrará el campeonato mundial de fútbol numero 21 de la historia que disputarán 32 selecciones nacionales de los cinco continentes. Es muy difícil tragarse ese sapo. El mundo entero postrado de hinojos ante un país con tres millones de ciudadanos carentes de libertades básicas porque el dinero del petróleo y la audacia de su propietarios han ganado la batalla a los derechos humanos. 

Cuestionan nuestro sistema de vida pero les rendimos pleitesía. Su dinero gusta allá donde deciden regar con él. En el mundo del fútbol son dueños de algún que otro club europeo y en España tienen intereses, entre otras empresas, en Iberdrola (8,62%), IAG (25,10%) o el diario El País (4,91%). En total unos 9.000 millones de euros de inversión a los que hay que añadir otros 4.700 que el emir de Qatar en persona prometió durante su visita oficial a nuestro país hace solo tres meses. 

Sapos a tragar “everywhere” sin que muchos parezcan hacer demasiados asquitos. Ahora toca el Mundial de Fútbol, cuya celebración en dominios qataríes puede considerarse la puesta de largo de un país que lleva ya años abriéndose camino, como el cuchillo en la mantequilla, allá donde llega con sus abundantes fajos de billetes. Ahora nos toca ir allí a certificarles su prepotencia, las televisiones de todo el mundo conectadas mientras escuchamos día y noche “Qatar, Qatar, Qatar”. La marca se consolida, ya pueden dormir tranquilos. Ellos, los demás no sabemos. 

Da igual que se trate de un país donde las mujeres tienen restringida su capacidad de movimientos, da igual que “prohibido” sea una palabra de uso común, prohibido beber alcohol, prohibidas las manifestaciones de afecto entre personas del mismo sexo y las relaciones extraconyugales, prohibido esto, prohibido lo otro… Lujo y esplendor por todas partes, pero cuidadín con la manera como te portas.  

Históricos jugadores de fútbol como Eric Cantona ya han anunciado que no verán los partidos del Mundial de Qatar “Han muerto miles de personas construyendo los estadios, dijo el pasado mes de enero, y aún así vamos a celebrar la copa del Mundo allí. Es horrible”. Según el diario inglés “The Guardian”, al menos 6.500 trabajadores han muerto durante las obras de los estadios para el Mundial. La mayoría de ellos, inmigrantes de India, Bangladesh y Nepal, cuyas condiciones de vida no se ha cansado de denunciar Amnistía Internacional (abusos, explotación, elevadas condiciones de contratación…) 

Tom Hogli y William Kvist, jugadores de Noruega y Dinamarca, sacaron un video hace algún tiempo donde criticaban a Qatar por las condiciones de vida de los trabajadores que participaron en la construcción de los estadios. “Esta Copa del Mundo ocurre en el momento equivocado por razones equivocadas”, ha llegado a declarar recientemente Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool. Philipp Lahm, ex capitán de la selección alemana y del Bayer de Munich, se niega a viajar a Qatar: “Si un país que lo hace mal en materia de Derechos Humanos obtiene ese premio, ha dicho, entonces hay que pensar muy seriamente en qué criterios se ha basado tal decisión”. Lahm, por cierto es el director de la Eurocopa 2024, que se celebrará ese verano en Alemania. 

Son solo algunos ejemplos, porque decir Mundial de Qatar es decir polémica desde el mismo momento del año 2010 en que se decidió que este país fuera la sede de la celebración del campeonato, por mucho que “carismáticos” jugadores como Xavi Hernández Creus o Josep Guardiola i Sala se hayan deshecho en halagos. Ellos sabrán. Como también sabrá Tve lo que ha hecho comprando los derechos de retransmisión por una millonada. Me pregunto cómo reaccionará el ente público cuando el mundo LGTBI decida llevar a cabo alguna sonada protesta durante la celebración del campeonato, algo que es muy probable que suceda ¿Se harán eco como es debido o correrán un tupido velo? Se admiten apuestas. 

¿No nos da vergüenza que el mundo del petróleo lo mangonee todo a su antojo? Mucho manifestarnos aquí contra las corridas de toros y vamos a dejar pasar por alto esta felonía? Boicotear el mundial de Qatar es posible. Se trata de algo tan sencillo como no verlo. Sería una inversión en respeto a los derechos humanos, una conquista cuya preservación debemos a nuestros nietos si no queremos dejarles un mundo peor aún de lo que ya está.  

Para terminar les recomiendo que vean, si no lo han hecho ya, el himno alternativo al mundial de Qatar creado por el humorista noruego Rasmus Wold. Está en youtube y se titula  “Never mind the slavery” (“No importa la esclavitud”): 

“¡Qatar 2022! 

¡Derechos humanos, váyanse a la mierda! ¡Olé, ole, olé!  

Es bastante extraño, pero el mundo está aquí 

Organizado en Qatar, donde beber cerveza es ilegal 

No tenían estadios, pero ante la falta de lugares para jugar 

Contrataron trabajadores extranjeros 

 Trabajan 15 horas al día, pero no tienen sitio para huir 

Cerramos nuestros ojos cuando se desmayaban bajo el sol árabe 

Pero hay cosas más importantes que unos cuantos esclavos flacos 

Como un gol de chilena o una parada ganadora de un penalti 

¡No importa la esclavitud! 

¡Veremos fútbol en cualquier caso! 

Todo el mundo es bienvenido en Qatar 

¡Excepto si eres gay!” 


 J.T.

sábado, 3 de septiembre de 2022

Vuelven los intoxicadores titulares


Cuando llegue septiembre todo será maravilloso, decía una canción de los tiempos del franquismo. Jamás fue verdad, pero ahora es más mentira que nunca.

En septiembre vuelven los intoxicadores titulares: Ana Rosa, Susana, Antonio y Ana, Federico, Eduardo, Vicente, Carlos Primero y Carlos Segundo, Carlos Tercero en el TD2, Mari Ángeles… Morenos y vitaminados ellos y ellas! Que el señor nos coja confesaos! Aunque mejor sería que nos cogiera dispuestos a plantarles cara, ¿no?

Querrán copiarlos el incompetente de Marc Sala, con una Silvia Intxaurrondo tan cabal como desubicada. Ana Blanco ya no, por fortuna (me han hecho mucha gracia buena parte de los hipócritas panegíricos que le han dedicado), el gallego Xabier Fortes intentando mantener el tipo haciendo equilibrismos imposibles, y una Sonsoles Ónega convertida en star system nada dispuesta a perder la posibilidad de seguir escalando, un Joaquín Prat tan corto como atrevido, una Helena Resano que se encuentra en la misma tesitura que mi querida Sandra, intentando hacer un buen trabajo pero sabiendo muy bien las cosas que se dejan fuera y no cuentan, un Pablo Motos que, al paso que va haciendo la pelota a quien le ordena Mauricio Casals que lo haga, va a acabar con las reservas de jabón del país…

Y en medio todo esto, el Wyoming, la coartada progre, que él sabrá hasta cuándo está dispuesto a mantener. Y esa Asociación de la Prensa mirando siempre hacia otro lado, provocando la vergüenza y la indignación de buena parte de los indolentes que aún seguimos pagando la cuota por pura pereza, y ese Marhuenda, y ese tal Manso, el de El Mundo (que ha hecho bueno a Paco Rosell) compitiendo a ver quién es más burdo y peor periodista, y ese ABC, y ese “riguroso” Vocento al completo, tocando a rebato sin parar contra el Gobierno de coalición, como el Grupo Joly, como La Voz de Galicia, como el grupo Prensa Ibérica, que ha conseguido acabar con la escasa prestancia que le quedaba al Periódico de Catalunya, y ese Jesús Cacho, ese Fernando Jáuregui, ese Pedrojota, ese Pablo Sebastián, cada uno de ellos con su respectivo periódico digital, inasequibles al desaliento, cortocircuitando la posibilidad de que el periodismo en redes pueda ser decente aunque sea de derechas… Y eso sin contar con los Naranjos, Alvises, Bustos, Negres y compañía.

Buscadme diez medios honestos y no quemaré Sodoma. Hasta La Vanguardia, referente del que me niego a prescindir, me despacha a traición trágalas impresentables defendiendo al rey emérito, hasta El País de mi admirada Pepa Bueno, que se esta dejando la piel intentando hacer el periodismo que sabe hacer, acusa carencias que sin duda tendrían mercado, porque continúa existiendo mercado para las historias sabrosas, para el periodismo de siempre. Algún día será.

Y en las redacciones, soldados desconcertados viven sin vivir en ellos, intentando entender y asumir que quien paga manda y no se le puede dar más vueltas, y esos becarios recién llegados descubriendo que los han estafado después de cuatro años de facultad donde no han aprendido nada de lo que necesitan saber, entre otras razones porque pocos o ninguno de los profesores que han tenido a lo largo de sus cuatro años de carrera saben lo que es hacer un reportaje. No pisaron un charco informativo en su vida y tienen en sus manos, en el acta de calificaciones, el poder de decidir quiénes serán los que lo hagan, ¿no es todo maravilloso?

Cuando llegue Septiembre, como decía la canción, todo será maravilloso. Sobre todo para los mal llamados “líderes de opinión”, que vuelven morenos y vitaminados, con las pilas bien cargadas para poder así continuar amasando dinero a manos llenas a cambio de tener sus almas vendidas al diablo sin cargo de conciencia alguna. Para el resto de pringaos… ajos y agua, solo les queda buscarse la vida como se pueda y donde se pueda. Un panorama alentador.

En septiembre la ultraderecha mediática ha vuelto con el cuchillo entre los dientes. La izquierda necesita instrumentos de comunicación para contrarrestar la ofensiva inmisericorde que se avecina, desmontar bulos, desenmascarar montajes… A día de hoy, esos instrumentos no solo no existen sino que hasta las televisiones públicas, que practican una flagrante dejación de sus funciones, contribuyen a la confusión.

Hay que llegar a la mayoría. Los podcasts decentes, algunos medios digitales que hacen un buen trabajo… son pistolas de juguete frente al fuego de artillería que disparan los medios distorsionadores, empezando por la televisión pública. Hay que conseguir que la ciudadanía conozca, como sea, la otra cara de la luna. O eso, o se nos comen con patatas.

J.T.