miércoles, 29 de abril de 2015

Grecia nos pide ayuda


mitralias
Me escribe mi buen amigo Giorgos Mitralias, uno de los promotores en Grecia del Espacio de Diálogo y de Acción Común que desembocó en la creación de Syriza y fundador en su día del movimiento de las Marchas Europeas y delForo Social.
Mitralias es un comprometido activista que lleva muchos años dedicado a la lucha política en su país y a escribir libros en los que profundiza sobre el problema de la dichosa deuda. Conozco perfectamente esa sensación agridulce en la que vive mi amigo desde que Syriza ganó las elecciones el pasado 25 de enero. Esa alegría tras la victoria que desde entonces se mezcla sin remedio con la pesadez diaria de tener que plantar cara a esos representantes del resto de países europeos que no parecen muy dispuestos a respetar la voluntad mayoritaria de los griegos.
Me remite Giorgos por correo electrónico un manifiesto para el que pide el apoyo del mayor número de personas posible. Es, de hecho, una llamada de socorro, porque no están dispuestos a dar su brazo a torcer por mucho que en Bruselas y Berlín les aprieten las tuercas. Los apoyan ya personalidades como Naomi Klein, Joseph Stiglitz, Thomas Piketty, Noam Chomsky o Ken Loach; así como dirigentes sindicales, activistas de movimientos sociales, responsables políticos e intelectuales y artistas de renombre.
Lo mejor que se me ocurre para apoyarlo es reproducir aquí su manifiesto y su mail giorgos.mitralias@gmail.com  y que quien lo desee pueda también manifestarle su adhesión personal de una manera directa.
Sobre una traducción de Jorge Riechmann, reproduzco a continuación el Manifiesto:
“LLAMAMIENTO EN APOYO DE LA GRECIA QUE RESISTE Y A LA COMISIÓN DE LA VERDAD SOBRE LA DEUDA PÚBLICA
A los pueblos de Europa y del mundo, a todos los que rechazan las políticas de austeridad y no aceptan pagar una deuda pública que nos ahoga, que fue contraída sin nosotros y contra nosotros.
Quienes firmamos este llamamiento nos situamos junto al pueblo griego que, tras su voto en las elecciones generales del 25 de enero de 2015, es el primer pueblo en Europa –y en el hemisferio Norte- que ha rechazado las políticas de austeridad aplicadas en nombre del pago de una deuda pública contraída por los de arriba, sin el pueblo y contra el pueblo. Al mismo tiempo, consideramos que la creación de la Comisión de la Verdad sobre la Deuda Pública, por iniciativa de la Presidenta del Parlamento griego, constituye un acontecimiento histórico de fundamental importancia, no sólo para el pueblo griego sino también para los pueblos de Europa y del mundo entero.
Esta Comisión, compuesta por ciudadanos y ciudadanas voluntarias llegadas de todo el orbe, estimulará sin duda iniciativas semejantes en otros países. Porque el problema de la deuda es una verdadera peste que se abate sobre casi toda Europa,y otros lugares, y también porque son muchos millones de personas las que se plantean muchas preguntas a la vez sobre la deuda:
-¿Qué ha pasado con el dinero de los préstamos, y en qué condiciones se solicitaron estos préstamos? ¿Qué intereses se han pagado ya, bajo qué tipos de interés, qué parte del principal ya se ha devuelto? ¿De qué manera la deuda ha crecido sin que ello beneficie al pueblo? ¿Qué caminos han tomado los capitales?
¿Para qué han servido? ¿Qué parte se ha sustraído, por quién y cómo? Y también:
-¿Quién ha pedido prestado, y en nombre de quién? ¿Quién prestó y cuál fue su papel? ¿De qué manera se ha visto implicado el Estado, quién y cómo tomó las decisiones? ¿Cómo las deudas privadas acabaron convirtiéndose en “públicas”? ¿Quién ha impulsado proyectos inadecuados e inútiles, quién contrató, quién se benefició? ¿Se han cometido delitos –por no decir crímenes- con ese dinero? ¿Por qué no se sustancian responsabilidades civiles, penales y administrativas?
Todas estas preguntas las va a analizar de forma rigurosa la Comisión especial creada por iniciativa de la presidencia del parlamento griego, y cuyo mandato oficial se formula así: “Recopilar todos los datos relacionados con el surgimiento y el aumento desmesurado de la deuda pública y someterlos a minucioso escrutinio científico con el objetivo de definir qué parte que se puede identificar como deuda ilegítima, ilegal, odiosa o no sostenible, y ello tanto durante el período de los Memorandos, entre mayo de 2010 y enero de 2015, como en años anteriores. La Comisión también debe publicar informaciones claras y accesibles para todos los ciudadanos, realizar declaraciones públicas, facilitar la toma de conciencia de la población griega, así como de la comunidad internacional y la opinión pública internacional, y finalmente redactar argumentaciones y demandas relativas la cancelación de la deuda.”
Consideramos que constituye el más elemental de los derechos democráticos plantear estas preguntas y obtener respuestas claras y precisas. Entendemos que rechazar responderlas supone una denegación de democracia y un rechazo de transparencia por parte de los de arriba, que han inventado el “sistema-deuda” y lo utilizan para enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres. Aún más grave: creemos que, al monopolizar el derecho a decidir sobre el curso de la sociedad, los de arriba privan a la inmensa mayoría de los ciudadanos no sólo de este derecho, sino sobre todo del de asumir su propio destino.
Por eso, en esta situación de emergencia, dirigimos este urgente llamamiento  a todos los movimientos sociales, a las redes y movimientos ecologistas y feministas, a los sindicatos de trabajadores y a las formaciones políticas que no se reconocen en esta Europa neoliberal, cada vez menos democrática y humanista:
Manifestad vuestra solidaridad con esta Grecia resistente apoyando ahora, de forma activa, a la Comisión de la Verdad sobre la Deuda Pública griega y su trabajo de identificación de la parte ilegítima, ilegal, odiosa o no sostenible de tal deuda.
Defended a la Comisión de los ataques con que la acosan quienes, en Grecia y en todo el mundo, están interesados en mantener oculta la verdad sobre el “sistema-deuda”.
Participad activamente en los procesos de auditoría ciudadana de la deuda que se están desarrollando en muchos lugares, en Europa y fuera de ella.
Compartid en red vuestro apoyo y solidaridad, pues sólo así conseguiremos frustrar el plan de los poderosos que quieren asfixiar a la Grecia que lucha contra nuestros enemigos comunes: las políticas de austeridad y la deuda que nos ahoga.
Frente a adversarios experimentados, unidos, bien coordinados, armados con poderes exorbitantes y sobre todo decididos a llevar hasta el final su ofensiva contra todos los que constituimos la aplastante mayoría de nuestras sociedades, no podemos permitirnos el lujo de resistir por separado, cada cual aislado en su rincón.
Unamos nuestras fuerzas en un vasto movimiento de solidaridad con la Grecia resistente, apoyemos a la Comisión de la Verdad sobre la Deuda Pública griega, y multipliquemos comisiones semejantes allí donde sea posible”.

Por la transcripción
J.T.

viernes, 24 de abril de 2015

Ese "desconocido" llamado José Manuel López

Torear en Madrid no es ninguna broma. En las Ventas, mientras haya toros, es donde se doctora uno. Y en política, en nuestro país... el máster se obtiene en Madrid. El centro de todas las conspiraciones, de todas las especulaciones, de todas las traiciones, el kilómetro cero de los navajazos y los duelos a primera sangre, una auténtica balsa de pirañas dispuestas a dejarte hecho un guiñapo apenas te despistes un segundo. Así es Madrid y en ese Madrid es donde se ha metido "a torear", como candidato a la Comunidad por Podemos José Manuel López, con su traje de ciudadano de a pie, sus templadas maneras y una cosa clara por encima de cualquier otra: esto tiene que dejar de ser así.

Madrid fue durante muchos años el campo de pruebas donde se llevaron a cabo las experiencias piloto neoliberales más descaradas, que luego aplicaría el pp en muchas autonomías más y Rajoy en el gobierno de la nación. Lo han dejado todo hecho unos zorros en la Comunidad. El uno (Gallardón) por faraón, la otra (Aguirre) por soberbia, descarada y depredadora... y los dos, como mínimo, por incompetentes, al haber estado rodeados de delincuentes, algunos en la cárcel y otros muchos empurados por (presuntos) chorizos, y no haberse dado cuenta nunca de nada, según dicen: Gürtel, Bankia, Púnica, escándalos a cual más gordo, como si sus protagonistas hubieran estado compitiendo entre ellos a ver quién se lo llevaba más calentito y conseguía además, de paso, la medalla de oro a la desfachatez y la sinvergonzonería.

Y en medio de todo esto va y se mete, con un par, ese "incauto" y hasta hace poco desconocido ciudadano de Manoteras de 49 años llamado José Manuel López Rodrigo. Y se pone a denunciar, sin levantar la voz, la injusticia, la desigualdad, la intolerancia... A promover una lucha a la que ya, en realidad, venía dedicando su vida desde mucho tiempo antes.

Dos de las cosas que más complican la convivencia entre los seres humanos son la desigualdad y la intolerancia. Parece obvio que no es de recibo que unos cuantos desaprensivos amasen millones en Suiza mientras miles de ciudadanos están perdiendo su vivienda, no pueden pagar su luz, o ni siquiera pueden comer. Esa desigualdad es directamente delictiva, y admite poco debate. La otra pared contra la que nos estrellamos sin remisión en este país, a la hora de relacionarnos los unos con los otros es la intolerancia, sobre todo la religiosa. En la práctica, no funciona el pluralismo a pesar del artículo 16 de la Constitución, lo que se traduce en abuso de poder de la religión hegemónica y desprecio fáctico por las demás confesiones, tan intolerantes las unas como las otras, dicho sea de paso.

Pues bien, a luchar tanto contra la desigualdad como contra la intolerancia ha dedicado José Manuel López la mayor parte de su vida. Ocho años al frente de la dirección de Análisis y Proyectos en Cáritas y otros tantos al frente de la Fundación Pluralismo y Convivencia, dependiente del ministerio de Justicia, lo dotan de autoridad moral más que sobrada para que nos tomemos en serio las cosas que dice.

Y José Manuel dice que hay que poner en marcha ya un plan de rescate ciudadano que siente las bases de una salida urgente de la crisis, que hay que cambiar el modelo productivo, que hay que levantar las alfombras porque Madrid ha invertido miles de millones en actuaciones que no eran necesarias y quiere saber qué ha pasado con ese dinero; que hay que tener un funcionamiento mucho más transparente del que existe en estos momentos; que hay que asegurar los bienes comunes y el bienestar, algo que no se ha producido; que no puede ser que Madrid sea un paraíso fiscal dentro del Estado español, que hay que conocer los nombres y apellidos de todos los amnistiados fiscales...

Dice José Manuel López todas estas cosas, y muchas más, y ofrece las soluciones que entiende son posibles llevar a cabo basándose en sus anteriores experiencias como gestor. Ha dedicado su vida a luchar contra la injusticia y eso es lo que le ha llevado ahora a aceptar la propuesta de Podemos para encabezar la candidatura a presidir la Comunidad de Madrid. Nada menos que Madrid.

Haber sido un desconocido hasta ahora le exige un esfuerzo añadido y lo sabe. Pero si en algún momento era la hora de los ciudadanos normales, ese momento es ahora. Y José Manuel es un ciudadano normal. A día de hoy, asegura que volverá a su casa y a sus ocupaciones de siempre apenas deje hecho en política lo que se propone hacer y cuyo resumen sería plantar batalla sin cuartel a la desigualdad y la intolerancia. Apenas te sientes en el sillón, querido José Manuel, aplicaremos la lupa sobre ti y te someteremos al tercer grado. Es lo que tienen las balsas de pirañas. No te dejaremos pasar ni una, pero lo primero es lo primero, y lo primero es echar a éstos. Vamos a ello. A torear.

J.T.

lunes, 20 de abril de 2015

La mirada del náufrago


Aquellos ojos contaban demasiadas cosas. El propietario de aquella mirada me contó su vida entera en décimas de segundo sin necesidad de abrir la boca. Estábamos en el polideportivo de Tarifa, hace ya unos cuantos años y yo recorría, micrófono en mano, las gradas donde los supervivientes del naufragio del día habían sido atendidos por la Cruz Roja y ahora esperaban, bajo una manta, que las autoridades españolas decidieran su destino.

Era una mirada firme, profunda y resuelta. Sin atisbos de miedo ni de victimismo. Acababa de salvar la vida y lo habían "atrapado" antes de llegar a tierra. Ahora podía ser devuelto a su país de origen, pero él lo volvería a intentar. Tenía unos veinticinco años y procedia de Mali, y cuando comenzó a contestarme en francés, yo ya sabía lo que me iba a contar. Me lo había dicho todo en décimas de segundo, cuando nos cruzamos la primera mirada.

Volveremos una y otra vez por mucho que os resistáis, llenaremos el mar de cadáveres pero somos muchos. Insistiremos una y otra vez por mucho que miréis para otro lado. Todo se resume en algo muy sencillo: a vosotros os sobra y a nosotros nos falta. Y nosotros somos más. No nos ayudáis en nuestra tierra, así que nos buscaremos la vida en la vuestra. Queráis o no.

No dejo de acordarme de aquellas palabras, ni de aquella mirada que lo resumía todo, desde que supe este domingo de la nueva tragedia al sur de Lampedusa. Setecientos muertos de golpe, medio Titanic. No, matizaban poco después, pueden ser hasta novecientos cincuenta, entre ellos doscientas mujeres y cincuenta niños. Más de mil quinientas vidas se ha tragado ya esa zona del Mediterráneo solo en lo que va de año.

Reza el Papa, interrumpe su agenda Renzi, compiten Hollande y Rajoy en declaraciones pomposas pero de carril, organizan reuniones de urgencia los ministros de Interior y Exteriores europeos. A ver quién se rasga las vestiduras con más pompa y boato. Saben que no les creemos, pero tienen que salvar los muebles. Tenían que haber actuado en origen hace decenios pero nunca acabaron de tomárselo en serio. Ellos sí, los que se apiñan en una patera y se lanzan al mar sí se lo toman en serio, tan en serio que se lo juegan todo a cara o cruz. Esta vez ha salido cruz. Demasiada cruz.

Un ciudadano de Lampedusa ha decidido crear su particular museo de la vergüenza. Colecciona desodorantes, biberones, zapatillas, sartenes, juguetes, ropa... todos los enseres que encuentra en los naufragios, una vez que retiran los cadáveres. Quiere así golpear las conciencias de quienes olvidan que estamos hablando de la tragedia de miles de seres humanos, y no de números. Seres humanos llenos de vida y de planes, y del ánimo suficiente como para abandonar los infiernos donde viven y jugárselo todo a una carta en busca de algo que creen mejor.

¿Cuántos de los ahogados este domingo tendrían en su mirada el mismo mensaje de aquel chico que me lo contó todo en décimas de segundo hace diez años en el polideportivo de Tarifa?: "Volveremos una y otra vez por mucho que os resistáis, llenaremos el mar de cadáveres pero somos muchos. Insistiremos una y otra vez..."

Siempre me acordaré de Mirian, de Isaías, de Rubén, de Virgilio, los compañeros de televisión con quienes vivía yo aquellos naufragios, y de sus comentarios cuando estábamos montando a toda pastilla las imágenes de la pieza con la que intentábamos llegar a tiempo a los informativos.

- Juan, me decían, no sé cómo no nos corren a todos a gorrazos.
- Nos correrán, chicos, nos correrán.

J.T.

viernes, 17 de abril de 2015

Pizarro y Zarrías, la vida sigue igual en Andalucía

A la misma hora en que, mucho más solo que Chaves dos días antes, Gaspar Zarríasenf ilaba este jueves el camino del Tribunal Supremo para declarar como imputado en el caso de los eres, Luis Pizarro, su amigo de tantos años, se batía a duelo con el PP desde la presidencia de la mesa de edad -tiene 67 años- del parlamento andaluz. Gritos y malos modos porque el PP no aceptaba, con 33 diputados, tener en esa mesa los mismos representantes que IU con 4. Pizarro no transigió: al indiferente, la legislación vigente.

Una caprichosa confluencia astral había devuelto de golpe a la actualidad a dos pesos pesados que lo fueron todo en el PSOE de Andalucía durante muchos años y sin quienes no se puede entender lo que ha pasado en esta comunidad desde 1990 para acá. Ahí siguen, incombustibles, algún ingenuo quizás llegó a creer que ahora ya sí se marcharían, pero ahí siguen. Por mucho que Susana venda renovación y fin de una época.

Si las actuaciones y decisiones del gobierno andaluz durante muchos años hubieran sido ríos, el mar se habría llamado Gaspar Zarrías. En él desembocaba todo: las delegaciones provinciales de gobierno, las agencias autonómicas, la elaboración, distribución y uso de los presupuestos, la televisión autonómica, por supuesto, medio privados generosamente subvencionados y convenientemente nutridos de periodistas orgánicos... Nada se movía sin su control y nadie prosperaba sin su visto bueno. Desde la consejería de Presidencia y más tarde desde la vicepresidencia -quince años en total- despachaba hasta el más mínimo detalle con cada consejería para preparar los Consejos de Gobierno. Y ahora se desentiende también de los eres. Sin comentarios. Si él lo dice, será así.

Luis Pizarro hacía en el partido lo mismo que Zarrías en las instituciones: no dejar, como secretario de Organización, ni un solo cabo sin atar. Todo lo que se movía en las agrupaciones provinciales, en las locales, ya fuera en el pueblo más recóndito de Huelva o en Almería, todo desembocaba en Luis Pizarro Medina

Decir Zarrías es decir Jaén, su provincia, cuyos copiosos votos socialistas Gaspar Carlos -así se llama- capitalizaba en las grandes reuniones del partido como si fueran acciones en un Consejo de Administración. Decir Pizarro es decir Cádiz. Su pueblo, Alcalá de los Gazules, era y es un feudo socialista incombustible -más del 60 por ciento de los votos consiguieron el pasado 22-M-: allí nacieron también el recordado Alfonso Perales o la ministra de ZP Bibiana Aído cuyo padre, Francisco, fue el primer alcalde democrático del pueblo.

Tanto a Zarrías, quien el próximo día 30 cumple 60 años, como a Pizarro, la sociedad civil andaluza les ha bailado el agua encantada durante una buenaq etapa: la confederación de empresarios, las centrales sindicales, los bancos, los periódicos, las cajas, la iglesia... La verdad es que hay que tener arte, capacidad de maniobra y... otras virtudes ocultas que mejor dejo a la imaginación de cada uno.

A sus pechos, sobre todo a los de Pizarro se crió Susana, quien empezó en las juventudes del partido y aprendió pronto a manejarse en las estructuras del aparato. Iba a pasar página, prometió, pero ahí
continúan ellos: abriendo telediarios y montando broncas. Y como guinda, el nuevo presidente del parlamento, el cordobés Juan Pablo Durán, de 51 años, quien reconoció ayer que está pagando a plazos una multa de 44.000 euros impuesta por el Banco de España. ¿La razón? Figurar entre los consejeros, y por lo tanto entre los responsables, de la mala gestión en su día de Cajasur, un desastre financiero más, que acabó con la intervención de la caja cordobesa por parte del banco emisor.

En resumen, que la vida sigue igual, aunque quiero terminar con una gota de esperanza: a la misma hora en que en el juzgado 35 de
Madrid se daban este jueves las últimas instrucciones para registrar la casa y el despacho de Rodrigo Rato, en el Parlamento de Andalucía tomaba posesión como vicepresidente tercero el diputado de Podemos Juan Ignacio Moreno de Acevedo, 42 años, uno de los abogados de 15MpaRato que llevó al presidente de Bankia al banquillo de los acusados. Algo es algo.

J.T.


miércoles, 15 de abril de 2015

¿Por qué tenemos tanto miedo?



"La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje miedo de decir... Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida... Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo; los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo...."

Comienzo hoy con estas palabras de Eduardo Galdeano, quien se marchó dejándonos huérfanos el pasado lunes, porque me sirven para ilustrar una cuestión a la que vengo dándole vueltas desde hace bastante tiempo: ¿Por qué tenemos tanto miedo?

¿Qué es lo que nos lleva a aguantar un trabajo infecto y mal pagado en lugar de mandar al patrono al carajo? ¿Tan poca confianza tenemos en nosotros mismos para salir adelante? ¿Qué es lo que nos lleva a callarnos cuando escuchamos sandeces o, sencillamente, algo con lo que no estamos de acuerdo? ¿Por qué no acostumbramos a decir lo que pensamos? ¿Qué tenemos que perder?  ¿Por qué no ponemos en marcha nuestras ideas, nuestros sueños, nuestros proyectos, nuestras ambiciones en lugar de vivir  atenazados, sometidos y engañándonos esperando a que las cosas cambien por arte de magia ¿A qué esperamos? ¿Qué más nos puede pasar?

¿Qué más le puede pasar a quien, para comer, ha de acudir cada jueves a las colas de Cáritas en su parroquia?  ¿Qué más le puede pasar a quien le quitan la casa y además ha de seguir pagando la hipoteca pendiente?  ¿Qué más le puede pasar a quien, cuando cae enfermo, no tiene dinero para pagarse las medicinas que le recetan? Cuando inicias la cuesta abajo siempre piensas que la cosa remontará. Y por miedo a perder lo que aún no te han quitado, continúas tragando.

Conozco gente que hace tiempo que no sale de vacaciones, que antes cambiaba de coche cada equis tiempo y un buen día decidió prescindir de él. Siguió tragando para aguantar el tirón, aunque cada año entraba en casa menos dinero y cada trabajo que conseguían era más cutre que el anterior. Un septiembre, al comienzo del curso escolar decidieron no comprar los libros que necesitaban sus hijos para estudiar; cuando llegó el frío no encendieron la calefacción, dejaron de comprar ropa, luego cortaron internet y empezaron a aplazar recibos de luz y agua y aguantar hasta la amenaza de corte. La consumación de la tragedia apareció cuando el dinero no llegaba para pagar el alquiler o la hipoteca. Ya solo quedaba lugar para la desesperación el día que recibió la notificación de desahucio.

Y cuando te quitan la casa y te dejan tirado como una colilla descubres que tenías que haber pegado un puñetazo en el primer minuto de partido. No haber tragado ni un puto contratiempo y haber salido a la calle a partirte el pecho para evitar el desastre. Igual te habrían dado de hostias hasta en el carnet de identidad, pero no habrías tenido miedo. Porque el miedo lo tienen que tener ellos, los que desahucian, los que roban, los que mienten, los que se llevan tu dinero a los paraísos fiscales, los que te están haciendo pagar un desastre financiero del que tú no tienes ninguna culpa...

Siempre hay peligro para los que lo temen, decía Bernard Shaw, y es cierto. Los ricos, y los políticos que defienden a los ricos, huelen el miedo. No les podemos dar esa ventaja, hay que actuar antes que nos muerdan. Más.

Acabemos con esos miedos que tan crudamente denunciaba Galeano. No dejemos hueco al "miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, a la noche sin pastillas para dormir ni... al día sin pastillas para despertar".

J.T.

domingo, 12 de abril de 2015

¿Hasta cuándo tendremos 17.621 aforados?


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Por muchas vueltas que le doy, no entiendo esto del aforamiento. 17.621 aforados tenemos en España, según los datos que en su día hiciera públicos Alberto Ruiz Gallardón. 17.621 personas de carne y hueso, mortales ellos, pero para quienes la justicia funciona con guante de seda. 17.621 conciudadanos que si tienen un conflicto con su pareja o son imputados por alguna causa civil o penal, no los juzga el tribunal de su ciudad, sino el Supremo en Madrid.
Desfilan estos días por los pasillos de tan alta instancia cinco políticos andaluces: dos antiguos presidentes de la Comunidad, dos consejeros de presidencia y un consejero de empleo. Para declarar por una causa –los famosos ERES- cuya instrucción lleva ya abierta más de cinco años. El triste conflicto familiar de un eurodiputado canario no lo dirime un juzgado de Las Palmas, sino el Supremo en Madrid…
¿Por qué? Pues porque, por el mero hecho de ser representantes políticos, se encuentran entre los 17.621 aforados que hay en España, cargos de responsabilidad a los que, según se argumenta, “hay que proteger de las presiones a las que puede verse sometido un tribunal ordinario cuando los juzga”. Claro que a los tribunales superiores en cuyas manos quedan los aforados, no hace falta que los presione nadie. Ya se presionan ellos solos, en función de la sensibilidad política merced a la cual cada uno de sus miembros está donde está.
Lo siento, pero a mí no hay quien me quite la impresión que lo que el aforamiento transmite es una insoportable sensación de impunidad. Es innecesario, ridículo, caro y excepcional. No hay país como el nuestro. Ni siquiera entre nuestros vecinos europeos. Solo los presidentes de la República están aforados en Italia y Portugal. En Francia, además del presidente de la República, lo están también los miembros del Consejo de Ministros. Pero hasta ahí. ¿En Alemania? No existen los aforados, como tampoco en Estados Unidos o en el Reino Unido. Aquí, 17.621… y continuamos para bingo.
Como en tantos otros asuntos, brindamos al mundo un trasnochado y decimonónico espectáculo que nadie parece tener prisa en liquidar, a pesar de que hay quienes defienden que tal estatus tiene sus inconvenientes, como que al ser juzgados directamente por un tribunal superior, los aforados pierden el derecho que  todos los ciudadanos tienen a recurrir.
Pero ahí continúa la norma y ahí continúan aforados ellos: rey en ejercicio y rey emérito mas sus respectivas consortes, diputados, senadores, miembros del gobierno central y autonómicos, jueces, fiscales, defensores del pueblo en el Estado y en las Autonomías… Para que eso dejara de ser así habría que cambiar no solo la Constitución sino todos los Estatutos de Autonomía y la Ley Orgánica del Poder Judicial. Mientras tanto ahí continúan: 17.621.
El problema es que la justicia, como defiende Jaume Asens, “es una institución endogámica, altamente politizada e incapaz de proteger la independencia de quien debe ejercerla. Con su vinculación al poder político, se ha convertido en un problema más que en la solución”. No tiene ningún sentido que la justicia dependa del poder ejecutivo, como explicó Manuela Carmena el pasado jueves en el debate de “Espacio Público” sobre la necesidad de reinventar la justicia en nuestro país. Suena a cachondeo, se mire como se mire, que Francisco Pérez de los Cobos, presidente nada menos que del Tribunal Constitucional, tenga o haya tenido carnet del PP. O que quien hasta hace poco presidía el Tribunal de Cuentas figurara en los papeles de Bárcenas como donante.
El privilegio de aforamiento, en medio de todo este pastel, hace muy difícil a los ciudadanos no vivir con una cierta sensación de desprotección. Hacen lo que les viene en gana y se van de rositas porque, en resumen, de lo que estamos hablando no es de aforamiento sino de impunidad pura y dura.
Otra cosa es la inmunidad parlamentaria, que existe en la mayoría de los países democráticos. Me convenció Alberto Garzón el otro día, cuando explicaba que esa inmunidad es la que permite, a diputados en minoría como él enfrentarse, por ejemplo, a Rajoy sin que éste le tire encima toda la batería de abogados de su partido para acogotarlo.
LOPEZAPero una cosa es la inmunidad parlamentaria y otra el aforamiento que permite que, por casos de presunta violencia de género como el de López Aguilar, o de posible responsabilidad en el mal uso del dinero público como los de Chaves y Griñán, éstos solo puedan declarar ante los Tribunales Superiores de Justicia.
Como también dice Manuela Carmena, “la justicia tendría que ser un servicio útil y no lo es. Hoy día no es el servicio que precisa la gran mayoría de los ciudadanos para resolver sus litigios” Y mucho menos, añado yo, si continuamos manteniendo a 17.621 conciudadanos aforados por la cara.
J.T.

domingo, 5 de abril de 2015

Por qué Podemos debe votar NO en la investidura de Susana


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Lo bueno que tienen los católicos es que, cometan la fechoría que cometan, luego van, se confiesan y ¡ale hop!… se quedan limpitos de polvo y paja. Un auténtico chollo cuando eres político. Por eso, digo yo, debe haber en nuestro país tanto político católico.
Si la semana santa es como una especie de ITV para los católicos en general, no te digo yo para los que se dedican a la política. Una vez cerrado el paréntesis festivo, regresan a sus cuarteles debidamente procesionados y rezados, además de convenientemente confesados, comulgados y –según dicen ellos- arrepentidos. Con el contador a cero para volver a gastar putadas. Lo dicho, una verdadera bicoca para tanto político mentiroso y prevaricador.
¿Cómo van a preocuparles los estragos que originan sus putadas? Si les basta con volver a confesarse. Así que, apenas llega el domingo de resurrección, aquí los tenemos de nuevo a todos: arremangados, insultándose entre ellos y dispuestos a volver a pegarse patadas en nuestros culos.
Cospedal ya ha sacado los cuchillos pidiendo la cabeza de Arenas por los malos resultados peperos en Andalucía; Rosa Díez se revuelve como gato panza arriba para no irse mientras los críticos la comparan a ella y a sus fieles con los integrantes de una secta; el PNV saca las uñas en la celebración del Aberri Eguna y en los cuarteles generales de todos los partidos se preparan las comparecencias públicas de este lunes, que es cuando se produce el verdadero pistoletazo de salida, la inflexible cuenta atrás para las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo: faltan cincuenta días.
Fechas de rentrée, fechas, cómo no, de encuestas. Y ahí tenemos ya a El Mundo, prediciendo victorias de sus bienamadas Aguirre y Cifuentes. Victorias exiguas que las dejarían en manos de esa cuña llamada Ciudadanos a quien nadie quería invitar a una fiesta en la que se ha colado merced a las vilezas de unos y las torpezas de otros. Podemos ha perdido pie y garra, pero ha hecho un trabajo en el último año que pasará sin ninguna duda a la historia de nuestro país. Y enIzquierda Unida dan desesperadas brazadas por mantenerse a flote en un lodazal cuya suciedad es también responsabilidad de ellos.
Vuelven recién confesados y nos mentirán sin escrúpulos todo lo que haga falta para continuar donde están. La “socialista” Susana Díaz, católica ella también, volverá a intentar seducir prometiendo cosas que no cumplirá, como hizo con Izquierda Unida. Mentirá, pero ya se arrepentirá después. Ahora necesita abstenciones para volver a ser elegida presidenta y cuando se ha puesto a hacer cuentas en serio, se le ha empezado a congelar aquella irrespetuosa sonrisa con la que irrumpió junto a los suyos rampa abajo para celebrar el resultado electoral.
Espero de corazón que Teresa Rodríguez no se deje engañar y no le facilite las cosas. Y para no facilitarle las cosas, Podemos tiene que votar NO a la investidura. Como dice un buen amigo mío, apoyar a Susana situaría a Podemos en un lugar más vergonzante que el de IU: sería darle el gobierno al PSOE a cambio de nada Sería regalarle a Esperanza Aguirre y a tantos otros como ella el argumento de que votar a Podemos es votar por el PSOE.
Si Podemos vota NO a la investidura de Susana Díaz pueden pasar dos cosas: que el PP le dé el gobierno al PSOE, con lo que quedaría inaugurado el reconocimiento explícito del bipartidismo, o que haya que convocar nuevas elecciones. No pasa nada. Con miedo no se hacen los cambios. Como dice otro amigo mío, si eres cobarde una vez estás admitiendo que es muy probable que lo seas siempre.
Susana regresa “nueva” después de una semana santa andaluza con una temperatura de ensueño. Ella y los suyos creen estar en racha. Pero en manos dePodemos está la posibilidad de hacer que se baje del caballo. Si tragan y le ayudan a ser presidenta, los llevará al huerto incumpliendo todos sus compromisos sin que se le mueva un solo músculo. Experiencia en traicionar y mentir no le falta. Le bastará con volver a confesarse. Es lo que tienen los católicos. Un chollo cuando se dedican a la política.
J.T.