martes, 31 de diciembre de 2013

Diez cosas que seguiré diciéndole a mis hijas en 2014



1. No deis nunca vuestro brazo a torcer. Tercas no, pero firmes siempre.

2. Luchad hasta la extenuación por aquello en lo que creáis.

3. No deis nunca por perdido algo que os interese si os queda un mínimo de fuerzas para luchar por conseguirlo y estáis firmemente convencidas de que merece la pena.

4. No envidiéis a los anquilosados por muy cómodos que los veáis: quienes se apoltronan tragan más de lo que podéis imaginar. Eso sí, aprenden a disimular.

5. La prudencia es buena, es verdad. Pero la osadía lo es aún más.

6. Hay que mojarse, hay que equivocarse, hay que arriesgarse. De eso trata la vida. Eso es vivir. Lo contrario es empezar a morir en vida.

7. Cuando hayáis luchado, cuando hayáis ganado unas veces y perdido otras pero siempre sin abandonar el buen humor, lo celebraremos. Con lo que tengamos. Sea mucho o poco, pero lo celebraremos.

8. Y si os pilla un bajón y buscáis un hombro, elegid el que queráis pero ya sabéis que el mío siempre os estará esperando: orgulloso de vuestra lucha y si es necesario de vuestro fracaso. Porque para presumir de vuestros éxitos nunca os faltarán advenedizos.

9. Es verdad que a veces parece inevitable aplicar mentalidad práctica y rebajar expectativas. Yo lo he hecho alguna que otra vez. Y de ello me acuso. Ni me siento orgulloso, ni he salido ganando, ni está nada claro que por tragar lo que he tragado haya evitado catástrofe alguna.

10. Vivir es ser un poco quijote. Cuando pierdes hay que reírse. Cuando ganas no hay que creérselo. Los que se toman la vida en serio sobreviven, pero no viven.

J.T.

P.D. Cuatro años después haberlo escrito, este texto me sigue pareciendo ideal para recordar su contenido por estas fechas. 

sábado, 28 de diciembre de 2013

Mariano el previsible


Afirma Montserrat Caballé que se ha encontrado "horrorosa" cantando en color sepia junto a Raphael en el anuncio de la lotería. Nada que ver, desde luego, con aquel majestuoso "Barcelona" que interpretó junto a Freddy Mercury dedicado a los Juegos Olímpicos del 92 y que nos puso a todos en su día los pelos de punta. 

Yo creo que lo que en el fondo se pregunta nuestra más insigne soprano es cómo ha podido degenerar tanto, cómo ha podido caer tan bajo. Y yo le contestaría que tranquila, que eso pasa mucho, que desde hace un par de años eso es algo que le ocurre a la mayoría de los españoles: la sensación de degenerar, de volver no ya al sepia sino directamente al blanco y negro, la evidencia de ir de mal en peor, de regresar a un pasado que creíamos olvidado y superado para siempre...

Este viernes ha sido duro. ¿Cómo hemos podido caer tan bajo?, me he sorprendido preguntándome a mí mismo en cuanto he visto aparecer a Rajoy y colocarse ante el micrófono para soltarnos el infecto, vomitivo e infumable rollo que nos ha soltado. Mariano es como ese cuñado pesado que llega a casa por navidad y que, apenas se sienta, ya estamos contando las horas que faltan para que se largue. Rajoy ha estado más de tres cuartos de hora "hablando de su libro" y desde el minuto uno yo solo quería que se marchara ya. Sabía de sobra que no iba a satisfacer ni una sola de mis legítimas curiosidades y no podía soportar la sensación de pérdida de tiempo a la que me abocaba mi necesidad de verificar lo que ya sospechaba.

Y verifiqué. No es que yo no me crea a Rajoy. Es que él mismo transmite ya la sensación de que no se cree nada de lo que va a decir. Es más, se le nota que sabe de sobra que nosotros tampoco pensamos creernos ninguna de sus milongas. Lo que queremos es que acabe cuanto antes, que nos deje en paz y si de lo que se trata es de tomarnos el pelo, que nos lo tome lo menos posible. Que acabe cuanto antes el discurso y la legislatura, que se vaya ya, que pase de nosotros este cáliz, esta pesadilla, esa pesada y repetitiva cantinela con la que reivindica la mayoría que le dio carta blanca para estar 1460 días en el poder, de los que no parece dispuesto a perdonar ni uno.

Yo ya no sé si quiero que Rajoy comparezca ante la prensa o prefiero que no lo haga. Ni por plasma. Para que el nota acabe cachondeándose siempre de nosotros como lo hace tampoco hay necesidad. Yo ya me maliciaba que despacharía de mala manera el asunto del aborto, pero no que sumaría un nuevo tabú a su particular letanía de vocablos impronunciables, ni que ningunearía a quienes le preguntaran por el tema. Es que hasta les ha vacilado: "ya he hablado suficiente de ese asunto", ha dicho ¿se puede tener más cara? Sabía que de Catalunya no tendría más remedio que hablar, pero su actitud de chulo de barrio al abordar el tema reconozco que ha superado mi imaginación.

Si es cierto que todo el mundo es previsible, en el caso de Rajoy lo único que se puede prever es que no vamos a sacar nada en claro de las respuestas a aquellas preguntas que no le dé la gana contestar. Pero lo que sorprende es el "arte" con el que lo hace. Hay que ser muy pasota y andar muy sobrao para salir a la palestra este viernes y pintarnos el panorama que nos ha pintado: vamos, que poco más y estamos todos atando los perros con longaniza ya. Que no quiero verlo. Ni oirlo. Quiero que desaparezca ya. ¿Cómo hemos podido caer tan bajo? ¿Cómo estamos en esas manos? ¿Cómo hemos podido degenerar tanto?

Me veo tan horroroso gobernado por Rajoy como la Caballé iluminada con velas y cantando junto a Raphael. Puesto a vacilarnos, podía Mariano ponerle ponerle al menos un poco de sal al asunto. Este viernes, cuando finalizaba su comparecencia, podía haber levantado la mano y, al modo del incombustible cantante de Linares, despedirse agitándola mientras entonaba el pegadizo sonsonete de los niños de la lotería: Na-na-na-na-ná na-ná-naaa. Eso. Ná de ná. Porque tras escucharlo hemos salido todos con la cabeza caliente y los pies fríos. Como, por otra parte, era perfectamente previsible.

J.T.

Foto de Javier Barbancho

sábado, 21 de diciembre de 2013

De vuelta a Londres o al aborto clandestino


Noqueados como nos tienen sin trabajo digno, sin derechos, con miedo al paro quien aún trabaja, a la vejez, a no poder pagar la hipoteca, a ponernos enfermos y que no nos atiendan si no tenemos dinero... han decidido ir ya a cara descubierta y rematar la faena. El aviso más elocuente de hasta dónde están dispuestos a pisotearnos estos chicos del gobierno pp era hasta ahora la mal llamada ley de seguridad ciudadana, donde al que ose moverse se le van a acabar cayendo los palos del sombrajo. Pensábamos que Fernández Díaz, numerario del opus y más facha que la madre que lo parió, había puesto el listón tan alto que sería difícil superarlo.

Pero qué va. Ahí está el inefable Gallardín-Fachardón, atildado y resuelto tras sobrevivir a un misterioso accidente doméstico el pasado fin de semana. Las dos costillas rotas al caerse por las escaleras de su casa hace solo cinco días no le han impedido plantarse este viernes con su traje de rayas y su impoluta camisa blanca e interpretar el episodio más fascista de toda su vida política.

Este melómano que apunta maneras de megalómano tenía engañada, al parecer, a buena parte de la parroquia política y periodística de este país que lo encuadraba en la derecha moderada. ¿Ha sufrido una temible y temida transmutación o siempre fue el muchacho así de fanático y consiguió disimularlo? No lo sé. El caso es que este viernes, por fin, si alguna vez pareció modosito, se ha quitado la careta del todo y ha enseñado su verdadero rostro de ultra recalcitrante. Ningún ministro de derechas se atrevió jamás en democracia a soltarse tan descaradamente el pelo como el estomagante, pijo y redicho Gallardón lo ha hecho este viernes.

Ha humillado a las mujeres, las ha tratado como ciudadanas de segunda y en algún pasaje de su comparecencia directamente como subnormales. No se puede ser tan mala gente. Cínico, vale; mentiroso nos duele, aunque ya estamos acostumbrados y no nos extraña nada... pero los argumentos que ha esgrimido para defender su indefendible "anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada" solo los puede plantear una mala persona.

Traduzcamos el "anteproyecto de ley" al castellano, que para hablar en plan técnico ya sobran expertos: Lo que va a suceder si se aprueba tal como se ha presentado es que la posibilidad de abortar en España desaparece de hecho. Será una disuasoria carrera de obstáculos para las pocas mujeres que se encuentren en alguno de los supuestos permitidos. El aborto dejará de ser un derecho y solo se permitirá en caso de violación denunciada o de riesgo para la madre que suponga “un menoscabo duradero” de su salud. Por malformación fetal ya no se podrá abortar salvo si es “incompatible con la vida”. Aún así se necesitará el aval de dos médicos ajenos a la clínica... y siete días de reflexión.

Total, palos en las ruedas de la bicicleta, chinas en el zapato para acojonar a quien se proponga abortar hasta hacerla desistir. Cortapisas, condicionantes, trámites burocráticos... Conclusión: hay que tener mucho tiempo, ser muy cabezona y disponer de una alta dosis de fuerza de voluntad y de complicidad y apoyo a tu alrededor para superar la carrera de obstáculos que la ley del repelente, retrógrado y falso Gallardón va a poner en el camino a las pocas mujeres que cumplan los requisitos para abortar en España. 

En un asunto donde la premura es básica eso equivale a desanimarlas, a añadirle más problemas a los que ya tienen en momentos tan traumáticos y necesitados de ayuda, a no facilitarle en absoluto las cosas cuando viven uno de los episodios más duros de su vida. Eso a las que se les permita abortar, que serán muy pocas. Y va el tío y tiene los huevos de decir que esta reforma "protege a la mujer" y es "más constitucional que la de 2010" porque se basa en la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional de 1985. Sin que se le mueva un músculo de la cara suelta en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que lo hace "para regular un acontecimiento dramático, en defensa de los Derechos Humanos, porque es obligación del Estado defender toda vida". Y no contento con los insultos a la inteligencia que llevaba ya proferidos va el muy sobrao y se felicita "porque es la primera vez en la historia que no se penaliza a la mujer por abortar". Paternalista y perdonavidas, redondea precisando que en caso de violación de la ley, quien haya interrumpido su embarazo fuera de los supuestos y plazos establecidos no será penada ni multada, mientras que el profesional sanitario que lo practique será penalizado "en los mismos términos que en la ley actual".

En resumen, sin marear ya más la perdiz y en roman paladino: que la única solución que le queda a la mujer que quiera abortar, si la propuesta de este petimetre sale adelante, será tirar por la calle de en medio, es decir, optar por el aborto clandestino como hace treinta y cuarenta años, con todos los riesgos sanitarios y legales que eso conlleva, o volver a pedir dinero prestado a amigos y conocidos para ir a abortar a Londres. La otra opción, la de acabar pariendo el bebé que no quieres tener, volverá a infestar de familias traumatizadas un tejido social ya de por sí depauperado, puteado y machacado, y que no encuentra más que dificultades para sobrevivir por culpa de las leyes que van haciendo fosfatina todos los derechos laborales y sociales.

Las víctímas del "anteproyecto" de Gallardón no van a ser quienes tengan dinero para solucionar su problema o imaginación para salir de la trampa. Serán las más indefensas, las más débiles, las más desprotegidas, que habrán de añadir esta nueva y cruel putada a todas las que ya están sufriendo por pertenecer a una familia con muchos miembros en paro, con deudas que no saben cómo pagar y con dificultades mil para encontrar un trabajo digno que les reporte un mínimo respiro.

Gallardón y la iglesia católica que lo respalda y aplaude saben que con esta ley contribuyen a la desgracia y la infelicidad de muchos, que van a traer la ruina a centenares de hogares y la desesperación a miles de chicas jóvenes a las que se les truncará la vida. Lo saben pero a estos fundamentalistas de medio pelo les da igual.

No importa que ya en toda Europa no exista ningún país que se plantee las cosas así, no importa que eso nos devuelva cuarenta años atrás en el túnel del tiempo, no importa que eso traiga tristeza y tragedia a muchas familias. Lo que importa es que la iglesia esté contenta y que la caverna se anote un notable triunfo. Sometidos a los designios de Merkel como están, ahora redondean la faena sometiéndose a la voluntad del sector más retrógrado e intolerante de la iglesia española. A los que son más papistas que el papa.

J.T.


viernes, 20 de diciembre de 2013

Alaya irrumpe en UGT


Me parece sumamente injusto que la toma de la sede de la UGT andaluza por orden de la juez Alaya, corte de calle incluido, acabe recordando actuaciones similares en ayuntamientos corruptos como los de Marbella, Estepona o Alhaurín. 

¿Se habría podido evitar esa imagen? Quizás sí, si se hubiera hecho frente a las acusaciones desde el primer momento antes de que acabaran convirtiéndose en un incesante goteo. Apostando por la mayor transparencia posible desde el minuto uno. ¿Por qué no han reaccionado antes en ugt? ¿Por qué no contraatacaron? ¿Por qué no han actuado con más reflejos y quizás hubieran evitado esas ya imborrables imágenes de este jueves con la calle del sindicato tomada por la guardia civil? 

Pues creo que no lo han hecho, entre otras cosas, por el enorme peso burocrático que lastra el funcionamiento de la institución. Los sindicatos, no solo la ugt, y muchas organizaciones sociales son verdaderos especialistas en marear la perdiz, en dedicarse a redactar extensos documentos convenientemente fotocopiados cien veces, expertos en reuniones y en no tener nunca prisa por tomar decisiones. Y claro, esta vez en Andalucía, donde ya llovía sobre mojado con la que tiene montada Alaya con la Junta y con los eres, a la ugt le ha acabado pillando el toro. 

El entramado burocrático, el componente sectario y la falta de transparencia quitan agilidad, frescura y capacidad de respuesta a quien se instala en este tipo de funcionamiento. Se convierten así en el caldo de cultivo ideal para la aparatosa y sospechosa manera de funcionar de jueces como Mercedes Alaya y para que la caverna disponga de una presa contra la que lanzarse en tromba e intentar contrarrestar de esa manera el aluvión de mierda al que la derecha tiene que hacer frente a diario: las preferentes, los sobresueldos, los áticos, los fabras, camps, matas, blesas, bárcenas y urdangarines varios… 

Por eso creo que cuando se tienen adversarios, o directamente enemigos, de tanto calado como la desprejuiciada derecha española y sus amorales adláteres, los sindicatos no se pueden dormir en los laureles ni empeñarse en mantener los mismos sistemas de funcionamiento que hace décadas. Los sindicatos existen porque los trabajadores precisamos de su existencia; afrontar las necesidades de los currantes de hoy día no se puede hacer del mismo modo que años ha. Los grandes aparatos ya no llevan a ningún sitio, ni las grandes reuniones. Cuando los movimientos sociales, del 15M para acá, han cambiado y están cuestionando tantas cosas en este país, en los sindicatos no pueden continuar preocupándose por el número de liberados a conseguir o por cómo perpetuarse en los cargos. Ni gastando el tiempo peleándose entre ellos. Así no se va a ningún lado. 

Cada minuto que pierden lo aprovecha la derecha para intentar desactivarlos. Porque para rematar el pisoteo de derechos al que se está sometiendo a los trabajadores es buena cosa machacar e intentar hundir a quienes han de dedicarse a defenderlos. Para recortar, para rebajar sueldos, para explotar más y mejor a los pocos que consiguen trabajar, los sindicatos sobran. Por eso éstos no pueden permitirse bajar la guardia ni mostrar puntos débiles por los que ser atacados. 

Yo deseo sinceramente que los responsables de ugt sean capaces de explicar y justificar las irregularidades que presuntamente se les atribuyen, pero han perdido un tiempo precioso. Ahora, con las imágenes de la calle de la sede regional tomada por la guardia civil, el daño ya está hecho. 

El tiempo que habrán de emplear en explicar cosas, en acudir al juzgado, en regenerarse, en plantearse de una vez promover una organización más moderna y más ágil es tiempo que nos quitan a los trabajadores para que los representantes sindicales se preocupen de nuestros verdaderos problemas y se dediquen a intentar resolverlos, que es para lo que están. 

Que con tanto marrón no les quede tiempo para la defensa de los trabajadores ni para apretar al gobierno y a los empresarios en la creación de empleo es un terrible efecto colateral más que sumar al desastre en que vivimos. Efecto colateral que a los peperos y a su cohorte de paniaguados les viene como anillo al dedo.

J.T

sábado, 14 de diciembre de 2013

Eurovegas, otro gran ridículo del pp


No saben qué cara poner. No saben qué decir. No saben dónde meterse. No saben qué hacer. 

Ni el manual de mentiras habituales, ni el argumentario que los peperos tienen para sacar pecho por evidente que sea la adversidad les ha valido esta vez para librarse del ridículo. Sheldon Adelson les ha tomado el pelo, ha dicho "hasta luego Lucas" y se han quedado colgados, con la brocha en la mano y sin escalera. 

Y claro, siempre que alguien se pega un ostión no podemos evitar descojonarnos. Así ocurre en las películas de humor, sobre todo en las mudas, que es a lo que más se parece el fallido episodio de Eurovegas: a una película muda. Eurovegas, ese maná mafioso que Esperanza e Ignacio prometieron llovería sobre Alcorcón y durante tanto tiempo han ponderado alborozados. Porque daba igual la catadura de los pretendientes, los puestos de trabajo -que siempre fueron una quimera- lo justificaban todo, incluido aguantar las impresentables humillaciones de unos horteras facinerosos. 

Esperanza e Ignacio, como Ana con el fiasco de los Juegos, no se molestaron en prever el fracaso y ahora no tienen horizonte que ofrecer. Jamás se les ocurrió diversificar y apostar por la búsqueda de otro tipo de posibilidades, de seducir a firmas competentes, a empresas solventes que apostaran por actividades comerciales, industriales y de investigación con proyección de futuro. Era mejor volcarse en fastos suntuosos, vistosos, de resultado rápido. Quizás por contagio decidieron ponerse a jugar. Apostaron a cara o cruz y salió cruz. Con Eurovegas y con los Juegos Olímpicos. 

Y ahora qué? ¿Ahora qué les vais a contar a la parroquia, chicos? ¿Qué conejo os vais a sacar de la chistera? Dónde está vuestro plan "B"? Veo en la tele la cara de gilis que se os ha quedado y no puedo evitar acordarme del entrañable Pepe Isbert cuando la comitiva yanqui pasó por Villar del Rïo sin pararse siquiera a saludar. Habíais apostado por unos mafiosos ante los que habéis estado meses y meses bajándoos los pantalones y dispuestos a ceder a sus extorsiones hasta que, cansado ya de divertirse vacilándoos, el tal Adelson ha decidido poner pies en polvorosa rematando la jugada con una oferta que él sabía que no íbais a tener más remedio que rechazar. 

La visión cortoplacista de la política es lo que tiene. Ni una puñetera apuesta de futuro consolidada. Ese es el pp, todo humo. Están tan ávidos de votos-express que ni por asomos se molestan en pensar en el Madrid, en la España de dentro de 20 años. Lo quieren todo ya, para que los votos no se les escapen. Aunque se les escapen los puestos de trabajo y la vergüenza. 

Dónde están vuestras propuestas? ¿Dónde vuestros amigos empresarios promoviendo inciativas que, aunque tarden algún tiempo en fructificar acaben sacándonos de la miseria? Ya no tenéis Juegos Olímpicos, ya no tenéis Eurovegas. Así que venga, a espabilar y a poner en marcha proyectos de futuro, que es para lo que se os paga y se os vota. Proyectos que frenen la sangría de jóvenes que se largan a buscarse la vida al extranjero, proyectos cuya siembra nos permita atisbar un horizonte muy distinto a la ruina en la que nos tenéis sumidos y en la que no habríais tenido ningún reparo en meternos de cabeza si los indeseables mafiosos que acaban de pegar la estampida hubieran decidido instalarse aquí y chuparnos la sangre. La poca que nos queda.

J.T.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

El talibanismo "español" contra Catalunya


Nací en Andalucía y pasé ocho años de mi vida en Catalunya, de los 17 a los 25. Ocho largos años que me ayudaron a abrirme camino en la vida y de los que conservo un excelente sabor de boca. Desde entonces han pasado 35 años más que he gastado por diversos lugares de la geografía española y en los que me ha tocado siempre lidiar con una pesada, irracional y muchas veces intolerable fobia hacia lo catalán que entra en contradicción con multitud de evidencias del día a día. 

A quienes les gusta el fútbol les he visto disfrutar y admirar el juego del Barça… pero quieren que pierda. 

La selección española de fútbol cuenta con media docena de catalanes y con tres o cuatro jugadores más del Barça, todos ellos campeones de Europa y del mundo que fueron vitoreados como héroes por las calles de Madrid tres veces en un período de cuatro años. Los adoraron sin complejos al grito de “yo soy español, español, español”… y un mes después ya estaban gritándoles “catalanes de mierda” en cualquier partido de Copa o de Liga. 

Toda España está llena de sucursales de negocios catalanes, desde compañías de seguros a franquicias de gimnasio, cuyos gerentes están encantados de comerciar con ellos… pero apenas se dan la vuelta los están poniendo a parir. 

En el mundo de las finanzas, en el del diseño, en el de los planteamientos comerciales atrevidos, en el del excursionismo, en el de las oenegés… los catalanes son copiados y admirados en toda España, aunque luego nadie parece dispuesto a reconocerlo en voz alta. 

La historia, el desarrollo y el predicamento de la industria editorial española no se entendería sin los catalanes. Evidencia incontestable que solo se reconoce en la intimidad, como Aznar cuando habla catalán. 

Los mejores motoristas y muchos de los tenistas españoles son catalanes… 

En cuanto a la política, los catalanes son los que más sentido de Estado han demostrado dotando de estabilidad gobiernos del pp o el psoe cuando éstos han buscado su apoyo. Pero siempre se les ha acusado de actuar exclusivamente en interés propio, para trincar pasta y punto. 

Es inútil. Ninguna particularidad positiva de los catalanes parece valerle a tanto “fundamentalismo español” como anda suelto por las redacciones y los mentideros políticos de este Madrid castizo y cabezón. El proceso abierto en Catalunya para poner en marcha un referéndum en el que los catalanes decidan si quieren ser independientes o no abrió hace un tiempo una inmisericorde campaña de ninguneo, criminalización y ridiculización de la que se hacen eco talibanes de todos los calibres, voltajes y pelajes. 

Valga que Marhuenda o Losantos exploten este filón para satisfacer a su fascista parroquia, pero que existan casos en los que no se pueda distinguir entre la bilis que destilan estos profesionales del integrismo y la intolerancia, y las despiadadas diatribas de muchos presumibles izquierdistas, eso sí que me parece preocupante. 

Creo que en Madrid buena parte de las gentes con sensibilidad de izquierdas han perdido la perspectiva y parecen poco dispuestas a admitir que lo que ocurre en Catalunya es perfectamente legítimo y civilizado, razonado con argumentos como los que Oriol Junqueras explicaba este martes en “Público” a Marià de Delás, entrevista que invito a leer sin perderse ni una coma. Los españoles fundamentalistas, los talibanes de la españolidad no se paran a considerar el respeto que se merece alguien que decide ejercer su derecho a discrepar. Se parece mucho a lo que ocurre en una pareja cuando uno de los dos quiere separarse y el otro no está dispuesto a admitirlo. 

Los “talibanes españoles” de izquierdas son más peligrosos que los fachas, y con el cuestionamiento y la ridiculización del derecho a decidir que a diario perpetran por tierra mar y aire refuerzan las tesis de los inmovilistas y se alinean con la cerrazón de los intolerantes. 

Yo no quiero que Catalunya se vaya de España. Si continuara empadronado en Catalunya votaría que NO a la independencia cuando se celebrara la consulta. Pero no puede ser que los corifeos madrileños, incluidos aquellos que se mueven en presumibles entornos progresistas, se dediquen a intentar desacreditar a quienes defienden una opción que deriva del pacto entre dos partidos que fueron mayoritariamente votados. 

Os lo digo de verdad, me dan menos miedo los fachas de toda la vida, porque con ellos sé a qué atenerme, que tanto “talibán” de izquierdas que no parece percatarse o no le importa, que sus invectivas contra Catalunya, llegado el caso, serían las que usarían la caverna y los inmovilistas para practicar el “tiro al catalán”. Siembran vientos que pueden acabar en tempestades ignorando y negándose a admitir que, como decía ayer Oriol Junqueras en Público los ciudadanos, a través de su voto soberano, tienen el derecho de transformar y cambiar las fronteras si esa es su voluntad. Por mucho que nos duela a los que no estamos de acuerdo con que Catalunya acabe marchándose de España.

J.T.

viernes, 6 de diciembre de 2013

El regreso de "La Tuerka" y la muerte de Mandela




Yo no sé si las cosas ocurren o no por casualidad, si tienen relación porque la tienen o porque nosotros nos empeñamos en relacionarlas, pero sea de una u otra manera, para la historia quedará que la muerte de Nelson Mandela, el momento en que a la redacción de Público llegaba la noticia, coincidió con el instante en que Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero se pasaban el uno al otro la corbata roja santo y seña de la presentación de "La Tuerka".

Una hora antes, el programa de debate más temido y respetado de este país había vuelto a poner sus motores en marcha tras un pequeño paréntesis que para sus incondicionales empezaba a ser desesperante. Por fin Pablo Iglesias estaba de nuevo en el aire moderando ese tipo de tertulia que quizás muchos sueñan pero que nadie, salvo el equipo de La Tuerka" se atreve de momento a materializar. Tema de estreno: la ley antiprotesta, mal llamada ley de seguridad ciudadana. Entre sus contertulios Diego Cañamero, Jesús Cintora o Miguel Durban... y leña al mono. ¡Qué mono teníamos todos!, pero ya estaban aquí, instalados en la redacción de Público y emitiendo en directo a través de la web del diario.

Por tratarse de la noche de la rentrée, habían preparado sesión doble: dos horas de emisión. Y como esta temporada está previsto que se emitan cuatro programas a la semana, Iglesias se va a repartir las tareas de presentación con... Juan Carlos Monedero.

Se juntó todo: el anuncio de la muerte de Mandela, los minutos más interesantes del debate y la llegada del momento en que Juan Carlos Monedero, con camisa blanca, tenía que hacer su aparición en escena por primera vez. Entre bambalinas y metiéndome donde no me llamaban -tuve el privilegio de estar entre los testigos de la rentrée- se me ocurrió comentarle que a los realizadores de televisión, por lo general, les molesta el color blanco.

- Pues a mi es lo que me ha dicho el realizador, me contestó Monedero

En seguida pude comprobar que había perdido una magnífica oportunidad de permanecer callado, porque se trataba de la liturgia diseñada para escenificar el traspaso de "poderes": Iglesias, también con camisa blanca, se desprendía de su corbata roja y Monedero se la colocaba para ocupar su lugar y dar paso al segundo debate de la noche, esta vez dedicado a la Memoria Histórica, que inauguraron siendo casi los primeros en contar en directo que Nelson Mandela acababa de fallecer, a los 95 años, en su casa de Johanesburgo.

Como recuerda mi amigo Juan Luis Piqueras, Mandela fue un "desobediente", como lo son  lo amigos de La Tuerka, y ahí sin duda estuvo la clave de su victoria: en que su voluntad y su conciencia estaban por encima de cualquier acto represor. En la España de hoy Mandela estaría en las calles, en las mareas, con los desahuciados y frente a este gobierno absolutista. Como La Tuerka.

Mandela el desobediente eligió para morirse la noche del regreso de esta irreverente y necesaria tertulia, y lo hizo momentos antes que sus presentadores llevaran a cabo el relevo de corbata. Juan Carlos y Pablo, profesores de la facultad de Ciencias Políticas de Madrid son, como Mandela, dos desobedientes con la cabeza muy bien amueblada. Los dos últimos libros de Monedero son "La Transición contada a nuestros padres " y "Curso urgente de política para gente decente" y los de Pablo Iglesias "¡Abajo el régimen!" y "Maquiavelo frente a la gran pantalla". Los cuatro lirbos son muy recientes. Recorren España presentándolos y reventando el aforo de las salas donde las editoriales convocan los encuentros... y aún les queda tiempo para pasearse por las tertulias de las televisiones generalistas parándole los pies a esos sobraos de la derecha que no estaban acostumbrados a vérselas con contrincantes de tanta envergadura.

Ahora vuelven con la "La Tuerka", una de las iniciativas de comunicación más higiénicas que existen en este momento en nuestro país. Por eso creo que es bueno celebrar su regreso. La impunidad con que se mueve la derecha desde hace dos años necesita de espacios como éste, que a través de internet alimenta e ilustra a quienes hasta ahora se cansaban de buscar y no encontraban. Helo aqui. Un programa de debate serio, documentado y respetuoso y que, como Mandela, no obedece ciegamente a nadie.

Como Mandela, en "La Tuerka" apuestan por la fuerza de la razón; como Mandela saben que el valor no es la ausencia de miedo sino el triunfo sobre él, que hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que se sobrepone a él y consigue al final que ese miedo cambie de bando. Ese Mandela indoblegable es el que Monedero glosa en su blog de este viernes : "No hagáis de Madiba un icono vacío de la resignación- escribe el profesor. No era el Tío Tom: era Malcon X, Lumumba, un pantera negra. Se ha ido con el Che, con Allende, con Chávez, con Ho Chi Min, con Biko y con esos millones de hombres y mujeres anónimas que se reflejan en cada una de esas peleas contra cualquier imperio, contra cualquier opresor".

Mandela se murió la noche que regresaba "La Tuerka". En el momento del relevo de la corbata roja. Una casualidad. Pero ahí queda.

J.T.





jueves, 5 de diciembre de 2013

¿Alguien conoce algún artículo de la Constitución que se cumpla?


Además de cerrar en falso una ruinosa etapa que dio en ser llamada “Transición“, cuyos polvos han acabado trayendo estos lodos, la Constitución que cumple ahora 35 años ha sido un verdadero fiasco. 

A estas alturas, no entiendo a qué viene tanto ruido para cambiar una norma que nadie cumple. Solo se explica acudiendo al viejo dicho que defiende que sin la existencia de la norma no existe el placer de la transgresión. Se conoce que pisotear, ignorar e incumplir los 169 artículos vigentes les sabe ya a poco después de haberlos ultrajado, los mismos que la consensuaron, legislatura tras legislatura desde 1978. Necesitan cambiar leyes para, :una vez cambiadas, experimentar el sacrosanto placer de no hacerle ni punto caso a lo legislado. 

Como han hecho con el texto vigente, del que me voy a permitir a continuación poner sólo 15 ejemplos: 

1. “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes” (artículo 15) 

2.” Ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal” (art.16) 

3. “La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario” (art. 17) 

4. “Se garantiza el secreto de las comunicaciones” (art. 18) 

5. “Se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción” (art. 20) 

6. “Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión” (art.24) 

7. “Todos tienen derecho a la educación. Ser reconoce la libertad de enseñanza” (art. 27) 

8. “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad” (art.31) 

9. “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo” (art. 35) 

10.”Los poderes públicos realizarán una política orientada al pleno empleo” (art.40) 

11.” Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad” (art. 41) 

12. “El Estado velará especialmente por la salvaguardia de los derechos económicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero y orientará su política hacia su retorno” (art. 42) 

13. “Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho” (art. 44) 

14. “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho” (art. 47) 

15.” Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad.” (art. 50) 

Voy a parar ya, que me parece que por hoy es suficiente. 15 citas para abrir boca y aquí el link para quien se quiera ilustrar a fondo y constatar la caradura de estos vocacionales del robo y la mentira que ahora proponer modificar la norma para que todo siga igual. 

Quienes no se hayan molestado nunca en abrir un ejemplar de la Constitución pueden pensar que exagero. Pues no, queridos, podéis comprobarlo vosotros mismos. A los que os gustan los relatos de ciencia ficción os va a encantar. Y no os digo nada a los que queráis olvidar por un rato vuestras penas: mejor que muchas revistas de humor. 

.T.

lunes, 2 de diciembre de 2013

¿Somos todos unos corruptos?


La tolerancia con la picardía, la complacencia con el tramposo, hacerse el tonto cuando descubrimos, o incluso convivimos, con una irregularidad… Ese es el problema que tenemos en nuestro país con la corrupción: nuestro problema es la actitud. 

En su post de este lunes en “Público” Tica Font explica que, para que en un colectivo se instale la cultura de la corrupción, es preciso que exista consenso social, que mayoritariamente la población considere que “aprovecharse de la posición en beneficio propio es normal“. Quizás derivado de un comportamiento de siglos, elocuentemente descrito en “El Lazarillo“, “El Buscón” y otras obras maestras de la novela picaresca española, nuestro problema es la actitud. 

- ¿Cómo iba yo a decirle que no al duque de Palma? Si quien me lo proponía era el duque de Palma! explicaba hace unos meses con aire candoroso Jaume Matas en un programa de televisión para justificar que el duque se lo llevara crudo a costa de las arcas públicas de Baleares, la comunidad que Matas presidía y por cuya controvertida gestión sigue visitando juzgados y recibiendo condenas. 

- ¿Cómo que lo que hacemos es ilegal? solía preguntarle Jesús Gil a sus acólitos. Capullos, que sois unos capullos: de la cárcel se sale más fácil que de la miseria. Sois unos pringaos y como no espabiléis lo vais a ser toda vuestra vida. Y claro, con ese tipo de arenga, ¿quién no se pone inmediatamente a la faena, llámese Julián, Isabel o Marisol? 

- ¿Cómo, qué me pagas un sobresueldo en negro? Muchas gracias, tío… Luis 

- ¿Cómo, que me piensa pagar parte del sueldo en negro y si no busca a otro que lo acepte? ¿Doce horas de trabajo pero contrato de media jornada? Bueno, vaaale. 

- ¿Cómo, que me cobra el doble si me hace factura? Bueno, pues sin factura. 

- ¿Cómo, que has echado del despacho a ese constructor que nos podía haber sacado de pobres? – le podría decir su pareja al concejal o concejala que llega a casa contando orgulloso que ha sido capaz de rechazar un soborno-. Pero ¿tú eres gilipollas o qué? Niños, espero que vosotros no seáis tan tontos cuando os hagáis mayores. 

Urdangarín seguro que tenía miedo el pobre a que le regañaran en casa si no le sacaba partido al braguetazo como es debido. Y además, puede que le dijera algún amiguete, o se dijera él a sí mismo, no seas tonto, ¿no sabes lo que Peñafiel ha contado de tu suegro, del céntimo que cobraba por cada barril que entraba de Arabia Saudí tras su gestión durante la crisis del petróleo de 1973? Se lo puso Franco y se lo mantuvieron, por lo menos, Adolfo Suárez y Felipe. Pues total, tú lo que tienes que encontrar es la manera de hacer algo parecido. Y el muchacho parece que se lanzó. Sin paracaídas. El pobre. 

Del rey abajo ninguno nos libramos. Es como si estuviera en nuestro adeene, como si no lo pudiéramos evitar. Ni escarmentamos ni queremos escarmentar. Para eso hace falta contar con una conciencia de transgresión que parece que no tenemos demasiado desarrollada. No he cubierto información en ningún juzgado de España, y he visitado muchos, donde el alcalde detenido por presunta corrupción no haya gritado a voces su inocencia antes de que lo empuraran. Y como recuerda Tica en su post, en muchos casos continúan votándolo. 

Lo verdaderamente trágico es que no haya institución que se salve: ni empresarial, con un presidente de la patronal en la cárcel; ni sindical, con un secretario general recién dimitido, ni política, cuya relación completa más que un post necesita las páginas de un vademécum. Hasta al cura del pueblo del famoso “Ecce homo” lo han pillao con el carrito del helao. 

La mucha porquería acumulada durante decenios va saliendo a la luz poco a poco. Pero muy poca aún. Tiene razón Tica Font cuando sostiene que “regenerar la cultura de la corrupción implica regenerar la cultura de todo el mundo“. Es algo que se dice poco y que yo creo que hay que repetir mucho. Todas las veces que lo repitamos serán pocas. Por eso me he permitido escribir este post, al hilo de sus reflexiones. Los corruptos tipo Mario Conde o Javier de la Rosa que roban millones, y más si meten la mano en los dineros públicos como Munar, Fabra o Roldán, tienen que pagar por ello con muchos años de cárcel y devolviendo, por supuesto, todo el dinero trincado. Pero admitamos, si queremos plantearnos de verdad cómo acabar con esto, que “la diferencia entre nuestras actitudes cotidianas y las prácticas de políticos y empresarios, aunque eso no signifique poner ningún tipo de paño caliente, radica en las cuantías“. 

Nos tenemos que regenerar todos para que esto no continúe siendo la misma aburrida y vergonzosa historia otros quinientos años más. Se trata de no dejar pasar ninguna conducta irregular a tu alrededor, por nimia que sea. De lo contrario, tanta vestidura rasgada se quedará siempre en un mero ejercicio de hipocresía y como Lázaro de Tormes, seguiremos comiéndonos las uvas del ciego de tres en tres cuando él lo haga de dos en dos. Eso sí, arriesgándonos a que si nos pillan, del pedazo de tortazo que nos calcen acabemos con el ojo a la virulé y los dientes por el suelo. Pero mientras tanto…

J.T.

domingo, 1 de diciembre de 2013

La España en blanco y negro que el PP quiere resucitar



Regresamos a "Aquella España nuestra" a toda pastilla.

Volvemos al pasado cuesta abajo y sin frenos. Estamos en la época de internet, sí, pero los sabores rancios y el olor a naftalina se mezclan con los smarphones, las play stations y las xbox en una desconcertante simbiosis donde vuelven los efluvios de aquella España nuestra, "devota de Frascuelo y de María", que con tanto dolor de su alma retratara en su día Antonio Machado.

Gallardón con la criminalización del aborto, más papista que el papa; Wert con la demolición de la educación pública y desmotivando, con la subida del IVA, a acudir al cine y al teatro; Báñez, Montoro y de Guindos orquestando un contexto en el que los trabajadores, -los que queden, claro- aguanten sometidos, explotados, temblorosos y calladitos; Mato acojonando a los viejos, que vuelven a meter el poco dinero que conservan en el colchón para asegurarse medicinas y médicos cuando se pongan malitos, colchones que Montoro rastrea para meterles mano en busca de dinero negro, que para qué va a ir abuscarlo en los bancos, en los cortijos de los señoritos o en la contabilidad "b" de su propio partido...

Todo huele ya a aquella España nuestra "de las aras quietas, de las vendas negras sobre carne abierta" que cantara la malograda Cecilia. El opusdeísta ministro del interior (el opus dei siempre tienen que estar en medio) nos quiere empurar por salir a la calle, por enarbolar según qué pancartas, por increpar a según qué políticos, por insultar según qué banderas o por no cantar a "su querida España" con aquellos himnos felizmente olvidados. ¿Que eso no lo han dicho aún? Tranquilos, que todo llegará. Nos quieren devolver a aquella España nuestra, la de la sumisión de la mujer que promueve el arzobispo de Granada, la del insulto al moro y la desconsideración a los gitanos, la de la miseria, la de buscar el sustento a la desesperada...

Leo el libro de Jesús Pozo que "La Esfera de los libros" ha editado hace pocas semanas y no puedo menos que considerarlo premonitorio. Los retratos de la España de los años cuarenta y cincuenta que veo en él, todos inéditos, muestran el país al que los fachas que nos gobiernan parecen querer devolvernos sin remedio. Una España donde se hacían tortillas sin huevos y el tabaco era las cáscaras de naranja secas y trituradas, una España donde las energías y las horas se gastaban en la lucha por la supervivencia y no quedaba tiempo ni para pensar, y si te daba por hacerlo acababas en la cárcel. Una España analfabeta, donde las posibilidades que los pobres tenían de estudiar eran pocas y las becas para conseguir hacerlo menores aún.Una España donde cuatro millones de personas abandonaron sus lugares de procedencia para buscar en otros una ocupación que les diera de comer...

Salimos de aquello muy rápido, sí. Casi disparados, en menos de veinte años. Tan rápido que me parece que estamos en pleno efecto rebote, porque volvemos a encontrarnos más cerca de "aquellos años" de lo que nos creemos. Hemos vivido un teórico e ilusionante paréntesis que estos carcamales se han propuesto convertir en espejismo. Es como si quisieran cerrar un círculo y borrar un período de nuestra historia donde hubiéramos vivido un sueño en el que nos llegamos a creer, infelices de nosotros, europeos, libres, modernos y a salvo de la caspa y el meapilismo.

Seremos todo lo europeos que queramos, pero los somos para lo malo y no acabamos de verle la punta a nada de lo bueno. Menos mal que parece que aún somos ciudadanos. Aunque por el camino que vamos las leyes de estos fascistas que, con la coartada de haber ganado por mayoría absoluta, gobiernan a golpe de decreto, nos van a acabar convirtiendo en súbditos. Como en "Aquella España Nuestra" el libro en el que Pozo nos pone ante nosotros mismos y nuestra propia historia con fotos que funcionan como un espejo demoledor, las consecuencias de los destrozos de ahora pueden dar perfectamente, más pronto que tarde para una nueva edición actualizada  a la que llamar "Aquella... y esta España nuestra". Esta España en la que volvieron a hacer añicos nuestras libertades, nuestro bienestar y buena parte de nuestras esperanzas. Si nos dejamos, claro.

J.T.

sábado, 30 de noviembre de 2013

La muerte de Canal 9… ¿será la única?


Canal 9 no es solo Canal 9. Todas las televisiones públicas de este país son Canal 9. Por las siguientes razones: 

1. La televisión pública es cara, está mal administrada y en términos económicos la relación calidad-precio es escandalosa, ruinosa y muy, pero que muy mejorable. Las televisiones públicas, empezando por la estatal, han administrado siempre el dinero de los contribuyentes con largueza, desahogo y alegría. Demasiada alegría. 

2. Las televisiones públicas nunca han estado al servicio de los ciudadanos, sino de los intereses políticos del gobierno del que dependen. 

3. Las televisiones públicas, salvo históricas excepciones, siempre han estado comandadas por comisarios políticos a quienes lo único que les ha importado es velar por los intereses del partido que gobernaba en cada momento. Para eso los colocan y a fe que cumplen y han cumplido su cometido con indiscutible eficacia y competencia. 

4. A las televisiones públicas nunca les interesó la información. Salvo que sus gestores hayan podido llegar a estar convencidos de que la propaganda es información, claro. 

5. Las televisiones públicas fueron la cuna de la telebasura. 

6. Las televisiones públicas han despilfarrado, despilfarran y despilfarrarán. 

7. Las televisiones públicas actúan y han actuado contra la esencia de su razón de ser: ni han fomentado la cultura, ni se han preocupado por ser útiles a los ciudadanos, ni han sido jamás un servicio público a menos que entendamos como tal, por ejemplo, suplantar el cometido de las agencias matrimoniales para ancianos o dedicarse a hacer caridad con las víctimas de los recortes. 

8. Las televisiones públicas han funcionado siempre con sectarismo, con listas negras, en clave de sumisión y jugando con el miedo de sus empleados a la pérdida de una prebenda, un plus o una mamandurria cualquiera. 

9. Las televisiones públicas han matado las ilusiones y las esperanzas de cientos de profesionales que, una vez constatada la imposibilidad de hacer una televisión digna, optaron por aplicar mentalidad práctica, echarse a dormir y vivir cómodamente amparados por la legislación vigente. 

10. Las televisiones públicas instalaron en el desencanto a todo aquel que en algún momento porfió por elaborar un producto digno, decente y en línea con el espíritu de la existencia de este tipo de presunto servicio público. 

Pero en las televisiones públicas también, y a pesar de tanta queja, de tanto desencanto, de tanto desamor y tanto desánimo, muy pocos entre sus empleados tomaron en su momento decisiones drásticas, muy pocos se marcharon y, por supuesto nadie denunció. 

Hasta que la condena a muerte de Canal 9 fue irreversible, nadie dentro de ese canal tiró de dignidad para denunciar manipulaciones ni censuras, nadie porfió para llevar entrevistados vetados, como por ejemplo la portavoz de los afectados por el accidente del metro de 2006, invitada estrella en la madrugada de la “rebelión”. 

Ahora sí, ok. Pero ahora ya… es demasiado tarde. La rebelión de la madrugada de este 29 de noviembre en Canal 9 tenía que haberse producido mucho antes. 

Espero que tomen nota quienes viven y soportan las mismas tropelías que los profesionales de Canal 9 en otras televisiones públicas a las que, nunca mejor dicho, también les pueden quedar tres telediarios de vida. O menos. 

J.T.

viernes, 29 de noviembre de 2013

“Espacio Público” o la Red como plataforma para el debate político

Si cultura es lo que queda cuando se ha olvidado todo lo que se aprendió, debate es lo que se necesita cuando nos creemos que ya lo sabemos todo, que ya estamos de vuelta. Entre otras cosas porque eso nunca es verdad, por mucho que hayamos leído o aprendido. 

Pertenezco a esa generación que en los sesenta-setenta leía todo lo que caía en sus manos, que no perdonaba ni los prospectos de las medicinas. Tiempos de asambleas, de lucha en las fábricas y en las facultades, de movilizaciones y cambios, muchos cambios. A esa generación que, transcurridos ahora casi cuarenta años, ve cómo sus hijos -o nietos- adolescentes se hacen muchas preguntas y quisiera de vez en cuando poder contestarle alguna. O muchas, si se dejan. 

En mi caso, cuando me toca hacerlo, es decir cuando me dejan calentarles la cabeza, procuro al menos huir de la detestable tentación de contar batallitas. Para serles útil y no un coñazo tengo claro que debo ser lo más clarito y directo posible. Y es entonces cuando necesito recurrir a argumentos, reflexiones y citas que respalden lo que les cuento. Para momentos así es para los que vienen que ni pintados -lo siento por los muchos libros que duermen en mis estanterías- foros como “Espacio Público”, web recién nacida que, por la pinta que tiene, creo que me va a sacar de más de un apuro con rapidez. Y con eficacia. 

Cuando le cuento a mi hija que el PP miente al sostener que hay que bajar los sueldos y reducir el gasto en educación y sanidad para salir del hoyo ahora me puedo reforzar, por ejemplo, con ponencias como la del profesor Nacho Álvarez, que en “Espacio Público” explica con absoluta claridad que lo que hay que hacer es justo lo contrario, empezando por derogar la reforma laboral y por obligar a los ricos a que paguen más impuestos. 

Cuando hablamos de su futuro y le digo que para mejorarlo es fundamental no estarse quieta, moverse, participar e implicarse me sirven, y mucho, ponencias como las de Pedro Chaves o José Luis de Zárraga. Como se trata de textos abiertos al debate, eso me refuerza conversaciones en las que le digo que nadie está en posesión de la verdad por mucho que pontifique, que de lo que se trata siempre es de debatir, analizar, discutir incluso, y entre todos buscar soluciones útiles para la mayoría, no para los cuatro mangantes que usan el poder para robarnos, mentirnos e intentar acojonarnos. 

Yo creo que el cambio social es posible. Y creo también en que hay que luchar por emanciparnos de esos poderes fácticos que tienen la sartén por el mango. Lo creo y lo propago, intentando contagiar a esa juventud que más pronto que tarde tiene que ponerse manos a la obra para construir su propio futuro y el de sus hijos. Desde ya. No les va a venir nada mal contar para ello con foros como “Espacio Público”, la web que un grupo muy variado de personas ha puesto en marcha hace un par de semanas convencidas de lo imprescindible que es potenciar el pensamiento crítico, defender lo público y trabajar para cambiar los valores de una sociedad machacada por una derecha cuya política no solo no beneficia nada a los ciudadanos sino que nos deja cada día más indefensos. 

Un debate en la Red entre gentes con mucho que decir, y dotados de la suficiente autoridad moral y académica para hacerlo, a mí me parece un verdadero hallazgo y un impagable regalo para quienes estamos convencidos de que siempre queda mucho que aprender, y mucho por hacer. 

Las conciencias tienen que removerse, lo que se construya va a depender de nuestras ganas de pelea y de todo menos de estarnos quietos. El momento que estamos viviendo no es un momento cualquiera. Hay que ponerlo todo en solfa para contrarrestar la propaganda de la derecha y los efectos de su depredadora política. En ese contexto creo que “Espacio Público” llega como agua de mayo. Larga vida.

J.T.

martes, 26 de noviembre de 2013

No diga mediocridad, diga Rajoy


Que "el tiempo nos premiará con creces" el sufrimiento que nos producen las putadas que él nos está haciendo, va y dice el tío en su cada día más atrevida escalada de descaros.

Conozco a miles de “mosquitas muertas”, mucho más listos/as de lo que parecen, que descubrieron a tiempo la rentabilidad de la mediocridad para prosperar en la vida, pero la verdad es que nadie lo borda como Mariano. 

Cuando un sumiso consigue llegar arriba, gracias entre otras cosas a no haber sacado nunca los pies del tiesto antes de tiempo, lo habitual es que más pronto que tarde acabe soltándose el pelo para asombro y estupefacción sobre todo de quien lo promocionó pensando que era tonto. La mayoría de los mediocres son listos. Por eso el inteligente, si no es tan vivo como el mediocre, acabará estando en inferioridad de condiciones y tendrá muchas más papeletas para acabar fuera de la circulación. Que se lo digan si no a quienes se quedaron en el camino a costa de Rajoy. Que se lo digan a tantos como, presuntamente más brillantes que él, no consiguieron tener tan engañado al jefe como para que éste los designara a ellos en lugar de a este insustancial e insípido trilero. 

Si uno es mediocre pero sabe humillarse, al final lo consigue todo, decía Pierre de Beaumarchais doscientos años antes de que nacieran Aznar o Rajoy. La literatura le ha dedicado centenares de textos a este fenómeno, inspirados en la vida misma desde que el mundo es mundo, pero que si quieres arroz: no ha servido de nada. Quienes, llegado el día de ceder el testigo de su poder sea en una empresa, una secta, un partido político o una asociación de numismática tengan que decidir quién los sustituye será difícil, si depende de ellos, que no acaben optando por quien crean que les permitirá continuar mangoneando en la sombra o les transmita la tranquilidad suficiente para creer que lo dejan todo “atado y bien atado”. Luego, claro está, todos acaban saliéndole “ranas” a sus antecesores y negándolos tres veces antes que cante el gallo. 

Sólo una persona mediocre está siempre en su mejor momento, dejó dicho Somerset Maugham. Porque la mediocridad, es cierto, supone una excelente inversión para quien sabe administrar la paciencia con la misma pericia que la falta de escrúpulos. Solo quien tiene práctica en ejercer de don nadie durante años es capaz de actuar, una vez en el poder, como lo hace Rajoy. Sólo desde la mediocridad se explica esa caradura y ese incondicional sumisión a los bancos, a los empresarios, a los designios europeos… 

El mediocre suele preferir que otro dé la cara por él. Por eso Rajoy acaba hablando de la lluvia cuando tiene que salir al paso de cualquier “patata caliente” informativa: porque tarda en darse cuenta que, por mucho que mire a su alrededor, es a él a quien le toca torear ese toro antes o después. Y claro, acaba mintiendo descaradamente, legislando sin pudor, faltando a todas sus promesas y cabreándonos a todos menos a los bancos, a quienes el próximo viernes les va a regalar por la cara otros treinta mil millones de euros. Y además no se le mueve un músculo de la cara cuando admite, como ha hecho este martes, que lleva dos años puteándonos, sí, pero que el tiempo nos lo devolverá con creces. 

Nadie acaba siendo más dañino que aquel cuyo peligro no ves hasta que las cosas ya no tienen remedio. Debió humillarse tanto para estar donde está que él sí que se lo está cobrando con creces.

J.T.

Todos adulan a Susana


Vergüenza ajena me producen los lametones y las genuflexiones de tantos susanistas conversos que hace solo tres meses no la podían ver ni en pintura. Cuando se le hace la pelota a alguien descaradamente, ese alguien suele tener poder y el pelota miedo a pasar hambre. 

En el caso andaluz, los almibarados halagos prodigados a Susana Díaz durante los últimos días evidencian el miedo de muchos a dejar de seguir mamando de la suculenta teta de la que hay quien ha chupado diez, veinte y hasta treinta años seguidos o más. Ha sido tanto tiempo que hay quien descubre ahora que no tiene más oficio ni beneficio que el derivado de su capacidad de adular. 

Me maravilla la transmutación de tantos y la conversión con armas y bagajes de quienes hasta hace solo semanas la llamaban “la niña” y ahora les faltan tres telediarios para empezar a tratarla de “alteza“. 

¿Por qué ha sucedido esto? ¿Cuáles son los “méritos” de Susana Díaz? Parece claro que trabajando a la órdenes de Pepe Griñán debió hacerlo con tal eficacia a sus ojos y granjearse su confianza hasta tal extremo que éste no dudó en proclamar ante el mundo, recién nacido el pasado verano, que Susana Díaz era “su hija muy amada en la que había decidido poner todas sus complacencias”. 

Aún no han transcurrido cinco meses. Las reticencias, las resistencias y las desavenencias de los primeros días, crueles en algunos casos, han dejado paso a una sospechosa unanimidad de la que cabe deducir que se respalda a Pepe Griñán y a su tan criticada decisión de abrir la caja de los truenos. Un Griñán que ha conseguido irse difuminando a medida que su insospechada hoja de ruta iba adquiriendo forma. 

Ahora ya está. Susana Díaz, la “niña” de hace seis meses, ya no escucha menosprecios ni sufre ninguneos. La música ha cambiado y ahora solo suenan halagos y adulaciones a su alrededor. De cómo administrar estos comportamientos en el seno de su organización yo no osaría decir ni palabra, a tenor de cómo ha demostrado ella manejar las claves. 

Pero sí me gustaría dejar constancia aquí de mi empacho ante el comportamiento de los medios a la hora de tratar el fenómeno Susana Díaz. De los medios andaluces fundamentalmente, claro: Demasiado jabón. Parecían la prensa deportiva hablando de CR7: “Susana, la gran esperanza blanca”… 

Con tan poco tiempo como presidenta de la Junta de Andalucía, ni siquiera tres meses, todavía no existen datos objetivos para meterle mucha caña, de acuerdo. Pero tampoco para elevarla a los altares, por favor. Vamos a esperar un poco, ¿no? Pues no, el periodismo orgánico andaluz ha gastado estos días tanto incienso, a propósito de su proclamación como secretaria general del socialismo andaluz, que los vendedores de esta resina aromática van a tener que reponer existencias si no quieren quedarse cortos para semana santa. 

Yo no digo que Susana Díaz no sea la caña. Algo debe tener el agua cuando la bendicen, que dicen los católicos, pero si yo fuera ella no olvidaría aquel axioma que sostiene que las plumas más complacientes suelen convertirse en los peores rifles cargados y dispuestos a hacerte trizas al menor tropezón. Si en la política los cuchillos están afilados, en el mundo del periodismo, y más en estos tiempos en que tantos medios luchan por no desaparecer y tantos profesionales por sobrevivir, podemos estar hablando de verdaderos barriles cargados de pólvora. 

Si las subvenciones llegan en tiempo y forma y si los grifos de dinero no se cortan, tendrá menos problemas. Pero si a la presidenta Díaz se le ocurre meterle mano a los vicios adquiridos por un sector acostumbrado a funcionar durante treinta años de una manera cuya fecha de caducidad nadie cuestiona, empezarán los problemas. Los lametones y las genuflexiones continuarán, sea su destinataria sensible a ellos o no. La inercia de más de treinta años es mucha inercia. Y el miedo a pasar hambre, no te digo ya.

J.T.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Responsables de prensa, ¿periodistas o guardaespaldas?

Fernando Llorente y Marc Bartra durante la "accidentada" rueda de prensa en Guinea el 14.11.13

- Señor Rajoy, en mi aula somos 38 alumnos y estamos un poco apretados, ¿usted cree que con esto de la reforma en la educación corremos el riesgo de ser todavía más?
- Cuando yo estudiaba en Pontevedra éramos 40, le contesta el presidente, pero cuando tengamos dinero seréis menos.

La escena tiene lugar en palacio de la Moncloa durante una conversación de escolares con el principal inquilino del edificio. El chaval, dado el buen rollo que parece haber en el ambiente, pretende hacer otra pregunta, esta vez sobre la privatización de la sanidad.

- Pero la periodista no me dejó, le contaba el chico el pasado miércoles a Javier Casal durante la desconexión madrileña de "La Ventana", en la Cadena Ser. Me dijo que esas cosas no me interesaban,
- ¿Y tú estabas interesado?, le pregunta Casal
- Claro, yo estoy muy preocupado por lo que me pueda pasar si me pongo enfermo.

Escena dos: Guinea Ecuatorial. Rueda de prensa de dos veinteañeros, un vasco y un catalán, jugadores de la selección española de fútbol. Se les pregunta qué les parece jugar en un país sin libertades donde gobierna un dictador. Interviene la "periodista" del departamento de Comunicación de la Federación:

- Ellos no están aquí para hablar de esas cosas

Se arma el guirigay en la sala de prensa. Ante la insistencia de quien preguntó, los jóvenes Bartra y Llorente acaban soltando una atropellada respuesta intentando salirse por la tangente, lo que les cuesta que haya incluso quien los ponga a parir.

En las dos escenas, presuntos/as periodistas hacen lo contrario de lo que se supone que tendrían que hacer si realmente son periodistas. En Moncloa cortan a un chaval de instituto que le pregunta al presidente por la sanidad y en Guinea cortan a profesionales que preguntan a jugadores de fútbol sobre el país donde van a jugar. ¿Periodistas? Más bien cancerberos. El problema es que esto no sucede solamente en la Moncloa o en la Federación Española de Fútbol: periodistas que le cortan el rollo a periodistas los hay a miles. Ahora que se ha lesionado Víctor Valdés, seguro que hay algún "periodista-cancerbero" que podría competir con el bueno de Pinto para defender la portería del Barça con similar solvencia. Presuntos/as periodistas de muchos gabinetes de prensa y departamentos de comunicación harían bien en dedicarse al fútbol, al parapente o al aeromodelismo.

Yo no discuto la necesidad de ese cometido, pero para eso están los guardaespaldas, no los periodistas. Cuando un chaval, tras visitar la Moncloa, sale diciendo que una "periodista" no le ha dejado preguntarle a Rajoy por la privatización de la sanidad, vamos mal. Muy mal. Cuando, como en el caso de Bartra y Llorente, quien impide sus contestaciones a un periodista es otro periodista, algo falla.

Los periodistas que trabajan como asesores en los gabinetes de comunicación, si quieren ser llamados periodistas, tienen que comportarse como tales. Tienen que apostar por la transparencia y no por el oscurantismo. A ningún asesorado le ayuda que sus gentes de comunicación actúen de guardaespaldas. Un periodista de gabinete administra la información y, por supuesto, nadie puede esperar de él que actúe en contra de los intereses de quien le paga. Pero si se va a dedicar a entorpecer el trabajo de sus compañeros de oficio, más vale que se quite de en medio. Esa labor no la puede desempeñar alguien que se llame periodista. Que se llamen relaciones públicas, jefes de protocolo, responsables de marketing o comunity manager, pero periodistas no.

Un periodista no puede hacer lo mismo que aquel calvo alto y fornido que, como nos recuerda en su post de este domingo mi compañero Aníbal Malvar, apareció en un documental del Canal Plus francés echando el aliento y empujando a una periodista francesa para impedir que le preguntara a Felipe de Borbón por su cuñado Iñaki Urdangarín.

El periodista tiene que instruir y aleccionar a su asesorado, pero no puede ser su cancerbero. No puede hacer de guardaespaldas. Yo entiendo que el curro está muy difícil y que hay muchos periodistas que se ganan/nos ganamos la vida como podemos: a veces como agentes inmobiliarios, como camareros, o como dependientes de una carnicería. Pero cuando se dedican/nos dedicamos a estos menesteres los clientes no salen diciendo que el piso se lo ha vendido, o que la cerveza se la ha servido un "periodista" como sí contó el escolar de la Moncloa cuando salió dela visita.

Es verdad que al periodismo se dedican muchos piratas impresentables y que hay medios que denigran la dignidad de profesionales en programas y en informativos que producen vergüenza ajena. Pero eso... lo voy a dejar para otro día.

J.T.

viernes, 22 de noviembre de 2013

10 leyes que el PP nunca promulgará


Desaforados. Están desaforados. La semanita que llevamos, la del 38 aniversario del 20N, ha sido de aúpa. Nostálgicos quizás -dadas las fechas- de aquellos tiempos tan rentables y gozosos para sus papás, sus abuelitos y para ellos mismos, que continúan ahora perpetuando la casta, estos herederos de los golpistas que en su día nos metieron en esa trágica ruina llamada guerra civil van terminando de arrinconar su molesto disfraz de demócratas y mostrando ya sin rubor alguno sus verdaderas caras.

Tras dejar, en dos años de gobierno, el universo de los derechos laborales hecho unos zorros, tras no dejar vivo ni un solo derecho social, tras volver a hacernos sentir como antaño, con miedo a no poder pagar el médico si tenemos una enfermedad, con miedo a no poder pagar una medicina imprescindible, con miedo a que nos quiten la casa, con miedo a que nuestros hijos no puedan estudiar, con miedo a quedarnos sin pensión... se disponen ahora a rematar la faena cuestionando libertades innegociables.

¿Que nos hacen escraches? Ley para acabar con ellos
¿Que convocan movilizaciones por internet? Ley para que se les caiga el pelo a los promotores
¿Que graban y fotografían a honrados policías en el noble ejercicio de sus funciones de apalear manifestantes? Ley de Seguridad Ciudadana para meterles un puro a quien ose hacerlo
¿Que los barrenderos me montan huelgas que ponen las calles de Madrid hechas un asquito? Ley de Servicios Mínimos para que eso no vuelva a suceder.

A propósito de "mínimos" y de "seguridades", y con la ingenuidad que me caracteriza, me voy a permitir aquí sugerir "diez leyes, diez" que los ciudadanos estamos necesitando ya. 

1. Ley de Decencia Mínima cuando se gobierna
2. Ley de Cumplimiento Mínimo del programa electoral y contra la mentira
3. Ley de Vergüenza y Honestidad Mínimas en el ejercicio del poder
4. Ley de Caradura gubernamental Máxima
5. Ley de Servicios Mínimos al Ciudadano
6. Ley de Distancia Mínima entre el gobierno y los bancos
7. Ley de Mamoneo Máximo entre empresarios y gobernantes
8. Ley de Seguridad Ciudadana contra políticos trincones
9. Ley de Seguridad Ciudadana contra especuladores, ladrones y "sobrecogedores" varios
10. Ley de Preocupación Mínima por solucionar los problemas reales de los ciudadanos

Dado que tienen mayoría absoluta no les costaría nada hacerlo, digo yo. Claro que luego es capaz de llegar otro gobierno y tumbarlas como hizo el "desconsiderado" Zapatero con esa ley de Aznar en la que podían caerle cinco años de cárcel a quien se atreviera a promover un referéndum.

J.T.


martes, 19 de noviembre de 2013

Cómo buscarse la vida en internet… a pesar del gobierno



"El puesto de trabajo para toda la vida ha muerto. Nos enseñaron a ser mediocres para sobrevivir en el mundo laboral, y eso es una estafa. El mayor valor de un profesional es el talento. Nos da miedo arriesgar y eso beneficia a las empresas"

Estas son algunas de las decenas, cientos de frases, todas ellas por el estilo, que el pasado fin de semana escuché en Sevilla durante la celebración del Evento Blog España, el EBE 2013, la gran cita de la web social en habla hispana que ya va por su octava edición.

Las conferencias de este encuentro, considerado de referencia para los amantes y profesionales del mundo digital, tienen un tono estimulante y reconozco que asisto a ellas con interés porque son un semillero de ideas para sacarle partido a tantas posibilidades como ofrece internet. Pero no puedo evitar percibir en muchas de las exposiciones, talleres, puestas en común y actividades en general un cierto tufillo similar al que desprenden algunos libros de autoayuda.

"- El valor eres tú.
- Cuando dibujas tu propio mapa, la gente te sigue.
- Piensa en cuáles son las necesidades de tu cliente potencial y cómo piensas satisfacerlas."

Sin duda es de agradecer la puesta en común de experiencias profesionales realizadas en el mundo de internet por españoles que trabajan en Munich, Bruselas o Nueva York y que ayudan a abrir los ojos, proporcionan ideas e inducen a muchos a explorar caminos que pueden acabar convirtiéndose en soluciones óptimas para ganarse la vida.

Sin duda es bueno que quienes hacen apuestas y se arriesgan animen a quienes dudan sobre qué hacer con su vida a que se tiren a la piscina como en su día hicieron ellos. A mí me gusta arriesgarme y lo he hecho muchas veces pero he procurado no olvidar que se trata solo de una opción. Jugársela a cara o cruz no puede acabar convirtiéndose en una obligación. Que la gente esté dispuesta a buscarse el pan como sea no puede significar que le otorguemos carta blanca a quienes gobiernan para que nos recorten conquistas sociales y nos roben derechos laborales con el argumento de que quien apuesta por emprender acaba sacando la cabeza y ganándose la vida sin problema.

Creo que la lucha por salir adelante, buscando ideas en encuentros tan estimulantes como el Evento Blog EBE 2013, ha de combinarse con la pelea permanente por evitar que nos desmonten, una tras otra, las escasas piezas de ese endeble mecano llamado Estado del Bienestar que aún quedan en pie. 

Como la imaginación se dispara cuando te machacan, surgen opciones como el coworking, una iniciativa que permite a profesionales que no comparten empresa, ni tampoco sector de actividad, unirse para trabajar juntos en un mismo espacio. Así, explicaron los ponentes, se combate la soledad laboral y disminuyen los gastos. El coworking nace como uno de los efectos colaterales de una revolución laboral a nivel mundial, añadieron.

Pues mire usted, pues no. Vivimos una revolución, vale, una tormenta que cuestiona millones de actividades, negocios y maneras de afrontar la lucha por la supervivencia. La irrupción de lo digital en nuestras vidas tiene el carácter de verdadero tsunami, de acuerdo. Pero eso no puede convertirse en una coartada para que los de siempre aprieten tuercas, bajen sueldos y se dediquen a mandar gente al paro para salvar lo insalvable en lugar de reconvertirse y buscar salidas junto a los empleados y no mandarlos a hacer gárgaras.

Que ya apenas se pueda plantear que un trabajo sea para toda la vida no puede significar la liquidación del derecho a la estabilidad laboral de aquellos que trabajan para empresas cuyos dueños, que los hay, continúan ganando pasta a manos llenas. 

Los ponentes, moderadores y asistentes en general que han participado en el Evento Blog EBE 2013 eran en su mayoría jóvenes que no solo no están dispuestos a desanimarse sino que tienen miles de ideas. Pero no hay que despistarse: eso es a pesar de la gestión de quienes nos gobiernan. En ningún caso gracias a ella, no perdamos la perspectiva. Que nadie, y menos ningún político, ose interpretar estas actitudes como respaldo a la política de liquidación por derribo que el gobierno del pp lleva practicando durante los dos últimos años. 

Lo que existe es necesidad de sobrevivir, de sacarle partido a la creatividad. Y quienes se mueven lo hacen a pesar del gobierno, a pesar de tanto empresario instalado en el pleistoceno y a pesar de esos bancos saneados con nuestro dinero, con ese dinero que tan fenomenalmente le vendría a tanto emprendedor con ideas y con ganas de comerse el mundo como tuve la fortuna de conocer este pasado fin de semana en Sevilla. Eso sí, yo le quitaría al encuentro el tufillo a libro de autoayuda.

J.T.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Las memorias de Rajoy, ¿para cuándo?


Estoy deseando leer las memorias de Rajoy. Por eso quiero que se vaya cuanto antes. 

Tengo miedo que se pase la moda de las memorias de expresidentes, que dejen de hacer furor los libros de antiguos inquilinos de la Moncloa y ya no haya ningún editor dispuesto a soltarle una pasta a Mariano para que escriba obviedades trufadas con alguna que otra insolencia y las remate, como sus antecesores, traicionando confidencias a cambio de dinero. 

Deseandito estoy de ver cómo replica Rajoy a las descalificaciones de su otrora mentor. Quiero ver cuanto antes cómo ejerce de jarrón chino, aunque se forre haciendo bolos "everywhere" y ocupando cargos en agradecidos consejos de administración siempre dispuestos a recompensar servicios prestados. 

Cuando ya le hayan/hayamos dado la patada quiero ver cómo explica los tejemanejes de los extesoreros de su partido. Quiero saber cómo fueron esos largos ocho años que transcurrieron desde que José María lo ungió como sucesor, en detrimento del ahora denostado Rato, hasta que consiguió llegar al poder. Quiero saber cómo fue esa travesía del desierto, cómo salió airoso a pesar de perder dos elecciones y haberse despedido prácticamente en una de ellas desde el balcón de Génova. Quiero saber qué fue haciendo para cabrear cada vez más a su padre político. 

Quiero que se vaya Rajoy, quiero que se vaya ya porque no puedo estar más tiempo sin saber lo que pasaba en esos garajes de los hoteles o del senado por los que huía despavorido de los periodistas. Quiero saber cómo justifica todas las putadas que nos ha gastado: si obedecen a una vergonzosa y sumisa docilidad ante las instituciones europeas o, como le pasa al escorpión cuando pica, es que su carácter es ese y no puede evitar ser como es. 

Quiero saber si es capaz de explicar por qué traicionó su programa electoral, por qué prometió hasta que metió y, como suelen hacer los seductores baratos, "una vez metido, no cumplió nada de lo prometido". Quiero comprobar si de verdad no le da vergüenza haber proclamado a los cuatro vientos, con grandes portadas en la prensa amiga, que no tocaría la sanidad, la educación ni las pensiones, y luego montar la que ha montado. 

Yo por unas memorias de Rajoy, es que ma-to. 

Necesito que me cuente qué se había tomado el día que se puso a elegir su equipo de gobierno. Necesito que me diga con cuántos whiskies encima llegó a la conclusión de que personajes como de Guindos, Montoro, Gallardón o Fernández Díaz iban a ser "la caña". La caña de España. ¿O era algo más fuerte que el whisky? Porque para meter en la lista a Wert, Mato, Báñez o Margallo no sé yo si basta con estar bebido. 

Que se vaya ya Rajoy. Fuera. Pero no por lo que ha hecho, pobre, que seguro que él no quería y no ha tenido más remedio. Lo que quiero es que me lo cuente. Que me lo cuente en un libro como Felipe, como Aznar, como Zapatero, o como Fernando Ónega que va por ahí escribiendo ahora sobre el tiempo que pasó junto a Adolfo Suárez. 

Lo va a petar Mariano cuando cuente sus paseos en barco con Merkel por Chicago, sus flirteos con Obama o sus despachos con el rey tras saltar por los aires el tabú informativo de tantos años sobre la Casa Real. Y cuando saque a la luz toda su correspondencia íntima con Bárcenas, ¿qué me decís? Sus comparecencias en plasma, al lado de todo esto, van a quedar a la altura del betún, como su patético intento de censura a la entrevista que le hicieron en Bloomberg. 

No puedo vivir más tiempo sin que Rajoy me cuente por qué cree él que cayó en desgracia con pedrojota; estaré en un sinvivir hasta que me explique qué le llevó a promover una reforma laboral tan guai; no lograré conciliar el sueño hasta que no me pormenorice cómo consiguió bordar el gobierno más fascista y retrógrado desde que se murió Franco. 

Quiero que Rajoy se vaya ya. Ni él ni los editores deben desaprovechar la excelente racha por la que atraviesan las memorias de los expresidentes. Sería una pena que dejaran pasar ese tren. Aunque siempre, eso sí, lo podríamos tener de comentarista deportivo en el "Marca", su publicación de cabecera y junto a los sudokus, su distracción favorita.

J.T.