jueves, 28 de enero de 2016

¿Alguien sabe dónde están los sindicatos?

Con la que está cayendo, ¿qué puñetas están haciendo los sindicatos? ¿dónde están metidos?
Como decía aquella manida canción, ¿a qué dedican el tiempo libre?

¿En qué emplean sus muchas horas disponibles las decenas de miles de liberados que ocupan aparatosos despachos en suntuosas sedes sindicales? ¿Qué tienen que decir de la situación política? ¿Por qué están escondidos? No aparece ni un mísero suelto en algún recuadro en página par de algún periódico de provincias. Si alguien encuentra algo, que me lo mande por favor y lo copio y pego inmediatamente. Algo potente, me refiero, no solo notas de carril o totales de medio pelo.

Entro en el twitter de UGT mientras avanzo con estas líneas y leo las últimas cosas que han escrito:

- UGT carga contra Guindos por aventurar los datos del paro para sacar partido “electoral”
- Canarias, el personal del servicio de basura irá a la huelga los días 1 y 8 de febrero
- Las Urgencias de Valdecilla y Sierrallana, saturadas durante los fines de semana
- Los salarios de los profesores de Secundaria, los que más bajaron entre los docentes por recortes 

En Comisiones Obreras tampoco se hernian:

- Absuelven a Lola y Gonzalo de CCOO procesados por participar en piquete en huelga general 2012
- CCOO exige a la Dirección del Grupo Tragsa la reversión de los despidos y mayor información
- El Consejo de Europa critica los salarios de los menores en España

Igual no sé buscar bien, pero no consigo encontrar ni una sola palabra sobre el momento político que estamos viviendo: ni sobre los posibles pactos, ni sobre la necesidad de espabilar para solucionar los problemas de quienes lo están pasando mal, ni sobre las posturas de los partidos, ni sobre las barbaridades que se escuchan en boca de tanto histérico que no sabe qué va a ser de su vida... Como si de la santa iglesia apostólica y romana se tratara, cuando llegan los momentos de mojarse, los sindicatos se ponen tan de perfil como la secta de la sotana y el alzacuellos. Sin noticias de Toxo, ni de Cándido Méndez, este último más preocupado por el congreso donde se plantea su relevo después de ¡22 años! que por ninguna otra cosa.

Carmen Castilla, secretaria general de UGT Andalucía, escribió en su twitter una reflexión sobre la situación política ¡elpasado día 22!, hace ya una semana. Esto decía:

"Los ciudadanos asisten atónitos al espectáculo que hoy se está produciendo pero quién se preocupa por ellos? Creo que ya está bien!!!"

Punto pelota. Se refería al viernes en que acabó la primera ronda de consultas reales, cuando Podemos le ofreció al PSOE un pacto de gobierno y Rajoy "declinó" presentarse a la investidura ¡Ea! Hasta ahí puedo leer. Que se note mi preocupación, pero la puntita nada más. Claro que su colega de CCOO en Andalucía, Francisco Carbonero, tampoco es que se haya mojado mucho. Su último twitter relacionado con la situación política data del lunes 25. Decía esto:

"El vértigo a los acuerdos y el miedo a los cambios solo pueden provenir de quienes se preocupan más de sus intereses que de los de la gente".

Dicho sea con todo el cariño, ¿para cuándo el reseteado de los sindicatos? Si no existiesen, habría que inventarlos, pero a lo mejor lo que ocurre... es que habría que reinventarlos.

J.T.

Felipe, ¿por qué no te callas?

Querido Felipe, fuiste un encantador de serpientes, un jovencito dicharachero y seductor que conseguiste estar en el sitio oportuno en el momento adecuado. Te voté, Felipe, yo también te voté en el 82, pero ya te vi el plumero cuando pocos días antes del referéndum de la OTAN, nos dedicaste el chantaje más explícito de tu vida::

- Llamamos a votar SÍ a permanecer en la OTAN, dijiste. Si sale NO, tendrá que ser otra persona quien lo gestione.

Te habíamos votado porque prometiste un referéndum para sacarnos de la Alianza y lo convocaste para quedarnos. Nos vacilaste con todo el equipo. Fue la primera vez que nos chuleaste descaradamente. Años después, en 1993, redondeaste la faena cuando, habiendo perdido la mayoría, dijiste haber entendido el mensaje, y resulta que lo que entendiste no fue que tenías que mirar hacia tu izquierda, que fue lo que muchos creímos. Tú no, tu manera de entender el mensaje fue… inaugurar la saga de pactos con los nacionalistas de derechas que el tiempo ha revelado, en el caso de Catalunya, como un hatajo de ladrones que han acabado dejando en ridículo a los de la cueva de Alí Babá.

Continuaste luego mangoneando hasta que se te acabó la gasolina sin que nunca quedara clara tu responsabilidad frente a asuntos que llevaron a la cárcel a personas de tu máxima confianza. Pudiste haberte marchado con toda la gloria que alguna vez mereciste y acabaste yéndote prácticamente con el rabo entre las piernas. ¡Qué pena, con lo que tú has sido!. ¡Qué pena, lo mal que has envejecido!

Es una pena en lo que te has convertido pero, aún así, todo quedaría en la esfera privada y nada tendríamos que decir si, una vez retirado, te hubieras dedicado a tus cosas y punto. Pero es que no te estás quieto-parao ni un minuto y no dejas de dar por culo día sí, día no y el de en medio también. Y lo haces además, convirtiéndote en una estrella de las puertas giratorias y suscribiendo los postulados de la derecha más recalcitrante. Desde tu atalaya venida a menos continúas pontificando, dictando lecciones y diciéndonos a todos lo que tenemos que hacer si no queremos que nos castigue mamá Merkel, la troika y el resto de amiguetes con los que decidiste alinearte tirando por la borda cualquier momento de flaqueza izquierdista de los que pudiste tener en tu vida. Si es que alguna vez los tuviste.

Ya no cuela, Felipe. Ya no infundes respeto, ni mucho menos miedo. Lo de este jueves en “El País” rebasa todos los límites de previsibilidad de tu comportamiento: “Ni PP ni PSOE deberían impedir que el otro gobierne” afirmas en ese periódico este 28 de enero en primera, a cuatro columnas. ¿De verdad eres tú? ¿Qué queda de aquel Felipe que enamoró a más de diez millones de españoles en 1982? ¿O ya eras así por aquel entonces y conseguiste engañarnos a todos? ¡Qué pena, Felipe, qué pena!

J.T.

martes, 26 de enero de 2016

La mesa del Congreso copia a tve

Esto promete. El entretenimiento parece garantizado, sobre todo si los partidos de la probable gran coalición se dedican en el Congreso, como principal cometido y al estilo de tve, a estudiar la manera de tocarle las narices a Podemos lo más posible. Nada es igual desde el 20-D, pero a fe que donde menos igual va a ser es en el Parlamento, por mucho que se resistan quienes llevan en él toda la vida. Castigar a sentarse en el gallinero al grupo parlamentario de Podemos, tercero en número de votos, suena a travesura de patio de colegio cuyas consecuencias parecen poco meditadas. Porque si están muy pensadas... peor.

¡Invisibilicémoslos! ¡Pongámosles fuera del tiro de cámara! Que si montan un pollo con pancartas y esas cosas que hacen los rojos, que apenas se les vea y así el servicio de orden tenga fácil desalojarlos sin que las cámaras enfoquen los métodos de persuasión utilizados. Que apenas se les oiga, que parezca que no están, que estos bolivarianos amigos de Irán y de Eta ya sabemos el peligro que tienen.

Me imagino a los miembros de la Mesa, con los planos y el rotulador: más arriba, tú, que todavía se les ve mucho. Arrincónalos, y si es posible, que no les dé la luz. ¿No vísteis la infografía de Televisión Española el domingo electoral? Pongámoslos más o menos así.


¿No es maravillosa la coincidencia? Recordemos que la mesa del Congreso tiene nueve miembros, tres del PP, dos de Ciudadanos, dos del PSOE y dos de Podemos. Y que, a excepción de los miembros de Podemos, como es lógico, el vergonzoso dibujo final lo han aprobado todos los demás excepto el presidente de la Cámara, que ha admitido que el reparto es "mejorable".

¿Cuál será la próxima jugada, el próximo puteo, el próximo intento de humillación? ¿El cuarto oscuro?¿Cómo se lo pueden poner tan fácil a Podemos? En el fondo son celos. Pero como todos los aquejados de esta enfermedad, tardarán en darse cuenta que los celos funcionan básicamente en contra de quien los padece. A menos visibilidad en el parlamento, más los perseguirán las cámaras y los micrófonos por los pasillos y por el patio. Y ellos más se detendrán para atender encantados a todo aquel que le acerque una alcachofa.

Son torpes y muy miopes los miembros de la mesa del congreso que han decido mandar al ostracismo al grupo parlamentario de Podemos. ¿No se han dado cuenta que muchos de los miembros de la formación morada llevan bastante mal que los asalten a cada minuto? ¿Que apenas soportan que los plumillas y los foteros no los dejen dar un solo paso tranquilos?¿Por qué propician que exista más interés del que existiría si no se les criminalizara y provocara tanto? Luego dirán que la culpa es de las teles, que les hacen demasiado caso.

Relegar a los miembros del tercer grupo del congreso en número de diputados a los confines más recónditos del hemiciclo, a los lugares con peor tiro de cámara, solamente redunda en beneficio de los agraviados. Los dota de argumentos y de autoridad moral, y refuerzan su discurso cuando les llaman búnker o súbditos de la troika.

De ninguna manera podrán evitar la expectación que suscitará cada intervención en la cámara de un miembro de Podemos. De ningún modo podrán frenar a estos nuevos diputados que, no solo son gente bien preparada, sino que entre ellos hay buenos oradores, que iremos descubriendo a medida que intervengan en las sesiones, con una capacidad y un bagaje muy por encima de la media que hasta ahora conocíamos.

¿Cuál será el próximo paso? ¿pincharle las ruedas de la bicicleta a Juantxo López de Uralde para que llegue tarde a votar? ¿establecer un control de piojos y hurgar en sus melenas cada vez que entren y salgan? ¿poner duchas a la entrada y obligarlos a pasar por ellas antes de pasar al hemiciclo? Y si para perpetrar tamaño agravio no había suficientes votos, que los había con los cinco de nueve que suman PP y Ciudadanos, ahí estaba Micaela Navarro para poner la guinda, vicepresidenta del Congreso y presidenta del Partido Socialista Obrero Español. Sí, sí, presidenta del PSOE. Ya sé que lo sabéis, pero por si hay algún despistado por ahí, insisto para que por mí no quede.

¿Gratuito el gesto de Micaela? ¿O precursora señal de esa gran coalición que se dibuja en el horizonte, y que cada día que pasa parece más cantada? Por mucho que intenten esconder a los diputados de Podemos, como hace tve, no van a dejar de estar ahí. Ya no pueden evitarlo. Han saltado a este lado de las vallas y son sesenta y muchos. Entre todos representan a cinco millones ciento ochenta y nueve mil trescientos treinta y tres votantes. Son el altavoz de la indignación y la puesta en escena de las ineludible necesidad de cambiar las cosas. Y los van a tener al lado, por muy atrás que los desplacen. Más los escondan, más voz de la conciencia serán. Y a más gente acabarán representando.

J.T.

lunes, 25 de enero de 2016

Esperanza Aguirre empieza a vengarse de Rajoy

Allá por los años noventa, fue la mosca cojonera de Álvarez del Manzano y con José María Aznar de presidente, consiguió altas cotas de notoriedad al frente de Cultura, un ministerio menor para el PP al que ella se las ingenió para darle un fuste y un lustre muy particulares. Fue Esperanza Aguirre una controvertida presidenta del Senado y, cuando el destino le puso a tiro concurrir a la presidencia de la Comunidad de Madrid, oscuros episodios nunca aclarados (aquellos dos votos traidores -Tamayo y Sáez- que dejaron a Rafael Simancas con la miel de la presidencia en los labios) acabaron llevándola al cargo.

Con ella llegó a la política madrileña la época de mayor ignominia y oprobio jamás conocida en la región. Durante sus legislaturas florecieron tramas corruptas y se enriquecieron hombres entonces de su confianza, como Francisco Granados, que hoy esperan entre rejas ser juzgados por prevaricación, cohecho, blanqueo de capitales y otros presuntos delitos.

Nunca nadie consiguió hacer tanto destrozo en tan poco tiempo como Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid. Entre otras lindezas trituró la educación pública, troceó la sanidad para derivarla hacia el sector privado y prostituyó Telemadrid, donde sus comandos entraron cual elefantes en cacharrería y destruyeron en un plis-plas el buen hacer profesional que hasta entonces había caracterizado a la televisión pública madrileña.

Es una terminator en estado puro, agresiva, lenguaraz, metomentodo y conspiradora profesional. Implacable con sus adversarios y suelta, muy suelta de lengua a la hora de repartir dardos envenenados entre propios y extraños. No tuvo nunca demasiado feeling con Alberto Ruiz Gallardón, y algún micrófono traicionero llegó a pescarla llamando a alguien "hijoputa".

No sabe callarse ni debajo del agua, así que el sospechoso silencio al que nos ha sometido en las últimas semanas ha hecho que llegáramos a tener mono de sus gloriosas andanadas. Ya nos ha complacido, ha debido estar contando hasta mil antes de volver a usar el aguijón, pero estos últimos días, por fin, ha reventado ¿Contra quién, contra Podemos, contra Pedro Sánchez? Pues no señor, ha ido directamente contra Mariano Rajoy, al que Esperanza se la tiene bien guardada desde hace tiempo y ahora por fin empieza a encontrar la oportunidad de desquitarse.

Se necesita un gobierno de los tres (partidos: PP, PSOE y C´s. Con sacrificios, los que hagan falta; concesiones, las que sean necesarias”. 

Luego, según contaba Carmen del Riego en La Vanguardia, añadió:“Es verdad que entonces los electores no nos dieron la mayoría para gobernar, pero mucho menos se la dieron a Podemos. Le ofrecí la alcaldía al candidato Carmona -recordó. Incluso ofrecí mi retirada del grupo municipal popular. Pues mis argumentos de entonces son los mismos de hoy” Algo cuya traducción al castellano, lisa y llanamente sería: Antes de que vuelvas a gobernar tú, odiado Mariano, prefiero que el tripartito lo lidere Pedro Sánchez. Esta parte del discurso figuraba en el texto inicial, pero luego se lo debió pensar mejor, no lo pronunció así y se armó el lío: Sí, pero no; no, pero sí.

Condición y figura. Esperanza Aguirre no parece resignarse a dejar de salir en los papeles. Con tal de figurar, morirá matando. A día de hoy, la antaño mosca cojonera del alcalde madrileño Álvarez del Manzano continúa bien viva. Vivita... y coleando.

J.T.

domingo, 24 de enero de 2016

El moribundo Mariano está más vivo de lo que creemos

Si la cara es, como dicen, el espejo del alma, la de Mariano Rajoy desde el pasado viernes es un verdadero poema. Fíjense bien, por ejemplo, en las fotos de su visita al jefe del Estado: se le ve como más avejentado, prominente papada, galopante tonsura y un tinte del pelo sin su proverbial empaque. Es más, en alguna de las fotos de perfil, tanto en Zarzuela como en su posterior rueda de prensa en Moncloa, podría decirse que hasta usa peluquín, de lo desarreglada que lleva la media melena. El sábado en Córdoba, en la reunión que tuvo con la directiva de su partido, parecía tener la voz algo quebrada y no era capaz de enhebrar ni las frases más sencillas sin mirar los papeles del atril…

En una misma jornada, había recibido tres palos gordos seguidos: la oferta de Podemos al Psoe, la imputación a su partido por la destrucción de los discos duros de Bárcenas y la dimisión del número tres del entorno de Soraya por su presunta implicación en el oscuro caso de comisiones de la empresa Acuamed. Estaba abatido y le costaba disimularlo, pero como es un superviviente profesional, al negarse a la investidura encontró la manera de prolongar la incertidumbre, devolver la bofetada y de paso asegurarse las primeras páginas de los periódicos del sábado.

En otro día cualquiera los periódicos hubieran abierto a toda pastilla con la primera imputación a un partido político en la historia de nuestra democracia reciente. Incluso la dimisión de Ramos de Armas, tiempo trabajando codo a codo con Soraya, hubiera aparecido muy destacada en una de esas jornadas escasas de noticias. No fue el caso del viernes 22. Unos días tanto y otros tampoco. "Iglesias ofrece...": trending topic; "Sánchez contesta que gracias, pero que no hay atajos...": trending topic. Así que Mariano decidió no ser menos y terminar de redondear, con su golpe de efecto, una "jornada histórica" más en los pocos días que van de año. Menudo ritmo de jornadas históricas llevamos, pardiez!

La decisión de Mariano de no presentarse a la investidura fue un golpe de efecto a la gallega, quizás para complacer a su afición. O para desconcertarla, vaya usted a saber: no me presento, pero de momento, y cuando llegue el momento ya veremos si me presento. Cuando se le preguntó si contemplaba la posibilidad de que fuera otra persona del pp, y no él, quien acabara presentándose, el candidato intermitente pareció salir de su estado de postración y se revolvió: los votos el 20-D se habían conseguido con él como cabeza de lista, luego no era contemplable la posibilidad de ser sustituido. Tendría el alma atormentada, pero se defendía bien. La experiencia acumulada de tantos años le había resultado útil para competir el viernes en audacia con la osadía de Podemos.

Él también sabe sacar conejos de la chistera, jugar al póker... y esperar, sobre todo esperar. Además, está convencido que juega con las cartas marcadas a su favor. Que Merkel, el Ibex-35, Felipe González y Antonio Caño le harán el trabajo sucio hasta que Sánchez o quien haya de sustituirlo caiga rendido a sus pies. Este moribundo ya ha resucitado varias veces. Desde 2004, nadie daba un duro por él. Le pegaron otro revolcón en 2008, pero en 2011 se desquitó y miren ustedes por dónde va ya el hilo de la cometa.

Más vale pues que no nos dejemos engañar por la cara de derrotado que tenía Mariano el viernes. De este desconcertante personaje (tan torpe unas veces, tan flamígero otras) podemos -y debemos- temer siempre lo peor.

J.T.

viernes, 22 de enero de 2016

El día en que a Pedro Sánchez le "sonrió" el destino

Pocos días ha debido tener en su vida Pedro Sánchez más movidos que este viernes 22 de enero. El destino y sus sonrisas. Eran las doce y veinte del mediodía cuando Pablo Iglesias soltó la bomba en la sala de prensa del Congreso de los Diputados. Sin anestesia:

- Le he comunicado al jefe del Estado nuestra voluntad de formar parte de un gobierno del cambio con PSOE e Izquierda Unida, un gobierno plural y proporcional a los resultados del pasado 20-D. Tanto IU como Podemos -añadió- deberían contar con carteras ministeriales. Acto seguido, remataría postulándose como vicepresidente de un gobierno presidido por Pedro Sánchez.

Yo no sé si habrá gobierno del cambio, si iremos a nuevas elecciones o si al final se impondrá la gran coalición que patrocinan Cebrián y Felipe González. Pero, pase lo que pase, lo que no podemos negar es que Iglesias y sus adláteres le han puesto a esto de la política un punto de sal y pimienta que hasta ahora le faltaba a la ensalada.

Ya no le pueden echar la culpa a las tertulias de las teles de la proyección mediática de Podemos y de la expectación que despiertan allá donde van. La sala de prensa del Congreso había puesto el cartel de no hay billetes mucho antes de la hora prevista para la comparecencia de Pablo Iglesias tras su mañanero paseo por el monte de El Pardo disfrutando de los ciervos camino de la Zarzuela..

-¿Sabe algo de esto Pedro Sánchez?

- Solo lo sabe el jefe del Estado y ahora ustedes. Lo llamaré apenas pueda.

Poco antes, en la Zarzuela, mientras Pablo salía por una puerta, Pedro había entrado por la otra.

- Oye, Pedro, que me ha dicho Pablo que quiere gobernar contigo, le contó Felipe al líder del Psoe tras los saludos protocolarios de rigor.

Si a Sánchez, en ese momento, se le atragantó el desayuno, nunca lo sabremos

- ¿Descolocado yo? ¿Estupor? Ni mucho menos, nos contó el secretario general del Psoe en la rueda de prensa posterior a su encuentro con el monarca, pasadas ya las dos de la tarde. Aunque he de reconocer -continuó- que sí es verdad que ha sido el rey quien me ha informado de la propuesta de Pablo Iglesias. Entré sin gobierno y ya tengo hasta los ministros nombrados, remató buscando desesperadamente un punto de humor que no parecía acabar de encontrar con facilidad.

- Entonces, ¿contempla usted estudiar la oferta de Podemos?

- Respetemos los plazos, contestó Sánchez. No hay atajos. Hoy es el turno de Mariano Rajoy. Si no logra los apoyos necesarios el Psoe responderá a su obligación de lograr un gobierno estable, de progreso y que lidere el cambio.

"¿Que me queme yo en un debate de investidura? ¡Ni loco!", debió pensar Rajoy apenas tomó conciencia del terremoto que había originado la oferta de Podemos. Así que cuando se plantó por la tarde en Zarzuela, no tardó en declinar amablemente la oferta real de intentar formar gobierno. Caramelos envenenados, ninguno.

- Majestad, me parece que no me voy a presentar... de momento

- Hoy por hoy - explicaría poco más tarde en su comparecencia ante la prensa- no tengo la mayoría, luego no tiene sentido que me presente a la investidura. Es evidente, continuó, que lo que hemos conocido esta mañana afecta a mi decisión.

Sin ningún rubor admitió que lo que quiere es que no corran los plazos para unas nuevas elecciones. Y según el reglamento, hasta que no se celebre el pleno de investidura, no comenzará a correr el reloj que establezca un plazo de dos meses para que se disuelvan las Cortes si nadie consigue formar gobierno.
- Yo no renuncio a nada. Debemos dar tiempo al tiempo y margen al diálogo. Muy en su línea: dispuesto a acabar con la paciencia de todos y a ganar por agotamiento. Experiencia en el asunto, desde luego, no le falta.

- El psoe ha tenido el peor resultado electoral de su historia, pero aún así Pedro Sánchez puede ser presidente si quiere, había dicho Pablo Iglesias. Y añadió: "Que sea presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer"

Fue el único instante en que los miembros de Podemos que lo arropaban en su comparecencia esbozaron una amplia sonrisa. Hasta entonces Bescansa había permanecido todo el tiempo hierática, con el ceño fruncido y la mirada perdida; Errejón, cara de póker y gestos de asentimiento a lo que Pablo iba explicando; la jueza Rosell, sí, la más sonriente; Montero, la que más familiarizada parecía con los focos; Domènech, encantado de haberse conocido y el general Rodríguez, con la experiencia que le da la mili que tiene a sus espaldas, impasible y hermético. Estaba claro que eran conscientes de su "travesura", pero aguantaron el tipo.

La han liado bien y lo saben. A Sánchez le llueven las presiones por todos los flancos. Por la izquierda, por la derecha y por su Comité Federal, donde muchos de sus correligionarios lo esperan con el cuchillo entre los dientes en la reunión que tienen prevista para el próximo día 30 en Ferraz. Por la mañana, según Pedro Sánchez, era el turno de Mariano Rajoy, hasta que éste fracasara y sin atajos. Pero parece que algún atajo era posible, porque por la tarde la pelota volvía a estar en su tejado.

El miércoles 27 comenzará una nueva ronda de consultas. El tiempo pasa, los problemas no se resuelven y Rajoy, de momento, se fuma un puro. Como si tuviera todo el tiempo del mundo. O al menos esa impresión transmite,si nos atenemos a las últimas palabras que pronunció antes de dar por finalizada su comparecencia de este viernes por la tarde.

- No voy a entrar en las ofertas de Pablo Iglesias... ni en las sonrisas del destino.



jueves, 21 de enero de 2016

Las visitas a Felipe, una semana perdida

¡Menuda moral! ¿Con qué ánimo vamos a afrontar las semanas venideras, me pregunto, si el novato monarca va soltando por ahí, a las primeras de cambio, que tendrá que verse varias veces con los portavoces de cada partido político antes de que el Congreso consiga nombrar un presidente de gobierno? Le faltó tiempo a Felipe de Borbón el lunes para hacerle este comentario a Pedro Quevedo, representante de Nueva Canarias, el primer político que lo visitó en la ronda de consultas. Y a éste le faltó tiempo para contárnoslo a todos ¿Ingenuidad?

Tiempos de rey novato, tiempos de parlamentarios novatos, tiempos donde los profesionales del colmillo retorcido no acaban de asumir que se les ha pasado el arroz. Hay dos maneras de cambiar las cosas. Tomándose todas las molestias del mundo o por la vía de los hechos consumados. Mola la segunda, y está cuajando. En el congreso de los diputados tienen ya escaño quienes, hasta hace muy poquito tiempo, se encontraban al otro lado de la valla. Y ha empezado el conflicto. El conflicto con los usos y costumbres de muchos años, con los ritmos, lentos donde los haya; con el papeleo, los trámites eternos, casi infinitos; con la pesada y castrante burocracia…

Lo decía el otro día Xavier Domènech, líder de En Comú Podem. “Nos han votado para que las cosas dejen de ser como eran y aquí se empeñan en que hagamos las cosas como siempre se han hecho”. He ahí la madre del cordero. Hay que acatar aquello que se quiere cambiar, hay que seguir unos protocolos con los que no se está de acuerdo, hay que cumplir el caduco y extinto reglamento, hay que… Y al mínimo que te despistes te la meten doblá: reglamento, legislación vigente, ritmos tediosos, tediosísimos… Esta semana tocaba ir a ver al rey. Y a ello se pusieron. Salvo EH Bildu y Esquerra, todos los demás han tragado y han ido pasando, uno detrás de otro, a agachar el lomo ante un señor que nadie ha elegido porque las leyes en vigor así lo estipulan: el jefe del Estado propondrá un candidato a la presidencia del gobierno tras consultar a los representantes de los grupos parlamentarios. ¿Qué pasaría si ninguno de ellos hubiera acudido a la cita? ¿Por qué han ido?

En tiempos del ahora rey emérito, dado que siempre había habido un candidato mayoritariamente votado con escasa dificultad para obtener el respaldo, las cosas iban como la seda. Unas veces más seda que otras. Pero los resultados electorales del 20-D han cambiado el panorama y dejado en evidencia lo absurdo del procedimiento ¿Tiene sentido que se designe a un seguro perdedor? ¿Tiene sentido jugársela a ver qué pasa? ¿No sería suficiente con someterse directamente a la voluntad de la cámara y ahorrarse el trámite de la visita y las consultas? Aún así, como son unos pesaos, se eternizarían igualmente, pero al menos evitábamos un paso, ¿no?

En fin, que para que los visitantes salgan diciendo (dentro de la discreción que suele rodear este tipo de encuentros, otra cosa que no entiendo) que el rey les ha dado a entender que habrá que verse otra vez porque la cosa va para largo, para ese viaje… tampoco hacían falta tantas alforjas, ¿no? Desde luego, quienes aún calientan sillones en sus despachos están disponiendo de tiempo más que suficiente para no dejar ni rastro, para hacer desaparecer cualquier papel o documento comprometido. No se quejará el gobierno en funciones y sus adláteres. Ideal: eliminan todas las pruebas, borran los discos duros, algo en lo que ya han demostrado sobrada capacidad y reconocida competencia, y de paso cobran el sueldo tres o cuatro meses más. Con sus cotizaciones correspondientes completas, que la vida está mu mala.

J.T.

miércoles, 20 de enero de 2016

Cuando los periodistas se quedan sin fuentes


A los escaños del hemiciclo ha llegado la gente de la calle. A la sala de prensa del Congreso, no. Los políticos van asumiendo que tienen que entenderse todos con todos. Los periodistas continúan moviéndose en las mismas claves de siempre. Los políticos de antes van asimilando que no les vale con aplicar las plantillas de funcionamiento de los últimos cuarenta años. La prensa, en cambio, continúa con el mismo chip. No hay nada más aburrido que los titulares de los periódicos de los últimos días. Nada más añejo que esos análisis de los agudos comentaristas de siempre sobre el comportamiento de los políticos novatos.

Los mejores aliados de los políticos que no quieren que nada cambie son los periodistas. Se pasean por el hemiciclo y la cafetería del congreso, dan un par de vueltas y acto seguido se marchan a las radios y a las teles a despotricar en las tertulias: huelen mal, dicen, no proponen nada, se pelean por los sillones como toda la vida. Eso los tertulianos, porque luego están los plumillas que van de sobraos, esos que tantas páginas y páginas de periódico rellenaron en su vida conspirando y escribiendo en los bares de alrededor del Congreso.

Periodismo de convocatoria, periodismo de correveidile, ruedas de prensa sin preguntas, filtraciones interesadas, canutazos multitudinarios, periodismo de carril en definitiva que, en un gran porcentaje, es pilotado a distancia por redactores jefes que ya tienen pensado el titular, el enfoque y los ladillos mucho antes de recibir la crónica o la pieza para el informativo. Luego el director rematará la faena apostando en primera página por titulares tendenciosos y manipuladores, en los quioscos nos venderán cosas que maldito el interés que la gente tiene en conocer, pero con las que la propiedad quedará contenta porque, entre otras cosas, los dueños son los bancos y esas grandes empresas que no están dispuestas a que se les acabe el chollo. Lo de menos es vender periódicos.

Los medios no piensan en la gente cuando informan: piensan en los intereses de la propiedad. Conclusión: en fechas como éstas, cuando hay tantas cosas interesantes que saber, no nos enteramos de nada. Hacen el más espantoso de los ridículos durante semanas especulando y jugando a futurólogos, y luego pasa como en Catalunya: después de tres meses de historias para no dormir, el enjuague definitivo se hace en las últimas cuarenta y ocho horas, en sábado al mediodía y convocando un pleno a todo correr para el domingo por la tarde. Deprisa, deprisa, que nos pilla el toro. Después de tres meses largos de mamoneo.

- No sé la fecha. Lo que quiero es que haya pronto gobierno- decía este miércoles Patxi López al preguntarle cuándo cree que le propondrá el rey un candidato y cuándo piensa que podrá celebrarse el primer pleno de investidura. Ansiedad, impaciencia, incertidumbre, presiones, amenazas, todo se alarga mientras los periódicos ven pasar los días sin nada sabroso que vender. Así que a especular, a hacer encuestas, a jugar a las predicciones, a efectuar todo tipo de cábalas y de gráficos... Todo rancio, todo antiguo, todo innecesariamente cansino . Porque aún está vigente una ley que obliga a "evacuar" consultas con un jefe de Estado cuyas atribuciones sostiene una Constitución que lleva años pidiendo el cambio a gritos. Y claro, todos (o casi todos) acaban yendo a rendir pleitesía, faltaría más.

Los periodistas de siempre se han quedado sin muchas de sus fuentes. Sería bueno que, en esta nueva etapa, aprovecháramos para cambiar también la manera en que se relacionan los políticos y los periodistas: menos compadreo, menos filtraciones interesadas, menos intoxicaciones...y más información de la de verdad. Sobre las cosas que realmente interesan a los lectores que, mire usted por dónde, en principio son las mismas que los nuevos políticos dicen haber venido a resolver. Pues a ver.

Los diputados de antes trabajaban poco. y los periodistas que cubrían sus andanzas funcionaban en clave de sota, caballo y rey, nunca mejor dicho. Ellos y sus redactores jefes, y sus directores, y los propietarios de los medios para los que trabajan. Esto se tiene que acabar. La política tiene que cambiar, pero la información política también. Otra manera de hacer periodismo es posible. E imprescindible.

J.T.

sábado, 16 de enero de 2016

¿De verdad esto de la investidura tiene que ser tan lento?

¿No os parece que el ritmo al que van las cosas para llegar hasta la primera sesión de investidura es terriblemente lento? ¿De verdad es necesario emplear toda una semana entera para recibir a los representantes de los grupos parlamentarios? ¿Sólo tres cada día? ¿qué pasa, que hay que evitarle el riesgo de estrés al pobre monarca?

Este lunes 18, cuando esté a punto de cumplirse un mes desde que fuimos a votar, Felipe recibirá por la mañana en Zarzuela a los representantes de Nueva Canarias y Foro Asturias. Luego a comer, la siesta y a las cinco de la tarde una cita más, pero una. Con Ana Oramas, de Coalición Canaria. Luego, ¡apa!, a conciliar con las nenas y a decidir con Letizia la indumentaria del día siguiente. Corbata morada no, Leti, que luego va Pablo Iglesias y me felicita por twitter!

El martes 19 será el turno de UPN, EH Bildu y PNV. Le tocaba a Alberto Garzón (Unidad Popular), pero ha intercambiado su cita con el nacionalista vasco Aitor Esteban porque éste tenía problemas de agenda para acudir el miércoles, que es cuando la cosa parece que empezará a ponerse pelín interesante. Tras el despacho con Garzón, está prevista la conversación con... el primer grupo de los cuatro de Podemos (Podemos-En Marea-Anova-EU). Sí, sí, lo que les estoy diciendo. La Mesa del mismo Congreso que no les permite constituirse en Grupos Parlamentarios diferentes es la que ha remitido a la Casa Real sus nombres para que sean recibidos por separado en el período de consultas. ¿Cómo se come eso? Así que allí estarán "los de las Mareas" en el primer día de interés para las coberturas mediáticas. Después de los gallegos, los catalanes: los de Esquerra no acudirán pero los de Artur Mas, sí.

Pero hasta el jueves no empieza la traca: dos grupos de Podemos más (Compromís y En Comú Podem) abrirán una jornada cuyo remate será la aparición en Zarzuela de Albert Rivera. Y el viernes, señoras y señores, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Mariano Rajoy. Por este orden.

Se dará por cerrada así toda una semana con los periódicos exprimiendo especulaciones, difundiendo presuntas filtraciones, días de buscar como locos titulares reventones... Una semana más de suspense, conversaciones en los despachos y declaraciones sobre las que más vale (visto lo visto en Catalunya) que no nos creamos nada. Habrá transcurrido una semana más mareando la perdiz, a la que luego habrá que sumar el tiempo que Felipe tarde en proponer un nombre para la investidura: se convoca la sesión, si no hay acuerdo se produce una segunda votación y si tampoco hay éxito.... entonces comienza a correr el reloj: dos meses para buscar un presidente. Con otra nueva ronda de consultas en Zarzuela, -tranquilos, chicos, que las prisas son mu malas-  ya estaremos en Semana Santa. Y si no hay manera de conseguir un acuerdo, nueva convocatoria de elecciones, que se celebrarían dos meses más tarde (o sea, a finales de mayo).

¿De verdad no hay más remedio que aguantar todo este rollo? ¡Qué pereza! ¿no? A los tres meses y medio de suspense en Catalunya (y eso sin haber tenido que repetir elecciones) se suman ahora tres más en el resto del Estado que pueden acabar siendo cinco... para unas nuevas elecciones. Unas nuevas elecciones en mayo donde podría volver a repetirse la historia: de nuevo un mes para la constitución del congreso, y a continuación la ronda de consultas de Felipe (estaríamos ya en junio), otro mes para la primera votación de investidura... y llega Agosto, que capaces son de declararlo inhábil... Y si a los dos meses no hay acuerdo, ¡nueva convocatoria de elecciones! Estaríamos así ya en otoño y llegaríamos a Navidad de desatino en desatino.

¿Me equivoco mucho? No soy jurista ni tengo especial interés en meterme en ese jardín, pero el escaso sentido común del que soy propietario me dice (igual es una tontería) que seguro que hay otra manera de hacer las cosas, que tanto impasse no puede ser bueno salvo que alguien esté interesado en que la incertidumbre se perpetúe hasta el día del juicio final, que también puede ser. Si la única manera que encuentran de que todo continúe como está es ésa, la tragicomedia podría alargarse hasta el infinito.

Intentarán acabar con la paciencia de la gente a base de aplicar la legislación de manera literal. Hablarán de ingobernabilidad, de lo malo que es que no haya un gobierno estable y firme (es decir, la gran coalición) que aporte respetabilidad ante Europa y seguridad a los ciudadanos. Importará poco que se sigan olvidando los derechos sociales, que continúe aumentando la desigualdad. Lo que sea con tal de que quienes votaron a los perroflautas que llenaron de piojos el Congreso acaben arrepintiéndose de tamaña fechoría.

De verdad no se pueden hacer las cosas más rápido? "Agilizar el proceso", como se dice en finolis. En otros países es posible, ¿por qué aquí no? ¿Qué es lo que hay que cambiar? ¿Por qué no se ha hecho hasta ahora? ¿Por qué no se hace ya?

J.T.




viernes, 15 de enero de 2016

Los diez diputados andaluces de Podemos en Madrid

Yo lo que creo es que los de siempre no acaban de creerse lo que está pasando. Si Arriola no los hubiera llamado “frikies” el día después de las elecciones europeas, si Pedro y su padrino Felipe no los hubieran vituperado hasta el infinito durante los primeros meses de vida de Podemos, si hubieran tardado menos en darse cuenta de que no se trataba simplemente de cuatro indocumentados perroflautas, sino que eran un grupo de jóvenes estudiosos con experiencia política y los pies en el suelo…

Si Cayo Lara no los hubiera literalmente despreciado, si la “casta” no hubiera sacado todos sus cañones mediáticos y fiscales para intentar acabar con ellos por tierra, mar y aire, si todo eso no hubiera pasado… hoy no estarían frotándose los ojos incrédulos cuando ven cómo aquellos a los que llamaban bolivarianos, defraudadores, tuiteros sueltos de lengua y profanadores de capillas, además de gestionar ya buena parte de las ciudades más importantes del país y de haber sido determinantes en media docena de comunidades autónomas, rematan la faena ahora irrumpiendo en el Congreso con sesenta y nueve diputados.

"Prometo acatar esta Constitución y trabajar para cambiarla. Por la soberanía del pueblo, la justicia social y una España nueva, por la fraternidad entre los pueblos. Porque fueron somos, porque somos serán. Nunca más un país sin su gente”. Con ligeras variantes, estas fueron las palabras con las que prometieron su cargo los diputados de Podemos. La reacción de los atildados peperos, maleducados donde los haya a pesar de lo bien que huelen, fue abuchearlos mientras desgranaban sus promesas. Y por cierto, no funcionaban los micrófonos.

Avanzan y avanzan, pero no acaban de tomárselos en serio. Los únicos que sí lo hacen quizás sean los bancos, atónitos al ver pasar los meses y no recibir la visita de nadie de Podemos para pedirles pasta y poderlos así tener, al menos, pelín enganchados por la entrepierna. Pero en los cuarteles generales del pp y del psoe todavía siguen pensando que será flor de un día. Incluso en los de Izquierda Unida. En el caso de Susana Díaz, como de tonta no tiene un pelo, se ha dado cuenta ya que el esquema mental con el que afrontaba hasta ahora los cálculos, los pactos y las intrigas no le van a valer si no cambia el "chip".

Los diez diputados andaluces de Podemos en el Congreso vienen a sumarse a los quince del parlamento andaluz. Y a la alcaldía de Cádiz. Poquito a poco. Son diez personas competentes y comprometidas. El abogado David Bravo, diputado por Almería, tan solvente en su oficio como en el arte del monólogo. Mi amiga Noelia Vera, número uno por Cádiz, curranta como he visto pocas y tela de competente, como Isabel Franco, la representante por Huelva. A los demás no los conozco personalmente, pero sus trayectorias son las de gente responsable y comprometida. La misma tarde de este miércoles Auxiliadora Honorato, diputada por Sevilla, ha dejado ya registrada la primera proposición de ley de Podemos, en la que se insta a los bancos a ceder temporalmente viviendas vacías o desahuciadas.

Y todavía los siguen ninguneando. En eso precisamente, en no calcular bien el potencial de los nuevos protagonistas que han subido al escenario, reside uno de los principales fallos de los periodistas y políticos de toda la vida, acostumbrados a que las cosas continúen siendo como ellos decidieron hace cuarenta años que fueran. Han hecho lo posible por tumbarlos y no han podido. A partir de ahora les resultará un poquito más difícil.

J.T.

jueves, 14 de enero de 2016

Celia Villalobos, la "bien lavá"

Ya apuntaba maneras de leona indomable cuando, allá por los noventa, enseñaba cacha en aquellas tertulias que moderaba Jesús Hermida en Antena Tres Televisión. En los años 1994-95 formó parte del ejército femenino con el que Aznar le ganó por la mano a Felipe, con un psoe infestado de cuadros masculinos. Parecía hasta simpática Celia Villalobos por aquellos entonces y así, con aire desahogado, un cierto gracejo y oliendo bien, por supuesto, ella y otras tertulianas hermiditas consiguieron arrebatarle a los socialistas algunos de los ayuntamientos más emblemáticos del país cuando llegaron las elecciones municipales.

Han pasado veinte años. Fue cuando Teófila Martínez llegó a la alcaldía de Cádiz, Luisa Fernanda Rudi a la de Zaragoza y Celia Villalobos a Málaga. Acompañando a Rita Barberá, que llevaba cuatro años reinando en Valencia. En 1996, ya en la Moncloa, Aznar nombraría ministras a Isabel Tocino y Esperanza Aguirre. Todas se habían curtido en las lides tertulianas de Antena Tres, ¿no es maravilloso? Ninguna tiene poder ya. Ni visibilidad salvo ella, la gran Celia que, como buena malagueña, sabe nadar desde chiquitita y eso le permite flotar como un corcho por muy revueltas que anden las aguas. Y siempre bien "lavá", faltaría más.

Ahora en la oposición, Teófila y Esperanza continúan ladrando su rencor por las esquinas, pero les cuesta vender titulares. A Celia no. En su partido le temen y la ponen a caldo, pero son pocos los que osan toserle. Dejó la alcaldía de Málaga para convertirse en la peor ministra de Sanidad de la historia española reciente y, cuando no sabían qué hacer con ella, le buscaron una canonjía en el congreso de los diputados donde, de indolencia en indolencia, consiguió llegar a las más altas cotas de la vicepresidencia.

Desde entonces no ha dejado de regalarnos momentos memorables cuando le ha tocado ejercer de presidenta suplente. A Rubalcaba lo llegó a llamar "señor Pérez" con el consiguiente cabreo del susodicho, a su chófer lo insultaba y le pegaba gritos, calificó de "tontitos" a los discapacitados, se metió en complicados e inoportunos charcos en materia territorial y, para rematar, no se cortaba un pelo cuando se aburría y, sin disimulo alguno, se ponía a jugar al Candy Crush en su ipad tan contenta.

Como en la conocida historia del escorpión y la rana, Celia Villalobos no puede dejar de actuar así: es su carácter. Hace una semanas, la primera vez que coincidió con Pablo Iglesias en los pasillos del Congreso, no dudó en encararse con él, llamarle demagogo y soltarle una encendida filípica, muy ofendida ella porque a su partido se le tilde de corrupto. Y este viernes, revalidado ya lo que parece su casi vitalicio cargo de vicepresidenta (¡viva el cambio propiciado por el psoe!) la ha vuelto a liar a propósito de los diputados rastas de Podemos:

"A mí me da igual que lleven rastas, ha dicho en Radio Ncional, pero que las lleven limpias para no pegarme los piojos".

Se suma así Villalobos a la ya larga lista de actitudes histéricas que suelen caracterizar a los peperos a medida que van siendo desalojados de las instituciones o se ven obligados a compartirlas, como ahora es el caso. Ahí están, por ejemplo, los ridículos intentos de acoso y derribo a Manuela Carmena y sus concejales desde que tomaron posesión, o los enervados tuits de la impoluta Cayetana Álvarez de Toledo. Faltaban los exabruptos de Villalobos quien, quizás con mono de visibilidad, tenía que liarda parda cuanto antes para volver a salir en los papeles y que las redes le hicieran un poquito de caso, que la teníamos muy abandonada. A la pobre.

Al bueno de Patxi López, flamante jefe suyo, habría quizás que sugerirle que, ya que parece contrariarle que en el Congreso tengan lugar según qué tipo de "espectáculos" a tenor de lo que ha declarado este jueves, empiece por llamar a la prudencia a su incontinente, visceral y "bien lavá" vicepresidenta. Y ya puestos que le quite el ipad, ¿no?

J.T.

miércoles, 13 de enero de 2016

El bebé de Carolina

Continúa la caverna tragando quina y revolviéndose en sus asientos, incapaz de digerir que el aire empieza a entrar por las ventanas del Congreso después de casi cuarenta años de mal entendida solemnidad, de abrigos y perfumes caros, de engolamientos trasnochados y liturgias alcanforadas. En una palabra, de pamplinas innecesarias que convertían a los inquilinos del palacio de San Jerónimo en personajes estratosféricos a años luz de sus representados.

- Antes nos veíamos desde el otro lado de las vallas, Juan, me comenta Iñigo Errejón cuando nos cruzamos por los pasillos una hora larga antes del comienzo de la sesión. Hace frío en el patio cuando llega Pablo, a quienes muchos policías y conserjes sonríen sin disimulo, Juancho López de Uralde aparece en bicicleta, como Juan Carlos Monedero, invitado ilustre. No vi que lo cachearan, pero a José Manuel López, portavoz de Podemos en la Asamblea de la Comunidad de Madrid, invitado ilustre también, sí que lo registraron a conciencia. "Me preguntaban por una camiseta reivindicativa", me contaría López después. Noelia Vera, número uno por Cádiz, salía a fumar a un patio revuelto, nunca mejor dicho, donde Alfonso Alonso o Margallo paseaban de un lado a otro sus distinguidos esqueletos sin que nadie les hiciera ni puñetero caso. Solo han quedado 137 diputados de los de antes. 218 son nuevos en esta plaza, y de esos 218, la tercera parte han llegado hasta aquí porque la gente que los ha votado quiere que las cosas dejen de ser como eran.

Mientras Rajoy se escondía rápidamente en el despacho del grupo parlamentario, Soraya lucía su palmito por los platós y los estudios de radio. Cuando Rivera, café de máquina en mano, llega al estudio de Onda Cero, improvisado en uno de los pasillos, casi se da de bruces con Iglesias y manifiesta su contrariedad a sus asesores. No quiere cruzarse con Pablo, pero en la Cope entrarán a la vez y protagonizarán en antena un divertido minicombate de boxeo dialéctico. Pedro Sánchez reclama su móvil a sus ayudantes cuando finaliza una de las entrevistas. Va de bolo en bolo: ahora Susana Griso, ahora Pepa Bueno...

Despiste, mucho despiste. Los nuevos porque no saben ni dónde dejar los abrigos (muchos acabarán colgándolos en sus propios asientos) y los de siempre porque empiezan a intuir que la vara de medir lo que ocurre en el Congreso de los Diputados va a ser muy distinta a la que venía utilizándose hasta ahora. Los políticos, acostumbrados a tragar sapos, disimulan mejor, pero entre los periodistas habituales del lugar se percibía un incómodo desconcierto. Solo les faltaba decir de vez en cuando "Oye, que las cosas no son así". Acostumbrados como están a sus parlamentarios de siempre, a sus rutinas a la hora de hacer canutazos y comentar la jugada, empiezan a percibir que los sesenta y nueve perroflautas recién llegados, dispuestos como parecen a visibilizar su presencia todo lo que puedan, les van a complicar su hasta ahora plácida existencia.

Los políticos son nuevos, pero los periodistas no. Y se nota. En las tertulias empiezan a rasgarse las vestiduras apenas ven a Carolina Bescansa con el carrito camino del hemiciclo. Votará con el bebé en brazos y la caverna ya tiene carnaza para ponerla a caldo. Repetición de la jugada de la cabalgata de reyes en Madrid. Solo falta un tuit diciéndole que no se lo perdonarán nunca. Claro que Villalobos, siempre solícita ella, se acerca a precisarle que hay guardería en el Congreso. En el parlamento europeo hemos visto en diversas ocasiones a europarlamentarias amamantando a sus bebés en los plenos, en Italia también... pero aquí ya hay un argumento para acusarla de explotadora de niños, de narcicista, de buscar el protagonismo a toda costa... A pocos metros de ella se parapeta un presunto delincuente que acaba de abandonar el grupo popular acusado de cobros de comisiones, pero nadie habla de ello. Lo importante es el bebé de Carolina.

Llega la hora de jurar o prometer el cargo. Gloria Elizo, vicepresidenta de la mesa, es la primera de Podemos en hacerlo: "Prometo acatar esta Constitución y trabajar para cambiarla, para que se parezca más al futuro que merecemos construir. Nunca más un país sin su gente y sin sus pueblos". Cuando empieza el orden alfabético, pronto se descubre que cada parlamentario de Podemos va a utilizar una fórmula similar a la de Elizo para prometer el cargo. La pepera catalana Sánchez Camacho, a quien los suyos han buscado un apaño en la mesa del Congreso para que no se quede en el paro, lee los nombres de prisa, en un vano intento de ningunear las promesas de los parlamentarios de Podemos. ¿Por qué no funcionó la megafonía para que las palabras de cada uno de ellos quedaran registradas con nitidez? ¡Ah!

Los cuatro grupos de Podemos y algunos otros se extienden en sus promesas del cargo, en la línea de Elizo. A los tertulianos de radios y teles les falta tiempo para sacar los cuchillos: "Van a hacer interminable la sesión", comentan, "¿será legal esa manera de prometer el cargo?", rematan. Están de los nervios, descolocados, incapaces de asumir, así de golpe, el cambio de paisaje. Sí, Íñigo, sí. Se acabó el tiempo de verse al otro lado de las vallas.

J.T.

domingo, 10 de enero de 2016

Cristina e Iñaki. Nunca hubo un juicio igual

Me gustaría estar este lunes en Mallorca, con mis amigos de Overon, los técnicos de los satélites, los cámaras, los productores enloquecidos montando directos por un tubo. Cambiaría todos los juicios que me he chupado en mi vida, que han sido unos cuantos, por estar este lunes a las seis de la mañana pasando frío a las puertas de la Escuela Balear de Administración Pública, en el polígono Son Rossinyol. Cambiaría mis noches de guardia en los juzgados de Marbella, Alhaurín, Málaga, Fuengirola, Granada, Huelva, en la Audiencia Nacional y en las Audiencias Provinciales, mis madrugadas heladas a las puertas de los juzgados de Sevilla, el pasillo judicial más frío del mundo... todo eso lo cambiaría por encontrarme este lunes en Palma de Mallorca.

Los periodistas, y el público asistente -entrarán las primeras 35 personas que estén en la puerta a las ocho de la mañana- serán debidamente acreditados y cacheados, y solo podrán llevar encima lápiz y papel. Ni celular, ni tableta, ni nada que grabe ni fotografíe. Da igual, el espectáculo está servido. Periodistas especializados en política, en economía, en sociedad, en casas reales, paparazzi, -el juicio a los Urdangarín toca todos los palos- no pararán ni un minuto. Buena parte de los corresponsales extranjeros acreditados en nuestro país, y que habitualmente residen en Madrid, también estarán este lunes en Palma de Mallorca.

Hay que verlo, para contarlo con precisión hay que respirar el mismo aire que respirará Cristina, la primera persona de una casa real que se se va a sentar en el banquillo. Acudirá junto a su abogado, Miquel Roca i Junyent, padre de la Constitución de 1978, compañero de viaje, y de partido, de Jordi Pujol y representante en Madrid del ahora corrupto confeso durante toda la transición y años posteriores; líder en su día de la "Operación Roca", montada en 1986 por los grandes poderes de este país que se gastaron en él cuatro mil millones de pesetas para tumbar al psoe y no consiguieron que sacara ni un solo diputado... ¿No es maravilloso que una persona con tan lustroso y mosqueante curriculum haya sido el escogido por el ahora rey emérito para que intente librar a su hija del marrón en el que está metida junto a su espigado y espabilado marido?

En Palma querría estar yo este lunes, junto a mis amigos y compañeros de tantas guerras, para ser testigo presencial del momento en que Roca y sus defendidos hagan su aparición en los aledaños del edificio donde tendrán que explicar por qué hubieron de meterse en los líos que se metieron, por qué -nunca mejor dicho- se empeñaron en vivir por encima de sus posibilidades ¡Ay, la avaricia!

En todas las monarquías cuecen habas, pero habas tan gordas... Mira que son sabrosos los culebrones protagonizados por la familia real inglesa, las que ha liado Carlos hasta que se casó con Camila, las andanzas de Andrés y de Sarah Ferguson, los quebraderos de cabeza que da Harry, el hijo menor de Lady Di... los pollos montados en Mónaco también han sido sonados. Y ni en Dinamarca, Noruega o Suecia son precisamente mosquitas muertas. En la casa real belga se llegó a hablar de ciertos desvíos de fondos para gastos particulares, y en la holandesa de fondos en paraísos fiscales para pagar una casa en Mozambique...

De todos esos países hay reporteros este lunes en Palma, convencidos de que lo que van a vivir y a contar no tiene precedentes. Una organización sin ánimo de lucro llamada Nóos que hinchaba las facturas de los servicios que presuntamente ofrecía a instituciones públicas y que luego distribuía el dinero obtenido entre múltiples cuentas donde la pasta se diluía o se esfumaba sin que Hacienda se enterara en la mayoría de los casos.

Quiero que me contéis, amigos Paco, Victoria, Laila, Julia y tantos otros colegas cómo vivís todo esto. Me tenéis que decir cómo se ve al otrora "generoso" Jaume Matas, a Diego Torres, a la familia Tejeiro, a los políticos de Baleares y de Valencia encausados, a la augusta y graciosa pareja... palpad el ambiente por mí, impregnaos de todo lo que suceda, no os perdáis detalle y luego me lo contáis todo. No hay nada que sustituya a estar en el sitio donde ocurren las cosas. Por eso os envidio.

Aunque todo quede en agua de borrajas, como puede que suceda en el caso de Cristina por haber sido emplazada solo por la acusación particular y no por el fiscal, aunque las sentencias sean benévolas y las penas escasas, lo que comienza este lunes en Palma contiene ya en sí mismo una profunda carga simbólica. Es bueno que se perciba que quien la hace la paga, se llame como se llame. Y que, aunque sea tarde, le llega el día de presentarse en los juzgados para dar explicaciones. Es bueno que desaparezca la sensación de impunidad. Es bueno que por fin sea cierto aquello de que, del rey abajo, nadie se libra de rendir cuenta de sus actos. Será una foto potente. Este año 16 apunta maneras. Nunca tantos frentes estuvieron tan abiertos a la vez; nunca existió una sensación tan clara de que es posible conseguir que las cosas cambien, que los privilegios desaparezcan...

Este lunes once de enero, gran madrugón, gran acontecimiento, gran oportunidad.

J.T.

sábado, 9 de enero de 2016

Magistral golpe de efecto en Catalunya

Magistral golpe de efecto. La tarde de este sábado 9 de enero parecía tranquila en muchas redacciones cuando, de súbito, todo ha comenzado a adquirir velocidad de vértigo. Salvando las distancias, recuerda a otro sábado ya lejano del año 1977, cuando Adolfo Suárez decidió legalizar por sorpresa el Partido Comunista.

¡Teletipo con campanillas!:

"Carles Puigdemont será investido este domingo nuevo presidente de la Generalitat de Catalunya"

Pero... ¿quién es Carles Puigdemont?

Pues un señor que tiene cincuenta y cuatro años, que nació en Amer, municipio gerundense situado al norte de la comarca de la Selva y que es periodista de profesión. Trabajó en el diario el Punt, fue director de la Agencia Catalana de Noticias y director general del periódico Catalonia Today. En 2006 fue elegido diputado por CiU en el Parlament de Catalunya y ha continuado siéndolo hasta ahora. Desde 2011 también era alcalde de Girona. En las elecciones del 27-S ocupó la tercera posición de la lista de Junts pel Sí de Girona, detrás de Lluís Llach y Anna Caula.

En resumen: un tapado de libro, adecuadamente escondido para convertirse en el providencial conejo que acaba saliendo de la chistera justo en el momento en que parece que el show ha terminado. Como en las películas de intriga fácil, el bueno acaba desactivando la bomba que han puesto los malos cuando apenas quedan escasos segundos para que finalice la fatídica cuenta atrás.

Estos últimos días, tanto mareo de perdiz me tenía un poco harto, lo confieso. Pero este golpe de efecto, este acuerdo de ultimísima hora entre Junts pel Sí y la CUP, me ha reconciliado con esa capacidad que siempre ha existido en Catalunya de no arredrarse jamás por muy complicados que sean los desafíos. Me gusta. Me gusta que en esta aburrida politica española, la capacidad de sorprender no haya muerto. Me gusta que tanto futurólogo sabiondo se vea obligado ahora a comerse con patatas tanta sandez como llevan diciendo durante las últimas semanas.

Me parece estupendo que a tanto columnista sabelotodo se le haya cortado la digestión de la comida de este sábado. Me he hartado de repetirlo hasta la saciedad en los últimos días: No se debe decir "fú" hasta que no pasa el último gato. Todo el mundo vendiendo con aire triunfal las pieles de un oso que nadie había cazado aún. Titulares de prensa dando por muerto el procès, sesudos análisis descartando todo lo que no fuera repetir elecciones... Ahí quedará, en las hemerotecas, para la posteridad. Para su vergüenza y oprobio. ¡Listos, que sois todos unos listos!

Yo no quiero que Catalunya se independice, pero me gusta que la democracia funcione siempre hasta el último minuto y desde todos los ángulos posibles. Y el acuerdo para hacer presidente a Carles Puigdemont es impecablemente democrático. Este domingo por la tarde, merced a un pleno del Parlament convocado escasos segundos antes de que la bomba explote, Catalunya tendrá nuevo presidente de la Generalitat.

Celebremos la decisión. Celebrémosla porque la democracia ha triunfado y a partir de ahora tendrán que ponerse las pilas muchos de los que habían decidido dedicarse a dormir el sueño de los justos. No estaba todo el pescado vendido, Artur, pero tú te tienes que ir, hacerte a un lado junto a tu padrino Jordi y señora, y acompañarlos a declarar el próximo mes de febrero para que no se sientan solos. Los pobres.

Una vez celebrado debidamente lo ocurrido (esperemos hasta este domingo por la tarde por aquello de lo del "fú" del gato), ahora deberemos ponernos a trabajar para que lo que ocurra en Catalunya, que nos concierne a todos, no suponga ninguna patente de corso para nadie ni tampoco una coartada para llegar a pactos antinatura en el gobierno de la nación.

Decididamente, parece que este año 2016 está dispuesto a resultar francamente interesante.

J.T.


viernes, 8 de enero de 2016

El PP, la cabalgata de Madrid y la caspa


Cualquier piedra de una iglesia sevillana tiene tres veces más años que el edificio más antiguo de Nueva York. En el casco histórico de la ciudad escasean los sótanos con garaje porque pocos se atreven a meter la pala demasiado profunda cuando construyen, dado el alto índice de probabilidad que existe de encontrarse con algún vestigio milenario que acabe parando la obra. No he conocido nunca mayor reticencia a cualquier tipo de innovación que en Sevilla.

No soy nada sospechoso de no tenerle a los sevillanos y a Sevilla, donde pasé más de catorce estupendos años de mi vida, todo el cariño del mundo. Pero reticentes a los cambios son tela marinera. ¿Que van a tirar el muro de Torneo? Gran pollo mediático y ciudadano. Las fuerzas vivas en pie de guerra con la mosca detrás de la oreja. ¿Más puentes sobre el Guadalquivir, pa qué? ¿Que Moneo y Calatrava quieren meterle mano a la arquitectura de la ciudad? ¡Lagarto, lagarto! ¿Unas setas vanguardistas en plena plaza de la Encarnación? Columnas y columnas de airados plumillas poniendo el grito en el cielo por lo que consideran directamente un sacrilegio. ¿Que pretenden construir una torre más alta que la Giralda? ¡Anatema!

Yo nunca había experimentado este tipo de resistencia a los cambios en ninguna otra ciudad de las que he vivido... hasta este cinco de Enero en Madrid. Confieso que cuando comenzó el lío no lo entendí muy bien: primero fue un extraño revuelo en internet; más tarde supe que una aznarista de pro había escrito un indignado tuit jurándole a Manuela Carmena odio eterno como en su día hiciera Aníbal con Roma ¿La razón? Pues que el traje de Gaspar en la cabalgata de los reyes magos no era, al parecer, políticamente correcto y la hija de la susodicha pepera de Faes le había insinuado a su madre que no se tragaba la bola.

Después llegó el revuelo en las radios: locutores afectos a Moncloa y nostálgicos de Botella poniendo a parir a la alcaldesa por haber osado permitir tamaño tuneado en la puesta en escena de la cabalgata. Editoriales en periódicos, declaraiones de consejeros y concejales del pp madrileño: que si los trajes eran como cortinas de ducha, que si Locomía, que si Ikea, que si las coronas parecían del Burger King... Total, un escándalo.

Así que finalmente no tuve más remedio que interesarme por la dichosa cabalgata y buscar algún video en internet ¿Mi impresión? Que los del pp deben estar o muy aburridos, o muy de los nervios, o las dos cosas: no se puede proporcionar mejor propaganda a una iniciativa municipal por menos precio. No es fácil obtener tanta repercusión ni sacar tanto partido de un modesto guiño a la inteligencia del ciudadano medio. La ciudadanía siempre sabe estar por encima de polémicas artificiales, pierde poco tiempo en provocaciones casposas y suele valorar la imaginación y las ganas de innovar.

El éxito de la Cabalgata 2016 en Madrid ha sido indiscutible y rotundo y quienes se han dedicado a denostarla al final, lo que han hecho, ha sido situar el foco sobre un trabajo atrevido y distinto, y en consecuencia ponerlo en valor. Algo que, estoy seguro, halagará a sus promotores. Ocurrirá como ocurre siempre en Sevilla: al final acabará gustándoles la innovación y querrán apropiarse de su autoría apenas tengan oportunidad. Cuando el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín puso en marcha el proyecto vanguardista de las Setas de la Encarnación, le llovieron descalificaciones y hasta insultos durante meses, yo diría que años. Una vez terminadas las obras Juan Ignacio Zoido, su sucesor en la alcaldía por el pp, no perdía oportunidad de presumir de la iniciativa cada vez que se presentaba la ocasión.

Así son: primero ladran y luego reclaman el aplauso para lo que se puso en marcha a pesar de ellos. En Sevilla, esta manera de funcionar supone en sí misma toda una tradición que, si se me apura, hasta tiene su punto. Pero en la cosmopolita Madrid no es de recibo tanta caspa, y menos por tal nimiedad. No sé qué ocurrirá el año que viene, pero me malicio que si Carmena y su equipo continúan en esa línea, apenas la derecha tenga oportunidad de capitalizar el invento (esperemos que pasen muchos años), lo hará. Y cuando eso suceda, lo que eran horrorosas cortinas de Ikea y cutres coronas del burger king se convertirán en reconocidas apuestas de modernidad cuyo mérito no tendrán ningún pudor en adjudicarse.

J.T.

jueves, 7 de enero de 2016

Ese faltón llamado Antonio Burgos

Leo y releo la columna de Antonio Burgos de este 6 de enero en ABC y no doy crédito. Alguien un día debió decirle que era gracioso y el hombre se lo creyó. Pero como bien sabemos todos, seguro que él también, no es lo mismo caer en gracia que ser gracioso. Y Burgos lleva decenios cayéndole en gracia a lo más casposo y retrógrado de la sociedad sevillana y andaluza. Así que el augusto prócer de vez en cuando va, se anima y perpetra algún infumable libelo con el que complacer a lo más granado de su guerracivilista parroquia.

Me apena que una persona que ha sido capaz de escribir memorables letras de canciones, ensayos como “Andalucía, ¿Tercer mundo?” o novelas como “Las lágrimas de San Pedro” utilice a estas alturas su talento para la agresión y el insulto de la manera más zafia y chabacana:

“¿Tú has visto –se pregunta Burgos en su columna del día de Reyes- el uniformado flequillo de las tías que han mandado a por tabaco a Arturo Mas, a las dirigentes de la CUP separatista catalana? ¡Esos sí que son flequillos, y que se quiten El Cordobés y Oneto!” 

 Hasta aquí más o menos la cosa va. El apelativo de “tías” ya apunta maneras, pero pronto descubriremos que eso acabará siendo pecata minuta. No tardará mucho en calentarse el ingenioso escribano para continuar preguntándose:

“¿Por qué las tiorras separatistas, ora vascongadas, ora catalanas, ora de Bildu, ora de CUP, han de ser tan feas?” 

De tías ya ha pasado a tiorras. Y además, feas. Quiero que conste en acta que, como andaluz y como hombre, me avergüenza tener entre mis paisanos y mis congéneres a alguien capaz de utilizar su tribuna en un medio de comunicación para improperios como estos y como los que siguen:

 “¿Por qué tiene que pedir la separación de Cataluña un tío tan feo como Junqueras? ¿Por qué los de ERC tienen que usar esas camisas negras mussolinianas, que las ves por la tele y te tira para atrás su olor a sudorina, del tiempo que hace que no se la cambian?” 

¡Que no decaiga la provocación! Se conoce que a medida que iba avanzando en su invectiva, Burgos se iba gustando más a sí mismo, porque continúa:

“Y cuando hay uno que va de guapito de cara, como de anuncio de loción para después del afeitado, cual Arturo Mas, vienen Las Flequis y lo mandan a la mismísima Venta del Nabo. A su lado, Las Supremas de Móstoles son Miss España. A su lado, las tres fulimandús de can-can de Toulouse-Lautrec o de "saloon" del Far West que han hecho de magas republicanas en Valencia, son Miss Universo y Miss Mundo en una sola pieza”. 

Ni títere con cabeza parece dispuesto a dejar en pie. De juzgado de guardia. ¿Pero creen que el insigne analista se da por satisfecho con tamaña retahíla? Ni mucho menos, porque aquí viene el remate:

“En tiempos del Cardenal Segura se decía que las había "feas, feísimas y de Acción Católica". Ahora las hay "feas, feísimas, nekanes pelorratas y Flequis de la CUP". No es que quieran separarse de España: es que quieren que las echemos. Por horrorosas y antiestéticas” 

Creo que tener un espacio en un periódico no debe significar, bajo ningún concepto, barra libre para la agresión, el insulto ni el frentismo. Quiero denunciar públicamente esta manera de usar una columna de opinión, lamento que en mi oficio existan faltones como Burgos y defiendo que la caballerosidad, la urbanidad y las buenas maneras no tienen por qué estar reñidas con la discrepancia.
En el caso de Burgos, esto parece difícil porque ya llueve sobre muy mojado. En septiembre de 2009 llegó a llamar a las hijas de Zapatero, entonces menores de edad, “callos horrorosos” y el artículo fue posteriormente retirado de la web de ABC. Aunque con el de este 6 de enero llegaran a hacer lo mismo, habida cuenta de las muchas veces en que el autor suele escorar hacia planteamientos homófobos y misóginos, solo cabe preguntarse cuándo será la próxima vez.

J.T.

miércoles, 6 de enero de 2016

La ridícula solemnidad del corrupto mundo del fútbol

Cuando el corruptor y corrupto Jesús Gil y Gil se hizo cargo de la presidencia del Atlético de Madrid, allá por 1987, mi amor por los colores del equipo del Manzanares entró en crisis. Fue duro, muy duro, entender que había que aprender a discernir entre ser hincha por un lado, y por otro que el equipo de tus amores estuviera presidido por un desprejuiciado a quien el cumplimiento de la ley se la traía literalmente al pairo.

Antonio Asensio, otro entrañable vivales, decidió entrar en el mundo del fútbol el día en que descubrió que ciudades como Vigo o Sevilla eran capaces de salir a la calle en masa y montar memorables pollos para defender la permanencia de sus equipos en Primera División, y hacerlo con mucha más virulencia y determinación que si se manifestaran para reivindicar derechos laborales o sociales. "Si el fútbol es capaz de mover así a la gente, decía Asensio aquel verano del noventa y cinco, ahí tengo que estar yo".

Por aquel entonces ya había aparecido en el horizonte un tal Florentino Pérez, quien meses antes había osado disputarle sin éxito la presidencia del Real Madrid a Ramón Mendoza, otro que tal. Pérez había fracasado años antes en la política, había hecho sus pinitos en el mundo de la edición y prosperaba adecuadamente en el universo de la construcción, cantera de tantos prohombres y gentes de bien que, como él a partir ya del año 2000, eran presidentes de un equipo de fútbol.

Los innumerables focos proyectados sobre el mundo del balompié convierten a este fenómeno de masas como le llaman, en un vehículo ideal para transmitir valores y comportamientos ejemplares, pero no. En lugar de vender valores venden camisetas, el personal con aspiraciones se agolpa en los palcos dispuesto a hacer contactos y sacar tajada de tan suculentos encuentros, y muchos de sus prebostes mundiales abren telediarios y llenan primeras páginas de periódicos por protagonizar una y otra vez oscuros asuntos de corrupción.

Ahí tenemos, por ejemplo, los casos de Blatter y Platini, presidentes de la FIFA y la UEFA respectivamente, sancionados hace un par de semanas por cobros desleales y conflicto de intereses. Un vergonzoso escándalo por el que han sido apartados ocho años de toda actividad administrativa o deportiva relacionada con el mundo del fútbol. En España tenemos, entre otros, los casos de Manuel Ruiz de Lopera, José María González de Caldas, Ángel Lavín "Harry", Augusto César Lendoiro, Josep Lluís Núñez o José María del Nido. Todos se las han tenido que ver con la justicia y algunos incluso saben lo que es pasarse una temporada entre barrotes.

Más de treinta dirigentes del fútbol mundial están acusados de corrupción por  la fiscalía general de Estados Unidos, que asegura tener pruebas de millonarios sobornos tanto en la venta de derechos televisivos y compra de votos electorales como en la asignación de las sedes de los campeonatos mundiales de fútbol: desde Alemania en 2006 hasta Qatar 2022.

Luego está el fenómeno de los magnates rusos y los jeques del petróleo, haciéndose con la propiedad de buena parte de los equipos de fútbol más punteros del mundo y rompiendo el mercado de fichajes a golpe de chequera pagando cantidades indecentes de dinero.  Desde redichos como Valdano y cursis como Guardiola hasta catedráticos de la insolencia como Mourinho o Javier Clemente se hacen o se han hecho de oro al socaire de un fenómeno de masas protagonizado por una cuadrilla de niñatos analfabetos a quienes, con veintipocos años, les sale el dinero por las orejas.

Y personajes como Florentino Pérez, francamente, me descolocan. Me confunden esas ínfulas, casi de jefe de Estado, con las que se empeña en dotar de ridícula solemnidad ya sea la renovación de Sergio Ramos o la investidura de Zinédine Zidane ¿A qué viene tanta pompa y boato? La corrupción de algunos de sus dirigentes hace mucho daño al fútbol de toda la vida, al mero y estricto carácter de deporte y espectáculo que debería tener. Pero la parafernalia con la que el presidente del Real Madrid tiende a revestir cualquier actividad rutinaria del club queda, cuando menos patética.

J.T.



lunes, 4 de enero de 2016

2016: Cómo ha cambiado el cuento

El 3 de enero de 2014 faltaban aún 14 días para que naciera Podemos y, fuera de Catalunya, pocos sabían qué eran exactamente las Candidaturas de Unidad Popular (CUP) que, por primera vez en su historia, ocupaban tres escaños en el Parlament desde finales del 2012.

Dos años justos después, en plena resaca aún de las fiestas de Año Nuevo, la política española giraba el primer domingo de 2016 en torno a las decisiones que pudieran tomar estas dos formaciones políticas. Mucho ha cambiado el cuento. Los periódicos y  los partidos políticos de toda la vida continúan intentando analizar lo que sucede con las claves de siempre y todos se van estrellando, pero insisten.

Que el futuro de Catalunya y, en consecuencia, el de toda España, lleve más de tres meses pendiente de un grupo hasta ahora ninguneado, pero firme en sus convicciones e inequívocamente demócrata, es un elocuente guiño del destino para que espabilemos y nos dejemos de pamplinas. El momento político que vivimos está sugestivamente abierto y exige poner la imaginación a funcionar. Estamos, entre todos porque todos hemos votado, propiciando una nueva manera de hacer y pensar en política. Tanto en Catalunya como en el resto de España los votantes lo hemos entendido, y por eso los resultados son los que son. Los que vienen dedicándose a la política desde hace decenios lo intuyen pero se resisten a admitirlo porque eso supondría cuestionar, por no decir dinamitar, sus referentes de funcionamiento hasta ahora.

El mundo del cronista político (tan infestado de "casta" como las instituciones) se empeña en analizar todo lo nuevo que ocurre utilizando las mismas claves de siempre. Resbalan y se equivocan a diario pero parece importarles poco. Ya acabará la realidad, parecen pensar, ajustándose a sus agudos análisis.

Interpretan cifras, hablan de reparto de prebendas y juegan a adivinar lo que pasará ateniéndose a los esquemas de siempre: mayorías aritméticas, trozos de pastel, gitaneo y mamandurrias varias... Intentan hacernos creer que solo se puede negociar y pactar como González o Aznar lo hacían con Pujol y Arzallus, y rechazan toda insinuación en la que se les plantee que las cosas no pueden continuar siendo, ni haciéndose, de la misma manera que siempre.

No es que Podemos, En Comú, las CUP, las Mareas, Compromís no vayan ya por ese camino. Es que, si por casualidad se les ocurriera ir por ahí, saben de sobra que estarían firmando su propia ruina. Han vendido honestidad, decencia y una manera diferente de hacer las cosas en política. Bien, pues aquí tienen la oportunidad. Servida en bandeja de plata, y los estamos esperando. Si las fuerzas emergentes cumplen lo prometido y no olvidan el discurso que les puso donde están, las varas de medir el funcionamiento político de los últimos cuarenta años ya no sirven.

Pero la resistencia a entender esto, por parte de los partidos políticos de siempre, y también por los vetustos medios de comunicación, continúa siendo demasiado fuerte. Les cuesta digerir tanta novedad en tan poco tiempo. Han hecho lo imposible por hundir en la miseria a quienes llamaban a la puerta, los han ninguneado y vituperado hasta la extenuación, pero parece que el tiro les ha salido por la culata.

Siguen frotándose los ojos, quienes han venido partiendo el bacalao durante los últimos decenios, pensando que están viviendo una pesadilla de la que les gustaría despertar. Todavía no acaban de entender cómo es posible que cuatro perroflautas de Podemos y las CUP les hayan robado la cartera. Así lo piensan pero están muy equivocados porque ni eran cuatro, ni eran perroflautas, ni se han dedicado como otros a robar, durante años y a manos llenas, el dinero de todos.

J.T.