martes, 30 de junio de 2015

Grecia y las mentiras de la Unión Europea


La UE es mentira
La solidaridad entre los pueblos de la Unión es mentira
El euro fue una engañifa
Que nuestras vidas iban a mejorar juntos era un bulo
Nos han estado contando cuentos chinos durante treinta años
Nos han engañado, nos han estafado, nos han robado...

Nos dejaban sin industrias y nos callábamos. O casi. Nos obligaban a producir menos leche y tragábamos. Nos ninguneaban en los planes de investigación y desarrollo, y nosotros chitón. Nos subvencionaban la renuncia a según qué cultivos y nosotros, contentos con las migajas. Empresas rentables cerraban para ser trasladadas a países emergentes. Éramos caros, decían. Pero los hoteles y el ladrillo nos iban a sacar de pobres y acabaríamos atando los perros con longaniza. ¡Malditos vendemantas!

Fuimos unos pardillos en manos de gobiernos sumisos, de gobernantes como Felipe, Aznar o Zapatero, encantados de codearse en Bruselas con los poderosos y sin demasiado interés en poner peros a las órdenes que allí recibían.

Tenemos que remar en la misma dirección, decían, que las frases hechas nunca pueden faltar. Pero este tópico encerraba una traducción brutal. En castellano, portugués, italiano o griego, lo que querían decir los prebostes comunitarios era: nosotros los del norte, alemanes, franceses y demás os subvencionamos con Fondos Europeos, nuestros bancos os prestan dinero barato para que os compréis la casita de vuestros sueños, os vendemos los productos que no os dejamos producir y cuando os tengamos hipotecados hasta la mayoría de edad de vuestros nietos, entonces... os vais a enterar de lo que vale un peine.

Los ciudadanos de los países del sur llevamos mucho tiempo enterándonos. Sufriendo en nuestras carnes la desconsideración de tipos como Rajoy o de Guindos, plegados incondicionalmente -porque ellos sí que son un gobierno serio- a los mandamases de Bruselas. Los han malacostumbrado tanto, que los gerifaltes de la troika han sido incapaces de entender que de pronto aparezca alguien y, como ha hecho el gobierno griego, pegue un puñetazo encima de la mesa, les plante cara y diga hasta aquí hemos llegado.

Plantar cara dentro de un orden, porque la última oferta que Grecia presentó al Eurogrupo implicaba enormes concesiones. Pero ni así. El FMI quiere sangre. No quiere que los griegos paguen sus deudas subiéndole los impuestos a los ricos, por ejemplo, que sería lo lógico. Quieren que se suba el IVA de los alimentos básicos y bajen las pensiones. Quieren, en resumen, reventar a los más débiles, que se continúe con las medidas que han llevado al país al desastre.

Sin explicar nunca por qué la deuda es la que es, quién pidió prestado tanto dinero y en nombre de quién, quién lo prestó y cuál fue su papel, por qué las deudas privadas se convirtieron en públicas, quién se benefició...

Nunca agradeceremos suficiente a Tsipras y a Varoufakis que hayan apostado por plantar cara. A pesar de que Rajoy, el jefe del "gobierno más serio jamás conocido", se dedique a ponerlos de vuelta y media. Todo era mentira. Todo es mentira. Nunca hubo una Europa de la solidaridad, nunca hubo ganas de igualdad, nunca existió verdadera intención de proporcionar a todos los ciudadanos europeos la misma calidad de vida, los mismos derechos, las mismas oportunidades...

No piensan perdonar la decencia, la honestidad y la coherencia del gobierno griego, y a lo mejor nos toca a algún que otro país del sur pagar también las consecuencias del cabreo de los prepotentes. Pero ya lo estamos pagando con tanto recorte, tanta política de austeridad y tanta milonga. El gobierno griego ha dicho basta porque ya no le quedaba nada que perder ¿Y a nosotros, nos queda mucho?

Igual hay algo positivo en que los supercicutas de Bruselas hayan decidido por fin quitarse las máscaras y amenazar sin disimulos a los gobernantes griegos por el mero hecho -democrático, no lo olvidemos- de "osar" convocar un referéndum para preguntar a sus conciudadanos si aceptan o no las imposiciones de la troika: igual así expresiones como "bien común", "solidaridad", "proyecto compartido", "justicia", "lucha contra la pobreza" y demás conceptos similares no salen ya nunca más de sus sucias bocas. ¿O sí?

J.T.


miércoles, 24 de junio de 2015

La muerte de la enseñanza de la literatura

Se cargaron el latín por lo militar. Ni los curas saben ya qué significa "Introibo ad altare Dei", ni mucho menos el "Suscipiat" o el "Orate, fratres". El latín ayudaba a pensar, un peligro, ponía en orden la mente, peor aún, te ayudaba a entender mejor tu propio idioma, a expresarte en él con mayor corrección... Mucho riesgo para el poder, en manos de inseguros desconfiados e indocumentados, sobre todo en el ministerio mal llamado de Educación, desde hace tantos años.

Luego devaluaron la enseñanza de la filosofía. Descartes, Kant, Feuerbach, Schopenhauer... al baúl de los recuerdos, uhúu... Se empieza por Platón y se acaba con Marx y Engels y... claro, luego te salen listillos y cualquier pimpollo es capaz de montarte un Podemos apenas te descuidas.

Más tarde le llegó el turno a la música. Despreciaron su importancia y relegaron la enseñanza de esta disciplina robándole a los alumnos su derecho a disfrutarla y a mejorar su sensibilidad. A ser cultos, en definitiva. Una de las secuencias más impactantes de la película franco-mauritana Timbuktu, dirigida en 2014 por Abderrahmane Sissako es cuando los islamistas radicales torturan a quienes osan escuchar música a hurtadillas. Pues eso.

Ahora le toca el turno a la Literatura. A partir del próximo curso, dos horas a la semana y vas que te matas. Además, no contarán para la nota de selectividad ni entrarán en las futuras reválidas que prevé la ley Wert. Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) la llaman. ¿Se puede tener más cara? ¿Se puede ser más desaprensivo?

Arrancar de cuajo las humanidades de la enseñanza es privar a las generaciones que ahora crecen en nuestro país de un instrumento imprescindible para amueblar sus mentes y reforzar su sensibilidad. Es una verdadera pena constatar cómo la capacidad de expresión de muchos jóvenes es ya inversamente proporcional a la habilidad que poseen para escribir mensajes en sus teléfonos "inteligentes" a toda velocidad. Teléfonos que incluso les corrigen vergonzosas faltas de ortografía producto de una educación directamente denunciable.

Lo único que leen son los mensajes del "guasap". O los tutoriales de internet para aprovechar al máximo las capacidades de la aplicación de moda. ¿El Arcipreste de Hita? ¿El Cantar del Mío Cid? ¿El Lazarillo? ¿La Celestina? ¿Cervantes? Bueno, Cervantes sí, pero porque estos días han hablado mucho en la tele del hallazgo de sus presuntos restos. Todavía los veinteañeros quizás sepan que Cervantes fue el autor de "El Quijote" y hasta es posible que alguno, por equivocación o por obligación, se haya tomado la molestia de leer alguno de sus pasajes. A partir del próximo curso escolar, se acabó. Ni Galdós, ni Clarín, ni Valle Inclán, ni mucho menos García Márquez.

El acoso y derribo a la cultura y al conocimiento es tan escandaloso como el escaso nivel de protesta ciudadana ante tamaña fechoría.

Saldremos muy tocados de los desmanes de Wert y sus antecesores al frente de Educación. Es uno de los cambios fundamentales que hay que hacer apenas la gente decente recupere el poder. Será complicado evitar el daño en alguna generación, pero si algo debemos a quienes vienen detrás nuestro es dejarles un panorama mejor que el que nosotros recibimos. Y eso, que no está ocurriendo en casi ningún ámbito, en el mundo de la cultura, en el de la educación... es todavía peor sin que sepamos hasta cuándo.

Le hemos dado nuestra lengua a más de quinientos millones de personas en el mundo y nosotros, quienes la parimos, somos los que peor la hablamos, los que menos recursos lingüísticos demostramos, los que usamos un vocabulario más pobre y escaso, los que nos expresamos con menos riqueza de léxico y de matices... Y para redondear la faena Wert, en estos sus eternos días de una despedida que no llega, nos añade una amarga píldora más a su nociva y vomitable herencia: una enseñanza devaluada de la literatura, a la que hay que sumar las tropelías cometidas antes con la historia de la filosofía, la música o el latín.

J.T.

  

sábado, 20 de junio de 2015

Mariano el radical



durisimo-rifirrafe-entre-rajoy-y-sanchez-por-los-pactos-con-podemos-6052019Que personajes de la catadura de Mariano Rajoy tilden a sus advesarios políticos de “radicales” no deja de ser todo un piropo para los destinatarios de tal calificativo habida cuenta que eso que él y los suyos llaman radicalidad consiste básicamente en preocuparse por los problemas de los más débiles y hacer lo posible por eliminar la desigualdad.
Si el vocablo radical posee alguna connotación peyorativa, si esta derecha histérica que teme disolverse como un azucarillo lo emplea para estigmatizar a aquellos que no piensan como ellos, tal práctica nos dota pues de autoridad moral para, volviendo la oración por pasiva, aplicarle a su comportamiento las connotaciones más perversas de dicha palabra.
Ser radical es ir metiendo miedo a la ciudadanía intentando hacer creer que si la gobernabilidad cambia de manos y ellos dejan de partir el bacalao, nos esperan las siete plagas de Egipto y todas las maldiciones bíblicas juntas.
Ser radical es mentir sin pudor, engañar sin vergüenza, negar las evidencias de tus fechorías, comparecer en las ruedas de prensa para decir lo contrario de lo que vas a hacer, vacilarnos en definitiva con la suficiencia del soberbio acostumbrado a funcionar con impunidad y patente de corso.
Ser radical es dificultar el derecho a la educación pública sembrando de obstáculos el camino de la gratuidad y poniéndole alfombras a la iniciativa privada, lo que redunda en propiciar la renuncia de los desfavorecidos y el destrozo del principio de igualdad de oportunidades.
Ser radical es transmitir inseguridad al ciudadano medio en su rutina cotidiana: que cada vez se tema más la llegada de cualquier contratiempo, que no se sienta mínimamente cubierto ante la enfermedad, la vejez o los tropiezos laborales.
Ser radical es robar a manos llenas aprovechándose del cargo público que se ostenta, llevárselo crudo ya sea en sobre, comisiones, prebendas o demás variedades de la mayor de las delincuencias: la de quedarte con el dinero de los contribuyentes, que son quienes te votaron confiando en ti y pensando en que te preocuparías por mejorar su futuro.
Ser radical es amenazar a quien no piensa como tú, a quien lo expresa libremente, y ponerle cortapisas con leyes que atentan directamente contra un derecho irrenunciable  y universalmente reconocido, como es la libertad de expresión.
Ser radical es despreciar al inmigrante, ponerle cortapisas al refugiado, reprimir manifestaciones, contestar con malos modos cuando te exigen exxplicaciones por tu errática y represora manera de manera de gobernar.
Ser radical es practicar el juego sucio en las trastiendas  de los pactos electorales cuando las cartas no has podido marcarlas como te hubiera gustado y el resultado de las votaciones no es precisamente aquel con el que tú contabas.
Ser radical es pasar de los pobres y postrarse ante los ricos, desahuciar sin piedad y plegarse a los dictados de la banca y de la troika.
Ser radical es usar el nombre de Eta y de Venezuela en vano cuando te quedas sin argumentos.
Ser radical es manipular descaradamente la televisón pública, ofreciendo información sesgada y partidista afín solo a los intereses de Moncloa y olvidándote del carácter innegociable de servicio público, que es lo único que dota de sentido a la existencia del medio.
Ser radical es tachar de radicales a quienes reivindican los derechos humanos y reclaman tenerlos en cuenta como prioridad básica a la hora de gobernar.
Además de radicales, en el peor sentido del término, estos del PP hace tiempo ya que están siendo muy torpes y bastante estúpidos. Pasan los días, las semanas y los meses y continúan sin entender ni admitir que las cosas ya no son como eran. Que ya no cuela amenazar con la llegada de los malos que van a quitar casas, violar monjas y quemar iglesias. Que ya no cuela aquello de “o yo o el caos”, que hay mucha gente a la que no se le puede amenazar con que le van a quitar lo que tiene porque ya no tiene nada: o los han desahuciado, o les han hecho pagar medicians que antes no pagaban, o los tienen en el paro sin subsidio y sin esperanza, o les pagan una puñetera miseria cuando encuentran algún subempleo…
Así que, cuando percibes lo alejados que están de la realidad, cuando constatas que no tienen ni idea de lo que pasa en la calle no tienes más remedio que reírte y a veces, por extraño que parezca, hasta sentir pena por ellos. Ni todo el dinero que han robado les vale para salir de la peor pobreza: la pobreza de espíritu.
J.T.


                                

martes, 16 de junio de 2015

Monedero, Zapata... ¿quién será el siguiente?

Parad ya, malditos. ¿Es que nunca vais a tener suficiente? ¡Y dale con el raca-raca! Siempre os parecerá poco. Os cobráis la pieza y continuáis machacando ¿Quién será el siguiente?

No parece que esta derecha, buena parte de esta derecha, entienda el poder desde la práctica democrática, sino más bien como un patrimonio particular. Un patrimonio que les molesta someter cada equis tiempo a ese ridículo ritual que para ellos parece suponer el hecho de introducir papeletas en una urna y tener, para colmo, que aceptar sus resultados.

Por eso, cuando las cosas no salen como ellos quieren, que para eso invierten una pasta gansa en propaganda; cuando las presiones puerta a puerta no tienen éxito, cuando la descarada manipulación en las televisiones que controlan apenas si retiene los votos de unos cuantos miles de hooligans... entonces, cuando les llega el desastre, se olvidan de la exquisita educación que presuntamente hubieron de inculcarles en sus carísimos colegios de pago y se lanzan a ladrar su rencor por las esquinas exigiendo sin recato alguno sangre, mucha sangre.

No saben, o no quieren, asumir las derrotas. Así que, si antes de las elecciones no consiguen hundir en la miseria a aquellos adversarios que ven con posibilidades de disputarles el poder, lo continúan intentando después y punto. Lo dije el día en que dentro de Podemos creyeron que entregando la cabeza de Juan Carlos Monedero se calmaba a la fiera ¡Ingenuos! Parecéis nuevos. ¿Pero no sabéis que nunca estarán satisfechos, que siempre querrán más?

Este lunes le tocó a Guillermo Zapata al que, por cierto, no por haber dimitido de su cargo como responsable de Cultura en al Ayuntamiento de Madrid, van a dejar de machacar. Quieren su acta de concejal y su ruina definitiva: los periódicos, los tertulianos de radios y teles fachas, el presidente del BBVA y hasta el mismísimo ministro del interior exigen su cabeza en bandeja de plata. Como hicieron con Monedero. Raca-raca.

¿Quién será el siguiente? ¿Pablo Soto? ¿Rita Maestre? Porque no van a parar. Nunca tendrán
 suficiente. Buscarán petróleo hasta en los cubos de basura de las casas de estos osados perroflautas que van al trabajo en metro o en bicicleta y que brindan a la ciudadanía sus simbólicas varas de mando, rastrearán entre el alumnado de las facultades donde imparten o han impartido clases a ver qué sacan, le tirarán de la lengua a antiguas parejas, familiares, amigos... y no pararán hasta dar con algo, aunque sea aquel fontanero al que pagaron una reparación en negro allá por los primeros años de la última década
del siglo pasado. O aquella vez en que, en un Corte Inglés cualquiera, pillaron al ahora cargo institucional llevándose un libro sin pagar.

Les valdrá todo. Y habrá que ir dimitiendo. Porque no supieron, o no quisieron, plantarse a tiempo en los casos Monedero y Zapata. Olvidando aquel célebre dicho: "Hagas lo que hagas, la cagas. Moraleja: haz lo que tengas que hacer sin hacerle caso a nadie". Porque por muchas cabezas que, en un ejercicio de ejemplar honestidad y pureza democrática, se decida continuar sirviendo en bandeja, ellos nunca tendrán suficiente. Continuarán con el raca-raca. Como continuarán con sus sobres, sus robos, su prevaricación y sus cuentas en Suiza.

Cuentas en Suiza frente a cuentas de twitter
Dinero negro frente a humor negro
Desfalcos fiscales hipermillonarios frente a presuntas irregularidades aún por demostrar...

Seguirán con el raca-raca, compañeros. Se resisten a sumar, a pactar, a discrepar civilizadamente, a ganar en buena lid y a perder con elegancia. Ese es uno de los retos pendientes en nuestro país: que la derecha aprenda, de una puñetera vez, a perder con elegancia, con dignidad. Existe una oportunidad histórica en España, sembrada el 24M, y que comenzó a regarse el pasado sábado: que nos decidamos, entre todos, a aprender a entendernos para siempre. Y que unos dejen las cacerías y otros esa mala conciencia, o esa ingenuidad, que les lleva a servir cabezas en bandeja de plata a las primeras de cambio.

J.T.

viernes, 12 de junio de 2015

Nuevos aires, nuevas caras. ¡Ya era hora! (2)

Los resultados de las municipales los han puesto en el foco mediático. Fotos, entrevistas, declaraciones, pactos… He aquí cuatro caras completamente desconocidas hasta hace poco más de un mes y que desde el 24M viven un intenso y agridulce protagonismo. Este sábado pueden ser los alcaldes de sus respectivas ciudades. Así piensan:
Joseba Asiron_Joseba Asiron, 53 años, cabeza de lista por EHBildu a la alcaldía de Pamplona
“Si algo vamos a hacer en Nafarroa y en Iruña es desmontar el discurso del miedo. El único recurso que la derecha, que UPN ha tenido para sostener este chiringuito montado prácticamente en la transición era el discurso del miedo: o nosotros o el caos.
Pues bien, cuando esta legislatura termine dentro de cuatro años lo que la ciudadanía habrá visto será otras formas de hacer política y el discurso del miedo ya no tendrá futuro. Y si UPN, y PSN subsidiariamente, quieren sobrevivir en este panorama político tendrán que aprender a hacer política de una vez y dejarse de discursos apocalípticos.
No veo a la gente aterrorizada ni con depresión colectiva…Lo que veo es ilusión y curiosidad por ver cómo pueden cambiar a mejor las cosas. La gente de Pamplona sabe que no va a venir ningún apocalipsis. Hay cosas que van a cambiar, pero son las cosas que tienen que cambiar”.
safe_imageJosé María González Kichi, 39 años, cabeza de lista de la Candidatura Por Cádiz Sí Se Puede a la alcaldía de Cádiz
“Los recursos económicos del Ayuntamiento hay que empezar a repartirlos con criterios de justicia. Exactamente igual que hacen en las casas. Hay un presupuesto familiar y se va destinando a cubrir las necesidades más perentorias que tiene esa familia. Para eso hay que demandar un nuevo marco de financiación a las distintas administraciones.
Pertenecemos a un proyecto que se llama Podemos que si gana en las próximas elecciones generales, una de las cosas que hará es apostar por aumentar la inversión pública. Pero además de eso, en lo que se refiere a la municipalización, estamos convencidos que la recuperación progresiva de los servicios públicos que sean viables es una cuestión importantísima. Es posible.
En el Ayuntamiento de León en 2012 se remunicipalizó el servicio de basuras, en un Ayuntamiento del PP. Actualmente el servicio de basuras en León genera un beneficio de siete millones de euros anuales.
Conocemos situaciones en las que la recuperación del servicio elimina la lógica del beneficio empresarial por encima de la calidad del servicio público y eso para nosotros es muy importante, porque en este país se han privatizado derechos y nosotros pretendemos recuperarlos. Además es mentira que sea más beneficiosa la gestión privada. El Tribunal de Cuentas, que no es sospechoso de ser ninguna célula bolivariana, dice que la gestión pública de los servicios públicos es más rentable que la gestión privada”.
Francisco_Guarido_entrevistaFrancisco Guarido, cabeza de lista por IU a la alcaldía de Zamora
“Jamás he perdido el contacto con la ciudad ni con los ciudadanos, pero con un matiz muy distinto a otros candidatos. Desde siempre, durante años, aprovecho los sábados y domingos para patear, para conocer toda la ciudad. No suelo hacerme fotos con asociaciones prometiendo el oro y el moro y volviéndoles locos durante una campaña. Lo mío es un constante estar en la calle para observar, ver y tomar nota. Esa es la diferencia con el resto de candidatos y lo estamos viendo en la campaña electoral.
Sé que todos los compañeros en otras ciudades han trabajado tanto o más que nosotros, sólo que aquí ha tenido una transformación en votos. Aquí había un hartazgo con el PP tremendo. Llevaba 20 años en el Ayuntamiento y sólo ha cosechado fracasos en las políticas municipales. La gente se lo ha ido perdonando porque partían de la mayoría absoluta. Hasta que ha llegado el momento de decir basta y cambiar la ciudad de forma sustancial. El PSOE ha tenido un proceso de división muy fuerte. Hace dos meses, de los 6 concejales que tenían dimitieron 4. Eso electoralmente nos beneficia ya que quien quiere un cambio en el Ayuntamiento desde la izquierda tiene más confianza en un grupo unido y compacto como el nuestro”.
Pedro SantistevePedro Santisteve, 56 años, cabeza de lista por Zaragoza en Común a la alcaldía de Zaragoza
“Las primeras medidas serán en el ámbito de los derechos sociales. Parar desahucios, proporcionar alojamientos urgentes y viviendas sociales o ayudas de emergencia contra la insuficiencia alimentaria. Todo esto implica cambiar las estructuras de los servicios sociales para convertirlos en agentes comunitarios y en buscar métodos de inclusión social de toda la gente que se encuentra en una situación de paro crónico.
Necesitamos una foto de las finanzas municipales. Para ello hay que hacer una auditoría y que se rindan cuentas de todo lo que se ha gastado. No sabemos lo que nos vamos a encontrar. Hay una deuda que nos lastra completamente toda posibilidad de acción. Uno de los problemas más grandes de la ciudad es el tema de la movilidad. Hay que articular una red de radiales con nuestra primera línea de tranvía, que sí ha sido exitosa. Esto permitiría que barrios que han sufrido marginación por no pasar por allí el tranvía tengan buenos accesos a la ciudad y zonas de hospitales o colegios.
Hay un problema también en los barrios periféricos surgidos al calor de la especulación inmobiliaria después de la Expo 2008. Son barrios con gente muy joven que se tiene que trasladar en vehículos al centro y que carece de servicios públicos. Todo esto plantea un problema importante, es una herencia de gente que ha dado el pelotazo, ha hundido las cajas de ahorros y ha dejado a gente tirada para que ahora tenga que venir el Ayuntamiento a ver cómo lo soluciona”.
Referencia documental:
José María González  Kichi, La voz digital.es,   01.05.2015
Francisco Guarido, Cuarto Poder, 26.05.2015
Pedro Santisteve, Cuarto Poder, 17.05.2015
J.T.

miércoles, 10 de junio de 2015

Ahora sí es posible acabar con la manipulación de Telemadrid

Existe una casta política.. y una casta periodística que lleva treinta y cinco años bailándole el agua. Comisarios políticos que se hacen llamar periodistas y que copan buena parte de los medios, sobre todo las televisiones públicas donde, salvo honrosas excepciones, se han ido turnando según cuál fuese el color del partido gobernante en cada momento

Este es el pecado original de las teles públicas en España. Que, tal como está diseñado su funcionamiento, permite que quienes ostentan el poder puedan meter en ellas sus sucias manos. Meterlas hasta el corvejón.

Desde 1982, cuando solo existía una televisión en todo el país y a las privadas aún les quedaban siete años para nacer, las cosas han ido ocurriendo siempre de la misma manera: prometiendo los políticos que todo mejoraría cuando llegaran al poder y olvidándose de la promesa la misma noche de su victoria.

Alfonso Guerra, en un famoso desahogo durante sus tiempos de oposición, trajes de pana y gafas de pasta, llegó a decir que cuando los socialistas ganaran, durante dos meses en Televisión Española emitirían solo documentales porque era el tiempo que consideraba mínimo para poner orden en la casa. Una vez llevado a cabo el imprescindible "lavado de cara" ("purga", en roman paladino), a la tele no la iba a conocer ni la madre que la parió. No pasó nada cuando ganaron los socialistas. Guerra nombró a un amigo suyo, José María Calviño, director general y tanto él como sus sucesores, y también los primeros y más notorios jefes de informativos (Sopena, Iglesias...) tardaron escasísimo tiempo en rodearse de afines y gestionar la información en función de los intereses del palacio de la Moncloa. Periodismo, poco; propaganda, mucha; manipulación, toda.

Desde el referendum de la OTAN, Televisión Española no abandonaría la deriva de la manipulación más descarada excepto en una gloriosa etapa que quedará como excepcional para la historia de la comunicación en nuestro país: aquella especie de oasis que la televisión pública estatal vivió durante los años 2004-2012. Un espejismo cuyo ejemplo ninguna televisión autonómica se dignó seguir y que fue desmontado sin piedad y con la mayor urgencia por el gobierno Rajoy apenas el pp recuperó el poder. Se había legislado para que el mangoneo del gobierno en la tele pública fuera difícil, pero se cambió la ley mediante un real decreto y punto. Con un par y sin ninguna vergüenza.

En cuanto a las televisiones autonómicas, a medida que fueron apareciendo en el mapa audiovisual, la perversión en materia de manipulación se fue sofisticando. Demasiado atractivo el juguete para los virreyes de provincias. A mi me tocó vivirlo, y sufrirlo, en Canal Sur Televisión cuando, recién nacida la cadena allá por 1989, ejercí un tiempo como editor de informativos. Duré poco. La presión del director general, un eficaz comisario político llamado Manuel Melero, acabó siendo literalmente insoportable y me tuve que marchar. La casta política quería casta periodística con la que confraternizar y a la que poder confiar el destino de sus intereses... y parecía claro que yo no daba el perfil.

Poco a poco cada autonomía acabó teniendo su propio canal de televisión, perdón su propio instrumento de propaganda para el gobierno de turno. Así llevamos veinticinco años y ahora, tras las elecciones del 24-M, existe la oportunidad de que las cosas cambien por primera vez. Ahora tenemos una oportunidad de oro. Es el momento. Si estamos hablando de un salto cualitatuivo en el voto de la ciudadanía, si los representantes elegidos han tomado nota del mensaje de las urnas, una manera de comprobarlo será lo que los nuevos parlamentos autonómicos hagan con las teles en sus respectivos territorios.

El cambio solo será creíble si se refleja en un funcionamiento completamente distinto de las televisiones públicas: en Madrid, en Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón, Asturias, Baleares... De Andalucía, la verdad, no espero nada. Y en Valencia, resucitar Canal Nou sería más bien un milagro. ¿Por qué ahora sí es posible? Bastaría con desempolvar la legislación que se puso en marcha con Carmen Cafarell en tiempos de Zapatero, que posibilitó la pluralidad y que convirtió a los informativos de la época en los de mayor prestigio en toda la historia de la televisión en España..

Recordemos que las televisiones públicas conforman sus consejos de administración en función del número de representantes que cada partido tiene en la cámara. Al haberse atomizado la distribución de escaños, los consejos serán más plurales y, como bien explicaba mi compañero Alejandro Torrús en Público el pasado día 4 de junio, en el caso de Telemadrid, por ejemplo, la suma de consejeros del PSOE y Podemos arroja mayoría absoluta. El PP no la alcanzaría ni con los votos de Ciudadanos.

Esto cambia por completo el panorama de lo que ha sido Telemadrid desde que llegó Esperanza Aguirre en 2003. Doce años de vergüenza pueden tocar a su fin. Igual en las demás autonomías donde vuelva a gobernar la izquierda y que solo tienen que copiar el funcionamiento de Televisión Española entre 2004 y 2012.. El nuevo diseño de sus consejos de administración permite afrontar el desafío: una televisión plural, de servicio público, que recupere el criterio de honestidad y de utilidad a los intereses de los ciudadanos... Ahí puede residir la prueba del nueve, ahí sí que podría verificarse que el 24M los ciudadanos de este país fuimos a votar para que las cosas empezaran a cambiar. Para jubilar a la casta política... y también, al menos en parte, a la periodística.

J.T.

J.T.

lunes, 8 de junio de 2015

Nuevas caras del cambio. Así son y así piensan (1)

Sus caras son aún poco conocidas, pero pronto dejará de ser así. Son cuatro de los muchos nombres cuyo trabajo durante años ha desembocado en este momento de cambio que estamos empezando a vivir. Quédense con sus caras, nunca mejor dicho y, sobre todo, entérense de cómo piensan:
imageXulio Ferreiro, 40 años, alcaldable de A Coruña, cabeza de lista por Marea Atlántica
“La función del Ayuntamiento debe ser poner la tierra y regar la semilla.
La planta ya existe, están en todas esas propuestas que surgen en la propia ciudad, de economía social, de colaboración, de emprendimiento cultural, ético, etc.
El gobierno de la ciudad simplemente debe apostar por la inteligencia colectiva que ya existe y poner las condiciones para que se desarrolle.
No creo que podamos calificar las elecciones del 24-M como el pistoletazo de salida inmediato a un proceso constituyente. Sí creo, sin embargo, que pueden servir para recuperar la esperanza e impulsar eso que llamamos “nuevo ciclo político”. Un ciclo político que debe servirnos para sentar las bases de una sociedad más justa, movida por valores diferentes de la pura y simple mercantilización de nuestras condiciones de vida, y con respeto a la diversidad cultural y territorial. En eso andamos, en A Coruña y en otros muchos lugares”.
imageMartiño Noriega, 40 años, alcaldable de Santiago de Compostela, cabeza de lista por Compostela Aberta
“Es importante asentar la nueva casa de lo local en tres pilares.
1. Un nuevo municipalismo que vaya mas allá de las fronteras administrativas y que sea el que reparta costes y comparta servicios públicos con el entorno (servicios sociales, movilidad, emergencias, modelo de ciudad)
2. La necesidad de redefinir el rol institucional del ayuntamiento en su relación con otros estamentos (no le toca a un ayuntamiento pedirle al apóstol que baje el paro o disminuya la corrupción)
3. Un innegociable compromiso ético en el gobierno con una coparticipación de la ciudadanía en la construcción del relato de lo público, recuperando servicios externalizados que se tienen mostrado como nichos de corrupción.
Estas medidas tan solo tienen una finalidad: Restaurar el bien común y llevar a cabo una devolución democrática de los ayuntamientos a su verdadero dueño, la ciudadanía. En esa pelea, muchos y muchas estamos”.
imageGerardo Pisarello, 41 años, número dos de Barcelona en Comú, la candidatura encabezada por Ada Colau para la alcaldía de Barcelona
“En el ámbito municipal es donde puedes minimizar, neutralizar estos riesgos, porque es en el que la gente puede participar de manera más directa.
En el ámbito municipal vale la pena. Y sobre todo en una ciudad como Barcelona, que ya cuenta con un cierto tejido social, cooperativo, que no existe en otros lugares y que puede permitir que te plantees un salto institucional sin abandonar la autoorganización ciudadana, la movilización ciudadana…
“En Barcelona no partimos de cero. En Catalunya existe una tradición de municipalismo alternativo, que se expresó con una gran cantidad de candidaturas que aparecen desde los años 90, y que muestran ya que a nivel local se pueden gestionar las instituciones de manera diferente, empoderando a la ciudadanía”.
imageNacho Murgui, 42 años, número dos de Ahora Madrid, la candidatura encabezada por Manuela Carmena para la alcaldía de Madrid
“Recuperar las instituciones y la democracia para los ciudadanos parece ser el impulso de la nueva política y las formaciones que la encarnan. Una nueva política que reivindica la movilización y la participación ciudadanas como elementos de identidad.
Pero, como dice Jordi Borja, esta nueva política deberá concretarse en contenidos, en proyectos de ciudad, de transformación del modelo urbano, en soluciones concretas a problemas del día a día, en un proyecto de gobierno a medio y largo plazo.
Buena parte de estos contenidos concretos que dan sustancia a la marca “nueva política” se expresan en programas que han sido elaborados con la participación de miles de personas.
Medidas que hacen referencia a los problemas a los que se han tenido que enfrentar en su día a día estas personas como vecinos y vecinas de Madrid, pero que también se alimentan del saber que atesoran como profesionales y como técnicos”.
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Las reflexiones recogidas aquí han sido expuestas, en el caso de Gerardo Pisarello, durante una entrevista concedida a Marià de Delàs en Público el pasado 19 de mayo. Las ideas de Nacho Murgui, Martiño Noriega y Xulio Ferreiro están recogidas en sus aportaciones a la ponencia sobre Municipalismo que tuvo lugaren la web de Espacio Público durante los pasados meses de abril y mayo.
J.T.

miércoles, 3 de junio de 2015

Suspense en los bares de mi barrio. Carmena alcaldesa ya!


suspense 4En octubre cumple ochenta años y cada día viaja en autobús desde Illescas hasta Madrid, cuarenta kilómetros, para ganarse la vida en un bar del centro de la ciudad donde sirve desayunos por la mañana y comidas a mediodía. Termina, exhausto, a eso de las cinco de la tarde. Hora y media después, otros cuarenta kilómetros, regresa a casa de su hija donde cena y descansa hasta el madrugón del día siguiente. Juan no tiene casa propia, el banco se la quitó hace cinco años, cuando estaba ya jubilado, porque algún tiempo antes había decidido rehipotecarla para ayudar a dos de sus hijos en paro y apoyar la idea de negocio de un tercero que resultó ruinosa. La ruina total llegó después porque la pensión se le va en pagar la deuda mensual de una casa que ya no tiene y, por no ser demasiada carga para la hija que lo ha acogido, decidió pedirle a sus antiguos jefes que le dejaran volver a servir desayunos y comidas.
Estos últimos días, mientras me sirve el café con leche y el croissant, Juan me suele acercar algún periódico, abierto ya por la página que le interesa, para comentarme la jugada del momento. Su casi octogenaria mirada de desconfiado tiene ahora un brillo más intenso que de costumbre. Está ilusionado con los resultados electorales, pero no se fía ni un pelo de lo que pueda llegar a pasar.
– Esta bruja de Aguirre parece una ladilla, tocayo, no hay manera de quitársela de encima. ¿Usted qué cree? -me pregunta. Hay que echarlos, que han hecho mucho daño. A los del ayuntamiento de Madrid, a los de la Comunidad y a los de la Moncloa, que llevan tres años hundiéndonos en la miseria y hasta dándole dinero al mismo banco que me lo sigue quitando a mí.
suspense 5-Cada día que pasa les salen ladrones nuevos, tercia a mi lado un cliente habitual que parece apreciar mucho a nuestro venerable camarero.
– Es verdad, remata Juan para que comprobemos que, en materia de actualidad, no pierde comba. Ayer han pillado a un consejero y una consejera más, que por lo visto estaban conchabados con el sinvergüenza del Granados. Y la que quiere gobernar ahora, va por ahí renegando de ellos, ¿tendrá cara?
Aníbal es también camarero en otro de los bares de mi barrio. Tiene treinta y cinco años y hace casi quince que llegó de Ecuador. Otros quince más y se vuelve, dice. Sueña con ello pero sabe que lo tiene crudo. Vive en Orcasitas y allí votó a Manuela el pasado domingo día veinticuatro.
– Trabajé todo el día, pero a eso de las siete de la tarde vino mi hermano a por mí y nos fuimos a votar. Había mucha gente, hablé con algunos conocidos en la cola y la mayoría votó lo mismo que yo ¿Usted cree que servirá de algo, doctor? Me llama doctor.
– No te quepa la menor duda, Aníbal, le contesto. Ha servido y mucho.
– Pero hasta el último momento esto va a ser un sinvivir. ¿No ha escuchado usted que el pp quiere hacer alcalde al del psoe para que las cosas sigan lo mismo de jodidas?
En otro de los bares del barrio donde me reúno con amigos de vez en cuando, los vinos y las cervezas nos los suele poner Paco. Cuarenta y un años, afable, cómplice e instruido. Su corazón está con Izquierda Unida y estos días lo está pasando regular pero, aún así, no se le ve muy depre.
– Es una putada lo que le ha pasado a IU, Juan, pero ya que las cosas no han salido como a mí me hubiera gustado, por lo menos que gobierne Carmena, ¿no? Esa mujer nos tiene que dar muchas alegrías a los que queremos que esto cambie. Como en Barcelona la Colau. Pero vamos a esperar hasta que tosuspense 1men posesión, que los cabrones de los fachas son capaces de robarnos la cartera en el último minuto. No sería la primera vez.
Son conversaciones de estos últimos días en mi barrio, en las tres-cuatro calles malasañeras por las que hago “vida social” cuando estoy en Madrid. Me pregunto cuántos Juanes, cuántos Aníbales, cuántos Pacos deben estar hablando también de estas cosas en las barras de bar de toda España.
Son días de fútbol, de partidos importantes. En dos de los tres bares de los que hablo hay tele y cuando llegan los partidos, faltaría más, se habla de fútbol, y se grita, y se discute. Pero me resulta llamativo que, cuando no hay partido, las conversaciones de barra giren más en torno a la política que al fútbol.
Diría que esto sucede desde hace solo unos cuantos meses. Antes no era así, algo está pasando. Algo está ocurriendo a pie de calle que evidencia las enormes ganas de cambio que hay en las almas y en el ambiente. Los resultados del día veinticuatro en las urnas, elocuentes pero pelín exiguos, hacen que el personal ande estos días con la mosca detrás de la oreja y haciendo números todo el rato.
Hasta que Carmena y Colau -símbolos de tantos alcaldables que están en la misma situación que ellas por todo el país- no tomen posesión, hasta que no las vean levantar el bastón de mando Juan, Aníbal y Paco no respirarán tranquilos.
J.T.