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domingo, 9 de febrero de 2014

La tragedia de El Tarajal y el uso perverso del lenguaje


¿Para qué utilizar eufemismos a la hora de hablar sobre la tragedia de El Tarajal, la frontera ceutí entre Marruecos y España? ¿Para qué andarse con rodeos? Para muchos, no se trata de un intento de buscar una vida mejor, ni de un desesperado último recurso para salir de la miseria o de una lucha por la supervivencia allá donde poder encontrar el medio de vida que en su países no existe. No, no es eso. Para los xenófobos, que son muchos, los negros que osan violar nuestra legalidad y nuestras fronteras son unos intrusos que molestan. Vienen en "avalancha". Quieren "invadirnos". Vienen desnudos y hambrientos, pero nos "asaltan" (tve dixit) y claro, pues no queda más remedio que dispararles. Pero con balas de goma, no vaya usted a creer...

Los medios controlados por la derecha, públicos y privados, no se andan con rodeos en el empleo del vocabulario más agresivo. Están siendo crueles y desvergonzadamente xenófobos con tal de justificar esa infame actuación de las fuerzas de seguridad en la frontera de El Tarajal que el pasado jueves desembocó en una espantosa tragedia: 14 personas muertas. Que tve, por ejemplo, emplee la palabra "asalto" para definir el intento de un centenar de desesperados de alcanzar suelo ceutí me escandaliza, pero no me extraña: la xenofobia y el racismo están en el adn de la derecha y sus cachorros mediáticos tienen que estar a la altura. El problema está cuando escucho en la Ser, viernes noche, en boca de un tertuliano de Hora 25, que "si la policía usa pelotas de goma contra nuestras manifestaciones ilegales, no tiene que extrañar que lo haga contra los que intentan "invadirnos" en "avalancha" ilegal. Ni Ángels Barceló, ni Javier Aroca ni nadie lo puso en su sitio. Nadie le dijo que eso no se puede decir ni en broma. Y no lo dijo en broma.

El uso del lenguaje nunca es inocuo y menos en estas cuestiones. Los mismos, y las mismas, que se la cogen con papel de fumar en todo lo tocante al lenguaje de género estoy esperando, ¡ya!, que se pronuncien contra quienes emplean palabras sinónimo de violencia para referirse a las acciones de seres humanos desesperados, jóvenes llenos de energía y de salud, que luchan desesperadamente por encontrarle una salida a su vida y a su futuro.

Basta ya de criminalizar a los inmigrantes.
Basta ya de cuchillas en las vallas, de ataques intimidatorios, de pelotas de goma...
Basta ya de tragedias. Basta ya de referirse a este problema como “avalancha”, “invasión” o asalto”

Búsquense soluciones, por favor, pero sin una sola muerte más. Cuando un africano muere intentando cruzar la frontera "europea", algo nuestro muere también. Muere nuestra dignidad, nuestra capacidad de mirar de frente, limpiamente a los ojos, a quienes, solo por razones geográficas, porque no tuvieron la "fortuna" de nacer donde nosotros, la vida les trata mucho peor todavía.
La muerte de las 14 personas que soñaban con vivir mejor a este lado de la frontera ceutí de El Tarajal es un crimen de lesa humanidad que contraviene todos los códigos éticos, civiles, y yo diría que hasta penales y militares. Porque si no los contravienen, hay que cambiarlos porque esto no puede continuar así.

No podemos construir nuestro porvenir sobre los esqueletos de tanto desesperado a los que no solo les negamos una oportunidad sino que, en casos como el de El Tarajal, contemplamos impasibles cómo pierden trágicamente la vida.

Esto no puede ser. No sé qué hacer con mi vergüenza, no sé cómo gestionar esta indignación. De momento aquí quedan estas líneas, con la esperanza de que mis compañeros presuntamente progresistas, al menos ellos, dejen de denominar "avalancha" o "invasión" la lucha de muchos seres humanos por conseguir, a costa incluso de la vida, un futuro mejor.

J.T.

viernes, 28 de septiembre de 2012

La tarde del 25 de Septiembre


Tres momentos de la tarde de este martes 25S

1. Los apaleamientos de la policía a los manifestantes que intentaban rodear el Congreso de los Diputados en Madrid

2. La disolución del Parlamento de Catalunya y el anuncio de elecciones para el 25 de noviembre mientras los miembros de la Cámara autonómica eran vituperados desde el exterior

3. El contundente blindaje del Parlamento andaluz durante más de una hora en la que nadie podía entrar ni tampoco salir sólo porque poco más de mil personas protestaban fuera mientras el presidente Griñán comparecía en la comisión de los ERE

Estos tres acontecimientos, que coincidieron la tarde del martes 25  en los parlamentos catalán, andaluz y español, creo que han conseguido al menos uno de sus objetivos: cuestionar el papel de quienes, aunque nos representen legalmente, cada vez parece más claro que lo hacen con menos autoridad moral. 

"No nos representan" es ya  algo más que un mero eslogan. Es un estado de ánimo latente, y ahora patente en las manifestaciones masivas, que permite deducir que algo serio parece estar incubándose.

J.T.

domingo, 10 de julio de 2011

Modesto homenaje a Facundo Cabral


Siempre escuché sus canciones, las interpreté a la guitarra en mil reuniones veinteañeras, cuando pude acudí a sus conciertos... No me puedo creer que lo hayan matado. Y menos de esa manera. Y en Guatemala... Leo lo que dicen que ha pasado, veo las fotos de su cadáver. Todo suena a película mala...

Quiero recordar aquí la letra de la composición más celebrada de uno de mis argentinos más admirados


NO SOY DE AQUÍ, NI SOY DE ALLÁ

Me gusta el mar y la mujer cuando llora
las golondrinas y las malas señoras
saltar balcones y abrir las ventanas
y las muchachas en abril

Me gusta el vino tanto como las flores
y los amantes, pero no los señores
me encanta ser amigo de los ladrones
y las canciones en francés

No soy de aquí, ni soy de allá
no tengo edad, ni porvenir
y ser feliz es mi color
de identidad

Me gusta estar tirado siempre en la arena
y en bicicleta perseguir a Manuela
y todo el tiempo para ver las estrellas
con la María en el trigal

No soy de aquí, ni soy de allá
no tengo edad, ni porvenir
y ser feliz es mi color
de identidad



Y también esta otra, que tuve la suerte de disfrutar tantas veces, una de las más recientes en la sugerente gira que paseó por tantos países junto a Alberto Cortez y que titularon "Lo Cortez no quita lo Cabral"


¡¡Uff!!, ¡qué palo!

J.T.

martes, 31 de mayo de 2011

Cómo informar de la violencia machista


Detesto el enfoque con el que la mayor parte de las televisiones tratan aquellas noticias cuyos ingredientes básicos son la sangre o la violencia.

Lamento profundamente que tal deriva se haya impuesto hasta el extremo de solapar, desplazar e incluso ignorar las informaciones económicas, políticas o sociales propias de un telediario.

En muchas reuniones de escaleta se busca la sangre allá donde esté, y cuando se trata de un caso de violencia machista, éste cuenta con muchas posibilidades de convertirse en noticia de apertura

Todo eso es verdad

Pero en ningún caso justifica el intento de descarada censura que los/las responsables gubernamentales de Igualdad han osado poner en marcha.

Pajín y Aído han elaborado un documento en el que se atreven a

1. Estipular la duración que debe tener una noticia sobre violencia machista (20-30 segundos, dictaminan)
2. Determinar cómo tiene que estar redactado el comienzo de esa noticia
3. Recomendar qué verbos y adjetivos hay que usar y elaborar una lista con los que no
4. Opinar sobre lo que es pertinente y lo que no, sobre lo que tiene interés o no

Y todo esto proponen, además, aplicarlo durante dos o tres meses, cual experimento de laboratorio, a ver "si surte efecto". Se callan, claro está, su intención final, aquella que de poder realizar impunemente lo harían sin dudarlo: prohibir la emisión de las informaciones que no les gustan, y punto.

Como nos recuerda mi querido y respetado profesor Román Gubern, "cualquier jurista recién diplomado podría explicar que de los dos bienes jurídicos que se desea proteger, el de la hipotética protección contra la violencia de género y la libertad de información, el segundo prevalece en un ordenamiento jurídico democrático".

Pero los/las gestores/as de Igualdad se creen con legitimidad moral para...

Pues no, queridos y queridas míos y mías: no la tenéis

Estáis desvariando

Lo que proponéis es abiertamente inconstitucional

Por poco que me guste cómo enfocan determinados medios las informaciones sobre violencia machista, por mucho asco que me dé, que me lo da, defenderé siempre con uñas y dientes el derecho que tienen a sacarme de mis casillas

Defender ese derecho suyo es defender también los míos, los de todos...

No por tópico ni manido está de más repetirlo: 

Las censuras se sabe siempre cómo comienzan, pero nunca cómo acaban.

J.T.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Cómo informar sobre violencia de género

¿Qué hacer con la información sobre violencia de género?

¿Es posible, como sostienen algunos, que exista un efecto llamada y que los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas podrían disminuir si existiese menos información sobre ellos?

¿Se debería aplicar a la información sobre los crímenes por violencia de género el mismo criterio que frente a los suicidios, de los que prácticamente no se da cuenta en los medios?

Este debate siempre ha existido, pero algunos responsables de consejerías de Asuntos Sociales o Bienestar Social, o del ministerio de Igualdad lo reavivan de vez en cuando insinuando -o directamente presionando- que los periodistas abordemos estos asuntos como ellos creen que debemos abordarlos, es decir: no abordándolos

Lo hemos estado hablando hoy en Córdoba cuando nos hemos enfrentado a lo que ocurrió el domingo en Villarrubia: un mal nacido acaba con su pareja de 30 años, arrastra su cabeza e intenta huir de la policía encaramándose a un poste de la luz. Se electrocuta, cae y muere.

¿Hay que darlo o no?
¿Hay que pormenorizar los detalles escabrosos?
¿Debemos admitir que los responsables políticos nos marquen pautas?

Respuestas: uno: hay que darlo; dos: no hay por qué profundizar en detalles innecesarios y tres: bajo ningún concepto se debe tolerar injerencia alguna

Los hechos son los que son y estamos en este oficio para darlos a conocer

El cómo los demos a conocer define a quien lo hace

Y la pretensión de los poderes públicos de meter cuchara donde no debe, también.

J.T.