domingo, 5 de septiembre de 2010

Los especuladores nos han dejado Andalucía como un colador

Tener tan buen clima, tantos kilómetros de costa y tanto terreno bombón es demasiada tentación junta.


Andalucía permaneció desheredada y olvidada durante los cuarenta largos años de fascismo franquista como castigo por haber sido tan roja en la guerra civil. Despoblada merced a tanto fusilamiento por una parte, y por otra por tanto abandono de quienes habiendo sobrevivido decidieron ganarse la vida lejos de aquí, esta tierra era un vergel olvidado hasta que nos hicimos europeos y autonómicos.

Nuestro patrimonio, que eran las playas, el sol y mucho espacio donde construir bonitos apartamentos y chalets empezó entonces a convertirse en un suculento bocado no sólo para suecos y noruegos carentes de algo similar en sus respectivos países sino para impresentables especuladores amantes del enriquecimiento fácil que, de tanto desmán urbanístico, han dejado durante los últimos años buena parte de nuestra estupenda geografía como un verdadero colador.


Las leyes de protección medioambiental llegaron tarde y aún así, alcaldes y concejales de todos los colores políticos se las han ido saltando a la torera al olor de ricas comisiones y sobornos que no supieron o no quisieron rechazar.

Desde Almería hasta Huelva, desde Ayamonte hasta Pulpí, con Marbella y sus aledaños como buques insignia de la cara dura, el panorama de la corrupción nos ha dejado muy tocados a los andaluces con casos como los de Alhaurín el Grande, Estepona, Ohanes y Alcaucín, que son los ejemplos más recientes de los que hemos tenido que informar desde esta delegación de provincias.

Costará bastante recomponerse. Mira por dónde, quizás a la larga habrá que agradecerle a este período de crisis que se haya paralizado tanto desmán.

Tenemos en esta etapa, con tanta obra parada, un estupendo paréntesis para poner orden. Para barrer bien muchos ayuntamientos, promotoras, despachos de abogados y de concejales de urbanismo, notarías... para levantar muchos colchones con billetes de quinientos euros en bolsas de plástico... Quizás así se salga del impasse con la firme determinación de sacarle a esta tierra el partido que merece.

Tanto en la agricultura como en la industria, y también en la investigación, Andalucía tiene mucho que decir y hacer. La apuesta por el conocimiento y por la actitud emprendedora parece que debe ser el camino y la imagen a transmitir, no la de alcaldes corruptos entrando y saliendo de los juzgados y de la cárcel por haber caído en las garras de tanto buitre carroñero de esos que han trufado nuestras costas y nuestras montañas de construcciones ilegales durante años.


Estamos empachados de actividades "económicas" que, como se empieza a comprobar, sólo eran pan para hoy y hambre para mañana. Bueno: pan para ayer más bien porque lo que es para hoy, con tanta obra parada, parece que queda poco que comer. O por lo menos poco de donde los especuladores de las narices puedan continuar llevándoselo crudo.

J.T.

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