domingo, 12 de septiembre de 2010

A Jorge Fiestas le hubiera gustado disfrutar las películas de Álex de la Iglesia


Aprovechando que el Pisuerga Álex de la Iglesia pasa estos días por ese Valladolid llamado Venecia, os voy a hablar hoy de mi amigo Jorge Fiestas:

El día que empezó a trabajar conmigo como colaborador -allá por 1978- yo pensaba que firmaba con seudónimo

- No, Juan, me había ilustrado mi jefe desde Barcelona. Se llama Jorge, de apellido Fiestas y además le gustan las fiestas

Las “fiestas” a las que se refería mi jefe eran los estrenos de teatro, de cine, presentaciones de libros, de discos…

Tuve la suerte de confraternizar con Jorge y comprobar que su trabajo no sólo no lo convertía en un frívolo sino que se trataba de un respetado y respetable conocedor de todo aquello de lo que hablaba y escribía, sobre todo de cine.

Había sido socio de Adolfo Marsillach en “Oliver”, un entrañable garito madrileño que competía con “Bocaccio” durante los primeros años de la transición para atraer a las figuras del mundo del arte, la literatura y el espectáculo, se carteaba con estrellas de Hollywood, era amigo y confidente de importantes escritores y directores de cine nacionales y extranjeros…

Sabía de cine más que nadie pero su elegancia le impedía avasallar con sus conocimientos. Cuando murió de cáncer a los 58 años sus amigos y compañeros de la Peña Primera Plana decidimos hacerle el mejor de los homenajes posibles: creamos los premios anuales “Jorge Fiestas” para el personaje o el hecho cinematográfico del año.

El molde del trofeo lo esculpió Iñaki Miramón y el premio de este año se lo otorgamos a Álex de la Iglesia varios meses antes de su éxito en Venecia: León de Plata y premio al mejor guión por su película Balada triste de trompeta. ¡Ahí es nada! Enhorabuena, Alex. Nuestro amigo y compañero Jorge Fiestas allá donde esté seguro que lo está celebrando también.

J.T.

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