Ahora que media España está con la calculadora en la mano haciendo cuentas para ver cuántos años le quedan para jubilarse y cuánto va a cobrar cuando ese día llegue, quizás sea el momento de recordar esta frase que leí hace poco:
"Persigue tu pasión, no tu pensión"
Reconozco que hay trabajos infames, que sólo una minoría privilegiada consigue ganarse el sueldo dedicándose a lo que le gusta. Eso es verdad. Pero si existe una ocupación a la que nos gusta dedicarnos y podemos hacerlo, yo creo que hay que tirarse en plancha a por ella sea cual sea nuestra edad y condición, estado civil o militar.
El trabajo que no nos gusta hay que intentar, si se puede, quitárnoslo de encima cuanto antes. Pero si tenemos una pasión, si hay algo que nos gusta hacer, yo creo que nunca debemos renunciar a conseguirlo.
Sé de muchos amigos prejubilados que eran felices con lo que hacían y ahora se apagan lentamente, atrapados por un estatus que les facilita la vida (tienen la paga asegurada) pero que al mismo tiempo les consume (cobrar la pensión les impide trabajar).
Yo me niego a optar por la pensión. Quiero seguir. Apuesto por permanecer vivo y alerta y eso implica moverse, trabajar, hacer cosas... lo más apasionadamente posible. Siempre. La pensión puede esperar. La pasión... ¡nunca!
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