Que este blog pueda ser un espacio donde el autor se sienta plenamente libre dependerá del saldo de su cuenta corriente.
Porque si de lo que yo escriba o no escriba aquí depende mi sustento, me veré obligado a cogérmela, irremediablemente, con papel de fumar.
Desde mi condición de disponible laboral es un hecho indiscutible que he de tener cuidado con lo que escribo porque… ¿quién me dice a mí que para cuadrar las cuentas de casa no voy a necesitar de los buenos oficios de alguien que, desde mi juicio libre e independiente, se merecería un buen varapalo?
Esa es la incontestable verdad que coloniza la tan necesaria y difícil libertad de expresión.
El grado de libertad con el que nos expresamos es directamente proporcional a la tranquilidad que nos permite el saldo de nuestra cuenta corriente.
J.T.
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