domingo, 21 de diciembre de 2025

Italia se puede quedar en breve sin medios independientes


Lo verdaderamente inquietante de nuestro tiempo no es solo el avance de la extrema derecha institucional, sino la naturalidad con la que el capital decide que también la prensa debe alinearse con sus postulados. Que un magnate griego, admirador confeso de Trump y de su forma depredadora de entender la política y el mundo entre a saco en el mundo de la comunicación italiana es una señal clara de hasta dónde está dispuesto a llegar el poder económico para acabar con los últimos espacios de independencia.


Nos cuentan las crónicas de los corresponsales españoles en Italia que "La Repubblica y otros medios del grupo GEDI, como la edición italiana del Huffington Post y tres emisoras de radio, pueden acabar en manos del grupo Antenna, dirigido por Theodore Kyriakou", que es como se llama el multimillonario armador griego. En este grupo GEDI, por cierto, Kyriakou tiene como socio, con el 30 por ciento del capital, ni más ni menos que al polémico príncipe saudí Mohamed Bin Salmán, por si le faltaba algún perejil a la salsa.


Los interesados en comprar el diario La Stampa, que también pertenece al mismo conglomerado italiano que los Agnelli han puesto en venta, aún se desconocen. La Reppublica y La Stampa son dos de los periódicos que aún conservan un cierto margen de independencia en un país como Italia, cada vez más cubierto por el manto ideológico del posfascismo de Giorgia Meloni. Dos cabeceras que, con todas sus contradicciones y límites, todavía no habían aceptado convertirse en correa de transmisión del discurso oficial que normaliza la intolerancia, blanquea la xenofobia y relativiza la demolición de derechos democráticos conquistados con décadas de lucha social y política.


Si la jugada cuaja, que parece que cuajará, comprobaremos una vez más cómo el totalitarismo no necesita ya camisas negras ni golpes de Estado. Le basta con controlar lo que se difunde y convertir la información en un producto dócil. ¿Que me molestas? Pues te compro. Que La Repubblica y otros medios digitales y audiovisuales caigan en manos de un capital alineado con el trumpismo y su desprecio por los derechos humanos más elementales no augura nada bueno. Por si faltaba algo para redondear la jugada, da la casualidad que en Rusia también andan encantados con la operación porque tanto La Repubblica como La Stampa han sido siempre muy críticos con Putin y sus políticas.


La familia Agnelli, dueña también de la FIAT, confirmó a los trabajadores de sus periódicos hace pocos días que, en efecto, el preacuerdo para la venta al armador y especulador inmobiliario griego Kyriakou está ya firmado. Por cierto que el magnate en cuestión ya posee medios de comunicación no solo en Grecia, también en Chipre, Turquía, varios países del Este, Australia y Estados Unidos, sobre todo en el sector audiovisual. Es decir, que no estamos hablando de un novato precisamente


No es esta una buena noticia para el periodismo en general. Si los medios que fiscalizan al poder acaban cayendo en manos de quienes se dedican a protegerlo y a potenciar el ascenso de las derechas ultras, las urnas y parlamentos acabarán teniendo una función meramente decorativa. Lo que hoy ocurre en Italia no nos es ajeno porque en España hace tiempo que quien intenta ejercer un periodismo mínimamente independiente lo tiene cada vez mas difícil. 


El terremoto mediático que supone el cambio de propiedad de La Repubblica y La Stampa trasciende las fronteras italianas y se convierte en una amenaza que nos concierne a todos. 

J.T.

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