domingo, 6 de diciembre de 2020

La derecha y su “recorrido ético” pendiente

 

¿Usted no cree que a un sector importante de EH Bildu le falta, como diría Ramón Jáuregui, una especie de recorrido ético más profundo, más auténtico a la hora de decir nos equivocamos?

La pregunta se la hacía Antonio García Ferreras a Pablo Iglesias apenas una semana después de que Jon Iñarritu, diputado de EH Bildu, se hubiera dirigido a Antonio Salvá, parlamentario de Vox y padre de un guardia civil asesinado por ETA en 2009 en los siguientes términos: “Cuando ocurrió ese terrible asesinato, esa injusticia, que el señor Salvá sufrió en su familia y que nunca tendría que haber sufrido, expresé mi condena, mi rechazo, y lo que sostenía hace once años lo sigo sosteniendo igual: todo mi respeto y solidaridad. Usted tiene mi respeto como persona y, como víctima, tiene también mi solidaridad personal y profunda”.

No les basta, ni a Jáuregui (vieja guardia del PSOE) ni a esa derecha que no puede soportar que ETA ya no exista y la formación política que heredó sus postulados haya decidido apostar por el diálogo y los pactos. La derecha se queda sin coartada, sin mantra, como reconocía Margallo contando algo que le ocurrió en San Sebastián en 2015, cuando preguntó a sus compañeros por qué la gente no acudía allí a los mítines del PP: “Desde que no nos matan, no tenemos proyecto”, le contestaron.

Ni proyecto, ni pudor, ni vergüenza, ni ética. Pero se dedican a exigir un mayor recorrido ético a los diputados de EH Bildu. No parece bastarles tampoco, ni al PP, ni a Ferreras, ni a socialistas como Ramón Jáuregui, que Mertxe Aizpurua estuviera presente en el homenaje del Congreso a la memoria de Ernest Lluch en el vigésimo aniversario de su asesinato.

Nadie parece querer recordar que el PP fue fundado por ministros franquistas, algunos de los cuales habían firmado penas de muerte contra demócratas. Nadie nunca les exigió ese recorrido ético, nunca pidieron perdón y nadie se lo reprochó porque lo importante tras la muerte del dictador, y es cierto, era que fueran capaces de apostar por la democracia. Pero no es esa vara de medir la que utilizan ahora quienes se rasgan las vestiduras porque el Gobierno de coalición ha “osado” contar con EH Bildu para acordar los Presupuestos.

Ya desde el Pacto de Ajuria Enea (1988), todas las fuerzas políticas incluida Alianza Popular, el antiguo PP, instaban a Herri Batasuna a dejar la violencia y defender sus ideas por canales democráticos. Pero a día de hoy, con ETA desaparecida y EH Bildu convertida en la segunda fuerza política de Euskadi, todo continúa siendo demonización e intentos de deslegitimación. Siguen negándose a admitir que, es un éxito de nuestra democracia, como le dijo Iglesias a Ferreras el pasado lunes, que los que en el pasado defendieron la violencia estén haciendo política en las instituciones”.

Sin duda llegará el momento en que esto se normalizará, pero los pataleos y las salidas de tono, con ETA siempre en la boca, seguirán mientras alguien en la derecha continúe pensando que les vale como munición electoral. Ese sector socialista que lleva semanas cargando contra sus propios compañeros en el Gobierno de coalición, ¿habría exigido algún tipo de recorrido ético a los partidos de la derecha si alguno de ellos hubiera llegado a acuerdos? ¿Cuándo ha pedido el PP perdón por la Gürtel, cuándo se ha disculpado porque tantos antiguos dirigentes, algunos de ellos primeros espadas en el partido, en el gobierno, en las autonomías, hayan sido condenados y encarcelados por ladrones? ¿Se arrepentirán alguna vez de haber utilizado a la policía para el espionaje y la invención de pruebas falsas? ¿Acaso han reconocido los crímenes que se cometieron en el franquismo contra luchadores demócratas cuyo único delito fue pensar diferente?

Hace ya ocho años Pernando Barrena, entonces portavoz de Sortu, pidió perdón por la “insensibilidad” y por el “daño añadido o sentimientos de humillación” a las víctimas de ETA en un acto en el que, por cierto, también estaba Mertxe Aizpurua. No les basta. Quieren más porque sin ETA no son nada. Les da igual que cada vez sean más las víctimas que reclaman que no se utilice su dolor para hacer política, les da igual que exista ya una generación que haya crecido sin violencia y a quien ese raca-raca pelmazo les suene a chino.

Ningún dinosaurio del PSOE ha salido, al menos que yo sepa, a condenar públicamente las maneras antidemocráticas de según qué diputados de la ultraderecha. Al PP tampoco le conminaron nunca a condenar el franquismo de manera contundente como sí hacen con la izquierda abertzale sobre la violencia de ETA ¿Por qué no se le exige a la derecha, ni se le ha exigido jamás, ningún tipo de recorrido ético?

J.T.

Publicado en "La Última Hora"

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