Uno de los argumentos más usados por las derechas para rechazar los postulados independentistas viene siendo que Catalunya nunca sería aceptada en la Unión Europea. Europa como mantra, Europa como coartada, Europa como razón suprema para desdeñar las aspiraciones nacionalistas… hasta este
jueves, fecha en que, de súbito, la idolatrada Europa pasó a convertirse en “Puta Europa” para ultras desaforados como Alfonso Ussía.
Esa Europa, dicho sea de paso, es la misma que obligó a cambiar el artículo 135 de la Constitución cierto día del verano del 2010 para tumbar según qué derechos sociales con agostidad y alevosía, así que tampoco se me vengan arriba según qué sensibilidades izquierdistas.
Pues bien, esa misma Europa es la que acaba de sacarnos los colores dictaminando que Oriol Junqueras poseía inmunidad parlamentaria desde el instante en que se proclamaron los resultados de las elecciones europeas del 26 de mayo. Así que en ese mismo momento, según el Tribunal de Justicia de la UE, al líder de Esquerra Republicana de Catalunya se le debió haber facilitado, excarcelándolo, su derecho a recoger el acta que le acredita como diputado europeo. Si aún así se le hubiera querido mantener en prisión preventiva, el procedimiento legal debería haber sido remitir un suplicatorio a la Eurocámara solicitándolo.
Mi punto de vista es que todo este galimatías beneficia a la formación de un gobierno de coalición pronto y ayuda a que los primeros pasos de ese nuevo gobierno se puedan dar tomando nota de la resolución del TJUE, y continuando en esa línea. ¿El primero de esos pasos? ¡Diálogo ya! Hartos estamos algunos de insistir en ello. El escenario que acaba de abrirse es sumamente atractivo por cuanto obliga a poner la imaginación a funcionar para ponerse de acuerdo sin excusas. Es importante también porque funcionará como referente cuando en cualquier otro lugar de la Unión se produzca una situación parecida.
Justo en el momento en que los británicos se marchan, la resolución sobre la inmunidad de Junqueras abre un frente en la UE cuyo desarrollo despejará muchas incógnitas. Si Europa ha servido como blindaje frente a la vocación golpista y subversiva de la extrema derecha española, en estado de latencia hasta la aparición de Vox, si los demócratas nos sentimos aliviados y en cierto modo a salvo del fascismo gracias al paraguas europeo, es ese mismo paraguas el que ahora nos señala un camino para poner en orden nuestros desencuentros y aprobar por fin algunas asignaturas largo tiempo pendientes.
Por eso, y a pesar de tanto ruido como nos distrae, pienso que va a haber gobierno de coalición. Porque sube enteros Esquerra, con la autoridad moral añadida que le confiere aguantar en la cárcel hasta la llegada de la resolución, mientras Puigdemont y compañía sacan provecho de ese sacrificio ajeno sin haber pasado un solo día entre rejas. Aún así, ese provecho no parece que vaya a serle demasiado útil a la formación política de Puigdemont y Torra en unas posibles elecciones catalanas. Un sondeo del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, el equivalente catalán del CIS, ha dado a conocer este viernes que, si hubiera elecciones en breve, Junts per Catalunya bajaría de 43 diputados a 31 en el Parlament mientras que Esquerra se convertiría en la fuerza más votada y subiría de 32 a 39.
Que Europa ayude a Junqueras a recuperar sus derechos es una buena noticia, Si finalmente sale adelante un gobierno UP-PSOE apoyado por la abstención de ERC, quizás sea posible cambiar muchas cosas. Por un lado contribuirán a la formación de un gobierno inédito que podrá promover pronto medidas sociales de calado, y por otro Esquerra llegará a las elecciones catalanas sin que quienes se han beneficiado indirectamente de su sacrificio osen echarle en cara haber facilitado la gobernabilidad en España. Los números en Catalunya darían además, según el sondeo del CEO, para que ERC, PSC y En Común Podem sumaran mayoría en el Parlament.
Una cosa más, para terminar esta reflexión: no parece que resulte demasiado probable que el período de prisión de los condenados del procés pueda durar mucho tiempo más. Por eso la ultraderecha está que se sube por las paredes. Van quedándose sin argumentos y, muchos de sus hooligans, también sin vergüenza, si es que alguna vez la tuvieron.
J.T.
jueves, fecha en que, de súbito, la idolatrada Europa pasó a convertirse en “Puta Europa” para ultras desaforados como Alfonso Ussía.
Esa Europa, dicho sea de paso, es la misma que obligó a cambiar el artículo 135 de la Constitución cierto día del verano del 2010 para tumbar según qué derechos sociales con agostidad y alevosía, así que tampoco se me vengan arriba según qué sensibilidades izquierdistas.
Pues bien, esa misma Europa es la que acaba de sacarnos los colores dictaminando que Oriol Junqueras poseía inmunidad parlamentaria desde el instante en que se proclamaron los resultados de las elecciones europeas del 26 de mayo. Así que en ese mismo momento, según el Tribunal de Justicia de la UE, al líder de Esquerra Republicana de Catalunya se le debió haber facilitado, excarcelándolo, su derecho a recoger el acta que le acredita como diputado europeo. Si aún así se le hubiera querido mantener en prisión preventiva, el procedimiento legal debería haber sido remitir un suplicatorio a la Eurocámara solicitándolo.
Mi punto de vista es que todo este galimatías beneficia a la formación de un gobierno de coalición pronto y ayuda a que los primeros pasos de ese nuevo gobierno se puedan dar tomando nota de la resolución del TJUE, y continuando en esa línea. ¿El primero de esos pasos? ¡Diálogo ya! Hartos estamos algunos de insistir en ello. El escenario que acaba de abrirse es sumamente atractivo por cuanto obliga a poner la imaginación a funcionar para ponerse de acuerdo sin excusas. Es importante también porque funcionará como referente cuando en cualquier otro lugar de la Unión se produzca una situación parecida.
Justo en el momento en que los británicos se marchan, la resolución sobre la inmunidad de Junqueras abre un frente en la UE cuyo desarrollo despejará muchas incógnitas. Si Europa ha servido como blindaje frente a la vocación golpista y subversiva de la extrema derecha española, en estado de latencia hasta la aparición de Vox, si los demócratas nos sentimos aliviados y en cierto modo a salvo del fascismo gracias al paraguas europeo, es ese mismo paraguas el que ahora nos señala un camino para poner en orden nuestros desencuentros y aprobar por fin algunas asignaturas largo tiempo pendientes.
Por eso, y a pesar de tanto ruido como nos distrae, pienso que va a haber gobierno de coalición. Porque sube enteros Esquerra, con la autoridad moral añadida que le confiere aguantar en la cárcel hasta la llegada de la resolución, mientras Puigdemont y compañía sacan provecho de ese sacrificio ajeno sin haber pasado un solo día entre rejas. Aún así, ese provecho no parece que vaya a serle demasiado útil a la formación política de Puigdemont y Torra en unas posibles elecciones catalanas. Un sondeo del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, el equivalente catalán del CIS, ha dado a conocer este viernes que, si hubiera elecciones en breve, Junts per Catalunya bajaría de 43 diputados a 31 en el Parlament mientras que Esquerra se convertiría en la fuerza más votada y subiría de 32 a 39.
Que Europa ayude a Junqueras a recuperar sus derechos es una buena noticia, Si finalmente sale adelante un gobierno UP-PSOE apoyado por la abstención de ERC, quizás sea posible cambiar muchas cosas. Por un lado contribuirán a la formación de un gobierno inédito que podrá promover pronto medidas sociales de calado, y por otro Esquerra llegará a las elecciones catalanas sin que quienes se han beneficiado indirectamente de su sacrificio osen echarle en cara haber facilitado la gobernabilidad en España. Los números en Catalunya darían además, según el sondeo del CEO, para que ERC, PSC y En Común Podem sumaran mayoría en el Parlament.
Una cosa más, para terminar esta reflexión: no parece que resulte demasiado probable que el período de prisión de los condenados del procés pueda durar mucho tiempo más. Por eso la ultraderecha está que se sube por las paredes. Van quedándose sin argumentos y, muchos de sus hooligans, también sin vergüenza, si es que alguna vez la tuvieron.
J.T.
No hay comentarios:
Publicar un comentario