sábado, 18 de abril de 2020

Editorial triste de Miguel Yuste Street

Para los que lo desconozcan, Miguel Yuste es el nombre de la calle madrileña donde se encuentra la sede central del diario “El País”, periódico que este viernes volvió a las andadas con usos y costumbres del equipo de dirección anterior que ya teníamos olvidadas, o casi: meterle caña a Pablo Iglesias y a Podemos por tierra, mar y aire.

Claro que desde Antonio Caño ha pasado cierto tiempo, y ahora ya Iglesias no es solo líder de una fuerza política considerada antisistema en los entornos de la empresa matriz del diario, sino que ostenta el cargo de vicepresidente del Gobierno de la nación nada menos. Da igual, hay que leerle la cartilla porque “no acaba de comprender su papel institucional y su obligación, como vicepresidente, de coordinar el área encomendada”, palabras textuales incluidas en el editorial del periódico de este viernes 17 de abril. 

¿Qué se habrá creído este chico?, deben pensar quienes durante decenios nos han querido tutelar, llevar a todos por el buen camino y decirnos qué teníamos que pensar, cómo y cuándo, si queríamos ser probos ciudadanos, progres correctos y antiderechistas persuadidos de la conveniencia de pasar de puntillas sobre tabúes tácitos como la monarquía o la Constitución.

Se vinieron arriba en Prisa porque pocos cuestionaban aquello sobre lo que su amplia nómina de predicadores tenía a bien pontificar y mira por dónde, por primera vez desde hace más de cuarenta años, llega un señor al Gobierno de España que se declara abiertamente republicano, templa escasas gaitas con los poderes fácticos y esgrime un comportamiento tan inédito que, como no acaban de dar crédito, les descoloca y claro, se sienten amenazados.

Aún así, los editorialistas del otrora “diario independiente de la mañana” se resisten a renunciar al aire paternalista que durante tanto tiempo caracterizó al rotativo y no dudan ahora tampoco en echarle la bronca al líder de Podemos porque no está actuando como ellos creen que debe hacerlo: “Si no la lealtad institucional, al menos un mínimo instinto político debería hacerle comprender que sus recurrentes salidas de tono solo favorecen, precisamente, a quienes vinculan la posibilidad de un pacto amplio a su salida del Gobierno”. Claro que, pensándolo bien, esta frase… ¿qué significa exactamente? ¿es una reconvención o una amenaza? No creo, ¿verdad?

No pueden con él y están de los nervios. Me permito deducir esto de la lectura de este otro párrafo extraído también del editorial de marras: “La habilidad para la comunicación que Iglesias exhibe se está convirtiendo en un problema político, no solo para el Ejecutivo del que forma parte, sino también para afrontar los ingentes problemas que se ciernen sobre el país”. Tendría gracia que esta idea estuviera inspirada por Felipe González, cuya capacidad de persuasión cuando era presidente llevaba a Luis María Anson a aconsejar a sus redactores al encargarle entrevistas con él: “Andad con cuidado, que como os despistéis os convence”, les advertía el entonces director de “ABC”.

Debido a la compleja aritmética parlamentaria que sostiene al Ejecutivo –continúa el editorial-, la presencia de Unidas Podemos en él es una realidad con la que hay que contar, lo mismo que la situación de Iglesias como vicepresidente.” Les ha faltado añadir: “nos jode soberanamente, pero no tenemos más cojones que aguantarnos”.

Y rematan para cerrar: “...sigue existiendo una diferencia fundamental entre lo que sí se puede, que es la renta básica, y lo que no se puede, que es buscar la rentabilidad propagandística a cualquier precio.” Solo ha faltado que llamaran a Iglesias “insensato sin escrúpulos”, como en su día hicieron Antonio Caño y Torreblanca con Pedro Sánchez.

En resumen, una pena esta canción triste de Miguel Yuste, este editorial que a muchos nos quita esperanzas que a lo mejor debíamos haber perdido ya hace un tiempo. Ni al periódico ni a la radio de Prisa parece gustarles mucho este Gobierno de coalición y no queda demasiado espacio para la duda: les revienta que Iglesias ocupe la vicepresidencia y que Podemos esté en el Gobierno. Punto.

¡Qué pena con “El País”! Fue bonito mientras duró.

J.T.

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