Miro los gráficos y las estadísticas que desde hace casi un mes nos tienen sobrecogidos y extraigo, en líneas generales, una conclusión: se han estrellado todos los talentos, nunca tanta gente junta hizo tanto el ridículo a la vez en tan poco tiempo. Admitidlo de una vez, sobraos del mundo entero: no teníais/no teníamos ni puta idea de lo que se nos venía encima. Nadie. Así que anda, Casado, déjalo ya!
Boris Johnson, hospitalizado, muy probablemente esté ahora en la UCI no por su patética actitud negacionista de los primeros días, sino por indigestión: se ha tenido que comer, sin masticar siquiera, una buena ración de sus propias palabras, su autosuficiencia se ha llevado por delante la vida de muchos de sus compatriotas y lo que te rondaré morena. Casado, déjalo ya!
Donald Trump, sin despeinarse, no se ha olvidado de la laca pero sí de la vergüenza a la hora de decir una cosa y la contraria sobre la pandemia en horas veinticuatro. De ridiculizar a quienes se preocupaban por la propagación del coronavirus, pasó a los pocos días a amenazar a quienes no tomaran medidas y a admitir que, si al final su país pierde en esta batalla “solo” un cuarto de millón de vidas, lo considerará una victoria. Casado, déjalo ya!
La tercera parte de la humanidad confinada, ciento setenta y muchos países infectados, y aquí en España la irredenta oposición anda todavía jugando con los muertos intentando desgastar a un gobierno que, para su desgracia, está metiendo la pata bastante menos de lo que ellos hubieran deseado. Les jode que el número de muertos no suba más, les jode que las medidas aplicadas estén empezando a surtir efecto, les jode que ni una tragedia de estas dimensiones desgaste al gobierno lo suficiente para tumbarlo. Y mira que le ponen afición (práctica en encanallar el ambiente tienen toda la del mundo) para conseguirlo. Casado, déjalo ya!
Trece mil muertos son muchos muertos, qué duda cabe. Pero como ocurre con todo en la vida, depende de con qué se compare. Y en el resto del mundo las cifras son cada día más espeluznantes y no paran de crecer. Mientras tanto, en nuestro país, los números empiezan a estabilizarse, los picos pasan y la curva parece que baja, toquemos madera. No hay mayor desgracia para los golpistas vocacionales que no lograr que Sánchez fracase, porque si el Gobierno de coalición sale de esta y consigue que empecemos a levantar cabeza antes que otros muchos lugares, y encima acabamos enseñándole el camino de lo que hay que hacer a países como Estados Unidos, Francia o Reino Unido, van a tener muy difícil tumbarlo como sueñan cada día como verdaderos desesperados. Casado, déjalo ya, no te alinees con los golpistas generadores de cuentas falsas y promotores de bulos infames.
Olvídate de esos socios desaforados que en esta crisis, y sé de lo que hablo, están llegando a avergonzar incluso a muchos de sus propios votantes. No cuela lo de llamar comunistas a quienes proponen las mismas medidas que sugieren hasta Luis de Guindos o Toni Roldán. No cuela demonizar la aprobación de un ingreso mínimo vital cuando es algo que gobiernos de la Unión Europea, Canadá, y hasta el mismísimo Trump han puesto sobre la mesa. Casado, déjalo, ya!
Como no lo deje ya, el líder del PP lo va a tener difícil sobre todo porque, una vez que levantemos un poco la cabeza, medidas sociales que este gobierno podría haber tardado algún tiempo en desarrollar, es muy posible que consiga sacarlas adelante bastante antes de lo que tenían previsto.
Los gráficos que publican a diario los expertos sobre la evolución de la pandemia en todo el mundo parecen señalar que, si la cosa continúa como hasta ahora, en nuestro país podríamos presumir de estar haciendo bien los deberes. Lo reconoce la Organización Mundial de la Salud, cuyo director regional para Europa, Hans Kluge, ha expresado su "optimismo prudente" como resultado de la actuación del Gobierno español con medidas del Ministerio de Sanidad que considera "audaces", con “enfoques innovadores" y "decisiones valientes".
Si yo fuera el líder de la oposición recompondría sin más pérdida de tiempo la manera de relacionarme con el Gobierno de coalición antes de hacer el ridículo y que toda la opinión pública mundial acabe sacándome los colores, como ya ha hecho el Financial Times. “España –ha dicho el rotativo- es el único país donde la oposición ataca en plena crisis al gobierno que intenta contener el coronavirus. Mientras las muertes crecen, la confrontación ha vuelto con ánimo de venganza". Casado, déjalo ya, anda!
J.T.
No hay comentarios:
Publicar un comentario