Es tan pobre que no tiene más que dinero. Si a mediados de agosto, con casi cincuenta millones de euros en el banco, no encuentras nada mejor que hacer que ponerte a insultar por twitter a todo bicho viviente un sábado por la noche, algo te falta en la vida por mucho saldo bancario que te sobre. Si además eres diputado por un partido que nació presumiendo de moderación y mesura, algo entonces, o alguien, nos está sobrando a todos. Aprendí que la cultura y la educación no son la misma cosa cuando de niño me ponía enfermo y veía a mi madre temblar ante la inminente llegada a casa del médico del pueblo: será muy buen médico, pero tiene muy mala educación, recuerdo que repetía. No me costó mucho asimilar tal evidencia, ni tampoco consolidarla a medida que crecía e iba conociendo ricos con estudios, pero impresentables, y pobres analfabetos educadísimos.
Aún así, lo de Marcos de Quinto supera de largo los muchos casos prácticos con los que me he tropezado en tiempo. El millonario confeso más forrado del Congreso ofendía sin pudor en las redes a los náufragos socorridos por el Open Arms glosando su escaso aspecto desnutrido –“bien comidos pasajeros” les llamó- y no tardó en caerle la del pulpo. No daba crédito al primer tuit suyo con el que tropecé: “Pedazo de cretino, troll de mierda –gritaba- soy un diputado al que ha votado mucha gente para que no se deje achantar por gentuza como vosotros y para que trabaje por un país mejor en el que gentuza como tú desaparezca de la redes sociales. Tú –remataba- sigue votando izquierda :-))”.
Me costaba creer que un representante popular fuera capaz de expresarse públicamente como un matón barato de barrio, tenía que ser una cuenta falsa, pensé. No tardé en verificar su autenticidad apenas entré en su perfil por primera vez en mi vida y descubrí, para mi estupor, la pericia con la que su señoría se desenvuelve en el insulto y el vituperio. A Rubén Sánchez, por criticarle el comentario sobre el Open Arms, le llamaba imbécil y mantenido segundos antes de bloquearlo. “Se que eres la mujer del que me ha llamado “miserable” –le escribía a Keka Sánchez, la mujer de Rubén-. “Dile al cobarde –continuaba- que deje de enviarme mensajes a través tuyo y que se disculpe”. “Tu forma de hacer política es sembrar bulos con calumnias. Me parece absolutamente bochornoso Marcos”, le contestó Keka, y acto seguido el provecto diputado de Ciudadanos procedió a bloquearla sin contemplaciones.
En el reparto hubo sitio también para Cristina Almeida: “Estoy viendo La Sexta Noche y a Cristina Almeida -escribió a las 22.16 del sábado el prolífico diputado- y quiero dar todo mi apoyo a la justa reivindicación de activar YA los viajes del IMSERSO… por favor, ya!!", rebuscada forma de intentar llamarla anciana olvidando que hay muchas personas con la edad que él tiene, sesenta años, que ya los disfrutan.
Para Alberto Garzón también hubo leña. El coordinador de Izquierda Unida había escrito: “El diputado multimillonario, el explotador del ERE a los trabajadores de Coca-Cola, el portavoz de economía de Ciudadanos... este tipo se ha referido a los migrantes y refugiados como “bien comidos pasajeros”. Reflejo de la ola reaccionaria y sintomático de lo que es Ciudadanos.” Y a de Quinto le faltó tiempo para entrar al trapo: “El PCE ha “jibarizado” todo lo que toca: Para no desaparecer, se integró en Izquierda Unida... y cuando ésta iba a desaparecer, se integró en Podemos y ahora está haciendo desaparecer a esta formación. Entre tanto agitan el “Open Arms” para que no se hable del “Maduro Arms”.
En una palabra, que Marcos de Quinto no paró de repartir estopa a diestra y siniestra durante horas con llamativa fertilidad. Tras unas horas de sueño reparador, al despertarse debió considerar conveniente volver a sentarse al ordenador y recular, pero solo un poco: “No estoy acostumbrado (ni me quiero acostumbrar) –escribió a las 8:26 del domingo 18- que la gente me insulte. A quien no le guste lo que escribo, que no lo lea. Lamento que alguna vez haya respondido con la misma moneda, pero no es agradable tener que soportar continuamente a tanto deficitario educacional”.
En el partido que fichó a este personaje como si se tratara de un futbolista estrella, el único que se ha pronunciado por ahora sobre los exabruptos de de Quinto ha sido César Zafra, secretario de organización de Madrid. Solo para decir que se trata de “tuits personales” que no se debe “entrar a valorar”. Tuits personales, por cierto, de alguien en cuya cuenta se autodefine textualmente de la siguiente manera: “Marcos de Quinto. Pirata. Navego sin bandera. No pretendo convencerte de nada, acaso hacerte dudar de lo que crees.”
J.T.
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