miércoles, 16 de julio de 2014

Un poquito de por favor, que ha llegado Pedro Sánchez


- "Con Felipe González, un poquito de por favor, ¿eh? Con eso no admito bromas, que estamos hablando de alguien que ha hecho mucho por este país".

Tras pronunciar esta frase aquella mañana en el plató televisivo, a Pedro Sánchez Pérez-Castejón solo le faltó tirarse a la yugular de su "atrevido" contertulio. Faltaban apenas dos semanas para que los militantes del psoe votaran en primarias al sustituto de Rubalcaba y Sánchez, uno de los tres aspirantes al puesto -"conocido en su casa a la hora de comer", según Gregorio Morán- saltaba en Las Mañanas de Cuatro como un resorte para responder a la, a su juicio, vejatoria e intolerable valoración que uno de sus compañeros de tertulia acababa de hacer del expresidente del gobierno porque, a la vejez viruelas, se dedica a llevárselo crudo en consejos de administración de empresas como Gas Natural. 

Cuando la noche del domingo 13 de julio confirmé, al finalizar el primer tiempo del partido Alemania-Argentina, que el nuevo secretario general del psoe era Pedro Sánchez, lo primero que se me vino a la cabeza fue aquella frase sobre Felipe González y la cara de indisimulado cabreo con que el atildado candidato la pronunciara en aquel programa que dirige y presenta Jesús Cintora. "Un poquito de por favor, que he ganado las primarias", imaginé que estaría pensando en ese momento este madrileño de 42 años que acababa de conseguir casi el cincuenta por ciento de los votos de sus compañeros de partido, mientras en Brasil se disputaba la final del campeonato mundial de fútbol. 

A la mañana siguiente, sin despacho aún en Ferraz (Rubalcaba continuará ocupándolo hasta que a final de mes se celebre el congreso) y con decenas de medios en la puerta de la sede socialista, el espigado exjugador de baloncesto escenificó sin complejos su "privilegiada" relación con Susana Díaz. La sevillana, que sin haberse presentado jamás a una elección detenta en estos momentos la mayor cuota de poder y capacidad de influencia que nadie ha tenido en el psoe desde hace mucho tiempo, se plantó en Madrid el mismo lunes para, tras felicitar a Sánchez, ponerse a la tarea sin perder un minuto. Éste salió a la calle para recibir a su gentil valedora, pero no a la puerta: avanzó los metros suficientes para besarla y abrazarla todavía lejos del edificio, y luego caminaron juntos y felices hasta la entrada sin hacer declaraciones pero dejándose fotografíar convencidos de que estaban haciendo historia, y de paso facilitando la apertura de los informativos de ese lunes y las portadas de los periódicos del día siguiente.

- Ya estamos aquí, ya nos hemos hecho con las llaves del chiringuito, parecían estar pensando, así que ahora... un poquito de por favor. 

Desconozco las prioridades de Pedro Sánchez porque, salvo ordenar a sus eurodiputados que no votaran a Jean-Claude Juncker para la presidencia de la Comisión Europea, y negociar cuotas de poder en la composición de la nueva ejecutiva del partido, poco más ha hecho o dicho hasta ahora. Bueno, sí, insinuar su primer incumplimiento, porque en su día prometió que, si se convertía en secretario general, habría primarias en noviembre para elegir candidato/a a la presidencia del gobierno... y ya empieza a marear la perdiz. ¡Ah!, y otro mérito también: ser halagado, entre un amplio ramillete de augustos próceres, por Anson, Pedrojota, Marhuenda, Aguirre -que hasta le llamó guapo-, los mandamases del ABC y su majestad el rey padre. Un carrerón.

Qué pena que los sondeos, entre ellos uno del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), hayan venido a contraprogramarle y aguarle la fiesta evidenciando hasta qué punto la formación que encabeza un chico con coleta que anda por ahí revolucionando al personal, un tal Pablo, sube en las encuestas como un cohete mientras que el negocio que Sánchez y Díaz se disponen a regentar amenaza ruina de la gorda.

- Un poquito de por favor, debe pensar Sánchez, que esto es nada menos que el partido socialista obrero español, con ciento treinta y cinco años de historia y de lucha; con veinte años largos gobernando y cambiando este país desde la Transición... Cuando comenzó esa etapa a la que se refiere, usted y Susana Díaz tenían apenas tres o cuatro años, señor Sánchez, pero bueno... Ahora, si le parece, y dado que el secretario general es usted ¿por qué no me hace "un poquito de por favor"?: 

Veamos: ¿Cuándo piensa dejar de invocar los méritos del pasado cada vez que le cuestionan a usted o a su partido? ¿Cuándo piensa empezar a hablar de los problemas que tiene la gente y no de las cosas que le preocupan solo a la gente de su partido? ¿Es usted consciente de que su mensaje suena lejano y envarado? ¿Ha contado usted con la posibilidad de que adelanten las elecciones generales? ¿Va usted a plantarle cara a la troika? ¿Está por acabar con los paraísos fiscales, está porque los ricos paguen sus impuestos de una puñetera vez, porque se haga una auditoría de la deuda, porque los responsables del desastre bancario reciban su merecido, porque se frenen ¡ya! los desahucios a granel?

Sí, ya sé, un poquito de por favor, me va usted a volver a decir. ¡Ea! Pues nada, continúe con sus intrigas de aparato, con sus cálculos de cuotas de poder, presumiendo de organización centenaria aunque la casa se le esté cayendo a pedazos... y también, claro está, yendo por los platós saltando a la yugular de todo aquel que se atreva a criticar a Felipe González por dedicarse a trincar, como tantos otros compañeros de su partido, de esa mamandurria llamada "puertas giratorias".

Un poquito de por favor, que ha llegado Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

J.T.

1 comentario:

  1. Malos comienzos para un miembro que viene del "anterior aparato", está apoyado por el "aparato andaluz" y que sólo ha tenido el 48% de votos del 60% del censo. Poco apoyo para lo que necesitaría un líder socialista para parar la caída libre de votos en la que están inmersos los socialistas españoles. De mal en peor, hasta ahora ha ofrecido muchas: sonrisas, poses y frases grandilocuentes sobre el ombligo del partido.

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