martes, 9 de abril de 2013

Qatar, puente de plata para el "infanto" consorte


Pues ya está. Listo. A tomar por Qatar, que para eso está la agenda del suegro. Los exilios dorados de antes eran otra cosa... ¿o no?. Pero hay que reconocer que la salida que le han buscado al ex duque (¿o todavía es duque?) tiene su punto creativo, el justo toque "in" para mandarlo "out" de manera fulminante.

Nueve años faltan aún para el Mundial de Fútbol 2022 en Qatar, sobre el que existe la sospecha de que este país árabe compró los votos necesarios para conseguir su designación. Para entonces, igual han señalado ya la fecha del juicio por el caso Nóos. Parece que no existe tratado de extradición entre España y Qatar. Así que el flamante segundo entrenador de balonmano de ese país y su pareja la infanta de naranja (¿o ésta era la de limón?) pueden quedarse no nueve, sino noventa y nueve años allí si las cosas se ponen lo feas que deberían ponerse.

Sus hijos podrán volver, como en su día toda la prole de Juan de Borbón volvió de Estoril, la ciudad portuguesa donde el padre de Juan Carlos "fue tirando" con la herencia suiza de su madre, la reina Victoria Eugenia de Batenberg. Con el dinero que no llegó a gastarse don Juan, ya hemos sabido estos días lo que pasó.

En resumen, todo muy fashion. Y como Qatar por promocionarse, MA-TA, no le van a faltar a la egregia familia española eventos deportivos de relumbrón a los que asistir en los próximos años en ese país: el año que viene el Mundial de Natación, en 2015 el de Balonmano y en 2016 el de Ciclismo. Así es como piensan ir haciendo boca para el Mundial de Fútbol en 2022. ¿Será por dinero?

Pregunta del millón: ¿Pagará la fianza el augusto prócer con el salario que cobre en Qatar? La verdad es que los qataríes bien pueden soltarle una pasta porque, tan obsesionado por la promoción como está el jeque-jefe de aquel país, la deuda de Iñaki es calderilla comparada, por ejemplo, con lo que pagan al Barça por pasear el nombre de Qatar en las camisetas de sus jugadores... o lo que le sueltan a Beckham, o a Ibrahimovic, o a todo el París Sant Germain, equipo de fútbol francés cuyo setenta por ciento de acciones figuran a nombre del hijo del emir qatarí. Fichar a Urdangarín, habida cuenta de las portadas que su mujer y él han copado durante los últimos días en todo el mundo, es sin duda una operación rentable para este país tan ávido de notoriedad. 

Por dinero, desde luego, en Qatar no será. A Fernando Hierro le pagaron 80.000 euros por cada partido que jugó allí, hace ya algunos añitos; el mismísimo Guardiola colgó las botas en aquel país tras cobrar dos millones limpios por temporada en el Al-Ahli (2003-2005). Allí estuvieron también Romario o Frank de Boer, y la exiliada familia coincidirá ahora por aquellos lares con el ex madridista Raúl González quien, cuando regrese a España, lo hará con diez millones más en su cuenta corriente tras las dos temporadas que tiene firmadas allí.

Con el puente de plata que le han puesto en bandeja, capaz es el "infanto" consorte de montar un Nóos 2 y volver a llevárselo bien calentito de nuevo. Claro que sí yo fuera él me andaría con cuidado. Allí a quien mete la mano y lo pillan, se la cortan. La mano.

J.T.

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