sábado, 22 de enero de 2011

El padre de Marta del Castillo en la fiesta del PP


Éramos tantos que tardé bastante en darme cuenta. En la sala de los Reales Alcázares de Sevilla donde nos encontrábamos, los camareros que servían el suculento catering apenas si podían moverse.

El ruido de copas cayendo al suelo comenzó a hacerse habitual quizás por la falta de espacio, quizás por los codazos para hacerse un hueco en los corrillos organizados en torno a Rajoy, Arenas, o Zoido.

El aroma a ganadores del que les dotan las encuestas les impiden avanzar un solo metro sin ser abordados por los cuatro puntos cardinales. Quizás por la dificultad con la que nos movíamos para abrirnos paso entre los asistentes a la recepción, no me había dado cuenta cuando me lo dijeron Curro y Blanca:

-¿Has visto al padre de Marta del Castillo?

El Pepé había organizado lo que había dado en llamar "encuentro con la sociedad civil andaluza" y allí, junto a Vittorio y Luchino, el presidente de la Cea, Curro Romero, Tomatito, o empresarios y directores de periódicos de las ocho provincias, acudieron también el padre de Mari Luz Cortés y el de Marta del Castillo.

Juan José Cortés, quizás por su acreditada habilidad para hablar y moverse en público, se comportaba con más desenvoltura. Me lo encontré cuando saludé a la alcaldesa de Marbella, al alcalde de Granada, al de Roquetas... Pero a Antonio del Castillo no conseguía verlo. El primer juicio contra uno de los presuntos responsables de lo que le ocurrió a su hija hace ahora dos años comienza el próximo lunes. Pero los que nos encontrábamos en los Alcázares sevillanos la noche de este viernes parecía claro que estábamos a otra cosa.

Eso pensé cuando finalmente lo identifiqué. Lo vi de lejos, solo, perdido, como un pulpo en un garage, quizás empezando a tomar conciencia de su condición de juguete irremediablemente roto.

J.T.

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