Por eso resulta cada vez menos aconsejable entrar al trapo de las provocaciones, por muy explícitas que estas sean. Por eso, la “exposición razonada” que, como conocíamos este miércoles, un juez ha elevado al Supremo por si hubiera delitos de revelación de secretos, daños informáticos y denuncia falsa o simulación de delito en el caso del robo y difusión del contenido del móvil de una ex asesora de Pablo Iglesias es, lisa y llanamente, un ataque más a la yugular. En este caso, además, pornográfico y maloliente. No tienen ya más balas en la recámara pero insisten. Exprimen un limón sin jugo desesperados e histéricos porque su objetivo, que no se aprueben los Presupuestos, lo ven cada vez más en el aire.
Puede uno perderse en disquisiciones jurídicas, se puede refutar, contraargumentar, exponer mil razones que demuestren lo extraña y descabellada que resulta la decisión… da igual, perderemos el tiempo porque la caza es la caza, el objetivo es abatir la pieza, herir el Gobierno de coalición e impedir tres años de gestión que cada vez ven más inevitables.
Hay que añadir cuantas más portadas mejor a la infamia, ¿cómo van a desaprovechar una oportunidad tan providencial para volver a abrir informativos y homilías radiofónicas mañaneras? Si se me permite, voy a formular alguna que otra pregunta ingenua: ¿todo esto se diseña previamente o se va improvisando sobre la marcha? ¿es una huida hacia adelante de quienes, amos de las instituciones durante cuarenta años, no se resignan a admitir que las cosas ya no son igual? ¿o está todo debidamente planificado desde algún escondido cuartel general a modo de república bananera? ¿De verdad quieren reproducir, en un país europeo y en pleno siglo XXI, los modos y maneras de tumbar gobiernos practicados en América Latina?
Se sabe que la iniciativa del juez que ha suministrado carnaza este jueves a las portadas de los periódicos tiene muy pocas posibilidades de prosperar, pero da igual. El vicepresidente es la conciencia viva de un enorme sector de la población que apuesta porque sea posible un país menos desigual y más justo, de un buen porcentaje de ciudadanos que lo votó para que esté donde está y replique las insidias de los intolerantes soltándole de manera clara y contundente verdades que hasta ahora no se habían oído en el parlamento. Y eso, claro, no se puede tolerar.
“Fratelli tutti”, la encíclica recién publicada por el papa Francisco, viene a avalar desde el Vaticano muchos de los postulados que defiende el Gobierno de coalición. Lo que le faltaba a la “católica” España, que todavía anda digiriendo el aldabonazo mientras los medios silencian el contenido de manera vergonzante, al menos en esas portadas y comentarios siempre dispuestas a tirarse en plancha cuando se trata de atacar la insoportable presencia de Unidas Podemos en las instituciones.
Las cuatro patas en las que se fundamenta la conjura para intentar que no se aprueben los Presupuestos son Catalunya, Podemos, la gestión de la pandemia y el terrorismo. Diez años después de la desaparición de la violencia, la derecha y la ultraderecha continúan usando el terrorismo como argumento para torpedear conversaciones con representantes legítimos de una formación como EH Bildu, que apostó por el diálogo y por hacer política para conseguir sus objetivos. Diez años después del dictamen del Constitucional que “cepilló” el Estatuto de Autonomía catalán, se siguen descalificando las legitimas aspiraciones de quienes defienden la independencia intentando torpedear cualquier tipo de entendimiento del Gobierno de la nación sus representantes. Muchos años después del tamayazo, la Comunidad de Madrid sigue siendo el ariete de la derecha para copar las instituciones del Estado y enfrentarse con ellas cada vez que en la Moncloa hay un gobierno que no les gusta. Casi diez años después del 15-M, el movimiento político surgido de aquellas movilizaciones está gobernando y demostrando que otra forma de hacer política, más allá de la establecida por los dos partidos mayoritarios desde la muerte de Franco, era posible.
Quienes no dejan de machacar ni de poner piedras en el camino, ¿de verdad piensan que tanto ruido les viene bien para conseguir sus objetivos? ¿de verdad creen que somos tan tontos como para no intuir lo que se esconde detrás de una persecución tan feroz y descarada?
J.T.
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