Se cierran los centros de enseñanza, se cancelan viajes al extranjero, la Champions se juega a puerta cerrada, se postergan las Fallas, se considera no autorizar las procesiones de Semana Santa y la histeria colectiva vacía los supermercados como si estuviera a punto de empezar la Tercera Guerra Mundial… ¿Cómo es posible que con este panorama generado por la expansión del coronavirus, el presidente del gobierno comparezca tras participar en una Cumbre europea extraordinaria celebrada por videoconferencia, y la Primera Cadena de la televisión pública del Estado decida continuar con su programación habitual como si no pasara nada postergando al Canal 24 horas la retransmisión en directo de la rueda de prensa?
Era la primera aparición de Pedro Sánchez para abordar la crisis producida tras el alarmante aumento de las cifras de afectados por el coronavirus en nuestro país. No se trataba de una de las habituales comparecencias del competente técnico habitual, Fernando Simón, ni siquiera del Ministro de Sanidad: era el presidente del gobierno hablando por primera vez de la crisis más seria vivida en este país en los últimos tiempos, intentando tranquilizar los ánimos, dando cuenta de sus gestiones y anunciando medidas de enorme calado que en las próximas semanas van a afectar y condicionar de manera directa la vida diaria de buena parte de la ciudadanía. Pues no, la Primera Cadena de Televisión Española no lo estaba dando.
Sentado frente al televisor, yo no podía creérmelo. Escribí un mensaje en redes denunciándolo y manifestando mi estupefacción: “Como no doy crédito, concluía en el texto, espero que en breves minutos este tuit no tenga sentido”. Pues tuvo sentido, porque en la Uno continuaron hablando de animalitos, comidas y temperaturas mientras Sánchez iba explicando asuntos de máximo interés para la vida que nos espera en los próximos quince días: suspendidos los viajes del Imserso, protección a los trabajadores de baja por el virus, suministro de productos sanitarios para prevención, recomendación del teletrabajo, aplazamientos o moratoria en el pago de impuestos, ayudas económicas para empresas y familias que sufran las consecuencias del coronavirus, en especial para los padres que no puedan ir a trabajar porque necesitan cuidar de sus hijos, liquidez para las pymes... Para combatir la crisis, remató Sánchez, "haremos lo que haga falta, donde haga falta y cuando haga falta”.
Hasta las nueve de la noche pude al menos seguirlo en el Canal 24 horas pero… ¿qué ocurrió a partir de ese momento? Pues que tampoco pude, que abandonaron también la retransmisión en directo, cortaron la rueda de prensa de Moncloa y conectaron con el TD2 que trataba lo que en esos momentos sucedía en directo en Moncloa como un asunto más introduciendo en la cabecera una de las frases pronunciadas por Sánchez unos minutos antes en esa misma comparecencia. Solo la Sexta continuó con la retransmisión, y algunas emisoras de radio. Siguieron haciendo periodismo, que es para lo que estamos, pero también se convirtieron en transmisores de un momento de Servicio Público desempeñando una función que por obligación le correspondía haber ofrecido en primer lugar a la televisión pública del Estado.
Tanto despropósito no puede ser casualidad ¿Negligencia? Cuesta creerlo ¿A qué puede ser atribuible? Se supone que los servicios informativos están comandados por periodistas que conocen su oficio, ¿entonces, qué demonios pasó? ¿O acaso hay que contemplar la posibilidad de que en alguna alta instancia existía cierto interés por restarle importancia a la comparecencia de Sánchez?
Quien quiera que haya sido responsable de esta desidia, sea en los predios políticos o en los profesionales, compromete muy seriamente el sentido y el futuro de la televisión pública en España. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así? ¿Será posible que esto tenga remedio alguna vez?
J.T.
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