No soportan que Sánchez, por culpa de la presencia de Podemos en el Gobierno, se haya atrevido a promover medidas de gran calado social con las que afrontar esta espantosa crisis. Ni en estos jodidos momentos parece dispuesta la derecha a levantar pedal. Ni coronavirus ni gaitas, a continuar con el raca-raca sin tregua así se caiga el mundo, que por cierto se está cayendo, porque de lo que se trata es de conseguir dinamitar el gobierno de coalición cuanto antes. Deprisa, deprisa, no vaya a ser que las medidas anunciadas funcionen y queden en evidencia tantos años de mentiras neoliberales.
No hay que olvidarlo: la única diferencia entre la manera de afrontar la crisis en 2008 y la de 2020 es la presencia de Podemos en el Gobierno. Por aquel entonces, Zapatero no dudó en machacar derechos sociales, con el célebre hachazo al artículo 135 de la Constitución, para plegarse a las exigencias de los supercicutas europeos y priorizar la estabilidad en las cuentas aunque eso supusiera, como así fue, el incremento de la desigualdad y la ruina para los más débiles.
Las medidas adoptadas en el Consejo de Ministros del sábado 14 de marzo, ¿habrían sido las mismas si no hubiera habido segundas elecciones en noviembre y el Psoe estuviera gobernando desde el verano de 2019 con el apoyo de Ciudadanos? “Hay que echar a estos perroflautas del poder cuanto antes”. Esa es la única obsesión, el único objetivo de una derecha que no soporta ver a un señor con coleta ejercer con solvencia sus responsabilidades como vicepresidente del Gobierno. Por eso cada mañana, desde muy temprano, empiezan a bombardear:
“Queridos jóvenes, queridos españoles, no seáis como Iglesias y demos ejemplo. Respetemos la cuarentena y estemos en casa. No se puede estar más pendiente de un sillón en el CNI que de proteger a los sanitarios que se juegan la vida.” (Teodoro García Egea, todavía secretario general del PP, en twitter) “Muchos padres no hemos podido ni ver a nuestros hijos en el día del Padre más que por las redes, mientras un tío que es VP del gobierno rompe la cuarentena, con un par de huevos, para echarnos un mitin.” (Rafael Hernando, intentando hacer méritos en el PP para volver a primer plano, también en twitter).
Los periódicos disparan desde primera hora sin piedad, así como las radios, cadena Ser incluída, donde la mañana de este viernes, por cierto, se despacharon a gusto contra Iglesias en el programa de Ángels Barceló y Miguel Ángel Aguilar remató la faena en su famoso “telegrama” de las noticias del mediodía. De postre Televisión Española, que no se sabe a qué juega, y si lo sabe peor, volvió a meter una cuña infecta en una pieza del Telediario de este viernes en la que se hacía eco, como de pasada, de una recogida de firmas en change.org contra Iglesias sin añadir más explicaciones.
¿Tendrá algo que ver con todo esto que el vicepresidente se pronunciara a favor de la libertad de expresión que protege a los muchos ciudadanos que por todo el país protagonizaron una contundente cacerolada el pasado miércoles a la misma hora en que Felipe VI hablaba por la tele?
¿Sería mucho aventurar que existe un movimiento coordinado para minar la cohesión en el ejecutivo y propiciar un gobierno de concentración PP-Psoe, esa ansiada gran coalición con la que los poderes de siempre llevan tanto tiempo soñando?
No han dejado pasar ni los primeros cien días –todavía falta un mes para ello-, ni parecen dispuestos tampoco a respetar el momento tan complicado que estamos viviendo. Guerra al coronavirus, sí, pero al gobierno de coalición, también.
Me llamó mucho la atención una frase de Espinosa de los Monteros durante el desangelado debate del miércoles en el Congreso de los Diputados: “Miedo me da –vino a decir el portavoz de la ultraderecha- que le ocurra a usted algo, señor Sánchez, y acabemos teniendo a Iglesias (también citó a Calvo) en la presidencia del Gobierno ¡Cómo me hubiera gustado que el realizador nos hubiera ofrecido en ese momento un contraplano de Cayetana o de Casado para ver la cara que estaban poniendo! Ahora va a resultar que Sánchez les gusta a todos, ¿no es maravilloso?
J.T.
No hay que olvidarlo: la única diferencia entre la manera de afrontar la crisis en 2008 y la de 2020 es la presencia de Podemos en el Gobierno. Por aquel entonces, Zapatero no dudó en machacar derechos sociales, con el célebre hachazo al artículo 135 de la Constitución, para plegarse a las exigencias de los supercicutas europeos y priorizar la estabilidad en las cuentas aunque eso supusiera, como así fue, el incremento de la desigualdad y la ruina para los más débiles.
Las medidas adoptadas en el Consejo de Ministros del sábado 14 de marzo, ¿habrían sido las mismas si no hubiera habido segundas elecciones en noviembre y el Psoe estuviera gobernando desde el verano de 2019 con el apoyo de Ciudadanos? “Hay que echar a estos perroflautas del poder cuanto antes”. Esa es la única obsesión, el único objetivo de una derecha que no soporta ver a un señor con coleta ejercer con solvencia sus responsabilidades como vicepresidente del Gobierno. Por eso cada mañana, desde muy temprano, empiezan a bombardear:
“Queridos jóvenes, queridos españoles, no seáis como Iglesias y demos ejemplo. Respetemos la cuarentena y estemos en casa. No se puede estar más pendiente de un sillón en el CNI que de proteger a los sanitarios que se juegan la vida.” (Teodoro García Egea, todavía secretario general del PP, en twitter) “Muchos padres no hemos podido ni ver a nuestros hijos en el día del Padre más que por las redes, mientras un tío que es VP del gobierno rompe la cuarentena, con un par de huevos, para echarnos un mitin.” (Rafael Hernando, intentando hacer méritos en el PP para volver a primer plano, también en twitter).
Los periódicos disparan desde primera hora sin piedad, así como las radios, cadena Ser incluída, donde la mañana de este viernes, por cierto, se despacharon a gusto contra Iglesias en el programa de Ángels Barceló y Miguel Ángel Aguilar remató la faena en su famoso “telegrama” de las noticias del mediodía. De postre Televisión Española, que no se sabe a qué juega, y si lo sabe peor, volvió a meter una cuña infecta en una pieza del Telediario de este viernes en la que se hacía eco, como de pasada, de una recogida de firmas en change.org contra Iglesias sin añadir más explicaciones.
¿Tendrá algo que ver con todo esto que el vicepresidente se pronunciara a favor de la libertad de expresión que protege a los muchos ciudadanos que por todo el país protagonizaron una contundente cacerolada el pasado miércoles a la misma hora en que Felipe VI hablaba por la tele?
¿Sería mucho aventurar que existe un movimiento coordinado para minar la cohesión en el ejecutivo y propiciar un gobierno de concentración PP-Psoe, esa ansiada gran coalición con la que los poderes de siempre llevan tanto tiempo soñando?
No han dejado pasar ni los primeros cien días –todavía falta un mes para ello-, ni parecen dispuestos tampoco a respetar el momento tan complicado que estamos viviendo. Guerra al coronavirus, sí, pero al gobierno de coalición, también.
Me llamó mucho la atención una frase de Espinosa de los Monteros durante el desangelado debate del miércoles en el Congreso de los Diputados: “Miedo me da –vino a decir el portavoz de la ultraderecha- que le ocurra a usted algo, señor Sánchez, y acabemos teniendo a Iglesias (también citó a Calvo) en la presidencia del Gobierno ¡Cómo me hubiera gustado que el realizador nos hubiera ofrecido en ese momento un contraplano de Cayetana o de Casado para ver la cara que estaban poniendo! Ahora va a resultar que Sánchez les gusta a todos, ¿no es maravilloso?
J.T.
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