No se puede tener tanta cara. Si en lugar de un salario de casi ciento ochenta mil euros anuales, José Antonio Sánchez ganara la mitad, el todavía presidente de RTVE estaría cobrando mucho más de lo que se merece. No se puede ir tan de sobrao por la vida.
– Menos mal que estoy bien pagao, soltó mientras resoplaba cuando le explicaban el tiempo que aún quedaba para que finalizara su comparecencia parlamentaria del pasado jueves.
Ocupa Sánchez uno de esos sillones estratégicos que permiten al Partido Popular llevar la batuta en aquellos lugares clave del país donde verdaderamente se parte el bacalao. Lo importante es a quién nombras. Si puedes colocar en los puestos decisivos de las instituciones a gentes que dependan de ti, ése es el poder. Y ahí no hay cáscara: el órgano que quita y pone a la gente es el gobierno, aunque esté en minoría, y aunque no pueda legislar como cuando tenía mayoría absoluta. Con esa potestad, se puede mandar muchísimo. Y a fe que mandan, como hemos podido comprobar en el feo asunto de los cambios en el ministerio fiscal. Consigue así el PP que la percepción del ciudadano de a pie sea que las cosas siguen igual que cuando gobernaban con mayoría absoluta. Para alegría de sus hinchas y desesperación de quienes soñaban con el fin de aquella etapa.
Pero lo que no creo que se le escape a Sánchez ni a sus mentores es que ahora son menos fuertes de lo que creen y hacen creer. Si el resto de partidos se lo propone, en negociados como el de RTVE las cosas podrían ser ya muy diferentes. Aunque, con el desahogo que le caracteriza, Sánchez argumente que fue elegido en 2012 por el parlamento, él sabe que decir eso es insultar la inteligencia de quien le escucha. La realidad es que lo eligió el PP usando su mayoría absoluta tras arrinconar el acuerdo firmado con el PSOE seis años antes, un pacto en virtud del cual la televisión pública estatal vivió una de las etapas más dignas de su historia. Con unos informativos que se caracterizaban por cabrear a todos los partidos por igual, incluido el partido del poder, lo que significaba que Fran Llorente y su equipo estaban haciendo bien su trabajo.
En algo sí lleva razón José Antonio Sánchez: quien ahora tiene el control de Televisión Española es el Parlamento, no el gobierno. Por eso, con la composición de la cámara surgida de las elecciones de junio del 2016, se puede pasar a la acción y echar a la calle mañana mismo al “bien pagao”. La ocasión la pintan calva. ¿Para qué queremos una oposición si ésta no es capaz ni de quitar al presidente de RTVE aún teniendo la posibilidad técnica de hacerlo? ¿A qué esperan?
¿A qué esperan en Ciudadanos, después de las humillaciones a las que están siendo sometidos a diario en el Congreso, para dar un puñetazo encima de la mesa y que no se les acabe tomando definitivamente por el pito del sereno? De momento han presentado una proposición de ley para volver a la situación de 2012. Es un paso, ahora hay que buscar acuerdos.
¿Qué hará la Gestora del PSOE? ¿Le interesa soltar aún más la bandera de la izquierda, hasta el punto de mantener en su puesto a José Antonio Sánchez? ¿Y Podemos? ¿Es lógico que con 71 diputados no tengan aún representación en el Consejo de Administración? Tampoco la tiene Ciudadanos y en cambio sí continúa un representante de la antigua Convergència, una formación política desaparecida y cuyo relevo no tiene ya ni grupo propio en el congreso. ¿Hasta cuándo se va a prolongar este esperpento, que dura ya tres legislaturas gracias a una mayoría absoluta del PP que perdió hace nada menos que año y medio?
Conclusión: Si Ciudadanos y PSOE están por la labor, junto a Podemos los números salen y solo hace falta voluntad política para dar el paso. La baza la tienen. Sería la primera cosa de calado que harían juntos. Una decisión barata, fácil… y también rápida, si quieren.
Con las más de dos mil firmas que los trabajadores han hecho llegar al Parlamento, a través del recién renovado Consejo de Informativos de TVE , denunciando una situación que consideran insostenible, se les está diciendo a los partidos de la oposición que se acabó la historia. Que ya no es momento de quejarse de lo que ocurre en TVE, que ya no vale con protestar porque, desde el mes de octubre, cambiar las cosas es posible.
De ahí la campaña de los trabajadores también a través de las redes, recordándole a los partidos que firmaron para acabar con la actual situación de la televisión pública que se muevan de una vez. Lo prometisteis, tenéis que cumplirlo, les recuerdan. Y tienen que cumplirlo porque pueden hacerlo.
Basta con que la tramitación de la proposición de ley continúe su curso, con votar juntos cuando llegue el momento y recordar así a los representantes del Partido Popular que son mortales, y que se acabó aquello de hacer lo que les da la gana, que ya no tienen mayoría absoluta. Y el “bien pagao”, a su casa, que es donde tendría que estar desde hace mucho tiempo.
J.T.
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