martes, 26 de enero de 2016

La mesa del Congreso copia a tve

Esto promete. El entretenimiento parece garantizado, sobre todo si los partidos de la probable gran coalición se dedican en el Congreso, como principal cometido y al estilo de tve, a estudiar la manera de tocarle las narices a Podemos lo más posible. Nada es igual desde el 20-D, pero a fe que donde menos igual va a ser es en el Parlamento, por mucho que se resistan quienes llevan en él toda la vida. Castigar a sentarse en el gallinero al grupo parlamentario de Podemos, tercero en número de votos, suena a travesura de patio de colegio cuyas consecuencias parecen poco meditadas. Porque si están muy pensadas... peor.

¡Invisibilicémoslos! ¡Pongámosles fuera del tiro de cámara! Que si montan un pollo con pancartas y esas cosas que hacen los rojos, que apenas se les vea y así el servicio de orden tenga fácil desalojarlos sin que las cámaras enfoquen los métodos de persuasión utilizados. Que apenas se les oiga, que parezca que no están, que estos bolivarianos amigos de Irán y de Eta ya sabemos el peligro que tienen.

Me imagino a los miembros de la Mesa, con los planos y el rotulador: más arriba, tú, que todavía se les ve mucho. Arrincónalos, y si es posible, que no les dé la luz. ¿No vísteis la infografía de Televisión Española el domingo electoral? Pongámoslos más o menos así.


¿No es maravillosa la coincidencia? Recordemos que la mesa del Congreso tiene nueve miembros, tres del PP, dos de Ciudadanos, dos del PSOE y dos de Podemos. Y que, a excepción de los miembros de Podemos, como es lógico, el vergonzoso dibujo final lo han aprobado todos los demás excepto el presidente de la Cámara, que ha admitido que el reparto es "mejorable".

¿Cuál será la próxima jugada, el próximo puteo, el próximo intento de humillación? ¿El cuarto oscuro?¿Cómo se lo pueden poner tan fácil a Podemos? En el fondo son celos. Pero como todos los aquejados de esta enfermedad, tardarán en darse cuenta que los celos funcionan básicamente en contra de quien los padece. A menos visibilidad en el parlamento, más los perseguirán las cámaras y los micrófonos por los pasillos y por el patio. Y ellos más se detendrán para atender encantados a todo aquel que le acerque una alcachofa.

Son torpes y muy miopes los miembros de la mesa del congreso que han decido mandar al ostracismo al grupo parlamentario de Podemos. ¿No se han dado cuenta que muchos de los miembros de la formación morada llevan bastante mal que los asalten a cada minuto? ¿Que apenas soportan que los plumillas y los foteros no los dejen dar un solo paso tranquilos?¿Por qué propician que exista más interés del que existiría si no se les criminalizara y provocara tanto? Luego dirán que la culpa es de las teles, que les hacen demasiado caso.

Relegar a los miembros del tercer grupo del congreso en número de diputados a los confines más recónditos del hemiciclo, a los lugares con peor tiro de cámara, solamente redunda en beneficio de los agraviados. Los dota de argumentos y de autoridad moral, y refuerzan su discurso cuando les llaman búnker o súbditos de la troika.

De ninguna manera podrán evitar la expectación que suscitará cada intervención en la cámara de un miembro de Podemos. De ningún modo podrán frenar a estos nuevos diputados que, no solo son gente bien preparada, sino que entre ellos hay buenos oradores, que iremos descubriendo a medida que intervengan en las sesiones, con una capacidad y un bagaje muy por encima de la media que hasta ahora conocíamos.

¿Cuál será el próximo paso? ¿pincharle las ruedas de la bicicleta a Juantxo López de Uralde para que llegue tarde a votar? ¿establecer un control de piojos y hurgar en sus melenas cada vez que entren y salgan? ¿poner duchas a la entrada y obligarlos a pasar por ellas antes de pasar al hemiciclo? Y si para perpetrar tamaño agravio no había suficientes votos, que los había con los cinco de nueve que suman PP y Ciudadanos, ahí estaba Micaela Navarro para poner la guinda, vicepresidenta del Congreso y presidenta del Partido Socialista Obrero Español. Sí, sí, presidenta del PSOE. Ya sé que lo sabéis, pero por si hay algún despistado por ahí, insisto para que por mí no quede.

¿Gratuito el gesto de Micaela? ¿O precursora señal de esa gran coalición que se dibuja en el horizonte, y que cada día que pasa parece más cantada? Por mucho que intenten esconder a los diputados de Podemos, como hace tve, no van a dejar de estar ahí. Ya no pueden evitarlo. Han saltado a este lado de las vallas y son sesenta y muchos. Entre todos representan a cinco millones ciento ochenta y nueve mil trescientos treinta y tres votantes. Son el altavoz de la indignación y la puesta en escena de las ineludible necesidad de cambiar las cosas. Y los van a tener al lado, por muy atrás que los desplacen. Más los escondan, más voz de la conciencia serán. Y a más gente acabarán representando.

J.T.

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